1 Reyes 22
Palabra de Dios para Todos
Micaías advierte a Acab
(2 Cr 18:2-27)
22 Durante los siguientes dos años hubo paz entre Israel y Siria. 2 Sin embargo, durante el tercer año, el rey Josafat de Judá fue a visitar al rey Acab de Israel.
3 Acab les preguntó a sus oficiales: «¿Se acuerdan ustedes que el rey de Siria nos quitó Ramot de Galaad? ¡Y no hemos hecho nada para recuperarla!» 4 Así que Acab le pidió al rey Josafat:
—¿Nos ayudarás a luchar contra el ejército de Siria en Ramot de Galaad?
Josafat le contestó:
—Por supuesto que te ayudaré. Mis soldados y mis caballos están tan dispuestos como los tuyos. 5 Pero primero consultemos al SEÑOR para ver lo que él dice.
6 Así que Acab llamó una reunión de los profetas. Había como 400 profetas y Acab les preguntó:
—¿Debo ir a la guerra contra el ejército de Siria y atacar a Ramot de Galaad o esperar hasta otro momento?
Los profetas contestaron:
—Ve a luchar ahora, porque el Señor te va a entregar la ciudad.
7 Pero Josafat les dijo:
—¿Hay otros profetas del SEÑOR por acá? Si hay, deberíamos preguntarles.
8 El rey Acab contestó:
—Hay otro profeta, Micaías hijo de Imlá, pero lo detesto porque cuando él habla de parte del SEÑOR nunca me dice nada agradable. Siempre dice lo que no me gusta.
Josafat le dijo:
—El rey no debería hablar así.
9 Así que el rey Acab le dijo a uno de sus oficiales que fuera rápido a buscar a Micaías hijo de Imlá.
10 Los dos reyes estaba sentados cada uno en su trono y vestidos con sus trajes reales. Estaban en los tribunales cerca de la puerta de Samaria y todos los profetas estaban de pie delante de ellos. Mientras profetizaban, 11 Sedequías hijo de Quenaná, uno de los profetas, hizo unos cuernos de hierro[a]. Entonces él le dijo a Acab:
—El SEÑOR dice: “Tú usarás estos cuernos para luchar en contra del ejército de Siria, lo derrotarás y destruirás”.
12 Los demás profetas estuvieron de acuerdo con Sedequías, diciendo:
—Que marche ya tu ejército a luchar contra el ejército de Siria en Ramot de Galaad. Los vencerás porque el SEÑOR te dará la victoria.
13 Entretanto, un oficial fue a buscar a Micaías y le dijo:
—Todos los profetas sin excepción están diciendo que el rey va a tener éxito. Así que te conviene acomodar tu mensaje al de ellos.
14 Pero Micaías contestó:
—Nada de eso. Te aseguro por el poder del SEÑOR que yo le diré al rey lo que el SEÑOR me diga.
15 Entonces Micaías se presentó ante el rey Acab. El rey le dijo:
—Micaías, ¿debemos el rey Josafat y yo juntar fuerzas para luchar contra el ejército de Siria en Ramot de Galaad o debemos esperar otro momento?
Micaías le contestó:
—¡Ataca ahora, porque el SEÑOR te permitirá vencerlos!
16 Pero Acab dijo:
—¿Cuántas veces tengo que decirte que estás bajo juramento y que digas sólo lo que el SEÑOR te dice?
17 Así que Micaías contestó:
—Esto es lo que va a suceder: el ejército de Israel será dispersado por las colinas como ovejas sin pastor. El SEÑOR dice: “Estos no tienen líderes, que se devuelvan a casa y no hagan la guerra”.
18 Entonces Acab le dijo a Josafat:
—¿Ves? ¿No es como te dije? Este profeta no me dice nada bueno, sino que siempre me dice lo que no quiero escuchar.
19 Pero Micaías siguió hablando de parte de Dios y le dijo:
—Escucha este mensaje que el SEÑOR tiene para ti: Vi al SEÑOR sentado en su trono en el cielo. Todo el ejército del cielo estaba presente con él a su derecha y a su izquierda. 20 El SEÑOR les dijo: “¿Quién engañará a Acab para que ataque a Ramot de Galaad y muera ahí?” Los ángeles no estaban de acuerdo en cuanto a qué hacer. 21 Entonces salió un espíritu y se puso delante del SEÑOR y le dijo: “¡Yo lo engañaré!” El SEÑOR contestó: “¿Cómo engañarás al rey Acab?” 22 El ángel dijo: “Confundiré a todos los profetas de Acab. Les diré mentiras a los profetas para que engañen al rey Acab. Sus profecías serán mentiras”. Así que el Señor dijo: “¡De acuerdo! Ve y hazlo, que tendrás éxito en engañar al rey Acab”.
