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28 Con todo, Jehová, Dios mío, tú atenderás a la oración de tu siervo y a su plegaria, escuchando el clamor y la oración que tu siervo hace hoy en tu presencia, 29 que tus ojos estén abiertos de noche y de día sobre esta Casa, sobre este lugar del cual has dicho: “Mi nombre estará allí.” Escucha la oración que tu siervo te dirija en este lugar. 30 Oye, pues, la oración de tu siervo y de tu pueblo Israel. Cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos. Escucha y perdona.

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