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12 El que tiene al Hijo, tiene la vida, el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

El conocimiento de la vida eterna

13 Les he escrito estas cosas a ustedes, los que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna. 14 Y ésta es la confianza que tenemos en él: si pedimos algo según su voluntad, él nos oye.

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De tal manera amó Dios al mundo

16 »Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.

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25 A la medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, mientras los presos los escuchaban. 26 De pronto hubo un terremoto, tan violento que los cimientos de la cárcel se estremecieron. Al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. 27 El carcelero despertó, y cuando vio abiertas las puertas de la cárcel, sacó su espada y quiso matarse, pues pensaba que los presos habían huido. 28 Pero con fuerte voz Pablo le dijo: «¡No te hagas ningún daño, que todos estamos aquí!» 29 Entonces el carcelero pidió una luz y, temblando de miedo, corrió hacia dentro y se echó a los pies de Pablo y de Silas; 30 luego los sacó y les preguntó: «Señores, ¿qué debo hacer para salvarme?» 31 Ellos le dijeron: «Cree en el Señor Jesucristo, y se salvarán tú y tu familia.» 32 Y les hablaron de la palabra del Señor a él y a toda su familia. 33 A esas horas de la noche el carcelero los tomó y les lavó las heridas, y luego él y toda su familia fueron bautizados; 34 después los llevó a su casa y les sirvió de comer, y él y toda su casa se alegraron mucho de haber creído en Dios.

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