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16 Así trajeron el arca de Dios, y la pusieron en medio de la tienda que David había levantado para ella; y ofrecieron holocaustos y sacrificios de paz delante de Dios. Y cuando David acabó de ofrecer el holocausto y los sacrificios de paz, bendijo al pueblo en el nombre de Jehová. Y repartió a todo Israel, así a hombres como a mujeres, a cada uno una torta de pan, una pieza de carne, y una torta de pasas.

Y puso delante del arca de Jehová ministros de los levitas, para que recordasen y confesasen y loasen a Jehová Dios de Israel: Asaf el primero; el segundo después de él, Zacarías; Jeiel, Semiramot, Jehiel, Matatías, Eliab, Benaía, Obed-edom y Jeiel, con sus instrumentos de salterios y arpas; pero Asaf sonaba los címbalos. También los sacerdotes Benaía y Jahaziel sonaban continuamente las trompetas delante del arca del pacto de Dios.

Salmo de acción de gracias de David

(Sal. 105.1-15; 96.1-13; 106.47-48)

Entonces, en aquel día, David comenzó a aclamar a Jehová por mano de Asaf y de sus hermanos:

Alabad a Jehová, invocad su nombre,

Dad a conocer en los pueblos sus obras.

Cantad a él, cantadle salmos;

Hablad de todas sus maravillas.

10 Gloriaos en su santo nombre;

Alégrese el corazón de los que buscan a Jehová.

11 Buscad a Jehová y su poder;

Buscad su rostro continuamente.

12 Haced memoria de las maravillas que ha hecho,

De sus prodigios, y de los juicios de su boca,

13 Oh vosotros, hijos de Israel su siervo,

Hijos de Jacob, sus escogidos.

14 Jehová, él es nuestro Dios;

Sus juicios están en toda la tierra.

15 Él hace memoria de su pacto perpetuamente,

Y de la palabra que él mandó para mil generaciones;

16 Del pacto que concertó con Abraham,(A)

Y de su juramento a Isaac;(B)

17 El cual confirmó a Jacob por estatuto,

Y a Israel por pacto sempiterno,

18 Diciendo: A ti daré la tierra de Canaán,

Porción de tu heredad.(C)

19 Cuando ellos eran pocos en número,

Pocos y forasteros en ella,

20 Y andaban de nación en nación,

Y de un reino a otro pueblo,

21 No permitió que nadie los oprimiese;

Antes por amor de ellos castigó a los reyes.

22 No toquéis, dijo, a mis ungidos,

Ni hagáis mal a mis profetas.(D)

23 Cantad a Jehová toda la tierra,

Proclamad de día en día su salvación.

24 Cantad entre las gentes su gloria,

Y en todos los pueblos sus maravillas.

25 Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza,

Y de ser temido sobre todos los dioses.

26 Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos;

Mas Jehová hizo los cielos.

27 Alabanza y magnificencia delante de él;

Poder y alegría en su morada.

28 Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos,

Dad a Jehová gloria y poder.

29 Dad a Jehová la honra debida a su nombre;

Traed ofrenda, y venid delante de él;

Postraos delante de Jehová en la hermosura de la santidad.

30 Temed en su presencia, toda la tierra;

El mundo será aún establecido, para que no se conmueva.

31 Alégrense los cielos, y gócese la tierra,

Y digan en las naciones: Jehová reina.

32 Resuene el mar, y su plenitud;

Alégrese el campo, y todo lo que contiene.

33 Entonces cantarán los árboles de los bosques delante de Jehová,

Porque viene a juzgar la tierra.

34 Aclamad a Jehová, porque él es bueno;

Porque su misericordia es eterna.(E)

35 Y decid: Sálvanos, oh Dios, salvación nuestra;

Recógenos, y líbranos de las naciones,

Para que confesemos tu santo nombre,

Y nos gloriemos en tus alabanzas.

36 Bendito sea Jehová Dios de Israel,

De eternidad a eternidad.

Y dijo todo el pueblo, Amén, y alabó a Jehová.

