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Hijos de Dios

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;(A) por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.

Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados,(B) y no hay pecado en él. Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

11 Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.(C) 12 No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano.(D) ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. 13 Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece. 14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida,(E) en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. 15 Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. 16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? 18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.

19 Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él; 20 pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas. 21 Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; 22 y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él. 23 Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.(F) 24 Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.

Miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que somos! Pero la gente de este mundo no reconoce que somos hijos de Dios, porque no lo conocen a él. Queridos amigos, ya somos hijos de Dios, pero él todavía no nos ha mostrado lo que seremos cuando Cristo venga; pero sí sabemos que seremos como él, porque lo veremos tal como él es. Y todos los que tienen esta gran expectativa se mantendrán puros, así como él es puro.

Todo el que peca viola la ley de Dios, porque todo pecado va en contra de la ley de Dios; y ustedes saben que Jesús vino para quitar nuestros pecados, y en él no hay pecado. Todo el que siga viviendo en él no pecará; pero todo el que sigue pecando no lo conoce ni entiende quién es él.

Queridos hijos, no dejen que nadie los engañe acerca de lo siguiente: cuando una persona hace lo correcto, demuestra que es justa, así como Cristo es justo. Sin embargo, cuando alguien sigue pecando, demuestra que pertenece al diablo, el cual peca desde el principio; pero el Hijo de Dios vino para destruir las obras del diablo. Los que han nacido en la familia de Dios no se caracterizan por practicar el pecado, porque la vida de Dios[a] está en ellos. Así que no pueden seguir pecando, porque son hijos de Dios. 10 Por lo tanto, podemos identificar quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo. Todo el que no se conduce con rectitud y no ama a los creyentes[b] no pertenece a Dios.

Amor y odio entre hermanos

11 Este es el mensaje que ustedes han oído desde el principio: que nos amemos unos a otros. 12 No debemos ser como Caín, quien pertenecía al maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque Caín hacía lo malo y su hermano lo recto. 13 Así que, amados hermanos, no se sorprendan si el mundo los odia.

14 Si amamos a nuestros hermanos creyentes,[c] eso demuestra que hemos pasado de muerte a vida; pero el que no tiene amor sigue muerto. 15 Todo el que odia a un hermano, en el fondo de su corazón es un asesino, y ustedes saben que ningún asesino tiene la vida eterna en él.

16 Conocemos lo que es el amor verdadero, porque Jesús entregó su vida por nosotros. De manera que nosotros también tenemos que dar la vida por nuestros hermanos. 17 Si alguien tiene suficiente dinero para vivir bien y ve a un hermano en necesidad pero no le muestra compasión, ¿cómo puede estar el amor de Dios en esa persona?

18 Queridos hijos, que nuestro amor no quede solo en palabras; mostremos la verdad por medio de nuestras acciones. 19 Nuestras acciones demostrarán que pertenecemos a la verdad, entonces estaremos confiados cuando estemos delante de Dios. 20 Aun si nos sentimos culpables, Dios es superior a nuestros sentimientos y él lo sabe todo.

21 Queridos amigos, si no nos sentimos culpables, podemos acercarnos a Dios con plena confianza. 22 Y recibiremos de él todo lo que le pidamos porque lo obedecemos y hacemos las cosas que le agradan.

23 Y su mandamiento es el siguiente: debemos creer en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y amarnos unos a otros, así como él nos lo ordenó. 24 Los que obedecen los mandamientos de Dios permanecen en comunión con él, y él permanece en comunión con ellos. Y sabemos que él vive en nosotros, porque el Espíritu que nos dio vive en nosotros.

Footnotes

  1. 3:9 En griego porque la simiente de él.
  2. 3:10 En griego no ama a su hermano.
  3. 3:14 En griego a los hermanos; similar en 3:16.

Los hijos de Dios

Mirad cuán gran amor[a] nos ha otorgado el Padre(A), para que seamos llamados hijos de Dios(B); y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él(C). Amados(D), ahora somos hijos de Dios(E) y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser(F). Pero sabemos que cuando Él se manifieste[b](G), seremos semejantes a Él(H) porque le veremos como Él es(I). Y todo el que tiene esta esperanza puesta en Él(J), se purifica, así como Él es puro(K). Todo el que practica el pecado, practica también la infracción de la ley[c], pues[d] el pecado es infracción de la ley[e](L). Y vosotros sabéis que Él se manifestó(M) a fin de quitar los[f] pecados(N), y en Él no hay pecado(O). Todo el que permanece en Él, no peca(P); todo el que peca, ni le ha visto ni le ha conocido(Q). Hijos míos[g](R), que nadie os engañe(S); el que practica la justicia es justo(T), así como Él es justo. El que practica el pecado es del diablo(U), porque el diablo ha pecado[h] desde el principio. El Hijo de Dios(V) se manifestó con este propósito(W): para destruir[i] las obras del diablo(X). Ninguno que es nacido[j] de Dios(Y) practica[k] el pecado(Z), porque la simiente de Dios[l] permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido[m] de Dios. 10 En esto se reconocen[n] los hijos de Dios(AA) y los hijos del diablo(AB): todo aquel que no practica la justicia, no es de Dios; tampoco aquel que no ama(AC) a su hermano(AD). 11 Porque este es el mensaje(AE) que habéis oído desde el principio(AF): que nos amemos unos a otros(AG); 12 no como Caín(AH) que era del maligno(AI), y mató a su hermano. ¿Y por qué causa lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas(AJ).

