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El pueblo pide rey

Cuando Samuel ya era viejo, puso a sus hijos como jueces sobre Israel(A). El nombre de su primogénito era Joel, y el nombre del segundo, Abías; estos juzgaban en Beerseba(B). Pero sus hijos no anduvieron en los caminos de su padre, sino que se desviaron tras ganancias deshonestas, aceptaron sobornos y pervirtieron el derecho(C).

Entonces se reunieron todos los ancianos de Israel y fueron a Samuel en Ramá(D), y le dijeron: «Mira, has envejecido y tus hijos no andan en tus caminos. Ahora pues, danos un rey para que nos juzgue, como todas las naciones(E)». Pero[a] fue desagradable[b] a los ojos de Samuel que dijeran: «Danos un rey que nos juzgue(F)». Y Samuel oró al Señor(G).

Y el Señor dijo a Samuel: «Escucha la voz del pueblo en cuanto a todo lo que te digan, pues no te han desechado a ti, sino que me han desechado a Mí para que Yo no sea rey sobre ellos(H). Así como todas las obras que han hecho desde el día en que los saqué de Egipto hasta hoy, abandonándome y sirviendo a otros dioses, así lo están haciendo contigo también. Ahora pues, oye su voz. Sin embargo, les advertirás[c] solemnemente(I) y les harás saber el proceder[d] del rey que reinará sobre ellos(J)».

10 Entonces Samuel habló todas las palabras del Señor al pueblo que le había pedido rey(K). 11 Y dijo: «Así será el proceder del rey que reinará sobre ustedes(L): tomará a sus hijos, los pondrá a su servicio(M) en sus carros y entre su gente de a caballo, y correrán delante de sus carros reales(N). 12 El rey nombrará para su servicio jefes de mil y de cincuenta(O), y a otros para labrar sus campos y recoger sus cosechas, y hacer sus armas de guerra y pertrechos para sus carros. 13 También tomará a sus hijas para perfumistas, cocineras y panaderas.

14 »Les tomará lo mejor de sus campos, de sus viñedos y de sus olivares y se los dará a sus siervos(P). 15 De su grano y de sus viñas tomará el diezmo, para darlo a sus oficiales y a sus siervos. 16 Les tomará también sus siervos y sus siervas, sus mejores jóvenes y sus asnos, y los usará[e] para su servicio. 17 De sus rebaños tomará el diezmo, y ustedes mismos vendrán a ser sus siervos. 18 Ese día clamarán por causa de su rey a quien escogieron para ustedes(Q), pero el Señor no les responderá en ese día(R)».

19 No obstante, el pueblo rehusó oír la voz de Samuel(S), y dijeron: «No, sino que habrá rey sobre nosotros, 20 a fin de que seamos como todas las naciones(T), para que nuestro rey nos juzgue, salga delante de nosotros y dirija[f] nuestras batallas». 21 Después que Samuel escuchó todas las palabras del pueblo, las repitió a oídos del Señor(U). 22 Y el Señor dijo a Samuel: «Escúchalos y nómbrales un rey[g](V)». Entonces Samuel dijo a los hombres de Israel: «Váyase cada uno a su ciudad».

Saúl y Samuel

Había un hombre de Benjamín que se llamaba Cis(W), hijo de Abiel, hijo de Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afía, hijo de un benjamita, un hombre poderoso e influyente[h]. Tenía un hijo que se llamaba Saúl, joven y bien parecido. No había nadie más bien parecido que él entre los israelitas(X); de los hombros arriba(Y) sobrepasaba a cualquiera del pueblo. Las asnas de Cis, padre de Saúl, se habían perdido, por lo cual Cis dijo a su hijo Saúl: «Toma ahora contigo uno de los criados, levántate, y ve en busca de las asnas». Saúl pasó por la región montañosa de Efraín(Z) y recorrió la tierra de Salisa(AA), pero no las hallaron. Luego pasaron por la tierra de Saalim(AB), pero no estaban allí. Después atravesaron la tierra de los benjamitas, pero tampoco las encontraron.

