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26 Cuando el viejo profeta escuchó esto, dijo: «Ese es el hombre de Dios que no obedeció el mandato del SEÑOR. Así que el SEÑOR mandó un león para matarlo, tal como el SEÑOR le había dicho». 27 Entonces el profeta les dijo a sus hijos: «Ensillen el asno». Y ellos lo ensillaron. 28 Cuando el viejo profeta encontró el cadáver, el asno y el león estaban todavía parados cerca del cuerpo. El león no se lo había comido ni había herido al asno.

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