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Reinado y rechazo de Saúl (13—15)

Guerra contra los filisteos

13 Saúl era un hombre joven cuando comenzó a reinar, y habiendo reinado algunos años sobre Israel escogió a tres mil israelitas: dos mil estaban con él en Micmás y en la montaña de Betel, y otros mil estaban con Jonatán en Guibeá de Benjamín. Al resto de la gente lo envió a sus casas. Jonatán derrotó a la guarnición filistea que había en Guibeá y los filisteos se enteraron. Entonces Saúl hizo sonar el cuerno en todo el país para que también se enteraran los hebreos. Y todo Israel se enteró de que Saúl había derrotado a la guarnición filistea acarreándose con ello Israel el odio de los filisteos. Entonces la gente se reunió con Saúl en Guilgal.

A su vez, los filisteos se concentraron para luchar contra Israel con tres mil carros, seis mil jinetes y una infantería tan numerosa como la arena de las playas. Luego subieron a acampar en Micmás, al este de Bet Avén. Los israelitas, al sentirse acosados, se vieron en peligro y fueron a esconderse en cuevas y cavernas, entre riscos o en sótanos y aljibes. Algunos hebreos cruzaron el Jordán hacia la región de Gad y Galaad. Saúl resistía en Guilgal, mientras toda su tropa estaba acobardada. Saúl esperó siete días, el plazo fijado por Samuel, pero Samuel no llegaba a Guilgal y la gente comenzaba a desertar. Entonces Saúl ordenó:

— Traedme el holocausto y los sacrificios de comunión.

Y Saúl ofreció el holocausto. 10 Cuando terminaba de ofrecerlo, llegó Samuel, y Saúl salió a su encuentro para saludarlo. 11 Samuel le preguntó:

— ¿Qué has hecho?

Y Saúl contestó:

— Cuando vi que la gente desertaba, que tú no venías en el plazo acordado y que los filisteos se concentraban en Micmás, 12 pensé que los filisteos me iban a atacar en Guilgal sin haber podido aplacar al Señor, y me vi obligado a ofrecer el holocausto.

13 Samuel dijo a Saúl:

— ¡Has perdido el juicio! Si hubieras guardado el precepto que el Señor tu Dios te impuso, el Señor habría consolidado para siempre tu reinado sobre Israel. 14 Pero ahora tu reinado no durará. El Señor se ha buscado un hombre de su confianza para convertirlo en jefe de su pueblo, puesto que no has cumplido lo que te ordenó.

15 Y Samuel se puso en camino para subir desde Guilgal hasta Guibeá de Benjamín.

Saúl pasó revista a la gente que le quedaba: eran unos seiscientos. 16 Saúl, su hijo Jonatán y la gente que los acompañaba se establecieron en Guibeá de Benjamín, mientras que los filisteos acamparon en Micmás. 17 Del campamento filisteo salió un destacamento de castigo dividido en tres patrullas: una se dirigió hacia Ofrá, hacia la región de Sual; 18 otra se dirigió hacia Bet Jorón y la tercera se dirigió hacia la frontera que domina el valle de Seboín, hacia el desierto. 19 En todo el territorio de Israel no había un solo herrero, pues los filisteos no querían que los hebreos forjasen espadas o lanzas. 20 Y todos los israelitas tenían que acudir a los filisteos para aguzar cada uno su reja, su azada, su hacha y su hoz. 21 Afilar rejas o azadas costaba dos tercios de siclo y un tercio afilar hachas o arreglar aguijadas. 22 Por eso, el día del combate ninguno de los que acompañaban a Saúl y a Jonatán tenían espadas y lanzas. Sólo las tenían Saúl y su hijo Jonatán.