Cuando llegaron a la tierra de Zuf(AC), Saúl dijo al criado que estaba con él: «Ven, regresemos, no sea que mi padre deje de preocuparse por las asnas y se angustie por nosotros(AD)». El criado le respondió: «Mira, en esta ciudad hay un hombre de Dios(AE), el cual[i] es tenido en alta estima; todo lo que él dice se cumple sin falta(AF). Vayamos ahora, quizá pueda orientarnos[j] acerca de la jornada que hemos emprendido(AG)». Entonces Saúl dijo a su criado: «Pero, si vamos, ¿qué le llevaremos al hombre? Porque el pan de nuestras alforjas se ha acabado y no hay presente para llevar al hombre de Dios(AH). ¿Qué tenemos?». Y el criado volvió a responder a Saúl: «Aquí tengo la cuarta parte de un siclo (unos 3 gramos) de plata; se lo daré al hombre de Dios, y él nos indicará[k] nuestro camino(AI)». (Antiguamente en Israel, cuando uno iba a consultar a Dios, decía: «Vengan, vamos al vidente»; porque al que hoy se le llama profeta, antes se le llamaba vidente(AJ)). 10 Entonces Saúl dijo a su criado: «Bien dicho; anda, vamos». Y fueron a la ciudad donde estaba el hombre de Dios.

11 Según subían por la cuesta de la ciudad, se encontraron con unas muchachas que salían a sacar agua(AK) y les preguntaron: «¿Está aquí el vidente?». 12 Y ellas les respondieron: «Sí[l], él va delante de ustedes. Apresúrense ahora, pues ha venido a la ciudad porque el pueblo tiene hoy un sacrificio(AL) en el lugar alto(AM). 13 Cuando entren en la ciudad lo encontrarán antes que suba al lugar alto a comer, pues el pueblo no comerá hasta que él llegue, porque él tiene que bendecir el sacrificio(AN); después comerán los convidados. Suban ahora, que lo encontrarán enseguida». 14 Ellos, pues, subieron a la ciudad. Cuando entraban a la ciudad, Samuel salía hacia ellos para subir al lugar alto.

15 Ahora bien, un día antes de la llegada de Saúl, el Señor había revelado esto a[m] Samuel(AO): 16 «Mañana como a esta hora te enviaré un hombre de la tierra de Benjamín, lo ungirás para que sea príncipe sobre Mi pueblo Israel(AP), y él librará a Mi pueblo del dominio de los filisteos. Porque Yo he visto la aflicción de Mi pueblo, pues su clamor ha llegado hasta Mí(AQ)». 17 Cuando Samuel vio a Saúl, el Señor le dijo[n]: «Este es el hombre de quien te hablé(AR). Él gobernará a Mi pueblo».

18 Entonces Saúl se acercó a Samuel en medio de la puerta y le dijo: «Le ruego que me enseñe dónde está la casa del vidente». 19 Respondió Samuel a Saúl: «Yo soy el vidente. Sube delante de mí al lugar alto, pues hoy comerás conmigo, y por la mañana te dejaré ir y te declararé todo lo que está en tu corazón. 20 En cuanto a tus asnas que se perdieron hace tres días(AS), no te preocupes por[o] ellas pues han sido halladas. Y ¿para quién es todo lo deseable en Israel(AT)? ¿No es para ti y para toda la casa de tu padre?». 21 Saúl respondió: «¿No soy yo benjamita, de la más pequeña de las tribus de Israel(AU), y no es mi familia la menos importante de todas las familias de la tribu[p] de Benjamín(AV)? ¿Por qué, pues, me habla de esta manera?».

22 Entonces Samuel tomó a Saúl y a su criado, los llevó a la sala y les dio un lugar a la cabecera de los invitados, que eran unos treinta hombres. 23 Y Samuel dijo al cocinero: «Trae[q] la porción que te di, de la cual te dije: “Ponla aparte[r]”». 24 Entonces el cocinero alzó el pernil con lo que estaba en él(AW) y lo colocó delante de Saúl. Y Samuel dijo: «Esto es lo que estaba reservado. Ponlo delante de ti y come, porque ha sido guardado para ti hasta el momento señalado, ya que dije: He invitado al pueblo». Y Saúl comió con Samuel aquel día.

25 Cuando descendieron del lugar alto a la ciudad, Samuel habló con Saúl en el terrado[s](AX). 26 Se levantaron temprano, y al romper el alba Samuel llamó a Saúl en el terrado y le dijo: «Levántate, para que yo te despida». Saúl se levantó, y ambos, Saúl[t] y Samuel, salieron a la calle. 27 Mientras descendían a las afueras de la ciudad, Samuel dijo a Saúl: «Dile al criado que pase delante de nosotros y siga, pero tú quédate para que yo te declare la palabra de Dios».

