Add parallel Print Page Options

dijo con dolor:

«¡Qué tristeza siento
al ver el sufrimiento de mi pueblo
que vive en Jerusalén,
la ciudad de Dios!
Los extranjeros se apoderaron
de la ciudad y del templo,
y no hay nada que yo pueda hacer.

»Le han faltado el respeto al templo.
Han robado los utensilios sagrados,
que eran su orgullo.
En las calles de la ciudad
asesinaron a los niños
y con la espada mataron a los jóvenes.

Read full chapter