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29 Por esa época, muchos que querían llevar una vida recta de acuerdo con la ley, se iban a vivir al desierto 30 con sus hijos, sus mujeres y sus animales, pues la situación se había hecho intolerable. 31 Entonces se informó a los funcionarios del rey y a las fuerzas militares estacionadas en Jerusalén, la Ciudad de David, que los que habían desobedecido las órdenes del rey se habían ido a esconder en el desierto, 32 y muchos soldados fueron rápidamente en su persecución. Los alcanzaron, tomaron posiciones frente a ellos, se prepararon para atacarlos el día sábado, 33 y les dijeron:

—¡Basta ya! ¡Salgan, obedezcan las órdenes del rey y quedarán con vida!

34 Ellos respondieron:

—¡Pues no saldremos, ni obedeceremos las órdenes del rey, de profanar el sábado!

35 Inmediatamente los soldados comenzaron el ataque; 36 pero los israelitas no les respondieron, ni les tiraron una sola piedra, ni fortificaron sus refugios, 37 sino que dijeron: «¡Muramos todos con conciencia limpia! ¡El cielo y la tierra son testigos de que ustedes nos asesinan injustamente!»

38 Así pues, los soldados los atacaron el día sábado, y los israelitas, con sus mujeres y sus hijos y sus animales, murieron. Eran en total unas mil personas.

39 Cuando Matatías y sus amigos supieron esto, lloraron amargamente por ellos. 40 Entonces se dijeron unos a otros: «Si todos hacemos lo que nuestros hermanos, y no luchamos contra los paganos por nuestras vidas y por nuestras leyes, pronto nos harán desaparecer de la tierra.» 41 Y ese mismo día tomaron la siguiente decisión: «Si alguien nos ataca en sábado, lucharemos nosotros también, y así no moriremos todos, como murieron nuestros hermanos en sus refugios.»

42 Entonces se unió a ellos un grupo de hasideos, israelitas valientes, todos decididos a ser fieles a la ley. 43 Además, todos los que querían escapar de la terrible situación se les juntaban y reforzaban sus filas.

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Testamento de Matatías

49 Pero a Matatías le llegó la hora de morir, y entonces dijo a sus hijos:

«La insolencia y los insultos están reinando;
estamos en un tiempo de calamidades y terribles castigos.
50 Pero ustedes, hijos míos,
tengan celo por la ley
y sacrifiquen sus vidas por la alianza
que hizo Dios con nuestros antepasados;

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