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Entonces Janún apresó a los servidores de David, los afeitó, les cortó los vestidos por la mitad hasta las nalgas y luego los expulsó. Cuando fueron a contar a David lo de estos hombres, él envió mensajeros a su encuentro, pues se sentían muy avergonzados, para decirles:

— Quedaos en Jericó hasta que os crezca la barba y entonces regresáis.

Los amonitas comprendieron que habían provocado a David, por lo que Janún y los amonitas enviaron mil talentos de plata para contratar carros y jinetes de Aram Najaráin, de Aram Maacá y de Sobá.

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