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11 Y Sedequías, hijo de Quenaana, se había hecho unos cuernos(A) de hierro y decía: «Así dice el Señor: “Con estos acornearás a los arameos hasta acabarlos(B)”». 12 Y todos los profetas profetizaban así: «Suba a Ramot de Galaad y tendrá éxito, pues el Señor la entregará en manos del rey».

13 Y el mensajero que fue a llamar a Micaías le dijo: «Mira, las palabras de los profetas son unánimes en favor del rey. Te ruego que tu palabra sea como la palabra de uno de ellos, y que hables favorablemente».

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