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Ancianidad de David

El rey David era ya viejo, entrado en días, y lo cubrían de ropas pero no entraba en calor. Entonces sus siervos le dijeron: Que se busque para mi señor el rey una joven virgen para que atienda al[a] rey y sea quien lo cuide; que ella se acueste en tu seno y entrará en calor mi señor el rey. Se buscó a una joven hermosa por toda la tierra de Israel, y hallaron a Abisag sunamita(A) y la trajeron al rey. La joven era muy hermosa; ella cuidaba al rey y le servía, pero el rey no la conoció.

Rebelión de Adonías

Entretanto Adonías, hijo de Haguit(B), se ensalzaba diciendo: Yo seré rey. Y preparó para sí carros y hombres de a caballo y cincuenta hombres que corrieran[b] delante de él(C). Su padre nunca lo había contrariado[c] preguntándole: ¿Por qué has hecho esto? Era también hombre de muy hermoso parecer, y había nacido[d] después de Absalón(D). Y había consultado[e] con Joab, hijo de Sarvia(E), y con el sacerdote Abiatar(F), que respaldaban a Adonías(G). Pero el sacerdote Sadoc(H), Benaía, hijo de Joiada(I), el profeta Natán(J), Simei(K), Rei y los valientes que tenía David(L), no estaban con Adonías. Y Adonías sacrificó ovejas, bueyes y animales cebados junto a la piedra de Zohélet[f], que está al lado de En-rogel(M); e invitó a todos sus hermanos, los hijos del rey, y a todos los hombres de Judá, siervos del rey. 10 Pero no invitó al profeta Natán, ni a Benaía, ni a los valientes, ni a Salomón su hermano(N).

11 Entonces Natán habló a Betsabé, madre de Salomón(O), diciendo: ¿No has oído que Adonías, hijo de Haguit, se ha hecho rey y que David nuestro señor no lo sabe? 12 Ahora pues, ven, voy a darte un consejo(P) para que salves tu vida y la vida de tu hijo Salomón. 13 Ve ahora mismo[g] al rey David y dile: «¿No has jurado tú, oh rey mi señor, a tu sierva, diciendo: “Ciertamente tu hijo Salomón será rey después de mí y se sentará en mi trono(Q)”? ¿Por qué, pues, se ha hecho rey Adonías?». 14 He aquí, mientras estés aún hablando con el rey, yo entraré tras de ti y confirmaré tus palabras.

15 Y Betsabé vino a ver al rey en la alcoba. El rey era muy anciano(R), y Abisag sunamita le servía[h]. 16 Entonces Betsabé se inclinó y se postró ante el[i] rey. Y el rey dijo: ¿Qué deseas?[j] 17 Ella le respondió: Mi señor, tú juraste a tu sierva por el Señor tu Dios, diciendo: «Ciertamente tu hijo Salomón será rey después de mí y se sentará en mi trono(S)». 18 Y he aquí, ahora Adonías es rey; y , mi señor el rey, hasta ahora no lo sabes. 19 Él ha sacrificado bueyes, animales cebados y ovejas en abundancia, y ha invitado a todos los hijos del rey(T), al sacerdote Abiatar y a Joab, comandante del ejército, pero no ha invitado a Salomón tu siervo. 20 Y en cuanto a ti, mi señor el rey, los ojos de todo Israel están sobre ti, para que les hagas saber quién ha de sentarse en el trono de mi señor el rey después de él. 21 Pues sucederá que en cuanto mi señor el rey duerma con sus padres(U), yo y mi hijo Salomón seremos tenidos por culpables[k].

22 Y he aquí que mientras ella estaba aún hablando con el rey, entró el profeta Natán. 23 E informaron al rey, diciendo: Aquí está el profeta Natán. Cuando este entró a la presencia del rey, se postró ante el[l] rey rostro en tierra. 24 Entonces Natán dijo: Mi señor el rey, ¿has dicho tú: «Adonías será rey después de mí y se sentará en mi trono»? 25 Porque él ha descendido hoy y ha sacrificado bueyes, animales cebados y ovejas en abundancia, ha invitado a todos los hijos del rey, a los comandantes del ejército(V) y al sacerdote Abiatar, y he aquí, están comiendo y bebiendo en su presencia, y gritan[m]: «¡Viva el rey(W) Adonías!». 26 Pero ni a mí, tu siervo, ni al sacerdote Sadoc, ni a Benaía, hijo de Joiada, ni a tu siervo Salomón ha invitado(X). 27 ¿Ha sido hecho esto por mi señor el rey, y no has declarado a tus siervos[n] quién había de sentarse en el trono de mi señor el rey después de él?

