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13 Entonces David dijo a Gad:

—Estoy muy angustiado. Por favor, caiga yo en mano del SEÑOR, porque grande en extremo es su misericordia. Y no caiga yo en mano de los hombres.

14 Así que el SEÑOR envió una epidemia a Israel, y cayeron setenta mil hombres de Israel.

Se aplaca la ira contra el pueblo

15 Dios envió un ángel a Jerusalén para destruirla. Pero cuando iba a destruirla, el SEÑOR miró y cambió de parecer acerca de aquel mal. Y dijo al ángel que destruía:

—¡Basta ya! ¡Detén tu mano!

El ángel del SEÑOR estaba junto a la era de Ornán el jebuseo.

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