David hace un censo militar(A)

21 Satanás conspiró contra Israel e indujo a David a hacer un censo del pueblo. Entonces David dijo a Joab y a los comandantes del ejército:

—Vayan y hagan un censo militar que abarque desde Berseba hasta Dan, luego tráiganme el informe para que yo sepa cuántos pueden servir en el ejército.

Joab respondió:

—¡Que el Señor multiplique cien veces las tropas! Pero ¿acaso no son todos ellos servidores suyos? ¿Para qué quiere hacer esto mi señor el rey? ¿Por qué ha de hacer algo que traiga un castigo sobre Israel?

Sin embargo, la orden del rey prevaleció sobre la opinión de Joab, de modo que este salió a recorrer todo el territorio de Israel. Después regresó a Jerusalén y entregó a David los resultados del censo militar: En todo Israel había un millón cien mil que podían servir en el ejército, y en Judá, cuatrocientos setenta mil.

Pero Joab no contó a los de las tribus de Leví ni de Benjamín, porque para él era detestable la orden del rey. Dios también la consideró como algo malo, por lo cual castigó a Israel.

Entonces David dijo a Dios: «He cometido un pecado muy grande al hacer este censo. He actuado como un necio. Yo te ruego que perdones la maldad de tu siervo».

El Señor dijo a Gad, el vidente de David: 10 «Ve y dile a David que así dice el Señor: “Te doy a escoger entre estos tres castigos: dime cuál de ellos quieres que te imponga”».

11 Entonces Gad fue a ver a David y le dijo:

—Así dice el Señor: “Elige una de estas tres cosas: 12 tres años de hambre o tres meses de persecución y derrota por la espada de tus enemigos o tres días en los cuales el Señor castigará con plaga el país, y su ángel traerá destrucción en todos los rincones de Israel”. Piénsalo bien y dime qué debo responderle al que me ha enviado.

13 —¡Estoy entre la espada y la pared! —respondió David—. Pero es mejor que yo caiga en las manos del Señor, porque su compasión es muy grande, y no que caiga en las manos de los hombres.

14 Por lo tanto, el Señor mandó contra Israel una plaga y murieron setenta mil israelitas. 15 Entonces Dios envió un ángel a Jerusalén para destruirla. Y al ver el Señor que el ángel la destruía, se lamentó y dijo al ángel destructor: «¡Basta! ¡Detén tu mano!». En ese momento, el ángel del Señor se hallaba en el lugar donde Arauna[a] el jebuseo limpiaba el trigo.

16 David alzó la vista y vio que el ángel del Señor estaba entre la tierra y el cielo, con una espada desenvainada en la mano que apuntaba hacia Jerusalén. Entonces David y los jefes, vestidos de luto, se postraron sobre su rostro.

17 Y David dijo a Dios: «Señor y Dios mío, ¿acaso no fui yo el que dio la orden de censar al pueblo? ¿Qué culpa tienen estas ovejas? ¡Soy yo el que ha pecado! ¡He actuado muy mal! ¡Descarga tu mano sobre mí y sobre mi familia, pero no sigas hiriendo a tu pueblo!».

David construye un altar(B)

18 Entonces el ángel del Señor dijo a Gad: «Dile a David que suba y construya un altar para el Señor en el lugar donde Arauna el jebuseo limpia el trigo». 19 David se puso en camino, conforme a la palabra que Gad le dio en nombre del Señor.

20 Arauna se encontraba trillando y, al mirar hacia atrás, vio al ángel. Los cuatro hijos que estaban con él se escondieron. 21 Al ver Arauna que David se acercaba al lugar donde limpiaba el trigo, salió a recibirlo y rostro en tierra se postró delante de él. 22 David le dijo:

—Véndeme una parte de este lugar para construirle un altar al Señor, a fin de que se detenga la plaga que está afligiendo al pueblo. Véndemela por su verdadero precio.

23 Arauna contestó a David:

—Mi señor y rey, yo se la regalo, para que haga usted en ella lo que mejor le parezca. Yo mismo le daré los bueyes para los holocaustos, los trillos para la leña y el trigo para la ofrenda de cereal. Todo se lo regalo.

