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La piedad y la verdadera riqueza

Si alguien enseña algo diferente y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme a la piedad se ha llenado de orgullo y no sabe nada. Más bien, delira acerca de controversias y contiendas de palabras, de las cuales vienen envidia, discordia, calumnias, sospechas perversas, y necias rencillas entre hombres de mente corrompida y privados de la verdad que tienen la piedad como fuente de ganancia[a].

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Footnotes

  1. 1 Timoteo 6:5 Algunos mss. antiguos agregan Apártate de los tales.

El amor al dinero

Si alguien enseña falsas doctrinas, apartándose de la sana enseñanza de nuestro Señor Jesucristo y de la doctrina que se ciñe a la verdadera religión,[a] es un obstinado que nada entiende. Ese tal padece del afán enfermizo de provocar discusiones inútiles que generan envidias, discordias, insultos, sospechas malvadas y altercados entre personas de mente depravada, carentes de la verdad. Este es de los que piensan que la religión es un medio de obtener ganancias.

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Footnotes

  1. 6:3 la verdadera religión. Lit. la devoción; también en vv. 5 y 6.