23 Micaías dijo:
—Efectivamente es lo que ha ocurrido. El SEÑOR ha inspirado a todos tus profetas para que te engañen. El SEÑOR decidió que todo te saldrá mal.
24 Entonces el profeta Sedequías hijo de Quenaná se acercó a Micaías y le dio una bofetada. Sedequías le dijo:
—¿De veras crees que el Espíritu del SEÑOR me ha dejado y ahora habla por ti?
25 Micaías contestó:
—Mira, pronto verás el día en que tratarás de escapar yendo de cuarto en cuarto.
26 Entonces el rey Acab le ordenó a uno de sus oficiales que arrestara a Micaías. El rey Acab le dijo:
—Agárrenlo y llévenselo a Amón, el gobernador de la ciudad, y al príncipe Joás. 27 Diles que el rey ordena que lo pongan en prisión y que sólo le den un poco de pan y agua. Manténganlo ahí hasta que yo vuelva de la batalla.
28 Micaías dijo en voz alta:
—¡Escúchenme todos! Si el rey Acab regresa sano y salvo de esta batalla, el SEÑOR no ha hablado por mí.
29 Entonces el rey Acab y el rey Josafat fueron a pelear en contra del ejército de Siria en Ramot de Galaad. 30 Acab le dijo a Josafat:
—Preparémonos para la batalla. Me disfrazaré para ocultar que soy el rey. Pero tú vístete con las vestimentas reales.
Así que el rey de Israel empezó la batalla vestido como cualquiera que no es rey.
31 El rey de Siria tenía 32 comandantes de carros de combate y les dijo que nadie tenía tanta importancia para él como el rey de Israel. Por eso les ordenó buscar al rey de Israel y matarlo sin preocuparse por el resto del enemigo. 32 Así que durante la batalla, los comandantes de carruaje se fijaron en el rey Josafat pensando que él era el rey de Israel. Cambiaron el rumbo para atacarlo cuando Josafat comenzó a gritar. 33 Al ver que no era el rey Acab, dejaron de perseguirlo. 34 Sin embargo, un soldado tiró una flecha al aire, sin apuntar a nada en particular, la flecha entró por un pequeño espacio entre la malla y la armadura de Acab, rey de Israel. Entonces Acab le dijo al conductor del carro: «¡Me hirió una flecha! Sal del área y retirémonos de la batalla».
35 Los ejércitos continuaron en batalla aquel día, y el rey Acab se quedó de pie en su carro frente al ejército de Siria. La sangre de la herida corría por el piso del carro y por la tarde, el rey murió. 36 Cuando se ponía el sol, gritaron en el campamento: «¡Vuelva cada uno a su ciudad y a su propia tierra!» 37 Así murió el rey Acab. Unos hombres llevaron su cuerpo a Samaria y lo sepultaron allí. 38 Los hombres limpiaron el carruaje de Acab en el estanque que está en Samaria, y los perros lamieron la sangre del rey Acab. También las prostitutas usaron el agua para lavarse. Todo ocurrió tal como el SEÑOR había dicho.
39 Todo lo que hizo el rey Acab durante la época que gobernó en Israel está escrito en Las crónicas de los reyes de Israel. Ahí también se comenta sobre el palacio de marfil y todas las ciudades que el rey construyó. 40 Acab murió y fue sepultado con sus antepasados. Su hijo Ocozías reinó en su lugar.
Josafat, rey de Judá
(2 Cr 20:31-37)
41 Durante el cuarto año del reinado de Acab en Israel, Josafat hijo de Asá llegó a ser rey de Judá. 42 Josafat tenía 35 años cuando llegó al poder y reinó en Jerusalén 25 años. Su mamá se llamaba Azuba hija de Siljí. 43 Josafat fue bueno como lo fue su papá antes de él e hizo todo lo que el SEÑOR consideraba correcto, pero no destruyó los santuarios sobre las colinas. La gente continuaba ofreciendo sacrificios y quemando incienso en esos lugares, fuera del templo.