23 Un destacamento filisteo salió hacia el paso de Micmás.

Guerra contra los filisteos

13 Saúl era mayor de edad cuando comenzó a reinar en Israel; y cuando llevaba ya algunos años reinando, escogió tres mil soldados entre los israelitas. Dos mil se quedaron con él en Micmás y en los montes de Betel, y los otros mil se quedaron con Jonatán en Guibeá de Benjamín. Al resto de la gente, Saúl le ordenó volver a casa. Jonatán acabó con la guarnición filistea que estaba en Guibeá, y los filisteos lo supieron. Entonces Saúl mandó tocar la trompeta en todo el país, para poner sobre aviso a los hebreos.

Todos los israelitas supieron que Saúl había acabado con la guarnición filistea y que por eso los filisteos aborrecían a los israelitas, así que el ejército se reunió con Saúl en Guilgal. Los filisteos, a su vez, se juntaron para luchar contra los israelitas. Tenían treinta mil carros de combate, seis mil soldados de caballería y una infantería tan numerosa como la arena del mar. Luego se dirigieron a Micmás y establecieron su campamento allí, al oriente de Bet-avén.

Los israelitas se vieron en grave aprieto, pues de tal manera fueron atacados por los filisteos que tuvieron que esconderse en cuevas y hoyos, y entre las peñas, y en zanjas y pozos. Muchos de ellos cruzaron el Jordán, hacia la región de Gad y de Galaad; pero Saúl se quedó todavía en Guilgal, y todo su ejército lo seguía lleno de miedo. Allí esperó Saúl siete días, según el plazo que le había indicado Samuel; pero Samuel no llegaba a Guilgal, y la gente comenzaba a irse. Entonces Saúl ordenó:

—Tráiganme animales para los holocaustos y los sacrificios de reconciliación.

Y él mismo ofreció el holocausto.

10 En el momento en que Saúl terminaba de ofrecer el holocausto, llegó Samuel. Entonces Saúl salió para recibirlo y saludarlo, 11 pero Samuel le dijo:

—¿Por qué has hecho eso?

Saúl respondió:

—Cuando vi que la gente comenzaba a irse, y que tú no llegabas en la fecha indicada, y que los filisteos estaban reunidos en Micmás, 12 pensé que ellos bajarían a atacarme en Guilgal, sin que yo me hubiera encomendado al Señor; por eso me vi en la necesidad de ofrecer yo mismo el holocausto.

13 Samuel le contestó:

—¡Lo que has hecho es una locura! Si hubieras obedecido la orden que el Señor te dio, él habría confirmado para siempre tu reinado en Israel. 14 Pero ahora, tu reinado no permanecerá. El Señor buscará un hombre de su agrado y lo nombrará jefe de su pueblo, porque tú has desobedecido la orden que él te dio.

15 En seguida Samuel se fue de Guilgal para seguir su camino. El resto del ejército siguió a Saúl para entablar combate, y de Guilgal llegaron a Guibeá de Benjamín. Allí contó Saúl las tropas que le acompañaban, y eran unos seiscientos hombres. 16 Saúl y su hijo Jonatán, y las tropas que iban con ellos, se quedaron en Guibeá de Benjamín, mientras que los filisteos acamparon en Micmás, 17 aunque tres grupos de guerrilleros filisteos salieron de su campamento; uno de ellos se dirigió hacia Ofrá, en la región de Sual, 18 otro fue hacia Bet-horón, y el tercero hacia la colina que se eleva sobre el valle de Seboím, hacia el desierto.

19 En todo el territorio de Israel no había un solo herrero, porque los filisteos pensaban que de esa manera los hebreos no podrían fabricar espadas ni lanzas. 20 Todos los israelitas tenían que recurrir a los filisteos para afilar cada cual su reja de arado, su azadón, su hacha o su pico. 21 Se cobraban dos tercios de siclo por afilar rejas y azadones, y un tercio de siclo por afilar las hachas y arreglar las aguijadas. 22 Por lo tanto, ninguno de los que acompañaban a Saúl y Jonatán tenía espada o lanza el día de la batalla. Sólo ellos dos las tenían. 23 Mientras tanto, un destacamento filisteo avanzó hacia el paso de Micmás.