Saúl ungido por Samuel

10 Entonces Samuel tomó el frasco de aceite, lo derramó sobre la cabeza de Saúl[u](AY), lo besó(AZ) y le dijo: «¿No te ha ungido el Señor(BA) por príncipe sobre Su heredad(BB)? Cuando te apartes hoy de mí, hallarás a dos hombres cerca del sepulcro de Raquel(BC), en el territorio de Benjamín, en Selsa, y te dirán: “Las asnas que fuiste a buscar han sido halladas. Ahora tu padre ha dejado de preocuparse por[v] las asnas(BD) y está angustiado por ustedes y dice: ‘¿Qué haré en cuanto a mi hijo?’”. De allí seguirás más adelante, llegarás hasta la encina[w] de Tabor(BE), y allí te encontrarás con tres hombres que suben a Dios en Betel(BF), uno llevando tres cabritos, otro llevando tres tortas de pan y otro llevando un odre de vino; ellos te saludarán y te darán dos tortas de pan, las cuales recibirás[x] de sus manos.

»Después llegarás a la colina de Dios[y](BG) donde está la guarnición de los filisteos; y sucederá que cuando llegues a la ciudad, allá encontrarás a un grupo de profetas(BH) que descienden del lugar alto con arpa, pandero, flauta y lira delante de ellos, y estarán profetizando(BI). Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con gran poder(BJ), profetizarás con ellos(BK) y serás cambiado en otro hombre. Cuando estas señales te hayan sucedido, haz lo que la situación requiera[z](BL), porque Dios está contigo(BM). Descenderás delante de mí a Gilgal(BN), y también yo descenderé a donde estás para ofrecer holocaustos y sacrificar ofrendas de paz(BO). Esperarás siete días hasta que venga a verte y te muestre lo que debes hacer(BP)».

Cuando Saúl volvió la espalda para dejar a Samuel, Dios le cambió el[aa] corazón(BQ), y todas aquellas señales le acontecieron aquel mismo día. 10 Cuando Saúl y su criado llegaron allá a la colina[ab], un grupo de profetas salió a su encuentro; y el Espíritu de Dios vino sobre él con gran poder, y profetizó entre ellos(BR). 11 Cuando todos los que lo conocían de antes vieron que ahora profetizaba con los profetas, los del pueblo se decían unos a otros: «¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Está Saúl también entre los profetas(BS)?». 12 Un hombre de allí respondió: «¿Y quién es el padre de ellos?». Por lo cual esto se hizo proverbio: «¿Está Saúl también entre los profetas(BT)?». 13 Cuando acabó de profetizar vino al lugar alto.

14 Y un tío de Saúl(BU) le preguntó a él y a su criado: «¿Adónde fueron?». Saúl respondió: «A buscar las asnas(BV). Cuando vimos que no aparecían, fuimos a ver a Samuel». 15 El tío le dijo: «Te ruego que me cuentes qué les dijo Samuel». 16 Y Saúl respondió a su tío: «Nos hizo saber claramente que las asnas habían sido halladas(BW)». Pero Saúl no le contó acerca del asunto del reino que Samuel le había mencionado.

17 Después Samuel convocó al pueblo delante del Señor en Mizpa(BX); 18 y dijo a los hijos de Israel: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo saqué a Israel de Egipto, y los libré del poder[ac] de los egipcios y del poder[ad] de todos los reinos que los oprimían(BY)”. 19 Pero ustedes han rechazado hoy a su Dios, que los libra de todas sus calamidades y sus angustias(BZ), y han dicho: “No, sino[ae] pon un rey sobre nosotros”. Ahora pues, preséntense delante del Señor por sus tribus y por sus familias[af](CA)».

20 Samuel hizo que se acercaran todas las tribus de Israel, y fue escogida por sorteo la tribu de Benjamín. 21 Entonces hizo que se acercara la tribu de Benjamín por sus familias, y fue escogida la familia de Matri. Y Saúl, hijo de Cis, fue escogido; pero cuando lo buscaron no lo pudieron hallar.

22 Volvieron, pues, a consultar al Señor(CB): «¿Llegó ya el hombre aquí?». Y el Señor respondió: «Sí, está escondido junto al equipaje». 23 Corrieron y lo trajeron de allí. Cuando estuvo en medio del pueblo, de los hombros arriba(CC) sobrepasaba a todos. 24 Y Samuel dijo a todo el pueblo: «¿Ven al que el Señor ha escogido(CD)? En verdad que no hay otro como él entre todo el pueblo». Entonces todo el pueblo gritó, y dijo: «¡Viva el rey(CE)!». 25 Entonces Samuel dio[ag] al pueblo las ordenanzas del reino(CF), y las escribió en el libro, el cual puso delante del Señor(CG). Y despidió Samuel a todo el pueblo, cada uno a su casa. 26 Saúl también se fue a su casa en Guibeá(CH), y con él fueron los valientes cuyos corazones Dios había tocado. 27 Pero ciertos hombres indignos[ah](CI) dijeron: «¿Cómo puede este salvarnos?». Y lo despreciaron y no le trajeron presente alguno(CJ). Pero él guardó silencio.