44 Josafat hizo las paces con el rey de Israel. 45 El resto de los hechos de Josafat, incluso sus hazañas y sus guerras, está escrito en Las crónicas de los reyes de Judá. 46 Josafat expulsó a los que quedaban de los que se dedicaban a vender sexo en nombre de un dios. Algunos habían quedado desde el tiempo de Asá, su papá. 47 En esa época no había rey que gobernara Edom, y Josafat gobernaba como rey de Edom.
Los barcos de Josafat
48 El rey Josafat construyó barcos de carga para ir hasta Ofir a traer oro, pero los barcos nunca salieron porque se destrozaron en el puerto de Ezión Guéber. 49 El rey de Israel, Ocozías hijo de Acab, se ofreció a ayudarle y le pidió a Josafat que dejara que unos de sus marineros fueran en los barcos, pero Josafat no quiso aceptar la ayuda de Ocozías.
50 Josafat murió y fue sepultado con sus antepasados en la Ciudad de David. Entonces su hijo Jorán reinó en su lugar.
Ocozías, rey de Israel
51 Ocozías hijo de Acab se convirtió en rey de Israel en el año 17 del reinado de Josafat de Judá. Ocozías gobernó en Samaria por dos años. 52 Él pecó en contra del SEÑOR y obró igual que su papá Acab, que su mamá Jezabel, y que Jeroboán hijo de Nabat. Todos estos líderes llevaron a los israelitas a pecar cada vez más. 53 Ocozías adoró y sirvió al dios falso Baal, como lo hizo su papá antes de él, e hizo enojar mucho al SEÑOR, Dios de Israel, quien se enojó con Ocozías igual que con su papá.
Footnotes
- 22:11 cuernos de hierro Simbolizaban mucha fuerza.
1 Reyes 22
Nueva Versión Internacional
Micaías profetiza contra Acab(A)
22 Durante tres años no hubo guerra entre Aram e Israel. 2 Pero en el tercer año Josafat, rey de Judá, fue a ver al rey de Israel, 3 el cual dijo a sus funcionarios: «¿No saben que Ramot de Galaad nos pertenece? ¡Y no hemos hecho nada para obligar al rey de Aram a que nos la devuelva!».
4 Así que preguntó a Josafat:
—¿Irías conmigo a pelear contra Ramot de Galaad?
Josafat respondió al rey de Israel:
—Estoy a tu disposición, lo mismo que mi pueblo y mis caballos.
5 Pero Josafat también le dijo al rey de Israel:
—Antes que nada, consultemos al Señor.
6 Así que el rey de Israel reunió a los profetas, que eran unos cuatrocientos y les preguntó:
—¿Debo ir a la guerra contra Ramot de Galaad o no?
—Vaya usted —contestaron ellos—, porque el Señor la ha entregado en manos de Su Majestad.
7 Pero Josafat inquirió:
—¿No hay aquí un profeta del Señor a quien podamos consultar?
8 El rey de Israel respondió:
—Todavía hay alguien por medio de quien podemos consultar al Señor, pero me cae muy mal porque nunca me profetiza nada bueno; solo me anuncia desastres. Se trata de Micaías, hijo de Imlá.
—No digas eso —respondió Josafat.
9 Entonces el rey de Israel llamó a uno de sus funcionarios y ordenó:
—¡Traigan de inmediato a Micaías, hijo de Imlá!
10 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, vestidos con sus trajes reales y sentados en sus respectivos tronos, estaban en la plaza a la entrada de Samaria con todos los que profetizaban en su presencia. 11 Sedequías, hijo de Quenaná, que se había hecho unos cuernos de hierro, anunció: «Así dice el Señor: “Con estos cuernos atacarás a los arameos hasta aniquilarlos”».
12 Y los demás profetas vaticinaban lo mismo: «Ataque usted a Ramot de Galaad y vencerá, porque el Señor la entregará en manos de Su Majestad».
13 Ahora bien, el mensajero que había ido a llamar a Micaías le advirtió:
—Mira, los demás profetas a una voz predicen el éxito del rey. Habla favorablemente, para que tu mensaje concuerde con el de ellos.
14 Pero Micaías repuso:
—Tan cierto como que el Señor vive, anunciaré al rey lo que el Señor me diga.
15 Cuando compareció ante el rey, este le preguntó:
—Micaías, ¿debemos ir a la guerra contra Ramot de Galaad o no?
—Ataque y vencerá —contestó él—, porque el Señor la ha entregado en manos de Su Majestad.
16 El rey le reclamó:
—¿Cuántas veces debo hacerte jurar que no me digas nada más que la verdad en el nombre del Señor?
