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Y vino á Jerusalem con muy grande comitiva, con camellos cargados de especias, y oro en grande abundancia, y piedras preciosas: y como vino á Salomón, propúsole todo lo que en su corazón tenía.

Y Salomón le declaró todas sus palabras: ninguna cosa se le escondió al rey, que no le declarase.

Y cuando la reina de Seba vió toda la sabiduría de Salomón, y la casa que había edificado,

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