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26 Entonces Simón Macabeo le envió a Antíoco, plata, oro, armas y dos mil de sus mejores soldados para que lo ayudaran. 27 Pero Antíoco no sólo se negó a recibirlos, sino que rompió todos los acuerdos de paz que había hecho con Simón. 28 Además, envió a uno de sus amigos, llamado Atenobio, para que hablara con Simón y le dijera:

«Ustedes se han hecho dueños de Jope, Guézer y del cuartel de Jerusalén. Sepan que esas ciudades son mías, pues pertenecen a mi reino.

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