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31-32 El Señor Jesucristo se fija en nuestra conducta. Él nos corrige para que aprendamos, y para que así no tengamos que ser castigados junto con la gente de este mundo que no cree en él. Si pensamos bien lo que hacemos, no seremos castigados.

33 Por eso, hermanos míos, cuando se junten para comer, esperen a que todos estén reunidos. 34 Si alguno tiene hambre, es mejor que coma en su casa. Así Dios no tendrá que castigarlos por su comportamiento en las reuniones.

En cuanto a las otras preguntas que me hicieron, ya les daré instrucciones cuando vaya a visitarlos.

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