Los levitas encargados del arca

37 Y dejó allí, delante del arca del pacto de Jehová, a Asaf y a sus hermanos, para que ministrasen de continuo delante del arca, cada cosa en su día; 38 y a Obed-edom y a sus sesenta y ocho hermanos; y a Obed-edom hijo de Jedutún y a Hosa como porteros. 39 Asimismo al sacerdote Sadoc, y a los sacerdotes sus hermanos, delante del tabernáculo de Jehová en el lugar alto que estaba en Gabaón, 40 para que sacrificasen continuamente, a mañana y tarde, holocaustos a Jehová en el altar del holocausto, conforme a todo lo que está escrito en la ley de Jehová, que él prescribió a Israel; 41 y con ellos a Hemán, a Jedutún y a los otros escogidos declarados por sus nombres, para glorificar a Jehová, porque es eterna su misericordia. 42 Con ellos a Hemán y a Jedutún con trompetas y címbalos para los que tocaban, y con otros instrumentos de música de Dios; y a los hijos de Jedutún para porteros.

43 Y todo el pueblo se fue cada uno a su casa; y David se volvió para bendecir su casa.(F)

16 El arca de Dios fue llevada a la tienda que David había preparado. Allí la instalaron, y luego presentaron holocaustos y sacrificios de comunión en presencia de Dios. Después de ofrecer los holocaustos y los sacrificios de comunión, David bendijo al pueblo en el nombre del Señor y dio a cada israelita, tanto a hombres como a mujeres, una porción de pan, una torta de dátiles y una torta de pasas.

David puso a algunos levitas a cargo del arca del Señor para que ministraran, dieran gracias y alabaran al Señor, Dios de Israel. Los nombrados fueron Asaf, el primero; Zacarías, el segundo; luego Jeiel, Semiramot, Jehiel, Matatías, Eliab, Benaías, Obed Edom y Jeiel, los cuales tenían liras y arpas. Asaf tocaba los címbalos. Los sacerdotes Benaías y Jahaziel tocaban continuamente las trompetas delante del arca del pacto de Dios.

Salmo de David(A)(B)(C)

Ese mismo día, David ordenó, por primera vez, que Asaf y sus compañeros fueran los encargados de esta alabanza al Señor:

«Den gracias al Señor; proclamen su nombre.
    ¡Den a conocer sus obras entre las naciones!
¡Cántenle, entónenle salmos!
    ¡Hablen de todas sus maravillas!
10 ¡Gloríense en su santo nombre!
    ¡Alégrese el corazón de los que buscan al Señor!
11 ¡Busquen al Señor y su fuerza;
    anhelen siempre su rostro!

12 »¡Recuerden las maravillas que ha hecho,
    las señales y las leyes que ha emitido!
13 ¡Ustedes, descendientes de Israel, su siervo!
    ¡Ustedes, hijos de Jacob, elegidos suyos!
14 Él es el Señor nuestro Dios;
    en toda la tierra están sus leyes.

15 »Se acordó[a] siempre de su pacto,
    la palabra que ordenó para mil generaciones;
16 del pacto que hizo con Abraham
    y del juramento que hizo a Isaac.
17 Se lo confirmó a Jacob como un estatuto,
    a Israel como un pacto eterno,
18 cuando dijo: “Te daré la tierra de Canaán
    como la herencia que te corresponde”.

19 »Aun cuando eran pocos en número,
    unos cuantos extranjeros en la tierra,
20 que andaban siempre de nación en nación
    y de reino en reino,
21 a nadie permitió que los oprimiera,
    sino que por causa de ellos reprendió a los reyes:
22 “¡No toquen a mis ungidos!
    ¡No maltraten a mis profetas!”.

23 »¡Canten al Señor, habitantes de toda la tierra!
    ¡Proclamen día tras día su salvación!
24 Anuncien su gloria entre las naciones,
    sus maravillas a todos los pueblos.

25 »¡Grande es el Señor y digno de alabanza,
    más temible que todos los dioses!
26 Todos los dioses de las naciones son ídolos,
    pero el Señor ha hecho los cielos.
27 El esplendor y la majestad son sus heraldos;
    hay poder y alegría en su morada.