17 Ante esto, Micaías concedió:
—Vi a todo Israel esparcido por las colinas como ovejas sin pastor. Y el Señor dijo: “Esta gente no tiene amo. ¡Que cada cual se vaya a su casa en paz!”.
18 El rey de Israel dijo a Josafat:
—¿No te dije que jamás me profetiza nada bueno y que solo me anuncia desastres?
19 Micaías prosiguió:
—Por lo tanto, oiga usted la palabra del Señor: Vi al Señor sentado en su trono con todo el ejército del cielo alrededor de él, a su derecha y a su izquierda. 20 Y el Señor dijo: “¿Quién seducirá a Acab para que ataque a Ramot de Galaad y vaya a morir allí?”.
»Uno sugería una cosa y otro sugería otra. 21 Por último, un espíritu se adelantó, se puso delante del Señor y dijo: “Yo lo seduciré”. “¿Por qué medios?”, preguntó el Señor.
22 »Y aquel espíritu respondió: “Saldré y seré un espíritu mentiroso en la boca de todos sus profetas”. Entonces el Señor ordenó: “Ve y hazlo así, que tendrás éxito en seducirlo”.
23 »Así que ahora el Señor ha puesto un espíritu mentiroso en la boca de todos estos profetas suyos. El Señor ha decretado para usted la calamidad».
24 Al oír esto, Sedequías, hijo de Quenaná, se levantó y le dio una bofetada a Micaías.
—¿Por dónde se fue el espíritu[a] del Señor cuando salió de mí para hablarte? —preguntó.
25 Micaías contestó:
—Lo sabrás el día en que andes de escondite en escondite.
26 Entonces el rey de Israel ordenó:
—Tomen a Micaías y llévenselo a Amón, el gobernador de la ciudad, y a Joás, mi hijo. 27 Díganles que ordeno que lo echen en la cárcel y solo le den pan y agua, hasta que yo regrese sin contratiempos.
28 Micaías manifestó:
—Si regresas en paz, el Señor no ha hablado por medio de mí. ¡Tomen nota todos ustedes de lo que estoy diciendo!
Muerte de Acab en Ramot de Galaad(B)
29 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, marcharon juntos contra Ramot de Galaad. 30 Allí el rey de Israel dijo a Josafat: «Yo entraré a la batalla disfrazado, pero tú te pondrás tu traje real». Así que el rey de Israel se disfrazó y entró al combate.
31 Pero el rey de Aram había ordenado a sus treinta y dos comandantes de los carros de combate: «No luchen contra nadie, grande o pequeño, salvo contra el rey de Israel». 32 Cuando los comandantes de los carros vieron a Josafat, pensaron: «Sin duda, este es el rey de Israel». Así que se volvieron para atacarlo; pero Josafat gritó. 33 Entonces los comandantes de los carros vieron que no era el rey de Israel y dejaron de perseguirlo.
34 Sin embargo, alguien disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel entre las piezas de su armadura. El rey ordenó al que conducía su carro: «Da la vuelta y sácame del campo de batalla, pues me han herido». 35 Todo el día arreció la batalla y al rey se le mantuvo de pie en su carro, frente a los arameos. Pero la sangre de su herida no dejaba de correr por el piso del carro; esa misma tarde Acab murió. 36 Ya se ponía el sol cuando por todo el ejército se difundió un clamor: «Cada hombre a su ciudad. ¡Todo el mundo a su tierra!».
37 Así que el rey murió y fue llevado a Samaria donde lo sepultaron. 38 Lavaron el carro en un estanque de Samaria, donde se bañaban las prostitutas, y los perros lamieron la sangre, tal como lo había declarado la palabra del Señor.
39 Los demás acontecimientos del reinado de Acab, incluso todo lo que hizo, el palacio que construyó e incrustó de marfil y las ciudades que fortificó, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. 40 Acab murió y su hijo Ocozías lo sucedió en el trono.
Josafat, rey de Judá(C)
41 Josafat, hijo de Asá, comenzó a reinar en Judá en el cuarto año de Acab, rey de Israel. 42 Josafat tenía treinta y cinco años cuando comenzó a reinar y reinó en Jerusalén veinticinco años. El nombre de su madre era Azuba, hija de Siljí. 43 Siguió el buen ejemplo de su padre Asá y nunca se desvió de él, sino que hizo lo que agrada al Señor. Sin embargo, no se quitaron los altares paganos, de modo que el pueblo siguió ofreciendo allí sacrificios e incienso quemado. 44 Josafat también vivió en paz con el rey de Israel.