24 Pero el rey David respondió a Arauna:

—Eso no puede ser. No tomaré lo que es tuyo para dárselo al Señor ni le ofreceré un holocausto que nada me cueste. Te lo compraré todo por su verdadero precio.

25 Fue así como David dio a Arauna seiscientos siclos[b] de oro por aquel lugar. 26 Allí construyó un altar al Señor y ofreció holocaustos y sacrificios de comunión. Luego oró al Señor y, en respuesta, Dios envió fuego del cielo sobre el altar del holocausto.

27 Entonces el Señor ordenó al ángel que envainara su espada. 28 Al ver David que el Señor había respondido, le ofreció sacrificios. 29 En aquel tiempo, tanto el santuario del Señor que Moisés hizo en el desierto como el altar del holocausto se encontraban en el santuario de Gabaón. 30 Pero David no fue allá a consultar a Dios ante su presencia, porque estaba aterrorizado por la espada del ángel del Señor.

22 Entonces dijo David: «Aquí se levantará el templo de Dios el Señor y el altar donde Israel ofrecerá el holocausto».

Preparativos para el templo

Luego David ordenó que se reuniera a los extranjeros que vivían en territorio israelita. De entre ellos nombró canteros que labraran piedras para la construcción del templo de Dios. Además, David juntó mucho hierro para los clavos y las bisagras de las puertas; también bronce en abundancia. Amontonó mucha madera de cedro, pues los habitantes de Sidón y de Tiro le habían traído una gran cantidad de madera de cedro.

«Mi hijo Salomón —pensaba David— es muy joven e inexperto, y el templo que hay que construir para el Señor debe ser el más grande y famoso de toda la tierra; por eso dejaré todo listo». Así que antes de morir, David dejó todo preparado.

Luego llamó a su hijo Salomón y le encargó construir el templo para el Señor, Dios de Israel. David dijo a Salomón: «Hijo mío, yo tenía la intención de construir un templo para honrar el nombre del Señor mi Dios. Pero el Señor me dijo: “Ante mis propios ojos has derramado mucha sangre y has hecho muchas guerras en la tierra; por eso no serás tú quien construya un templo en honor de mi Nombre. Pero tendrás un hijo que será un hombre pacífico; yo haré que los países vecinos que sean sus enemigos lo dejen en paz; por eso se llamará Salomón.[c] Durante su reinado, yo daré a Israel paz y tranquilidad. 10 Él será quien me construya un templo en honor de mi Nombre. Él será mi hijo y yo seré su padre. Yo afirmaré para siempre el trono de su reino en Israel”.

11 »Ahora, hijo mío, que el Señor tu Dios te ayude a construir su templo, tal como te lo ha prometido. 12 Que te dé prudencia y sabiduría para que, cuando estés al frente de Israel, obedezcas su ley. Él es el Señor tu Dios. 13 Si cumples los estatutos y leyes que el Señor entregó a Israel por medio de Moisés, entonces te irá bien. ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes!

14 »Mira, con mucho esfuerzo he logrado conseguir para el templo del Señor cien mil talentos[d] de oro, un millón de talentos[e] de plata y una incontable cantidad de bronce y de hierro. Además, he conseguido madera y piedra, pero tú debes adquirir más. 15 También cuentas con una buena cantidad de obreros: canteros, albañiles, carpinteros y expertos en toda clase de trabajos 16 en oro, plata, bronce y hierro. Así que, ¡pon manos a la obra, y que el Señor te acompañe!».

17 Después David ordenó a todos los líderes de Israel que colaboraran con su hijo Salomón. 18 Les dijo: «El Señor su Dios está con ustedes y les ha dado paz en todo lugar. Él ha entregado en mi poder a los habitantes de la región y estos han quedado sometidos al Señor y a su pueblo. 19 Ahora, pues, busquen al Señor su Dios de todo corazón y con toda el alma. Comiencen la construcción del santuario de Dios el Señor, para que trasladen el arca del pacto y los utensilios sagrados al templo que se construirá en honor de su Nombre».

