1 Corintios 10-11
Nueva Traducción Viviente
Lecciones de la idolatría de Israel
10 Amados hermanos, no quiero que se olviden de lo que les sucedió a nuestros antepasados hace mucho tiempo en el desierto. Todos fueron guiados por una nube que iba delante de ellos y todos caminaron a través del mar sobre tierra seca. 2 Todos ellos fueron bautizados en la nube y en el mar como seguidores de Moisés. 3 Todos comieron el mismo alimento espiritual 4 y todos bebieron la misma agua espiritual. Pues bebieron de la roca espiritual que viajaba con ellos, y esa roca era Cristo. 5 Sin embargo, Dios no se agradó con la mayoría de ellos, y sus cuerpos fueron dispersados por el desierto.
6 Esas cosas sucedieron como una advertencia para nosotros, a fin de que no codiciemos lo malo como hicieron ellos, 7 ni rindamos culto a ídolos como hicieron algunos de ellos. Como dicen las Escrituras: «El pueblo celebró con abundante comida y bebida, y se entregó a diversiones paganas»[a]. 8 Y no debemos cometer inmoralidad sexual como hicieron algunos de ellos, lo cual causó la muerte de veintitrés mil personas en un solo día.
9 Tampoco deberíamos poner a prueba a Cristo[b] como hicieron algunos de ellos, y luego murieron mordidos por serpientes. 10 Y no murmuren como lo hicieron algunos de ellos, y luego el ángel de la muerte los destruyó. 11 Esas cosas les sucedieron a ellos como ejemplo para nosotros. Se pusieron por escrito para que nos sirvieran de advertencia a los que vivimos en el fin de los tiempos.
12 Si ustedes piensan que están firmes, tengan cuidado de no caer. 13 Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir.
14 Por lo tanto, mis queridos amigos, huyan de la adoración a los ídolos. 15 Ustedes son personas razonables. Juzguen por sí mismos si lo que digo es cierto. 16 Cuando bendecimos la copa en la Mesa del Señor, ¿no participamos en la sangre de Cristo? Y, cuando partimos el pan, ¿no participamos en el cuerpo de Cristo? 17 Aunque somos muchos, todos comemos de un mismo pan, con lo cual demostramos que somos un solo cuerpo. 18 Piensen en el pueblo de Israel. ¿No estaban unidos al comer de los sacrificios del altar?
19 ¿Qué es lo que trato de decir? ¿Que la comida ofrecida a ídolos tiene alguna importancia o que los ídolos son dioses verdaderos? 20 No, de ninguna manera. Lo que digo es que esos sacrificios se ofrecen a los demonios, no a Dios. Y no quiero que ustedes tengan parte con los demonios. 21 Ustedes no pueden beber de la copa del Señor y también de la copa de los demonios. No pueden comer de la Mesa del Señor y también de la mesa de los demonios. 22 ¿Qué? ¿Acaso nos atreveremos a despertar los celos del Señor? ¿Piensan que somos más fuertes que él?
23 Ustedes dicen: «Se me permite hacer cualquier cosa»[c], pero no todo les conviene. Dicen: «Se me permite hacer cualquier cosa», pero no todo trae beneficio. 24 No se preocupen por su propio bien, sino por el bien de los demás.
25 Así que pueden comer cualquier carne que se venda en el mercado sin preguntar nada por motivos de conciencia. 26 Pues «la tierra es del Señor y todo lo que hay en ella»[d].
27 Si alguien que no es creyente los invita a cenar a su casa, acepten la invitación si desean. Coman todo lo que les ofrezcan sin preguntar nada por motivos de conciencia. 28 (Pero supongamos que alguien les dice: «Esta carne se ofreció a un ídolo». No la coman, por respeto a la conciencia del que lo dijo. 29 Tal vez no sea una cuestión de conciencia para ustedes, pero lo es para la otra persona). Pues, ¿por qué tendría que ser restringida mi libertad por lo que piense otra persona? 30 Si puedo darle gracias a Dios por la comida y disfrutarla, ¿por qué debería ser condenado por comerla?
31 Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios. 32 No ofendan a los judíos ni a los gentiles[e] ni a la iglesia de Dios. 33 Yo también trato de complacer a todos en todo lo que hago. No hago solo lo que es mejor para mí; hago lo que es mejor para otros a fin de que muchos sean salvos. 11 1 Y ustedes deberían imitarme a mí, así como yo imito a Cristo.