Salomón escogido por David

28 Entonces el rey David respondió y dijo: Llamadme a Betsabé. Y ella entró a la presencia del rey, y se puso delante del rey. 29 Y el rey juró, diciendo: Vive el Señor, que ha redimido mi vida de toda angustia(Y), 30 que ciertamente como te juré por el Señor, Dios de Israel, diciendo: «Tu hijo Salomón será rey después de mí, y él se sentará sobre mi trono en mi lugar(Z)», así lo haré hoy mismo. 31 Betsabé se inclinó rostro en tierra, se postró ante el[o] rey y dijo: Viva para siempre mi señor el rey David(AA).

32 Entonces el rey David dijo: Llamadme al sacerdote Sadoc, al profeta Natán y a Benaía, hijo de Joiada(AB). Ellos entraron a la presencia del rey, 33 y el rey les dijo: Tomad con vosotros a los siervos de vuestro señor(AC), haced montar a mi hijo Salomón en mi propia mula y bajadle a Gihón(AD). 34 Que allí el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo unjan como rey sobre Israel(AE); y tocad trompeta y decid(AF): «¡Viva el rey(AG) Salomón!». 35 Después subiréis tras él, y él vendrá, se sentará en mi trono y reinará en mi lugar; porque lo he escogido para que sea príncipe sobre Israel y sobre Judá. 36 Y Benaía, hijo de Joiada, respondió al rey y dijo: ¡Amén! Así lo diga también el Señor, el Dios de mi señor el rey. 37 Como el Señor ha estado con mi señor el rey(AH), así esté con Salomón, y haga su trono más grande que el trono de mi señor el rey David(AI).

38 Entonces el sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaía, hijo de Joiada(AJ), los cereteos y los peleteos(AK), descendieron e hicieron que Salomón montara en la mula del rey David, y lo llevaron a Gihón(AL). 39 El sacerdote Sadoc tomó el cuerno de aceite de la tienda(AM) y ungió a Salomón(AN). Entonces tocaron trompeta, y todo el pueblo gritó[p]: ¡Viva el rey(AO) Salomón(AP)! 40 Luego todo el pueblo subió tras él; y el pueblo tocaba flautas y se regocijaba con gran alegría, de modo que la tierra se estremecía[q] con su sonido.

41 Y lo oyó Adonías y todos los invitados que estaban con él cuando habían terminado de comer. Al oír Joab el sonido de la trompeta, dijo: ¿Por qué hace la ciudad tal alboroto[r]? 42 Estaba aún hablando, cuando he aquí, llegó Jonatán, hijo del sacerdote Abiatar(AQ). Y Adonías le dijo: Entra, pues tú eres hombre valiente y traerás buenas noticias(AR). 43 Pero Jonatán respondió y dijo a Adonías: Al contrario. Nuestro señor el rey David ha hecho rey a Salomón. 44 El rey también ha enviado con él al sacerdote Sadoc, al profeta Natán, a Benaía, hijo de Joiada, a los cereteos y a los peleteos, y ellos lo han montado en la mula del rey. 45 Y el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo han ungido rey en Gihón, y de allí han subido gozosos y se ha alborotado la ciudad(AS). Este es el ruido que habéis oído. 46 Además, Salomón ya se ha sentado en el trono del reino(AT), 47 y aun los siervos del rey han ido a bendecir a nuestro señor el rey David, diciendo: «Que tu Dios haga el nombre de Salomón más célebre[s] que tu nombre y su trono más grande que tu trono(AU)». Y el rey ha adorado en el lecho(AV). 48 El rey también ha dicho así: Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que ha concedido que se siente hoy en mi trono(AW) un descendiente mío[t] mientras mis ojos lo ven.

49 Entonces todos los invitados de Adonías se aterrorizaron, y se levantaron y cada uno se fue por su camino. 50 Adonías tuvo miedo de Salomón, y se levantó, se fue y se asió de los cuernos del altar(AX). 51 Y avisaron a Salomón, diciéndole: He aquí, Adonías tiene miedo del rey Salomón, y[u] se ha asido de los cuernos del altar, diciendo: «Que el rey Salomón me jure hoy que no matará a espada a su siervo». 52 Y Salomón dijo: Si es hombre digno, ni uno de sus cabellos caerá en tierra(AY); pero si se halla maldad en él, morirá. 53 Entonces el rey Salomón envió que lo hicieran descender del altar. Y él vino y se postró ante el[v] rey Salomón, y Salomón le dijo: Vete a tu casa.

