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26 »Pero ahora el Señor te ha impedido a ti derramar sangre y tomarte la justicia por tus propias manos. ¡Tan cierto como que el Señor y tú estáis vivos! Por eso, pido que a tus enemigos, y a todos los que quieran hacerte daño, les pase lo mismo que a Nabal. 27 Acepta tú este regalo que tu sierva te ha traído, y repártelo entre los criados que te acompañan. 28 Yo te ruego que perdones el atrevimiento de esta tu sierva. Ciertamente, el Señor te dará a ti una dinastía que se mantendrá firme, y nunca nadie podrá hacerte a ti ningún daño,[a] pues tú peleas las batallas del Señor.

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Footnotes

  1. 25:28 nunca nadie … ningún daño. Alt. nunca cometerás tú ningún mal.

26 Ahora pues, señor mío, vive Jehová, y vive tu alma, que Jehová te ha impedido el venir a derramar sangre y vengarte por tu propia mano. Sean, pues, como Nabal tus enemigos, y todos los que procuran mal contra mi señor. 27 Y ahora este presente que tu sierva ha traído a mi señor, sea dado a los hombres que siguen a mi señor. 28 Y yo te ruego que perdones a tu sierva esta ofensa; pues Jehová de cierto hará casa estable a mi señor, por cuanto mi señor pelea las batallas de Jehová, y mal no se ha hallado en ti en tus días.

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