Add parallel Print Page Options

El espíritu de verdad y el espíritu de error

Amados(A), no crean a todo espíritu(B), sino prueben los espíritus para ver si son de Dios(C), porque muchos falsos profetas han salido al mundo. En esto ustedes conocen el Espíritu de Dios: todo espíritu(D) que confiesa(E) que Jesucristo ha venido en carne(F), es[a] de Dios. Y todo espíritu que no confiesa a Jesús[b](G), no es[c] de Dios, y este es el espíritu del anticristo(H), del cual ustedes han oído que viene, y que ahora ya está en el mundo(I).

Hijos(J) míos[d], ustedes son[e] de Dios y han vencido a los falsos profetas(K), porque mayor es Aquel que está en ustedes(L) que el que está en el mundo(M). Ellos son del mundo(N); por eso hablan de parte del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios(O). El que conoce a Dios, nos oye(P); el que no es de Dios, no nos oye(Q). En esto conocemos el espíritu de la verdad(R) y el espíritu del error(S).

Dios es amor

Amados(T), amémonos unos a otros(U), porque el amor es[f] de Dios, y todo el que ama(V) es nacido[g] de Dios(W) y conoce a Dios(X). El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor(Y). En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros[h](Z): en que Dios ha enviado a Su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de Él(AA). 10 En esto consiste[i] el amor: no en que nosotros hayamos amado[j] a Dios(AB), sino en que Él nos amó a nosotros(AC) y envió a Su Hijo como propiciación por nuestros pecados(AD). 11 Amados(AE), si Dios así nos amó, también nosotros debemos amarnos unos a otros(AF).

12 A Dios nunca lo ha visto nadie(AG). Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y Su amor se perfecciona en nosotros(AH). 13 En esto sabemos que permanecemos en Él y Él en nosotros: en que nos ha dado de Su Espíritu(AI). 14 Y nosotros hemos visto y damos testimonio(AJ) de que el Padre envió al Hijo(AK) para ser el Salvador del mundo. 15 Todo aquel que confiesa(AL) que Jesús es el Hijo de Dios(AM), Dios permanece en él y él en Dios(AN). 16 Y nosotros hemos llegado a conocer(AO) y hemos creído el amor que Dios tiene para[k] nosotros(AP). Dios es amor(AQ), y el que permanece en amor permanece en Dios(AR) y Dios permanece en él. 17 En esto se perfecciona el amor en nosotros(AS), para que tengamos confianza(AT) en el día del juicio(AU), pues como Él es(AV), así somos también nosotros en este mundo.

18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor(AW), porque el temor involucra[l] castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor(AX). 19 Nosotros amamos[m] porque Él nos amó primero(AY). 20 Si alguien dice: «Yo amo a Dios(AZ)», pero aborrece a su hermano(BA), es un mentiroso(BB). Porque el que no ama a su hermano(BC), a quien ha visto, no puede[n] amar a Dios a quien no ha visto(BD). 21 Y este mandamiento tenemos de Él(BE): que el que ama a Dios, ame también a su hermano(BF).

Footnotes

  1. 1 Juan 4:2 O procede.
  2. 1 Juan 4:3 Algunos mss. dicen: que Jesús ha venido en carne.
  3. 1 Juan 4:3 O no procede.
  4. 1 Juan 4:4 O Hijitos.
  5. 1 Juan 4:4 O proceden.
  6. 1 Juan 4:7 O procede.
  7. 1 Juan 4:7 O engendrado.
  8. 1 Juan 4:9 O en nuestro caso.
  9. 1 Juan 4:10 Lit. está.
  10. 1 Juan 4:10 Algunos mss. dicen: amamos.
  11. 1 Juan 4:16 Lit. en.
  12. 1 Juan 4:18 Lit. tiene.
  13. 1 Juan 4:19 Algunos mss. agregan: a Él; otros: a Dios.
  14. 1 Juan 4:20 Algunos mss. dicen: ¿cómo puede.

Cómo descubrir a los falsos profetas

Queridos amigos, no les crean a todos los que afirman hablar de parte del Espíritu. Pónganlos a prueba para averiguar si el espíritu que tienen realmente proviene de Dios, porque hay muchos falsos profetas en el mundo. Esta es la manera en que sabremos si tienen o no el Espíritu de Dios: si una persona que afirma ser profeta[a] reconoce que Jesucristo vino en un cuerpo humano, esa persona tiene el Espíritu de Dios; pero si alguien afirma ser profeta y no reconoce la verdad acerca de Jesús, aquella persona no es de Dios. Tal persona tiene el espíritu del Anticristo, del cual ustedes oyeron que viene al mundo, y de hecho, ya está aquí.

Pero ustedes, mis queridos hijos, pertenecen a Dios. Ya lograron la victoria sobre esas personas, porque el Espíritu que vive en ustedes es más poderoso que el espíritu que vive en el mundo. Esas personas pertenecen a este mundo, por eso hablan desde el punto de vista del mundo, y el mundo les presta atención. En cambio, nosotros pertenecemos a Dios, y los que conocen a Dios nos prestan atención. Como ellos no pertenecen a Dios, no nos prestan atención. Así es como sabemos si alguien tiene el Espíritu de verdad o el espíritu de engaño.