Footnotes

  1. 1 Reyes 1:2 Lit., esté delante del
  2. 1 Reyes 1:5 Lit., como corredores
  3. 1 Reyes 1:6 Lit., lastimado
  4. 1 Reyes 1:6 Lit., ella le dio a luz
  5. 1 Reyes 1:7 Lit., sus palabras eran
  6. 1 Reyes 1:9 I.e., piedra de la serpiente
  7. 1 Reyes 1:13 Lit., y entra
  8. 1 Reyes 1:15 Lit., servía al rey
  9. 1 Reyes 1:16 Lit., al
  10. 1 Reyes 1:16 Lit., ¿Qué a ti?
  11. 1 Reyes 1:21 Lit., pecadores
  12. 1 Reyes 1:23 Lit., al
  13. 1 Reyes 1:25 Lit., dicen
  14. 1 Reyes 1:27 Algunos mss. dicen: tu siervo
  15. 1 Reyes 1:31 Lit., al
  16. 1 Reyes 1:39 Lit., dijo
  17. 1 Reyes 1:40 Lit., se hendía
  18. 1 Reyes 1:41 Lit., es el ruido de la ciudad un alboroto
  19. 1 Reyes 1:47 Lit., mejor
  20. 1 Reyes 1:48 Así en la versión gr. (sept.); el T.M. omite: un descendiente mío
  21. 1 Reyes 1:51 Lit., he aquí
  22. 1 Reyes 1:53 Lit., al

Abisag sirve a David

Cuando el rey David era viejo y avanzado en días, le cubrían de ropas, pero no se calentaba. Le dijeron, por tanto, sus siervos: Busquen para mi señor el rey una joven virgen, para que esté delante del rey y lo abrigue, y duerma a su lado, y entrará en calor mi señor el rey. Y buscaron una joven hermosa por toda la tierra de Israel, y hallaron a Abisag sunamita, y la trajeron al rey. Y la joven era hermosa; y ella abrigaba al rey, y le servía; pero el rey nunca la conoció.

Adonías usurpa el trono

Entonces Adonías(A) hijo de Haguit se rebeló, diciendo: Yo reinaré. Y se hizo de carros y de gente de a caballo, y de cincuenta hombres que corriesen delante de él. Y su padre nunca le había entristecido en todos sus días con decirle: ¿Por qué haces así? Además, este era de muy hermoso parecer; y había nacido después de Absalón. Y se había puesto de acuerdo con Joab hijo de Sarvia y con el sacerdote Abiatar, los cuales ayudaban a Adonías. Pero el sacerdote Sadoc, y Benaía hijo de Joiada, el profeta Natán, Simei, Rei y todos los grandes de David, no seguían a Adonías.

Y matando Adonías ovejas y vacas y animales gordos junto a la peña de Zohelet, la cual está cerca de la fuente de Rogel, convidó a todos sus hermanos los hijos del rey, y a todos los varones de Judá, siervos del rey; 10 pero no convidó al profeta Natán, ni a Benaía, ni a los grandes, ni a Salomón su hermano.

11 Entonces habló Natán a Betsabé madre de Salomón,(B) diciendo: ¿No has oído que reina Adonías hijo de Haguit, sin saberlo David nuestro señor? 12 Ven pues, ahora, y toma mi consejo, para que conserves tu vida, y la de tu hijo Salomón. 13 Ve y entra al rey David, y dile: Rey señor mío, ¿no juraste a tu sierva, diciendo: Salomón tu hijo reinará después de mí, y él se sentará en mi trono? ¿Por qué, pues, reina Adonías? 14 Y estando tú aún hablando con el rey, yo entraré tras ti y reafirmaré tus razones.

15 Entonces Betsabé entró a la cámara del rey; y el rey era muy viejo, y Abisag sunamita le servía. 16 Y Betsabé se inclinó, e hizo reverencia al rey. Y el rey dijo: ¿Qué tienes? 17 Y ella le respondió: Señor mío, tú juraste a tu sierva por Jehová tu Dios, diciendo: Salomón tu hijo reinará después de mí, y él se sentará en mi trono. 18 Y he aquí ahora Adonías reina, y tú, mi señor rey, hasta ahora no lo sabes. 19 Ha matado bueyes, y animales gordos, y muchas ovejas, y ha convidado a todos los hijos del rey, al sacerdote Abiatar, y a Joab general del ejército; mas a Salomón tu siervo no ha convidado. 20 Entre tanto, rey señor mío, los ojos de todo Israel están puestos en ti, para que les declares quién se ha de sentar en el trono de mi señor el rey después de él. 21 De otra manera sucederá que cuando mi señor el rey duerma con sus padres, yo y mi hijo Salomón seremos tenidos por culpables.