Footnotes

  1. 1 Samuel 8:6 Lit. Y la palabra.
  2. 1 Samuel 8:6 O malo.
  3. 1 Samuel 8:9 Lit. testificarás.
  4. 1 Samuel 8:9 Lit. la costumbre.
  5. 1 Samuel 8:16 Lit. hará.
  6. 1 Samuel 8:20 Lit. pelee.
  7. 1 Samuel 8:22 Lit. haz que un rey reine para ellos.
  8. 1 Samuel 9:1 O valiente.
  9. 1 Samuel 9:6 Lit. y el hombre.
  10. 1 Samuel 9:6 Lit. decirnos.
  11. 1 Samuel 9:8 O dirá.
  12. 1 Samuel 9:12 Lit. Está.
  13. 1 Samuel 9:15 Lit. había destapado el oído de.
  14. 1 Samuel 9:17 Lit. respondió.
  15. 1 Samuel 9:20 Lit. no pongas tu corazón en.
  16. 1 Samuel 9:21 Así en algunas versiones antiguas; en heb. las tribus.
  17. 1 Samuel 9:23 Lit. Da.
  18. 1 Samuel 9:23 Lit. contigo.
  19. 1 Samuel 9:25 La versión gr. dice: a la ciudad; y tendieron una cama para Saúl en el terrado, y él durmió.
  20. 1 Samuel 9:26 Lit. él.
  21. 1 Samuel 10:1 Lit. su cabeza.
  22. 1 Samuel 10:2 Lit. ha dejado los asuntos de.
  23. 1 Samuel 10:3 O el terebinto.
  24. 1 Samuel 10:4 O aceptarás.
  25. 1 Samuel 10:5 Heb. Guibeat-haelohim.
  26. 1 Samuel 10:7 Lit. tu mano encuentre.
  27. 1 Samuel 10:9 Lit. cambió para él otro.
  28. 1 Samuel 10:10 Heb. Guibeat.
  29. 1 Samuel 10:18 Lit. de la mano.
  30. 1 Samuel 10:18 Lit. de la mano.
  31. 1 Samuel 10:19 Así en algunos mss. y versiones antiguas; en el T.M., y le han dicho: Sino.
  32. 1 Samuel 10:19 Lit. por sus millares.
  33. 1 Samuel 10:25 Lit. habló.
  34. 1 Samuel 10:27 Lit. hijos de Belial.

Israel pide rey

Aconteció que habiendo Samuel envejecido, puso a sus hijos por jueces sobre Israel. Y el nombre de su hijo primogénito fue Joel, y el nombre del segundo, Abías; y eran jueces en Beerseba. Pero no anduvieron los hijos por los caminos de su padre, antes se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho.

Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para ver a Samuel, y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones.(A) Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos. Conforme a todas las obras que han hecho desde el día que los saqué de Egipto hasta hoy, dejándome a mí y sirviendo a dioses ajenos, así hacen también contigo. Ahora, pues, oye su voz; mas protesta solemnemente contra ellos, y muéstrales cómo les tratará el rey que reinará sobre ellos.

10 Y refirió Samuel todas las palabras de Jehová al pueblo que le había pedido rey. 11 Dijo, pues: Así hará el rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro; 12 y nombrará para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus campos y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus carros. 13 Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y amasadoras. 14 Asimismo tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los dará a sus siervos. 15 Diezmará vuestro grano y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos. 16 Tomará vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes, y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras. 17 Diezmará también vuestros rebaños, y seréis sus siervos. 18 Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os responderá en aquel día.

19 Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo: No, sino que habrá rey sobre nosotros; 20 y nosotros seremos también como todas las naciones, y nuestro rey nos gobernará, y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras. 21 Y oyó Samuel todas las palabras del pueblo, y las refirió en oídos de Jehová. 22 Y Jehová dijo a Samuel: Oye su voz, y pon rey sobre ellos. Entonces dijo Samuel a los varones de Israel: Idos cada uno a vuestra ciudad.