Amemos de hecho, no de palabra

13 Hermanos, no os maravilléis si el mundo os odia(AK). 14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida(AL) porque amamos a los hermanos(AM). El que no ama[o] permanece en muerte. 15 Todo el que aborrece a su hermano es homicida(AN), y vosotros sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él(AO). 16 En esto conocemos el amor: en que Él puso su vida por nosotros(AP); también nosotros debemos poner nuestras vidas(AQ) por los hermanos(AR). 17 Pero el que tiene bienes de este mundo(AS), y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón[p] contra[q] él(AT), ¿cómo puede morar[r] el amor de Dios en él(AU)? 18 Hijos[s](AV), no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad(AW). 19 En esto sabremos que somos de la verdad(AX), y aseguraremos[t] nuestros corazones delante de Él 20 en cualquier cosa en que nuestro corazón nos condene; porque Dios[u] es mayor que nuestro corazón y sabe todas las cosas. 21 Amados(AY), si nuestro corazón no nos condena, confianza tenemos delante de[v] Dios(AZ); 22 y todo lo que pidamos lo recibimos de Él(BA), porque guardamos sus mandamientos(BB) y hacemos las cosas que son agradables delante de Él(BC). 23 Y este es su mandamiento: que creamos(BD) en el nombre de su Hijo Jesucristo(BE), y que nos amemos unos a otros como Él nos ha mandado[w](BF). 24 El que guarda sus mandamientos(BG) permanece en Él(BH) y Dios[x] en él. Y en esto sabemos(BI) que Él permanece en nosotros(BJ): por el Espíritu que nos ha dado.

Footnotes

  1. 1 Juan 3:1 Lit., qué clase de amor
  2. 1 Juan 3:2 Lit., si se manifiesta
  3. 1 Juan 3:4 O, iniquidad
  4. 1 Juan 3:4 Lit., y
  5. 1 Juan 3:4 O, iniquidad
  6. 1 Juan 3:5 Algunos mss. dicen: nuestros
  7. 1 Juan 3:7 O, Hijitos
  8. 1 Juan 3:8 Lit., peca
  9. 1 Juan 3:8 O, deshacer
  10. 1 Juan 3:9 O, engendrado
  11. 1 Juan 3:9 Lit., Todo aquél...no practica
  12. 1 Juan 3:9 Lit., su simiente
  13. 1 Juan 3:9 O, engendrado
  14. 1 Juan 3:10 Lit., se manifiestan
  15. 1 Juan 3:14 Algunos mss. posteriores agregan: a su hermano
  16. 1 Juan 3:17 Lit., sus entrañas
  17. 1 Juan 3:17 Lit., de
  18. 1 Juan 3:17 Lit., ¿cómo mora?
  19. 1 Juan 3:18 O, Hijitos
  20. 1 Juan 3:19 O, persuadiremos
  21. 1 Juan 3:20 Lit., delante de Él; porque si nuestro corazón nos condena, Dios
  22. 1 Juan 3:21 Lit., hacia
  23. 1 Juan 3:23 O, nos dio mandamiento
  24. 1 Juan 3:24 Lit., El

¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente, porque no lo conoció a él. Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser. Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. Todo el que tiene esta esperanza en Cristo se purifica a sí mismo, así como él es puro.

Todo el que comete pecado quebranta la ley; de hecho, el pecado es transgresión de la ley. Pero ustedes saben que Jesucristo se manifestó para quitar nuestros pecados. Y él no tiene pecado. Todo el que permanece en él no practica el pecado. Todo el que practica el pecado no lo ha visto ni lo ha conocido.

Queridos hijos, que nadie los engañe. El que practica la justicia es justo, así como él es justo. El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo. Ninguno que haya nacido de Dios practica el pecado, porque la semilla de Dios permanece en él; no puede seguir pecando, porque ha nacido de Dios. 10 Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es hijo de Dios, como tampoco lo es el que no ama a su hermano.

Amémonos los unos a los otros

11 Este es el mensaje que han oído desde el principio: que nos amemos los unos a los otros. 12 No seamos como Caín que, por ser del maligno, asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo hizo? Porque sus propias obras eran malas y las de su hermano, justas. 13 Hermanos, no se extrañen si el mundo los odia. 14 Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte. 15 Todo el que odia a su hermano es un asesino y ustedes saben que en ningún asesino permanece la vida eterna.

16 En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos. 17 Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él? 18 Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.

19 En esto sabremos que somos de la verdad y nos sentiremos seguros delante de él: 20 aunque nuestro corazón nos condene, Dios es más grande que nuestro corazón y lo sabe todo. 21 Queridos hermanos, si el corazón no nos condena y tenemos confianza delante de Dios, 22 recibimos todo lo que pedimos, porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. 23 Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo y que nos amemos los unos a los otros, pues así lo ha dispuesto. 24 El que obedece sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él. ¿Cómo sabemos que él permanece en nosotros? Por el Espíritu que nos dio.