22 Mientras aún hablaba ella con el rey, he aquí vino el profeta Natán. 23 Y dieron aviso al rey, diciendo: He aquí el profeta Natán; el cual, cuando entró al rey, se postró delante del rey inclinando su rostro a tierra. 24 Y dijo Natán: Rey señor mío, ¿has dicho tú: Adonías reinará después de mí, y él se sentará en mi trono? 25 Porque hoy ha descendido, y ha matado bueyes y animales gordos y muchas ovejas, y ha convidado a todos los hijos del rey, y a los capitanes del ejército, y también al sacerdote Abiatar; y he aquí, están comiendo y bebiendo delante de él, y han dicho: ¡Viva el rey Adonías! 26 Pero ni a mí tu siervo, ni al sacerdote Sadoc, ni a Benaía hijo de Joiada, ni a Salomón tu siervo, ha convidado. 27 ¿Es este negocio ordenado por mi señor el rey, sin haber declarado a tus siervos quién se había de sentar en el trono de mi señor el rey después de él?

David proclama rey a Salomón

28 Entonces el rey David respondió y dijo: Llamadme a Betsabé. Y ella entró a la presencia del rey, y se puso delante del rey. 29 Y el rey juró diciendo: Vive Jehová, que ha redimido mi alma de toda angustia, 30 que como yo te he jurado por Jehová Dios de Israel, diciendo: Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono en lugar mío; que así lo haré hoy. 31 Entonces Betsabé se inclinó ante el rey, con su rostro a tierra, y haciendo reverencia al rey, dijo: Viva mi señor el rey David para siempre.

32 Y el rey David dijo: Llamadme al sacerdote Sadoc, al profeta Natán, y a Benaía hijo de Joiada. Y ellos entraron a la presencia del rey. 33 Y el rey les dijo: Tomad con vosotros los siervos de vuestro señor, y montad a Salomón mi hijo en mi mula, y llevadlo a Gihón; 34 y allí lo ungirán el sacerdote Sadoc y el profeta Natán como rey sobre Israel, y tocaréis trompeta, diciendo: ¡Viva el rey Salomón! 35 Después iréis vosotros detrás de él, y vendrá y se sentará en mi trono, y él reinará por mí; porque a él he escogido para que sea príncipe sobre Israel y sobre Judá. 36 Entonces Benaía hijo de Joiada respondió al rey y dijo: Amén. Así lo diga Jehová, Dios de mi señor el rey. 37 De la manera que Jehová ha estado con mi señor el rey, así esté con Salomón, y haga mayor su trono que el trono de mi señor el rey David.

38 Y descendieron el sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaía hijo de Joiada, y los cereteos y los peleteos, y montaron a Salomón en la mula del rey David, y lo llevaron a Gihón. 39 Y tomando el sacerdote Sadoc el cuerno del aceite del tabernáculo, ungió a Salomón; y tocaron trompeta, y dijo todo el pueblo: ¡Viva el rey Salomón! 40 Después subió todo el pueblo en pos de él, y cantaba la gente con flautas, y hacían grandes alegrías, que parecía que la tierra se hundía con el clamor de ellos.

41 Y lo oyó Adonías, y todos los convidados que con él estaban, cuando ya habían acabado de comer. Y oyendo Joab el sonido de la trompeta, dijo: ¿Por qué se alborota la ciudad con estruendo? 42 Mientras él aún hablaba, he aquí vino Jonatán hijo del sacerdote Abiatar, al cual dijo Adonías: Entra, porque tú eres hombre valiente, y traerás buenas nuevas. 43 Jonatán respondió y dijo a Adonías: Ciertamente nuestro señor el rey David ha hecho rey a Salomón; 44 y el rey ha enviado con él al sacerdote Sadoc y al profeta Natán, y a Benaía hijo de Joiada, y también a los cereteos y a los peleteos, los cuales le montaron en la mula del rey; 45 y el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo han ungido por rey en Gihón, y de allí han subido con alegrías, y la ciudad está llena de estruendo. Este es el alboroto que habéis oído. 46 También Salomón se ha sentado en el trono del reino, 47 y aun los siervos del rey han venido a bendecir a nuestro señor el rey David, diciendo: Dios haga bueno el nombre de Salomón más que tu nombre, y haga mayor su trono que el tuyo. Y el rey adoró en la cama. 48 Además el rey ha dicho así: Bendito sea Jehová Dios de Israel, que ha dado hoy quien se siente en mi trono, viéndolo mis ojos.

49 Ellos entonces se estremecieron, y se levantaron todos los convidados que estaban con Adonías, y se fue cada uno por su camino. 50 Mas Adonías, temiendo de la presencia de Salomón, se levantó y se fue, y se asió de los cuernos del altar. 51 Y se lo hicieron saber a Salomón, diciendo: He aquí que Adonías tiene miedo del rey Salomón, pues se ha asido de los cuernos del altar, diciendo: Júreme hoy el rey Salomón que no matará a espada a su siervo. 52 Y Salomón dijo: Si él fuere hombre de bien, ni uno de sus cabellos caerá en tierra; mas si se hallare mal en él, morirá. 53 Y envió el rey Salomón, y lo trajeron del altar; y él vino, y se inclinó ante el rey Salomón. Y Salomón le dijo: Vete a tu casa.

