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24 Entonces ordenó:

―Traedme una espada.

Cuando se la trajeron, 25 dijo:

―Partid en dos al niño que está vivo, y dadle una mitad a esta y la otra mitad a aquella.

26 La verdadera madre, angustiada por su hijo, le dijo al rey:

―¡Por favor, señor mío! ¡Dale a ella el niño que está vivo, pero no lo mates!

En cambio, la otra exclamó:

―¡Ni para mí ni para ti! ¡Que lo partan!

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