28 »¡Tributen al Señor, pueblos todos!
    ¡Tributen al Señor la gloria y el poder!
29 ¡Tributen al Señor la gloria que merece su nombre!
    ¡Preséntense ante él con ofrendas;
póstrense ante el Señor en la hermosura de su santidad!
30     ¡Tiemble delante de él toda la tierra!
    Ha establecido el mundo con firmeza; jamás será removido.

31 »¡Alégrense los cielos, regocíjese la tierra!
    Digan las naciones: “¡El Señor es Rey!”.
32 ¡Brame el mar y todo lo que él contiene!
    ¡Que salte de alegría el campo y lo que hay en él!
33 ¡Que los árboles del campo
    canten de gozo ante el Señor!
    ¡Ya viene a juzgar la tierra!

34 »Den gracias al Señor porque él es bueno;
    su gran amor perdura para siempre.
35 Díganle: “¡Sálvanos, oh Dios de nuestra salvación!
    Vuelve a reunirnos y líbranos de las naciones,
para que demos gracias a tu santo nombre
    y alabarte sea nuestra gloria”.
36 ¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel,
    eternamente y para siempre!».

Y todo el pueblo dijo: «¡Amén!», y «¡Alabado sea el Señor!».

37 David dejó el arca del pacto del Señor al cuidado de Asaf y sus hermanos, para que sirvieran continuamente delante de ella, de acuerdo con el ritual diario. 38 Como porteros nombró a Obed Edom y a sus sesenta y ocho hermanos, junto con Obed Edom, hijo de Jedutún, y Josá.

39 Al sacerdote Sadoc y a sus hermanos sacerdotes los encargó del santuario del Señor, que está en la cumbre de Gabaón, 40 para que sobre el altar ofrecieran constantemente los holocaustos al Señor, en la mañana y en la tarde, tal como está escrito en la Ley que el Señor había ordenado a Israel. 41 Con ellos nombró a Hemán y a Jedutún; también a los demás que había escogido y designado por nombre para que alaben al Señor: «Su gran amor perdura para siempre». 42 Hemán y Jedutún tenían trompetas, címbalos y otros instrumentos musicales para acompañar los cantos de Dios. Los hijos de Jedutún eran porteros.

43 Luego todos regresaron a su casa y David se fue a bendecir a su familia.

Notas al pie

  1. 16:15 Según algunos manuscritos de la LXX (véase también Sal 105:8); el texto hebreo dice Acuérdate.

La rebeldía de Israel

106 Aleluya.

Alabad a Jehová, porque él es bueno;

Porque para siempre es su misericordia.(A)

¿Quién expresará las poderosas obras de Jehová?

¿Quién contará sus alabanzas?

Dichosos los que guardan juicio,

Los que hacen justicia en todo tiempo.

Acuérdate de mí, oh Jehová, según tu benevolencia para con tu pueblo;

Visítame con tu salvación,

Para que yo vea el bien de tus escogidos,

Para que me goce en la alegría de tu nación,

Y me gloríe con tu heredad.

Pecamos nosotros, como nuestros padres;

Hicimos iniquidad, hicimos impiedad.

Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas;

No se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias,

Sino que se rebelaron junto al mar, el Mar Rojo.(B)

Pero él los salvó por amor de su nombre,

Para hacer notorio su poder.

Reprendió al Mar Rojo y lo secó,(C)

Y les hizo ir por el abismo como por un desierto.

10 Los salvó de mano del enemigo,

Y los rescató de mano del adversario.

11 Cubrieron las aguas a sus enemigos;

No quedó ni uno de ellos.

12 Entonces creyeron a sus palabras

Y cantaron su alabanza.(D)

13 Bien pronto olvidaron sus obras;

No esperaron su consejo.

14 Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto;

Y tentaron a Dios en la soledad.

15 Y él les dio lo que pidieron;

Mas envió mortandad sobre ellos.(E)

16 Tuvieron envidia de Moisés en el campamento,

Y contra Aarón, el santo de Jehová.

17 Entonces se abrió la tierra y tragó a Datán,

Y cubrió la compañía de Abiram.

18 Y se encendió fuego en su junta;

La llama quemó a los impíos.(F)

19 Hicieron becerro en Horeb,

Se postraron ante una imagen de fundición.(G)

20 Así cambiaron su gloria

Por la imagen de un buey que come hierba.

