Add parallel Print Page Options

y caminó todo un día por el desierto. Llegó adonde había un arbusto,[a] y se sentó a su sombra con ganas de morirse. «¡Estoy harto, Señor! —protestó—. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados». Luego se acostó debajo del arbusto y se quedó dormido.

De repente, un ángel lo tocó y le dijo: «Levántate y come». Elías miró a su alrededor y vio a su cabecera un panecillo cocido sobre carbones calientes y un jarro de agua. Comió y bebió, y volvió a acostarse.

Read full chapter

Footnotes

  1. 19:4 un arbusto. Lit. una retama; también en v. 5.