Samuel reprende a Saúl

13 Saúl tenía treinta años[a] cuando comenzó a reinar sobre Israel y su reinado duró cuarenta y dos años.[b]

De entre los israelitas, Saúl escogió tres mil soldados; dos mil estaban con él en Micmás y en los montes de Betel, y mil estaban con Jonatán en Gueba[c] de Benjamín. Al resto del ejército Saúl lo mandó a sus hogares.

Jonatán atacó la guarnición filistea apostada en Gueba, y esto llegó a oídos de los filisteos. Entonces Saúl mandó que se tocara la trompeta por todo el país, pues dijo: «¡Que se enteren todos los hebreos!».

Todo Israel se enteró de esta noticia: «Saúl ha atacado la guarnición filistea, así que los israelitas se han hecho odiosos a los filisteos». Por tanto, el pueblo se puso a las órdenes de Saúl en Guilgal.

Los filisteos también se juntaron para hacerle la guerra a Israel. Contaban con tres mil[d] carros, seis mil jinetes y un ejército tan numeroso como la arena a la orilla del mar. Avanzaron hacia Micmás, al este de Bet Avén, y allí acamparon. Los israelitas se dieron cuenta de que estaban en aprietos, pues todo el ejército se veía amenazado. Por eso tuvieron que esconderse en las cuevas, en los matorrales, entre las rocas, en las zanjas y en los pozos. Algunos hebreos incluso cruzaron el Jordán para huir al territorio de Gad, en Galaad.

Saúl se había quedado en Guilgal y todo el ejército que lo acompañaba temblaba de miedo. Allí estuvo esperando siete días, según el plazo indicado por Samuel, pero este no llegaba. Como los soldados comenzaban a desbandarse, Saúl ordenó: «Tráiganme el holocausto y los sacrificios de comunión»; y él mismo ofreció el holocausto. 10 En el momento en que Saúl terminaba de celebrar el sacrificio, llegó Samuel. Saúl salió a recibirlo y lo saludó.

11 Pero Samuel reclamó:

—¿Qué has hecho?

Y Saúl respondió:

—Pues, como vi que la gente se desbandaba, que tú no llegabas en el plazo indicado, y que los filisteos se habían juntado en Micmás, 12 pensé: “Los filisteos ya están por atacarme en Guilgal, y ni siquiera he implorado el favor del Señor”. Por eso me atreví a ofrecer el holocausto.

13 —¡Te has portado como un necio! —respondió Samuel—. No has cumplido el mandamiento que te dio el Señor tu Dios. El Señor habría establecido tu reino sobre Israel para siempre, 14 pero ahora te digo que tu reino no permanecerá. El Señor ya está buscando un hombre conforme a su corazón y lo ha designado gobernante de su pueblo, pues tú no has obedecido.

15 Dicho esto, Samuel se fue de Guilgal hacia Gueba de Benjamín.

Israel no tenía armas

Saúl contó a los soldados que estaban con él y eran unos seiscientos hombres.

16 Él y su hijo Jonatán, junto con sus soldados, se quedaron en Gueba de Benjamín, mientras que los filisteos seguían acampados en Micmás. 17 Del campamento filisteo salió una tropa de asalto dividida en tres escuadrones: uno de ellos avanzó por el camino de Ofra, hacia el territorio de Súal; 18 otro, por Bet Jorón; y el tercero, por la frontera del valle de Zeboyín, en dirección al desierto.

19 En todo el territorio de Israel no había un solo herrero, pues los filisteos no permitían que los hebreos se forjaran espadas y lanzas. 20 Por tanto, todo Israel dependía de los filisteos para que les afilaran los arados, los azadones, las hachas y las hoces.[e] 21 Por un arado o un azadón cobraban dos tercios de un siclo[f] de plata, y un tercio de siclo[g] por una horqueta o un hacha o por arreglar las aguijadas.