Instrucciones para la adoración en público
2 Cuánto me alegro de que ustedes siempre me tienen en sus pensamientos y de que siguen las enseñanzas que les transmití. 3 Pero hay algo que quiero que sepan: la cabeza de todo hombre es Cristo, la cabeza de la mujer es el hombre, y la cabeza de Cristo es Dios.[f] 4 El hombre deshonra a su cabeza[g] si se cubre la cabeza mientras ora o profetiza. 5 En cambio, la mujer deshonra a su cabeza[h] si ora o profetiza sin cubrirse la cabeza, porque es como si se la rapara. 6 Efectivamente, si ella se niega a ponerse algo para cubrirse la cabeza, ¡debería cortarse todo el cabello! Ya que es vergonzoso que la mujer se corte el cabello o se rape la cabeza, debería cubrírsela con algo.[i]
7 El hombre no debería ponerse nada sobre la cabeza cuando adora a Dios, porque el hombre fue hecho a la imagen de Dios y refleja la gloria de Dios. Y la mujer refleja la gloria del hombre. 8 Pues el primer hombre no provino de ninguna mujer, sino que la primera mujer provino de un hombre. 9 Y el hombre no fue hecho para la mujer, sino que la mujer fue hecha para el hombre. 10 Por esta razón y debido a que los ángeles observan, la mujer debería cubrirse la cabeza para mostrar que está bajo autoridad.[j]
11 Sin embargo, entre el pueblo del Señor, las mujeres no son independientes de los hombres, y los hombres no son independientes de las mujeres. 12 Pues, aunque la primera mujer provino de un hombre, todos los demás hombres nacieron de una mujer, y todo proviene de Dios.
13 Juzguen por sí mismos: ¿Es correcto que una mujer ore a Dios en público sin cubrirse la cabeza? 14 ¿No es obvio que es vergonzoso que un hombre tenga el cabello largo? 15 ¿Acaso el cabello largo no es el orgullo y la alegría de la mujer? Pues se le dio para que se cubra. 16 Pero si alguien quiere discutir este tema, simplemente digo que no tenemos otra costumbre más que esa, y tampoco la tienen las demás iglesias de Dios.
Orden en la Cena del Señor
17 En las siguientes instrucciones, no puedo elogiarlos. Pues parece que hacen más daño que bien cuando se juntan. 18 Primero, oigo que hay divisiones entre ustedes cuando se reúnen como iglesia y, hasta cierto punto, lo creo. 19 Así que, ¡por supuesto que tiene que haber divisiones entre ustedes, para que los que tienen la aprobación de Dios sean reconocidos!
20 Cuando ustedes se reúnen, la verdad es que no les interesa la Cena del Señor. 21 Pues algunos se apresuran a comer su propia comida y no la comparten con los demás. Como resultado, algunos se quedan con hambre mientras que otros se emborrachan. 22 ¿Qué? ¿Acaso no tienen sus propias casas para comer y beber? ¿O de veras quieren deshonrar a la iglesia de Dios y avergonzar a los pobres? ¿Qué se supone que debo decir? ¿Quieren que los elogie? Pues bien, ¡de ninguna manera los elogiaré por esto!
23 Pues yo les transmito lo que recibí del Señor mismo. La noche en que fue traicionado, el Señor Jesús tomó pan 24 y dio gracias a Dios por ese pan. Luego lo partió en trozos y dijo: «Esto es mi cuerpo, el cual es entregado por ustedes.[k] Hagan esto en memoria de mí». 25 De la misma manera, tomó en sus manos la copa de vino después de la cena, y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto entre Dios y su pueblo, un acuerdo confirmado con mi sangre. Hagan esto en memoria de mí todas las veces que la beban». 26 Pues, cada vez que coman este pan y beban de esta copa, anuncian la muerte del Señor hasta que él vuelva.
27 Por lo tanto, cualquiera que coma este pan o beba de esta copa del Señor en forma indigna es culpable de pecar contra[l] el cuerpo y la sangre del Señor. 28 Por esta razón, cada uno debería examinarse a sí mismo antes de comer el pan y beber de la copa. 29 Pues, si alguno come el pan y bebe de la copa sin honrar el cuerpo de Cristo,[m] come y bebe el juicio de Dios sobre sí mismo. 30 Esa es la razón por la que muchos de ustedes son débiles y están enfermos y algunos incluso han muerto.
31 Si nos examináramos a nosotros mismos, Dios no nos juzgaría de esa manera. 32 Sin embargo, cuando el Señor nos juzga, nos está disciplinando para que no seamos condenados junto con el mundo.
33 Así que, mis amados hermanos, cuando se reúnan para la Cena del Señor, espérense unos a otros. 34 Si de veras tienen hambre, que cada uno coma en su casa, a fin de no traer juicio sobre ustedes mismos cuando se reúnan. Les daré instrucciones sobre los demás asuntos después de mi llegada.
Footnotes
- 10:7 Ex 32:6.
- 10:9 Algunos manuscritos dicen al Señor.
- 10:23 En griego Todas las cosas son lícitas; también en 10:23b.
- 10:26 Sal 24:1.
- 10:32 Gentil[es], que no es judío. En griego ni a los griegos.
- 11:3 O que sepan: el origen de todo hombre es Cristo, el origen de la mujer es el hombre, y el origen de Cristo es Dios. O que sepan: cada hombre es responsable ante Cristo, la mujer es responsable ante su marido, y Cristo es responsable ante Dios.
- 11:4 O deshonra a Cristo.
- 11:5 O deshonra a su marido.
- 11:6 O debería tener el cabello largo.
- 11:10 En griego debería tener una autoridad sobre su cabeza.
- 11:24 En griego el cual es para ustedes; otros manuscritos dicen el cual es partido para ustedes.
- 11:27 O es responsable de.
- 11:29 En griego el cuerpo; otros manuscritos dicen el cuerpo del Señor.
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.
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