45 Los demás acontecimientos del reinado de Josafat, lo que llevó a cabo y sus proezas militares, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. 46 Libró la tierra del resto de los hombres que practicaban la prostitución en los santuarios, los cuales se habían quedado allí incluso después del reinado de su padre Asá. 47 En aquel tiempo no había rey en Edom, sino que gobernaba un regente.
48 Por esos días Josafat construyó una flota mercante[b] para ir a Ofir por oro, pero nunca llegaron a zarpar, pues naufragaron en Ezión Guéber. 49 Entonces Ocozías, hijo de Acab, dijo a Josafat: «Deja que mis hombres naveguen con tus hombres». Pero Josafat no se lo permitió.
50 Josafat murió y fue sepultado con sus antepasados en la ciudad de su padre David; su hijo Jorán lo sucedió en el trono.
Ocozías, rey de Israel
51 Ocozías, hijo de Acab, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria en el año diecisiete de Josafat, rey de Judá, y reinó dos años en Israel. 52 Pero hizo lo malo ante los ojos del Señor, porque siguió el ejemplo de su padre y de su madre, y de Jeroboán, hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel. 53 Sirvió y adoró a Baal, y provocó a ira al Señor, Dios de Israel, tal como lo había hecho su padre.
1 Kings 22
Tree of Life Version
Ahab’s Last Stand
22 Three years remained without war between Aram and Israel. 2 Then it came about in the third year that King Jehoshaphat of Judah came down to the king of Israel. 3 The king of Israel said to his courtiers, “Do you know that Ramoth-gilead is ours, yet we are still doing nothing to recover it from the hand of the king of Aram?” 4 Then he said to Jehoshaphat, “Will you go with me to battle at Ramot-gilead?”
Jehoshaphat said to the king of Israel, “I am as you are, my people as your people, my horses as your horses.” 5 Jehoshaphat said further to the king of Israel, “Please inquire of Adonai for a word first,”
6 So the king of Israel gathered the prophets together, about 400 men, and asked them: “Should I march against Ramot-gilead to battle or should I refrain?”
They responded, “Go up, for my Lord will deliver it into the hand of the king.”
7 But Jehoshaphat said: “Is there no longer a prophet of Adonai here that we may inquire of Him?”
8 The king of Israel said to Jehoshaphat, “Yes, there is still one by whom we may inquire of Adonai—Micaiah son of Imlah—but I hate him, because he never prophesies good concerning me, only evil.”
But Jehoshaphat said, “May the king not say so!”
9 So the king of Israel summoned one of his eunuchs and said, “Bring Micaiah son of Imlah quickly.”
10 Now the king of Israel and King Jehoshaphat of Judah were sitting each on his throne, arrayed in their robes, at a threshing-floor at the entrance of Samaria’s gate. All the prophets were prophesying before them. 11 Now Zedekiah son of Chenaanah made himself horns of iron and said, “Thus says Adonai: ‘With these you will gore the Arameans until they are consumed!” 12 Then all the prophets were prophesying so, saying, “Go up to Ramot-gilead and triumph! For Adonai will deliver it into the hand of the king!”
13 Meanwhile the messenger that went to summon Micaiah spoke to him saying, “Behold now, the words of the prophets are uniformly declaring favor to the king. So please let your word be like the word of one of them, and speak favorably.”
14 But Micaiah said, “As Adonai lives, what Adonai says to me, that will I speak.”
15 Now when he came to the king, the king asked him, “Micaiah, should we march to Ramot-gilead in battle or should we refrain?”
“March and triumph!” he answered, “and Adonai will give it into the hand of the king.”
16 But the king said to him, “How many times must I make you swear to speak to me nothing but the truth in the Name of Adonai?”
17 Then he said,
“I saw all Israel scattered on the hills,
as sheep without a shepherd.[a]
Then Adonai said, ‘These have no master;
let each of them return home in peace.’”
18 And the king of Israel said to Jehoshaphat, “Didn’t I tell you that he wouldn’t prophesy good concerning me, only evil?”