22 Así que ninguno de los soldados israelitas tenía espada o lanza, excepto Saúl y Jonatán.

Jonatán ataca a los filisteos

23 Un destacamento de filisteos avanzó hasta el paso de Micmás.

Footnotes

  1. 13:1 treinta años (según algunos manuscritos tardíos de la LXX). TM no incluye el número de años.
  2. 13:1 cuarenta y dos años (texto probable; véase Hch 13:21); dos años (TM).
  3. 13:2 Gueba, al parecer se escribía de dos maneras: Guibeá o Gueba.
  4. 13:5 De acuerdo con varios manuscritos antiguos; el texto hebreo indica que eran treinta mil carros (TM).
  5. 13:20 las hoces (LXX); los arados (TM).
  6. 13:21 Lit. un pim, es decir, aprox. 8 g.
  7. 13:21 Es decir, aprox. 4 g.

13 Saul reigned one year; and when he had reigned two years over Israel,

Saul chose him three thousand men of Israel; whereof two thousand were with Saul in Michmash and in mount Bethel, and a thousand were with Jonathan in Gibeah of Benjamin: and the rest of the people he sent every man to his tent.

And Jonathan smote the garrison of the Philistines that was in Geba, and the Philistines heard of it. And Saul blew the trumpet throughout all the land, saying, Let the Hebrews hear.

And all Israel heard say that Saul had smitten a garrison of the Philistines, and that Israel also was had in abomination with the Philistines. And the people were called together after Saul to Gilgal.

And the Philistines gathered themselves together to fight with Israel, thirty thousand chariots, and six thousand horsemen, and people as the sand which is on the sea shore in multitude: and they came up, and pitched in Michmash, eastward from Bethaven.

When the men of Israel saw that they were in a strait, (for the people were distressed,) then the people did hide themselves in caves, and in thickets, and in rocks, and in high places, and in pits.

And some of the Hebrews went over Jordan to the land of Gad and Gilead. As for Saul, he was yet in Gilgal, and all the people followed him trembling.

And he tarried seven days, according to the set time that Samuel had appointed: but Samuel came not to Gilgal; and the people were scattered from him.

And Saul said, Bring hither a burnt offering to me, and peace offerings. And he offered the burnt offering.

10 And it came to pass, that as soon as he had made an end of offering the burnt offering, behold, Samuel came; and Saul went out to meet him, that he might salute him.

11 And Samuel said, What hast thou done? And Saul said, Because I saw that the people were scattered from me, and that thou camest not within the days appointed, and that the Philistines gathered themselves together at Michmash;

12 Therefore said I, The Philistines will come down now upon me to Gilgal, and I have not made supplication unto the Lord: I forced myself therefore, and offered a burnt offering.

13 And Samuel said to Saul, Thou hast done foolishly: thou hast not kept the commandment of the Lord thy God, which he commanded thee: for now would the Lord have established thy kingdom upon Israel for ever.

14 But now thy kingdom shall not continue: the Lord hath sought him a man after his own heart, and the Lord hath commanded him to be captain over his people, because thou hast not kept that which the Lord commanded thee.

15 And Samuel arose, and gat him up from Gilgal unto Gibeah of Benjamin. And Saul numbered the people that were present with him, about six hundred men.

16 And Saul, and Jonathan his son, and the people that were present with them, abode in Gibeah of Benjamin: but the Philistines encamped in Michmash.

17 And the spoilers came out of the camp of the Philistines in three companies: one company turned unto the way that leadeth to Ophrah, unto the land of Shual:

18 And another company turned the way to Bethhoron: and another company turned to the way of the border that looketh to the valley of Zeboim toward the wilderness.

19 Now there was no smith found throughout all the land of Israel: for the Philistines said, Lest the Hebrews make them swords or spears:

20 But all the Israelites went down to the Philistines, to sharpen every man his share, and his coulter, and his axe, and his mattock.

21 Yet they had a file for the mattocks, and for the coulters, and for the forks, and for the axes, and to sharpen the goads.

22 So it came to pass in the day of battle, that there was neither sword nor spear found in the hand of any of the people that were with Saul and Jonathan: but with Saul and with Jonathan his son was there found.

23 And the garrison of the Philistines went out to the passage of Michmash.