21 Olvidaron al Dios de su salvación,

Que había hecho grandezas en Egipto,

22 Maravillas en la tierra de Cam,

Cosas formidables sobre el Mar Rojo.

23 Y trató de destruirlos,

De no haberse interpuesto Moisés su escogido delante de él,

A fin de apartar su indignación para que no los destruyese.

24 Pero aborrecieron la tierra deseable;

No creyeron a su palabra,

25 Antes murmuraron en sus tiendas,

Y no oyeron la voz de Jehová.

26 Por tanto, alzó su mano contra ellos

Para abatirlos en el desierto,(H)

27 Y humillar su pueblo entre las naciones,

Y esparcirlos por las tierras.(I)

28 Se unieron asimismo a Baal-peor,

Y comieron los sacrificios de los muertos.

29 Provocaron la ira de Dios con sus obras,

Y se desarrolló la mortandad entre ellos.

30 Entonces se levantó Finees e hizo juicio,

Y se detuvo la plaga;

31 Y le fue contado por justicia

De generación en generación para siempre.(J)

32 También le irritaron en las aguas de Meriba;

Y le fue mal a Moisés por causa de ellos,

33 Porque hicieron rebelar a su espíritu,

Y habló precipitadamente con sus labios.(K)

34 No destruyeron a los pueblos

Que Jehová les dijo;

35 Antes se mezclaron con las naciones,

Y aprendieron sus obras,

36 Y sirvieron a sus ídolos,

Los cuales fueron causa de su ruina.(L)

37 Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios,(M)

38 Y derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas,

Que ofrecieron en sacrificio a los ídolos de Canaán,

Y la tierra fue contaminada con sangre.(N)

39 Se contaminaron así con sus obras,

Y se prostituyeron con sus hechos.

40 Se encendió, por tanto, el furor de Jehová sobre su pueblo,

Y abominó su heredad;

41 Los entregó en poder de las naciones,

Y se enseñorearon de ellos los que les aborrecían.

42 Sus enemigos los oprimieron,

Y fueron quebrantados debajo de su mano.

43 Muchas veces los libró;

Mas ellos se rebelaron contra su consejo,

Y fueron humillados por su maldad.

44 Con todo, él miraba cuando estaban en angustia,

Y oía su clamor;

45 Y se acordaba de su pacto con ellos,

Y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias.

46 Hizo asimismo que tuviesen de ellos misericordia todos los que los tenían cautivos.(O)

47 Sálvanos, Jehová Dios nuestro,

Y recógenos de entre las naciones,

Para que alabemos tu santo nombre,

Para que nos gloriemos en tus alabanzas.

48 Bendito Jehová Dios de Israel,

Desde la eternidad y hasta la eternidad;

Y diga todo el pueblo, Amén.

Aleluya.(P)

106 (A)¡Aleluya!

Den gracias al Señor porque él es bueno;
    su gran amor perdura para siempre.

¿Quién puede proclamar las proezas del Señor
    o expresar toda su alabanza?
Dichosos los que practican la justicia
    y hacen siempre lo que es justo.

Acuérdate de mí, Señor, cuando muestres tu bondad a tu pueblo;
    ven en mi ayuda el día de tu salvación,
para que yo pueda disfrutar del bienestar de tus escogidos,
    participar de la alegría de tu pueblo
    y expresar mis alabanzas con tu heredad.

Hemos pecado, lo mismo que nuestros antepasados;
    hemos hecho lo malo y actuado con iniquidad.
Cuando nuestros antepasados estaban en Egipto,
    no tomaron en cuenta tus maravillas,
no recordaron la inmensidad de tu gran amor
    y se rebelaron junto al mar, el mar Rojo.[a]
Pero Dios los salvó, haciendo honor a su nombre,
    para mostrar su gran poder.
Reprendió al mar Rojo y este quedó seco;
    los condujo por las profundidades del mar como si cruzaran el desierto.
10 Los salvó del poder de quienes los odiaban;
    los rescató del poder de sus enemigos.
11 Las aguas envolvieron a sus adversarios
    y ninguno de estos quedó con vida.
12 Entonces ellos creyeron en sus promesas
    y le entonaron alabanzas.