19 Micaiah then continued, “Therefore hear the word of Adonai. I saw Adonai sitting on His throne,[b] with all the hosts of heaven standing by Him on His right hand and on His left. 20 Then Adonai said, ‘Who will entice Ahab to go up and fall at Ramoth-gilead?’ One suggested this and another that, 21 until a certain spirit came forward and stood before Adonai and said, ‘I will entice him.’ So Adonai asked him, ‘How?’ 22 And he said: ‘I will go and be a deceiving spirit[c] in the mouth of all his prophets.’ Then He said: ‘You shall entice him and shall prevail also—go and do so.’ 23 Now therefore, behold, Adonai has put a deceiving spirit in the mouth of all these prophets of yours, and Adonai has decreed evil upon you.”
24 Then Zedekiah son of Chenaanah approached Micaiah, struck him on the cheek and said, “Which way did the Ruach Adonai pass from me to speak to you?”
25 Micaiah replied, “Behold, you will see on that day when you go into an inner chamber to hide.”
26 Then the king of Israel said, “Take Micaiah and take him back to Amon the city governor and to Joash the king’s son, 27 and say, “Thus says the king: ‘Put this fellow in the prison, and feed him only bread and water until I return safely.’”
28 Micaiah then said, “If you ever return safely, then Adonai has not spoken through me.” And he added, “Did you hear, all you people?”
29 So the king of Israel and Jehoshaphat the king of Judah marched to Ramot-gilead. 30 Then the king of Israel said to Jehoshaphat, “I will disguise myself and go into the battle, but you, put on your robes.” So the king of Israel disguised himself and went into the battle.
31 Now the king of Aram had commanded his 32 chariot commanders saying, “Do no single combat with anyone, small or great—except the king of Israel.” 32 So when the chariot commanders saw Jehoshaphat, they said, “He must be the king of Israel!” and they turned aside to do combat with him, but Jehoshaphat cried out. 33 When the captains of the chariots realized that he was not the king of Israel, they turned back from pursuing him.
34 But a man drew his bow aimlessly and struck the king of Israel between the lower armor and the breastplate. Then he said to the driver of his chariot, “Turn around and take me out of the battle, for I’m wounded.” 35 The battle raged that day, and the king remained propped up in his chariot facing the Arameans. But he died at evening—and the blood ran out of the wound into the bottom of the chariot. 36 As the sun was setting, a shout went throughout the army, saying, “Each man to his town, and each man to his land!”
37 So the king died, and was brought to Samaria; and they buried the king in Samaria. 38 Then they washed the chariot at the pool of Samaria where the harlots washed and the dogs licked up his blood—just as was the word of Adonai that He had spoken.
39 Now the rest of Ahab’s deeds and all he did, including the ivory palace he built and all the cities he fortified, are they not written in Book of the Chronicles of the Kings of Israel? 40 So Ahab slept with his fathers, and his son Ahaziah became king in his place.
Jehoshaphat of Judah
41 Now Jehoshaphat son of Asa began to reign over Judah in the fourth year of Ahab king of Israel. 42 Jehoshaphat was 35 years old when he became king, and he reigned 25 years in Jerusalem. His mother’s name was Azubah the daughter of Shilhi.
43 He walked in all the ways of his father Asa, not straying from them, but doing what was right in Adonai’s eyes. 44 However, they did not take away the high places, and the people continued to sacrifice and burn incense on the high places.
45 Jehoshaphat also made peace with the king of Israel. 46 Now the rest of the deeds of Jehoshaphat along with his might that he showed and how he warred, are they not written in Book of the Chronicles of the Kings of Judah? 47 He expelled from the land the cult prostitutes remaining from the days of his father Asa. 48 There was no king in Edom; a deputy was king. 49 Jehoshaphat made Tarshish ships go to Ophir for gold, but they never went, because the ships were wrecked at Ezion-geber. 50 Then Ahaziah son of Ahab said to Jehoshaphat, “Let my servants sail with your servants in the ships.” But Jehoshaphat refused. 51 Jehoshaphat slept with his fathers, and was buried with his fathers in the city of his father David, and his son Jehoram became king in his place.
52 Ahaziah son of Ahab began to reign over Israel in Samaria in the seventeenth year of Jehoshaphat king of Judah, and he reigned two years over Israel. 53 But he did what was evil in Adonai’s eyes and followed the way of his father, and the way of his mother, and the way of Jeroboam son of Nebat who caused Israel to sin. 54 For he worshipped Baal and bowed down to him, vexing Adonai God of Israel, like all his father had done.
Footnotes
- 1 Kings 22:17 cf. Matt. 9:36; Mark 6:34.
- 1 Kings 22:19 cf. Rev. 4:9-10.
- 1 Kings 22:22 cf. 2 Thes. 2:11.
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