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23 El rey deliberó: «Una dice: “El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo”. Y la otra dice: “¡No es cierto! El niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío”». 24 Entonces ordenó:

―Traedme una espada.

Cuando se la trajeron, 25 dijo:

―Partid en dos al niño que está vivo, y dadle una mitad a esta y la otra mitad a aquella.

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