Divisiones de la iglesia de Corinto

Así que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales(A), sino como a carnales(B), como a niños(C) en Cristo. Os di a beber leche, no alimento sólido(D), porque todavía no podíais recibirlo(E). En verdad, ni aun ahora podéis, porque todavía sois carnales. Pues habiendo celos y contiendas(F) entre vosotros, ¿no sois carnales y andáis como hombres[a](G)? Porque cuando uno dice: Yo soy de Pablo, y otro: Yo soy de Apolos(H), ¿no sois simplemente hombres(I)? ¿Qué es, pues, Apolos? Y ¿qué es Pablo? Servidores(J) mediante los cuales vosotros habéis creído, según el Señor dio oportunidad a cada uno(K). Yo planté(L), Apolos(M) regó, pero Dios ha dado el crecimiento(N). Así que ni el que planta ni el que riega es algo, sino Dios, que da el crecimiento. Ahora bien, el que planta y el que riega son una misma cosa, pero cada uno recibirá su propia recompensa[b] conforme a su propia labor(O). Porque nosotros somos colaboradores(P) de Dios, y vosotros sois labranza(Q) de Dios, edificio de Dios(R).

Jesucristo, único cimiento

10 Conforme a la gracia de Dios que me fue dada(S), yo, como sabio arquitecto, puse el fundamento(T), y otro edifica sobre él(U). Pero cada uno tenga cuidado cómo edifica encima. 11 Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo(V). 12 Ahora bien, si sobre este fundamento alguno edifica con oro, plata, piedras preciosas[c], madera, heno, paja, 13 la obra de cada uno se hará evidente(W); porque el día la dará a conocer, pues con fuego será revelada; el fuego mismo probará la calidad de la obra de cada uno[d](X). 14 Si permanece la obra de alguno que ha edificado sobre el fundamento, recibirá recompensa(Y). 15 Si la obra de alguno es consumida por el fuego, sufrirá pérdida; sin embargo, él será salvo, aunque así como por fuego(Z).

Vosotros sois templo de Dios

16 ¿No sabéis que sois templo[e] de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros(AA)? 17 Si alguno destruye el templo[f] de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo[g] de Dios es santo, y eso es lo que vosotros sois[h].

Vosotros sois de Cristo

18 Nadie se engañe a sí mismo(AB). Si alguno de vosotros se cree sabio según este mundo[i](AC), hágase necio a fin de llegar a ser sabio(AD). 19 Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios(AE). Pues escrito está: Él es el que prende a los sabios en su propia astucia(AF). 20 Y también: El Señor conoce los razonamientos de los sabios, los cuales son inútiles(AG). 21 Así que nadie se jacte en los hombres(AH), porque todo es vuestro(AI): 22 ya sea Pablo, o Apolos, o Cefas(AJ), o el mundo, o la vida, o la muerte(AK), o lo presente, o lo por venir, todo es vuestro, 23 y vosotros de Cristo(AL), y Cristo de Dios(AM).

Footnotes

  1. 1 Corintios 3:3 Lit., conforme al hombre
  2. 1 Corintios 3:8 O, propio salario
  3. 1 Corintios 3:12 O, costosas
  4. 1 Corintios 3:13 Lit., probará de qué clase es la obra de cada uno
  5. 1 Corintios 3:16 O, santuario
  6. 1 Corintios 3:17 O, santuario
  7. 1 Corintios 3:17 O, santuario
  8. 1 Corintios 3:17 Lit., el cual sois vosotros
  9. 1 Corintios 3:18 O, siglo

Pablo y Apolos, siervos de Cristo

Amados hermanos, cuando estuve con ustedes, no pude hablarles como lo haría con personas espirituales.[a] Tuve que hablarles como si pertenecieran a este mundo o como si fueran niños en Cristo. Tuve que alimentarlos con leche, no con alimento sólido, porque no estaban preparados para algo más sustancioso. Y aún no están preparados, porque todavía están bajo el control de su naturaleza pecaminosa. Tienen celos unos de otros y se pelean entre sí. ¿Acaso eso no demuestra que los controla su naturaleza pecaminosa? ¿No viven como la gente del mundo? Cuando uno de ustedes dice: «Yo soy seguidor de Pablo» y otro dice: «Yo sigo a Apolos», ¿no actúan igual que la gente del mundo?

Después de todo, ¿quién es Apolos?, ¿quién es Pablo? Nosotros solo somos siervos de Dios mediante los cuales ustedes creyeron la Buena Noticia. Cada uno de nosotros hizo el trabajo que el Señor nos encargó. Yo planté la semilla en sus corazones, y Apolos la regó, pero fue Dios quien la hizo crecer. No importa quién planta o quién riega; lo importante es que Dios hace crecer la semilla. El que planta y el que riega trabajan en conjunto con el mismo propósito. Y cada uno será recompensado por su propio arduo trabajo. Pues ambos somos trabajadores de Dios; y ustedes son el campo de cultivo de Dios, son el edificio de Dios.

10 Por la gracia que Dios me dio, yo eché los cimientos como un experto en construcción. Ahora otros edifican encima; pero cualquiera que edifique sobre este fundamento tiene que tener mucho cuidado. 11 Pues nadie puede poner un fundamento distinto del que ya tenemos, que es Jesucristo.