Últimas palabras de David

Y acercándose los días de la muerte de David(A), dio órdenes a su hijo Salomón, diciendo: Yo voy por el camino de todos en la tierra(B). Sé, pues, fuerte(C) y sé hombre. Guarda los mandatos del Señor tu Dios, andando en sus caminos, guardando sus estatutos, sus mandamientos, sus ordenanzas y sus testimonios, conforme a lo que está escrito en la ley de Moisés(D), para que prosperes(E) en todo lo que hagas y dondequiera que vayas[a], para que el Señor cumpla la promesa que me hizo[b](F), diciendo: «Si tus hijos guardan su camino(G), andando delante de mí con fidelidad[c], con todo su corazón(H) y con toda su alma, no te faltará[d] hombre sobre el trono de Israel(I)». También sabes lo que me hizo Joab, hijo de Sarvia(J), lo que hizo a los dos comandantes de los ejércitos de Israel, a Abner, hijo de Ner, y a Amasa(K), hijo de Jeter(L), a los cuales mató; también derramó[e] sangre de guerra en tiempo de paz. Y puso sangre de guerra en el cinturón que lo ceñía y en las sandalias que tenía en sus pies. Haz, pues, conforme a tu sabiduría, y no permitas que sus canas desciendan al Seol[f](M) en paz. Mas muestra bondad a los hijos de Barzilai galaadita(N), y que estén entre los que comen a tu mesa(O); porque ellos me ayudaron[g](P) cuando huía de tu hermano Absalón. Y he aquí, está contigo Simei, hijo de Gera, benjamita de Bahurim(Q); él fue el que me maldijo con una terrible[h] maldición el día que yo iba a Mahanaim. Mas cuando descendió a mi encuentro en el Jordán, le juré por el Señor, diciendo: «No te mataré(R) a espada». Pero ahora, no lo dejes sin castigo, porque eres hombre sabio; sabrás lo que debes hacer con él y harás que desciendan sus canas con sangre al Seol(S).

10 Y durmió David con sus padres y fue sepultado(T) en la ciudad de David(U). 11 Los días que David reinó sobre Israel fueron cuarenta años: siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres años reinó en Jerusalén(V). 12 Salomón se sentó en el trono de David su padre y su reino se afianzó en gran manera(W).

Salomón consolida su reino

13 Entonces Adonías, hijo de Haguit, vino a Betsabé, madre de Salomón; y ella le dijo: ¿Vienes en paz(X)? Y él respondió: En paz. 14 Y añadió: Tengo algo que decirte[i]. Y ella dijo: Habla. 15 Y él dijo: Tú sabes que el reino era mío(Y) y que todo Israel esperaba que yo fuera rey[j](Z); pero el reino ha cambiado de manos y ha venido a ser de mi hermano(AA), porque por voluntad del Señor era suyo(AB). 16 Ahora yo te hago una petición, no me la niegues[k]. Y ella le dijo: Habla. 17 Él entonces dijo: Te ruego que hables al rey Salomón, pues él no te lo negará, para que me dé por mujer a Abisag sunamita(AC). 18 Y Betsabé dijo: Muy bien; hablaré por ti al rey.

19 Betsabé fue al rey Salomón para hablarle por Adonías. El rey se levantó a recibirla, se inclinó delante de ella, y se sentó en su trono; hizo colocar un trono para la madre del rey(AD) y ella se sentó a su diestra(AE). 20 Entonces ella dijo: Te hago una pequeña petición; no me la niegues(AF). Y el rey le dijo: Pide, madre mía, porque no te la negaré. 21 Y ella dijo: Que se dé a Abisag sunamita(AG) por mujer a tu hermano Adonías. 22 El rey Salomón respondió, y dijo a su madre: ¿Por qué pides a Abisag sunamita para Adonías? Pide para él también el reino(AH), pues es mi hermano mayor(AI), y con él están el sacerdote Abiatar y Joab, hijo de Sarvia(AJ). 23 Y el rey Salomón juró por el Señor, diciendo: Así me haga Dios y aun más, si Adonías no ha hablado esta palabra contra su propia vida[l](AK). 24 Ahora pues, vive el Señor que me ha confirmado y me ha puesto en el trono de mi padre David, y que me ha hecho una casa[m](AL) como había prometido[n], que Adonías morirá hoy mismo. 25 El rey Salomón envió a[o] Benaía, hijo de Joiada(AM), y este arremetió contra Adonías[p] y lo mató[q].