Saúl es elegido rey

Había un varón de Benjamín, hombre valeroso, el cual se llamaba Cis, hijo de Abiel, hijo de Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afía, hijo de un benjamita. Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, joven y hermoso. Entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él; de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo.

Y se habían perdido las asnas de Cis, padre de Saúl; por lo que dijo Cis a Saúl su hijo: Toma ahora contigo alguno de los criados, y levántate, y ve a buscar las asnas. Y él pasó el monte de Efraín, y de allí a la tierra de Salisa, y no las hallaron. Pasaron luego por la tierra de Saalim, y tampoco. Después pasaron por la tierra de Benjamín, y no las encontraron.

Cuando vinieron a la tierra de Zuf, Saúl dijo a su criado que tenía consigo: Ven, volvámonos; porque quizá mi padre, abandonada la preocupación por las asnas, estará acongojado por nosotros. Él le respondió: He aquí ahora hay en esta ciudad un varón de Dios, que es hombre insigne; todo lo que él dice acontece sin falta. Vamos, pues, allá; quizá nos dará algún indicio acerca del objeto por el cual emprendimos nuestro camino. Respondió Saúl a su criado: Vamos ahora; pero ¿qué llevaremos al varón? Porque el pan de nuestras alforjas se ha acabado, y no tenemos qué ofrecerle al varón de Dios. ¿Qué tenemos? Entonces volvió el criado a responder a Saúl, diciendo: He aquí se halla en mi mano la cuarta parte de un siclo de plata; esto daré al varón de Dios, para que nos declare nuestro camino. (Antiguamente en Israel cualquiera que iba a consultar a Dios, decía así: Venid y vamos al vidente; porque al que hoy se llama profeta, entonces se le llamaba vidente.) 10 Dijo entonces Saúl a su criado: Dices bien; anda, vamos. Y fueron a la ciudad donde estaba el varón de Dios.

11 Y cuando subían por la cuesta de la ciudad, hallaron unas doncellas que salían por agua, a las cuales dijeron: ¿Está en este lugar el vidente? 12 Ellas, respondiéndoles, dijeron: Sí; helo allí delante de ti; date prisa, pues, porque hoy ha venido a la ciudad en atención a que el pueblo tiene hoy un sacrificio en el lugar alto. 13 Cuando entréis en la ciudad, le encontraréis luego, antes que suba al lugar alto a comer; pues el pueblo no comerá hasta que él haya llegado, por cuanto él es el que bendice el sacrificio; después de esto comen los convidados. Subid, pues, ahora, porque ahora le hallaréis. 14 Ellos entonces subieron a la ciudad; y cuando estuvieron en medio de ella, he aquí Samuel venía hacia ellos para subir al lugar alto. 15 Y un día antes que Saúl viniese, Jehová había revelado al oído de Samuel, diciendo:

16 Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará a mi pueblo de mano de los filisteos; porque yo he mirado a mi pueblo, por cuanto su clamor ha llegado hasta mí. 17 Y luego que Samuel vio a Saúl, Jehová le dijo: He aquí este es el varón del cual te hablé; este gobernará a mi pueblo. 18 Acercándose, pues, Saúl a Samuel en medio de la puerta, le dijo: Te ruego que me enseñes dónde está la casa del vidente. 19 Y Samuel respondió a Saúl, diciendo: Yo soy el vidente; sube delante de mí al lugar alto, y come hoy conmigo, y por la mañana te despacharé, y te descubriré todo lo que está en tu corazón. 20 Y de las asnas que se te perdieron hace ya tres días, pierde cuidado de ellas, porque se han hallado. Mas ¿para quién es todo lo que hay de codiciable en Israel, sino para ti y para toda la casa de tu padre? 21 Saúl respondió y dijo: ¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel? Y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me has dicho cosa semejante?

22 Entonces Samuel tomó a Saúl y a su criado, los introdujo a la sala, y les dio lugar a la cabecera de los convidados, que eran unos treinta hombres. 23 Y dijo Samuel al cocinero: Trae acá la porción que te di, la cual te dije que guardases aparte. 24 Entonces alzó el cocinero una espaldilla, con lo que estaba sobre ella, y la puso delante de Saúl. Y Samuel dijo: He aquí lo que estaba reservado; ponlo delante de ti y come, porque para esta ocasión se te guardó, cuando dije: Yo he convidado al pueblo. Y Saúl comió aquel día con Samuel.

