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12 Benadad, que estaba bebiendo con los reyes en el campamento, dijo a sus soldados al escuchar esta respuesta:

— ¡Cada uno a su puesto!

E inmediatamente tomaron posiciones frente a la ciudad.

13 Pero entonces un profeta se acercó a Ajab, rey de Israel y le dijo:

— Así dice el Señor: “¿Ves todo ese gran ejército? Pues te lo voy a entregar hoy mismo, para que reconozcas que yo soy el Señor”.

14 Ajab preguntó:

— ¿Por medio de quién?

El profeta respondió:

— El Señor dice que por medio de los escuderos de los gobernadores de provincias.

Ajab insistió:

— ¿Quién iniciará el ataque?

Respondió:

— Serás tú.

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