26 Entonces dijo el rey al sacerdote Abiatar: Vete a Anatot(AN), a tu campo, porque mereces morir[r](AO); pero no te daré muerte en esta ocasión[s] porque llevaste el arca del Señor Dios[t] delante de mi padre David(AP), y porque fuiste afligido con todas las cosas con que mi padre fue afligido(AQ). 27 Así Salomón privó[u] a Abiatar de ser sacerdote del Señor, para que se cumpliera la palabra que el Señor había hablado acerca de la casa de Elí(AR) en Silo.

28 Cuando las noticias llegaron a Joab (porque Joab había seguido a Adonías(AS), aunque no había seguido a Absalón(AT)), Joab huyó a la tienda del Señor y se asió de los cuernos del altar(AU). 29 Y se le informó al rey Salomón que Joab había huido a la tienda del Señor, y[v] que estaba junto al altar. Entonces Salomón envió a Benaía, hijo de Joiada(AV), diciendo: Ve y arremete contra él(AW). 30 Benaía entró en la tienda del Señor y le dijo: Así ha dicho el rey: «Sal de ahí.» Pero él dijo: No, pues moriré aquí. Benaía llevó la respuesta[w] al rey, diciendo: Así habló Joab y así me respondió. 31 Y el rey le dijo: Haz como él ha dicho(AX); arremete contra él, mátalo y entiérralo, para que quites de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab derramó sin causa(AY). 32 El Señor hará volver su sangre sobre su propia cabeza(AZ), porque él arremetió contra dos hombres más justos y mejores que él y los mató(BA) a espada sin que mi padre David lo supiera: a Abner(BB), hijo de Ner, comandante del ejército de Israel, y a Amasa(BC), hijo de Jeter, comandante del ejército de Judá. 33 Su sangre, pues, recaerá sobre la cabeza de Joab y sobre la cabeza de su descendencia[x] para siempre(BD); pero para David y su descendencia[y], para su casa y su trono, haya paz de parte del Señor para siempre. 34 Entonces subió Benaía, hijo de Joiada, arremetió contra él y lo mató(BE); y fue sepultado en su casa en el desierto(BF). 35 En su lugar el rey nombró sobre el ejército a Benaía, hijo de Joiada(BG), y el rey nombró al sacerdote Sadoc(BH) en lugar de Abiatar(BI).

36 Después el rey envió a llamar a Simei(BJ), y le dijo: Edifícate una casa en Jerusalén, vive ahí y no salgas de allí a ninguna parte. 37 Porque el día que salgas y pases el torrente Cedrón(BK), ten por cierto que sin duda morirás; tu sangre recaerá[z] sobre tu cabeza(BL). 38 Entonces Simei dijo al rey: La palabra es buena; como ha dicho el rey mi señor, así lo hará tu siervo. Y vivió Simei en Jerusalén muchos días.

39 Pero aconteció al cabo de tres años, que dos de los siervos de Simei huyeron a Aquis, hijo de Maaca, rey de Gat(BM). Le avisaron a Simei, diciéndole: He aquí, tus siervos están en Gat. 40 Simei se levantó, ensilló su asno y fue a Gat a ver a Aquis para buscar a sus siervos. Fue, pues, Simei y trajo sus siervos de Gat. 41 Pero informaron a Salomón que Simei había ido de Jerusalén hasta Gat y había vuelto. 42 Entonces el rey envió a llamar a Simei y le dijo: ¿No te hice jurar por el Señor y te advertí seriamente, diciendo: «El día que salgas y vayas a cualquier parte, ten por seguro que ciertamente morirás»? Y tú me dijiste: «La palabra que he oído es buena». 43 ¿Por qué, entonces, no guardaste el juramento del Señor y el mandamiento que te impuse[aa]? 44 Dijo además el rey a Simei: Tú sabes todo el mal que hiciste a mi padre David(BN), que tú reconoces en tu corazón[ab]; el Señor, pues, hará recaer tu mal sobre tu propia cabeza(BO). 45 Pero el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme delante del Señor para siempre(BP). 46 Entonces el rey mandó a Benaía, hijo de Joiada, y este salió y arremetió contra Simei[ac] y lo mató[ad]. Así fue confirmado el reino en las manos de Salomón(BQ).