25 Y cuando hubieron descendido del lugar alto a la ciudad, él habló con Saúl en el terrado. 26 Al otro día madrugaron; y al despuntar el alba, Samuel llamó a Saúl, que estaba en el terrado, y dijo: Levántate, para que te despida. Luego se levantó Saúl, y salieron ambos, él y Samuel.

27 Y descendiendo ellos al extremo de la ciudad, dijo Samuel a Saúl: Di al criado que se adelante (y se adelantó el criado), mas espera tú un poco para que te declare la palabra de Dios.

10 Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza, y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel? Hoy, después que te hayas apartado de mí, hallarás dos hombres junto al sepulcro de Raquel, en el territorio de Benjamín, en Selsa, los cuales te dirán: Las asnas que habías ido a buscar se han hallado; tu padre ha dejado ya de inquietarse por las asnas, y está afligido por vosotros, diciendo: ¿Qué haré acerca de mi hijo? Y luego que de allí sigas más adelante, y llegues a la encina de Tabor, te saldrán al encuentro tres hombres que suben a Dios en Bet-el, llevando uno tres cabritos, otro tres tortas de pan, y el tercero una vasija de vino; los cuales, luego que te hayan saludado, te darán dos panes, los que tomarás de mano de ellos. Después de esto llegarás al collado de Dios donde está la guarnición de los filisteos; y cuando entres allá en la ciudad encontrarás una compañía de profetas que descienden del lugar alto, y delante de ellos salterio, pandero, flauta y arpa, y ellos profetizando. Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre. Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo. Luego bajarás delante de mí a Gilgal; entonces descenderé yo a ti para ofrecer holocaustos y sacrificar ofrendas de paz. Espera siete días, hasta que yo venga a ti y te enseñe lo que has de hacer.

Aconteció luego, que al volver él la espalda para apartarse de Samuel, le mudó Dios su corazón; y todas estas señales acontecieron en aquel día. 10 Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía a encontrarse con él; y el Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos. 11 Y aconteció que cuando todos los que le conocían antes vieron que profetizaba con los profetas, el pueblo decía el uno al otro: ¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Saúl también entre los profetas? 12 Y alguno de allí respondió diciendo: ¿Y quién es el padre de ellos? Por esta causa se hizo proverbio: ¿También Saúl entre los profetas?(B) 13 Y cesó de profetizar, y llegó al lugar alto.

14 Un tío de Saúl dijo a él y a su criado: ¿A dónde fuisteis? Y él respondió: A buscar las asnas; y como vimos que no aparecían, fuimos a Samuel. 15 Dijo el tío de Saúl: Yo te ruego me declares qué os dijo Samuel. 16 Y Saúl respondió a su tío: Nos declaró expresamente que las asnas habían sido halladas. Mas del asunto del reino, de que Samuel le había hablado, no le descubrió nada.

17 Después Samuel convocó al pueblo delante de Jehová en Mizpa, 18 y dijo a los hijos de Israel: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Yo saqué a Israel de Egipto, y os libré de mano de los egipcios, y de mano de todos los reinos que os afligieron. 19 Pero vosotros habéis desechado hoy a vuestro Dios, que os guarda de todas vuestras aflicciones y angustias, y habéis dicho: No, sino pon rey sobre nosotros. Ahora, pues, presentaos delante de Jehová por vuestras tribus y por vuestros millares.

20 Y haciendo Samuel que se acercasen todas las tribus de Israel, fue tomada la tribu de Benjamín. 21 E hizo llegar la tribu de Benjamín por sus familias, y fue tomada la familia de Matri; y de ella fue tomado Saúl hijo de Cis. Y le buscaron, pero no fue hallado. 22 Preguntaron, pues, otra vez a Jehová si aún no había venido allí aquel varón. Y respondió Jehová: He aquí que él está escondido entre el bagaje. 23 Entonces corrieron y lo trajeron de allí; y puesto en medio del pueblo, desde los hombros arriba era más alto que todo el pueblo. 24 Y Samuel dijo a todo el pueblo: ¿Habéis visto al que ha elegido Jehová, que no hay semejante a él en todo el pueblo? Entonces el pueblo clamó con alegría, diciendo: ¡Viva el rey!

25 Samuel recitó luego al pueblo las leyes del reino, y las escribió en un libro, el cual guardó delante de Jehová. 26 Y envió Samuel a todo el pueblo cada uno a su casa. Saúl también se fue a su casa en Gabaa, y fueron con él los hombres de guerra cuyos corazones Dios había tocado. 27 Pero algunos perversos dijeron: ¿Cómo nos ha de salvar este? Y le tuvieron en poco, y no le trajeron presente; mas él disimuló.