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36 óyelos tú desde el cielo y perdona el pecado de tus siervos, de tu pueblo Israel. Guíalos para que sigan el buen camino, y envía la lluvia sobre esta tierra, que es tuya, pues tú se la diste a tu pueblo por herencia.

37 »Cuando en el país haya hambre, peste, sequía, o plagas de langostas o saltamontes en los sembrados, o cuando el enemigo sitie alguna de nuestras ciudades; en fin, cuando venga cualquier calamidad o enfermedad, 38 si luego cualquier israelita, consciente de su propia culpa,[a] extiende sus manos hacia este templo, y ora y te suplica,

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Footnotes

  1. 8:38 de su propia culpa. Lit. de la plaga en su corazón.