12 El que edifique sobre este fundamento podrá usar una variedad de materiales: oro, plata, joyas, madera, heno o paja; 13 pero el día del juicio, el fuego revelará la clase de obra que cada constructor ha hecho. El fuego mostrará si la obra de alguien tiene algún valor. 14 Si la obra permanece, ese constructor recibirá una recompensa, 15 pero si la obra se consume, el constructor sufrirá una gran pérdida. El constructor se salvará, pero como quien apenas se escapa atravesando un muro de llamas.

16 ¿No se dan cuenta de que todos ustedes juntos son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios vive en[b] ustedes? 17 Dios destruirá a cualquiera que destruya este templo. Pues el templo de Dios es santo, y ustedes son este templo.

18 Dejen de engañarse a sí mismos. Si piensan que son sabios de acuerdo con los criterios de este mundo, necesitan volverse necios para ser verdaderamente sabios. 19 Pues la sabiduría de este mundo es necedad para Dios. Como dicen las Escrituras:

«Él atrapa a los sabios
    en la trampa de su propia astucia»[c].

20 Y también:

«El Señor conoce los pensamientos de los sabios;
    sabe que no valen nada»[d].

21 Así que no se jacten de seguir a un líder humano en particular. Pues a ustedes les pertenece todo: 22 ya sea Pablo o Apolos o Pedro,[e] o el mundo, o la vida y la muerte, o el presente y el futuro. Todo les pertenece a ustedes, 23 y ustedes pertenecen a Cristo, y Cristo pertenece a Dios.

Footnotes

  1. 3:1 O personas que tienen el Espíritu.
  2. 3:16 O entre.
  3. 3:19 Jb 5:13.
  4. 3:20 Sal 94:11.
  5. 3:22 En griego Cefas.

Servidores de Dios

Hermanos míos, antes de ahora no les pude hablar como a quienes ya tienen el Espíritu de Dios, porque ustedes se comportaban como la gente pecadora de este mundo. Por eso tuve que hablarles como si apenas comenzaran a creer en Cristo. En vez de enseñarles cosas difíciles, les enseñé cosas sencillas, porque ustedes parecen niños pequeños, que apenas pueden tomar leche y no alimentos fuertes. En aquel entonces no estaban preparados para entender cosas más difíciles. Y todavía no lo están, 3-4 pues siguen viviendo como la gente pecadora de este mundo. Tienen celos los unos de los otros, y se pelean entre ustedes. Porque, cuando uno dice: «Yo soy seguidor de Pablo», y otro contesta: «Yo soy seguidor de Apolo», están actuando como la gente de este mundo. ¿No se dan cuenta de que así se comportan los pecadores?

Después de todo, Apolo y yo sólo somos servidores de Dios para ayudarlos a creer en Jesucristo. Cada uno de nosotros hizo lo que el Señor nos mandó hacer: yo les anuncié a ustedes la buena noticia de Jesucristo, y Apolo les enseñó a seguir confiando en él, pero es Dios quien los ha hecho confiar más en Cristo. Así que lo importante no es quién anuncia la noticia ni quién la enseña; el único importante es Dios, que es quien aumenta nuestra confianza en Cristo. Tanta importancia tienen los que anuncian la noticia como los que la enseñan. Cada uno de ellos recibirá su premio, según el trabajo que haya hecho. Apolo y yo somos servidores de Dios, y ustedes son como un campo de trigo, como un edificio construido por Dios, del cual Dios es el dueño. 10 Dios, por su bondad, me permitió actuar como si yo fuera el arquitecto de ese edificio. Y yo, como buen arquitecto, puse una base firme: les di la buena noticia de Jesucristo. Luego, otros construyeron sobre esa base. Pero cada uno debe tener cuidado de la manera en que construye, 11 porque nadie puede poner una base distinta de la que ya está puesta, y esa base es Jesucristo. 12 A partir de esa base podemos seguir construyendo con oro, plata, piedras preciosas, madera, paja o caña. 13 Pero, cuando llegue el fin del mundo, Dios pondrá a prueba lo que cada uno enseñó. Será como probar con fuego los materiales que usamos para la construcción. 14 Si lo que uno enseñó pasa la prueba del fuego, recibirá un premio. 15 En cambio, si no pasa esa prueba, lo perderá todo, aunque él se salvará como si escapara del fuego.

16 ¿Acaso no saben que ustedes son un templo de Dios, y que el Espíritu de Dios vive en ustedes? 17 Ustedes son el templo santo de Dios. A cualquiera que destruya su templo, Dios también lo destruirá.

18 ¡No se engañen a ustedes mismos! Si alguno cree que es muy sabio, y que sabe mucho de las cosas de este mundo, para ser sabio de verdad debe comportarse como un ignorante. 19 Porque, para Dios, la sabiduría de este mundo es una tontería. Como dice la Biblia: «Dios hace que los sabios caigan en sus propias trampas». 20 Y también dice: «Bien sabe nuestro Dios las tonterías que a los sabios se les ocurren.» 21 Por lo tanto, nadie se llene de orgullo por lo que hacen los simples seres humanos. En realidad, todo es de ustedes: 22 Pablo, Apolo, Pedro, el mundo, la vida, la muerte, el presente y el futuro. Todo es de ustedes, 23 y ustedes son de Cristo, y Cristo es de Dios.