13 Pero muy pronto olvidaron sus acciones
    y no esperaron a conocer sus planes.
14 En el desierto cedieron a sus propios deseos;
    en los páramos pusieron a prueba a Dios.
15 Y él les dio lo que pidieron,
    pero les envió una enfermedad devastadora.

16 En el campamento tuvieron envidia de Moisés
    y de Aarón, el que estaba consagrado al Señor.
17 Se abrió la tierra y se tragó a Datán;
    sepultó a los seguidores de Abirán.
18 Un fuego devoró a ese grupo;
    las llamas consumieron a los malvados.
19 En Horeb hicieron un becerro;
    se postraron ante un ídolo de fundición.
20 Cambiaron a quien era su gloria
    por la imagen de un toro que come hierba.
21 Se olvidaron del Dios que los salvó
    y que había hecho grandes cosas en Egipto:
22 milagros en la tierra de Cam
    y maravillas asombrosas junto al mar Rojo.
23 Dios amenazó con destruirlos,
    pero no lo hizo por Moisés, su escogido,
quien se puso ante él en la brecha
    e impidió que su ira los destruyera.

24 Despreciaron una tierra apetecible;
    no creyeron en la promesa de Dios.
25 Murmuraron en sus tiendas de campaña
    y no obedecieron al Señor.
26 Por tanto, él juró solemnemente con su mano en alto contra ellos
    para hacerlos caer en el desierto,
27 para hacer caer a sus descendientes entre las naciones
    y dispersarlos entre los países.

28 Se sometieron al yugo de Baal Peor
    y comieron sacrificios a los muertos.
29 Provocaron la ira del Señor con sus malvadas acciones
    y les sobrevino una plaga.
30 Pero Finés se levantó e intervino,
    y la plaga se detuvo.
31 Esto se le acreditó como un acto de justicia
    para siempre, por todas las generaciones.
32 Junto a las aguas de Meribá hicieron enojar al Señor.
    Y a Moisés le fue mal por culpa de ellos,
33 porque se rebelaron contra el Espíritu de Dios[b]
    y Moisés habló sin pensar lo que decía.

34 No destruyeron a los pueblos
    que el Señor les había señalado,
35 sino que se mezclaron con los paganos
    y adoptaron sus costumbres.
36 Rindieron culto a sus ídolos
    que fueron una trampa para ellos.
37 Ofrecieron a sus hijos y a sus hijas
    como sacrificio a esos demonios.
38 Derramaron sangre inocente,
    la sangre de sus hijos y sus hijas.
Al ofrecerlos en sacrificio a los ídolos de Canaán,
    su sangre derramada contaminó la tierra.
39 Se hicieron impuros por esos hechos;
    se prostituyeron con sus acciones.

40 La ira del Señor se encendió contra su pueblo;
    su heredad le resultó aborrecible.
41 Por eso los entregó a los paganos
    y fueron dominados por quienes los odiaban.
42 Sus enemigos los oprimieron,
    los sometieron a su poder.
43 Muchas veces Dios los libró;
    pero ellos se obstinaron en su rebeldía
    y se hundieron en su iniquidad.
44 Al verlos angustiados
    y escuchar su clamor,
45 Dios se acordó del pacto que había hecho con ellos
    y por su gran amor les tuvo compasión.
46 Hizo que todos sus opresores
    también se apiadaran de ellos.

47 ¡Sálvanos, Señor, Dios nuestro!
    Vuelve a reunirnos de entre las naciones,
para que demos gracias a tu santo nombre
    y alabarte sea nuestra gloria.

48 ¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel,
    eternamente y para siempre!

Que todo el pueblo diga: «¡Amén!».

¡Aleluya!

Notas al pie

  1. 106:7 Lit. mar de las Cañas. Término con el que se designa en la Biblia al mar Rojo en su parte septentrional; también en vv. 9 y 22.
  2. 106:33 contra … de Dios. Alt. contra su espíritu.

Jesús enseña sobre el divorcio

(Mr. 10.1-12; Lc. 16.18)

19 Aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, se alejó de Galilea, y fue a las regiones de Judea al otro lado del Jordán. Y le siguieron grandes multitudes, y los sanó allí.

Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo,(A) y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?(B) Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla?(C) Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.(D)

10 Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse. 11 Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado. 12 Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba.