Footnotes

  1. 1 Reyes 2:3 Lit., que te vuelvas
  2. 1 Reyes 2:4 Lit., su palabra que habló de mí
  3. 1 Reyes 2:4 O, verdad
  4. 1 Reyes 2:4 Lit., diciendo: no te será cortado
  5. 1 Reyes 2:5 Lit., hizo
  6. 1 Reyes 2:6 I.e., región de los muertos
  7. 1 Reyes 2:7 Lit., se me acercaron
  8. 1 Reyes 2:8 O, dolorosa
  9. 1 Reyes 2:14 Lit., palabra para ti
  10. 1 Reyes 2:15 Lit., ponía su rostro en mí para reinar
  11. 1 Reyes 2:16 Lit., no hagas (hará) volver mi (tu) rostro, y así en los vers. 17 y 20
  12. 1 Reyes 2:23 Lit., alma
  13. 1 Reyes 2:24 I.e., una dinastía
  14. 1 Reyes 2:24 O, dicho
  15. 1 Reyes 2:25 Lit., envió por mano de
  16. 1 Reyes 2:25 Lit., él
  17. 1 Reyes 2:25 Lit., y murió
  18. 1 Reyes 2:26 Lit., eres hombre de muerte
  19. 1 Reyes 2:26 Lit., este día
  20. 1 Reyes 2:26 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
  21. 1 Reyes 2:27 Lit., expulsó
  22. 1 Reyes 2:29 Lit., y he aquí
  23. 1 Reyes 2:30 Lit., palabra
  24. 1 Reyes 2:33 Lit., simiente
  25. 1 Reyes 2:33 Lit., simiente
  26. 1 Reyes 2:37 Lit., será
  27. 1 Reyes 2:43 Lit., mandé
  28. 1 Reyes 2:44 Lit., que tu corazón reconoce
  29. 1 Reyes 2:46 Lit., él
  30. 1 Reyes 2:46 Lit., y murió

Mandato de David a Salomón

Llegaron los días en que David había de morir, y ordenó a Salomón su hijo, diciendo: Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre. Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas; para que confirme Jehová la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel.

Ya sabes tú lo que me ha hecho Joab hijo de Sarvia, lo que hizo a dos generales del ejército de Israel, a Abner(A) hijo de Ner y a Amasa(B) hijo de Jeter, a los cuales él mató, derramando en tiempo de paz la sangre de guerra, y poniendo sangre de guerra en el talabarte que tenía sobre sus lomos, y en los zapatos que tenía en sus pies. Tú, pues, harás conforme a tu sabiduría; no dejarás descender sus canas al Seol en paz. Mas a los hijos de Barzilai(C) galaadita harás misericordia, que sean de los convidados a tu mesa; porque ellos vinieron de esta manera a mí, cuando iba huyendo de Absalón tu hermano. También tienes contigo a Simei hijo de Gera, hijo de Benjamín, de Bahurim, el cual me maldijo con una maldición fuerte el día que yo iba a Mahanaim.(D) Mas él mismo descendió a recibirme al Jordán, y yo le juré por Jehová diciendo: Yo no te mataré a espada.(E) Pero ahora no lo absolverás; pues hombre sabio eres, y sabes cómo debes hacer con él; y harás descender sus canas con sangre al Seol.

Muerte de David

(1 Cr. 29.26-30)

10 Y durmió David con sus padres, y fue sepultado en su ciudad. 11 Los días que reinó David sobre Israel fueron cuarenta años; siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres años reinó en Jerusalén.(F) 12 Y se sentó Salomón en el trono de David su padre,(G) y su reino fue firme en gran manera.

Salomón afirma su reino

13 Entonces Adonías hijo de Haguit vino a Betsabé madre de Salomón; y ella le dijo: ¿Es tu venida de paz? Él respondió: Sí, de paz. 14 En seguida dijo: Una palabra tengo que decirte. Y ella dijo: Di. 15 Él dijo: Tú sabes que el reino era mío, y que todo Israel había puesto en mí su rostro para que yo reinara; mas el reino fue traspasado, y vino a ser de mi hermano, porque por Jehová era suyo. 16 Ahora yo te hago una petición; no me la niegues. Y ella le dijo: Habla. 17 Él entonces dijo: Yo te ruego que hables al rey Salomón (porque él no te lo negará), para que me dé a Abisag sunamita por mujer. 18 Y Betsabé dijo: Bien; yo hablaré por ti al rey.