Ámense unos a otros

Queridos amigos, sigamos amándonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es un hijo de Dios y conoce a Dios; pero el que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.

Dios mostró cuánto nos ama al enviar a su único Hijo al mundo, para que tengamos vida eterna por medio de él. 10 En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.

11 Queridos amigos, ya que Dios nos amó tanto, sin duda nosotros también debemos amarnos unos a otros. 12 Nadie jamás ha visto a Dios; pero si nos amamos unos a otros, Dios vive en nosotros y su amor llega a la máxima expresión en nosotros.

13 Y Dios nos ha dado su Espíritu como prueba de que vivimos en él y él en nosotros. 14 Además, hemos visto con nuestros propios ojos y ahora damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para que fuera el Salvador del mundo. 15 Todos los que declaran que Jesús es el Hijo de Dios, Dios vive en ellos y ellos en Dios. 16 Nosotros sabemos cuánto nos ama Dios y hemos puesto nuestra confianza en su amor.

Dios es amor, y todos los que viven en amor viven en Dios y Dios vive en ellos; 17 y al vivir en Dios, nuestro amor crece hasta hacerse perfecto. Por lo tanto, no tendremos temor en el día del juicio, sino que podremos estar ante Dios con confianza, porque vivimos como vivió Jesús en este mundo.

18 En esa clase de amor no hay temor, porque el amor perfecto expulsa todo temor. Si tenemos miedo es por temor al castigo, y esto muestra que no hemos experimentado plenamente el perfecto amor de Dios. 19 Nos amamos unos a otros,[b] porque él nos amó primero.

20 Si alguien dice: «Amo a Dios», pero odia a otro creyente,[c] esa persona es mentirosa pues, si no amamos a quienes podemos ver, ¿cómo vamos a amar a Dios, a quien no podemos ver? 21 Y él nos ha dado el siguiente mandato: los que aman a Dios deben amar también a sus hermanos creyentes.[d]

Footnotes

  1. 4:2 En griego si un espíritu; similar en 4:3.
  2. 4:19 En griego Nosotros amamos. Otros manuscritos dicen Nosotros amamos a Dios; incluso otros dicen Nosotros lo amamos.
  3. 4:20 En griego odia a su hermano.
  4. 4:21 En griego el que ama a Dios debe amar también a su hermano.

Los verdaderos hijos de Dios

Queridos hermanos, no les crean a todos los que dicen que tienen el Espíritu de Dios. Pónganlos a prueba, para ver si son lo que dicen ser. Porque el mundo está lleno de falsos profetas.

Ustedes pueden saber que una persona tiene el Espíritu de Dios, si reconoce que Jesucristo vino al mundo como verdadero hombre. Pero si dice que esto no es cierto, es porque no tiene el Espíritu de Dios; al contrario, tiene el espíritu del Enemigo de Cristo. Ustedes ya sabían que este espíritu tenía que venir, y yo quiero decirles que ya ha llegado al mundo.

Hijos míos, ustedes son de Dios, y ya han vencido a esos falsos profetas, pues él permanece unido a ustedes y es más poderoso que su Enemigo. Ellos son unos pecadores, y los demás pecadores de este mundo les hacen caso, porque hablan de las mismas cosas. Pero nosotros pertenecemos a Dios, y podemos saber quién tiene el Espíritu que dice la verdad y quién tiene el espíritu del engaño. El que es de Dios nos hace caso, pero el que no es de Dios nos ignora.

Debemos amarnos

Amados hijos míos, debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios, y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.

Dios nos dio muestras de su amor al enviar al mundo a Jesús, su único Hijo, para que por medio de él todos nosotros tengamos vida eterna. 10 El verdadero amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo, para que nosotros fuéramos perdonados por medio de su sacrificio.

11 Hijos míos, si Dios nos ha amado así, nosotros también debemos amarnos los unos a los otros. 12 Nadie ha visto nunca a Dios; pero, si nos amamos unos a otros, Dios vive en nosotros y también su amor estará en nosotros.

13 Sabemos que estamos íntimamente unidos a Dios porque él nos ha dado su Espíritu. 14 Nosotros mismos lo hemos visto, y lo decimos sin miedo: el Padre envió a su Hijo para salvar a todo el mundo. 15 Si alguien reconoce que Jesucristo es el Hijo de Dios, queda íntimamente unido a Dios, como si fuera una sola persona con él.

16 Sabemos y creemos que Dios nos ama, porque Dios es amor. Cualquiera que ama a sus hermanos está íntimamente unido a Dios. 17 Si en verdad amamos a los hermanos, y si vivimos como Jesucristo vivió en este mundo, no tendremos por qué tener miedo cuando Jesús venga para juzgar a todo el mundo. 18 La persona que ama no tiene miedo. Donde hay amor no hay temor. Al contrario, el verdadero amor quita el miedo. Si alguien tiene miedo de que Dios lo castigue, es porque no ha aprendido a amar.

19 Nosotros amamos a nuestros hermanos porque Dios nos amó primero. 20 Si decimos que amamos a Dios, y al mismo tiempo nos odiamos unos a otros, somos unos mentirosos. Porque si no amamos al hermano, a quien podemos ver, mucho menos podemos amar a Dios, a quien no podemos ver. 21 Y Jesucristo nos dio este mandamiento: «¡Amen a Dios, y ámense unos a otros!»