Jesús bendice a los niños

(Mr. 10.13-16; Lc. 18.15-17)

13 Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. 14 Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos. 15 Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de allí.

El joven rico

(Mr. 10.17-31; Lc. 18.18-30)

16 Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? 17 Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. 18 Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás.(E) No adulterarás.(F) No hurtarás.(G) No dirás falso testimonio.(H) 19 Honra a tu padre y a tu madre;(I) y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo.(J) 20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? 21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. 22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. 24 Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 25 Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? 26 Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible. 27 Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? 28 Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria,(K) vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.(L) 29 Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. 30 Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros.(M)

El divorcio(A)

19 Cuando Jesús acabó de decir estas cosas, salió de Galilea y se fue a la región de Judea, al otro lado del Jordán. Lo siguieron grandes multitudes y sanó allí a los enfermos.

Algunos fariseos se acercaron y, para ponerlo a prueba, le preguntaron:

—¿Está permitido que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier motivo?

—¿No han leído —respondió Jesús— que en el principio el Creador “los creó hombre y mujer”[a] y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos llegarán a ser uno solo”?[b] Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.

Ellos replicaron:

—¿Por qué, entonces, mandó Moisés que un hombre diera a su esposa un certificado de divorcio y la despidiera?

—Moisés les permitió a ustedes divorciarse de sus esposas por lo obstinados que son[c] —respondió Jesús—. Pero no fue así desde el principio. Les digo que, excepto en caso de inmoralidad sexual, el que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio.

10 —Si tal es la situación entre esposo y esposa —comentaron los discípulos—, es mejor no casarse.

11 —No todos pueden comprender este asunto —respondió Jesús—, sino solo aquellos a quienes se les ha concedido entenderlo. 12 Pues algunos son eunucos porque nacieron así; a otros los hicieron así los hombres; y otros se han hecho así por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, que lo acepte.

Jesús y los niños(B)

13 Llevaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orara por ellos, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban.

14 Jesús dijo: «Dejen que los niños vengan a mí; no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos». 15 Después de poner las manos sobre ellos, se fue de allí.

El joven rico(C)

16 Sucedió que un joven se acercó a Jesús y le preguntó:

—Maestro, ¿qué es lo bueno que debo hacer para obtener la vida eterna?

17 —¿Por qué me preguntas sobre lo que es bueno?[d] —respondió Jesús—. Solamente hay uno que es bueno. Si quieres entrar en la vida, obedece los mandamientos.

18 —¿Cuáles? —preguntó el joven.

Contestó Jesús:

—“No mates, no cometas adulterio, no robes, no presentes falso testimonio, 19 honra a tu padre y a tu madre”[e] y “ama a tu prójimo como a ti mismo”.[f]

20 —Todos esos los he cumplido[g] —dijo el joven—. ¿Qué más me falta?

21 Jesús respondió:

—Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.

22 Cuando el joven oyó esto, se fue triste porque tenía muchas riquezas.

23 —Les aseguro —comentó Jesús a sus discípulos— que es difícil para un rico entrar en el reino de los cielos. 24 De hecho, le resulta más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.

25 Al oír esto, los discípulos quedaron asombrados y decían:

—En ese caso, ¿quién podrá salvarse?

26 —Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, mas para Dios todo es posible.

27 —¡Mira, nosotros lo hemos dejado todo por seguirte! —le dijo Pedro—. ¿Y qué ganamos con eso?

28 —Les aseguro —respondió Jesús— que en la renovación de todas las cosas, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. 29 Y todo el que por mi causa haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre,[h] hijos o terrenos recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. 30 Pero muchos de los primeros serán últimos y los últimos serán primeros.

Notas al pie

  1. 19:4 Gn 1:27.
  2. 19:5 Gn 2:24.
  3. 19:8 por lo obstinados que son. Lit. por su dureza de corazón.
  4. 19:17 ¿Por qué … bueno? Var. ¿Por qué me llamas bueno?
  5. 19:19 Éx 20:12-16; Dt 5:16-20.
  6. 19:19 Lv 19:18.
  7. 19:20 cumplido. Var. cumplido desde mi juventud.
  8. 19:29 madre. Var. madre, esposa.