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Yo planté,(A) Apolos regó;(B) pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.

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Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. Así que no cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino solo Dios porque es quien hace crecer.

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yo sembré y Apolo regó, pero Dios es quien hizo crecer lo sembrado. De manera que ni el que siembra ni el que riega son nada, sino que Dios lo es todo, pues él es quien hace crecer lo sembrado.

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