Add parallel Print Page Options

35 Aquel día había arreciado la batalla y el rey tuvo que ser sostenido en su carro frente a los sirios. A la caída de la tarde murió, y la sangre de la herida corría por el fondo del carro. 36 A la puesta del sol corrió un pregón por el campamento que decía: «¡Cada uno a su ciudad y cada cual a su tierra! 37 ¡El rey ha muerto!»

Entonces el rey fue traído a Samaria y lo sepultaron allí.

Read full chapter