19 Vino Betsabé al rey Salomón para hablarle por Adonías. Y el rey se levantó a recibirla, y se inclinó ante ella, y volvió a sentarse en su trono, e hizo traer una silla para su madre, la cual se sentó a su diestra. 20 Y ella dijo: Una pequeña petición pretendo de ti; no me la niegues. Y el rey le dijo: Pide, madre mía, que yo no te la negaré. 21 Y ella dijo: Dése Abisag sunamita por mujer a tu hermano Adonías. 22 El rey Salomón respondió y dijo a su madre: ¿Por qué pides a Abisag sunamita para Adonías? Demanda también para él el reino; porque él es mi hermano mayor, y ya tiene también al sacerdote Abiatar, y a Joab hijo de Sarvia. 23 Y el rey Salomón juró por Jehová, diciendo: Así me haga Dios y aun me añada, que contra su vida ha hablado Adonías estas palabras. 24 Ahora, pues, vive Jehová, quien me ha confirmado y me ha puesto sobre el trono de David mi padre, y quien me ha hecho casa, como me había dicho, que Adonías morirá hoy. 25 Entonces el rey Salomón envió por mano de Benaía hijo de Joiada, el cual arremetió contra él, y murió.

26 Y el rey dijo al sacerdote Abiatar: Vete a Anatot, a tus heredades, pues eres digno de muerte; pero no te mataré hoy, por cuanto has llevado el arca de Jehová el Señor delante de David mi padre,(H) y además has sido afligido en todas las cosas en que fue afligido mi padre.(I) 27 Así echó Salomón a Abiatar del sacerdocio de Jehová, para que se cumpliese la palabra de Jehová que había dicho sobre la casa de Elí en Silo.(J)

28 Y vino la noticia a Joab; porque también Joab se había adherido a Adonías, si bien no se había adherido a Absalón. Y huyó Joab al tabernáculo de Jehová, y se asió de los cuernos del altar. 29 Y se le hizo saber a Salomón que Joab había huido al tabernáculo de Jehová, y que estaba junto al altar. Entonces envió Salomón a Benaía hijo de Joiada, diciendo: Ve, y arremete contra él. 30 Y entró Benaía al tabernáculo de Jehová, y le dijo: El rey ha dicho que salgas. Y él dijo: No, sino que aquí moriré. Y Benaía volvió con esta respuesta al rey, diciendo: Así dijo Joab, y así me respondió. 31 Y el rey le dijo: Haz como él ha dicho; mátale y entiérrale, y quita de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab ha derramado injustamente. 32 Y Jehová hará volver su sangre sobre su cabeza; porque él ha dado muerte a dos varones más justos y mejores que él, a los cuales mató a espada sin que mi padre David supiese nada: a Abner hijo de Ner, general del ejército de Israel, y a Amasa hijo de Jeter, general del ejército de Judá. 33 La sangre, pues, de ellos recaerá sobre la cabeza de Joab, y sobre la cabeza de su descendencia para siempre; mas sobre David y sobre su descendencia, y sobre su casa y sobre su trono, habrá perpetuamente paz de parte de Jehová. 34 Entonces Benaía hijo de Joiada subió y arremetió contra él, y lo mató; y fue sepultado en su casa en el desierto. 35 Y el rey puso en su lugar a Benaía hijo de Joiada sobre el ejército, y a Sadoc puso el rey por sacerdote en lugar de Abiatar.

36 Después envió el rey e hizo venir a Simei, y le dijo: Edifícate una casa en Jerusalén y mora ahí, y no salgas de allí a una parte ni a otra; 37 porque sabe de cierto que el día que salieres y pasares el torrente de Cedrón, sin duda morirás, y tu sangre será sobre tu cabeza. 38 Y Simei dijo al rey: La palabra es buena; como el rey mi señor ha dicho, así lo hará tu siervo. Y habitó Simei en Jerusalén muchos días.

39 Pero pasados tres años, aconteció que dos siervos de Simei huyeron a Aquis hijo de Maaca, rey de Gat. Y dieron aviso a Simei, diciendo: He aquí que tus siervos están en Gat. 40 Entonces Simei se levantó y ensilló su asno y fue a Aquis en Gat, para buscar a sus siervos. Fue, pues, Simei, y trajo sus siervos de Gat. 41 Luego fue dicho a Salomón que Simei había ido de Jerusalén hasta Gat, y que había vuelto. 42 Entonces el rey envió e hizo venir a Simei, y le dijo: ¿No te hice jurar yo por Jehová, y te protesté diciendo: El día que salieres y fueres acá o allá, sabe de cierto que morirás? Y tú me dijiste: La palabra es buena, yo la obedezco. 43 ¿Por qué, pues, no guardaste el juramento de Jehová, y el mandamiento que yo te impuse? 44 Dijo además el rey a Simei: Tú sabes todo el mal, el cual tu corazón bien sabe, que cometiste contra mi padre David; Jehová, pues, ha hecho volver el mal sobre tu cabeza. 45 Y el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme perpetuamente delante de Jehová. 46 Entonces el rey mandó a Benaía hijo de Joiada, el cual salió y lo hirió, y murió.

Y el reino fue confirmado en la mano de Salomón.