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42 Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. 43 Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. 44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. 45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente;(A) el postrer Adán, espíritu vivificante. 46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. 47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. 48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. 49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. 50 Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.

51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.(B) 53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. 54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.(C) 55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?(D) 56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. 57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.

58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

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42 Así sucederá también con la resurrección de los muertos. Lo que se siembra en corrupción resucita en incorrupción; 43 lo que se siembra en deshonra resucita en gloria; lo que se siembra en debilidad resucita en poder; 44 se siembra un cuerpo natural y resucita un cuerpo espiritual.

Si hay un cuerpo natural, también hay un cuerpo espiritual. 45 Así está escrito: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente»;[a] el último Adán, en el Espíritu que da vida. 46 No vino primero lo espiritual, sino lo natural y después lo espiritual. 47 El primer hombre era del polvo de la tierra; el segundo hombre, del cielo. 48 Como es aquel hombre terrenal, así son también los de la tierra; y como es el celestial, así son también los del cielo. 49 Y, así como hemos llevado la imagen de aquel hombre terrenal, llevaremos[b] también la imagen del celestial.

50 Les declaro, hermanos, que el cuerpo mortal[c] no puede heredar el reino de Dios ni lo corruptible puede heredar lo incorruptible. 51 Fíjense bien en el misterio que voy a revelar: No todos moriremos, pero todos seremos transformados, 52 en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al toque final de la trompeta. Pues sonará la trompeta y los muertos resucitarán con un cuerpo incorruptible, y nosotros seremos transformados. 53 Porque lo corruptible tiene que revestirse de lo incorruptible y lo mortal, de inmortalidad. 54 Cuando lo corruptible se revista de lo incorruptible y lo mortal, de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que está escrito: «La muerte ha sido devorada por la victoria».[d]

55 «¿Dónde está, oh muerte, tu victoria?
    ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?».[e]

56 El aguijón de la muerte es el pecado y el poder del pecado es la Ley. 57 ¡Pero gracias a Dios que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!

58 Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.

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Footnotes

  1. 15:45 Gn 2:7.
  2. 15:49 llevaremos. Var. llevemos.
  3. 15:50 el cuerpo mortal. Lit. carne y sangre.
  4. 15:54 Is 25:8.
  5. 15:55 Os 13:14.

42 Lo mismo pasa con la resurrección de los muertos. Lo que se entierra es corruptible; lo que resucita es incorruptible. 43 Lo que se entierra es despreciable; lo que resucita es glorioso. Lo que se entierra es débil; lo que resucita es fuerte. 44 Lo que se entierra es un cuerpo material; lo que resucita es un cuerpo espiritual. Si hay cuerpo material, también hay cuerpo espiritual.

45 Así dice la Escritura: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente»; pero el último Adán se convirtió en espíritu que da vida. 46 Sin embargo, lo espiritual no es primero, sino lo material; después lo espiritual. 47 El primer hombre, hecho de tierra, era de la tierra; el segundo hombre es del cielo. 48 Los cuerpos de la tierra son como aquel hombre hecho de tierra; y los del cielo son como aquel que es del cielo. 49 Así como nos parecemos al hombre hecho de tierra, así también nos pareceremos a aquel que es del cielo. 50 Quiero decirles, hermanos, que lo puramente material no puede tener parte en el reino de Dios, y que lo corruptible no puede tener parte en lo incorruptible.

51 Pero quiero que conozcan el designio secreto de Dios: No todos moriremos, pero todos seremos transformados 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene el último toque de trompeta. Porque sonará la trompeta, y los muertos serán resucitados para no volver a morir. Y nosotros seremos transformados. 53 Pues nuestra naturaleza corruptible se revestirá de lo incorruptible, y nuestro cuerpo mortal se revestirá de inmortalidad. 54 Y cuando nuestra naturaleza corruptible se haya revestido de lo incorruptible, y cuando nuestro cuerpo mortal se haya revestido de inmortalidad, se cumplirá lo que dice la Escritura: «La muerte ha sido devorada por la victoria. 55 ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?» 56 El aguijón de la muerte es el pecado, y el pecado ejerce su poder por la ley. 57 ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!

58 Por lo tanto, mis queridos hermanos, sigan firmes y constantes, trabajando siempre más y más en la obra del Señor; porque ustedes saben que no es en vano el trabajo que hacen en unión con el Señor.

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