Los levitas

23 David era muy anciano cuando declaró a su hijo Salomón rey de Israel.

Reunió a todos los líderes de Israel junto a los sacerdotes y levitas. Entonces contaron a los levitas que tenían más de treinta años; resultó que eran en total treinta y ocho mil hombres. David dijo: «De los levitas, veinticuatro mil estarán a cargo del trabajo del templo del Señor, seis mil serán oficiales y jueces, cuatro mil serán porteros y los otros cuatro mil se encargarán de alabar al Señor con los instrumentos musicales que he ordenado hacer[f] para ese propósito».

David dividió a los levitas en grupos de acuerdo con el número de los hijos de Leví, que fueron Guersón, Coat y Merari.

Los guersonitas

De los guersonitas:

Ladán y Simí.

Los hijos de Ladán fueron tres:

Jehiel, el mayor, Zetán y Joel.

Simí también tuvo tres hijos:

Selomit, Jaziel y Harán.

Estos fueron los jefes de las familias patriarcales de Ladán.

10 Los hijos de Simí fueron cuatro:

Yajat, Ziza,[g] Jeús y Beriá.

Estos fueron los hijos de Simí.

11 Yajat era el mayor y Ziza, el segundo. Como Jeús y Beriá no tuvieron muchos hijos, se les contó como una sola familia y se les dio un mismo cargo.

Los coatitas

12 Los hijos de Coat fueron cuatro:

Amirán, Izar, Hebrón y Uziel.

13 Los hijos de Amirán fueron:

Aarón y Moisés.

Aarón y sus descendientes fueron los escogidos para presentar las ofrendas sagradas, quemar el incienso, servir al Señor y pronunciar la bendición en su nombre para siempre. 14 A Moisés, hombre de Dios, y a sus hijos se les incluyó en la tribu de Leví.

15 Los hijos de Moisés fueron:

Guersón y Eliezer.

16 Sebuel fue el primero

de los descendientes de Guersón.

17 Eliezer solo tuvo un hijo,

que fue Rejabías,

pero este sí tuvo muchos hijos.

18 El primer hijo de Izar fue

Selomit.

19 El primer hijo de Hebrón fue

Jerías; el segundo, Amarías;

el tercero, Jahaziel, y el cuarto, Jecamán.

20 El primer hijo de Uziel fue

Micaías, y el segundo, Isías.

Los meraritas

21 Los hijos de Merari fueron:

Majlí y Musí.

Los hijos de Majlí fueron:

Eleazar y Quis.

22 Eleazar murió sin tener hijos; solamente tuvo hijas. Estas se casaron con sus primos, los hijos de Quis.

23 Musí tuvo tres hijos:

Majlí, Éder y Jeremot.

24 Estos fueron los descendientes de Leví por sus familias patriarcales. El censo los registró por nombre como jefes de sus familias patriarcales. Estos prestaban servicio en el Templo del Señor y eran mayores de veinte años. 25 David dijo: «Desde que el Señor, Dios de Israel, estableció a su pueblo y estableció su residencia para siempre en Jerusalén, 26 los levitas ya no tienen que cargar el santuario ni los utensilios que se usan en el culto». 27 De acuerdo con las últimas disposiciones de David, fueron censados los levitas mayores de veinte años.

28 Su función consistía en ayudar a los descendientes de Aarón en el servicio del Templo del Señor. Eran los responsables de los atrios, de los cuartos y de la purificación de todas las cosas santas; en fin, de todo lo relacionado con el servicio del Templo de Dios. 29 También estaban encargados del pan consagrado, de la harina refinada para las ofrendas de cereales, de las hojuelas sin levadura, de las ofrendas fritas en sartén o cocidas y de todas las medidas de capacidad y de longitud. 30 Cada mañana y cada tarde debían estar presentes para agradecer y alabar al Señor. 31 Así mismo, debían ofrecer todos los holocaustos que se presentaban al Señor los sábados, los días de luna nueva y durante las otras fiestas. Así que siempre servían al Señor, según el número y la función que se les asignaba.

32 De modo que tenían a su cargo el cuidado de la Tienda de reunión y del Lugar Santo. El servicio que realizaban en el Templo del Señor quedaba bajo las órdenes de sus hermanos, los descendientes de Aarón.

Organización del servicio sacerdotal

24 Los descendientes de Aarón se organizaron de la siguiente manera:

Los hijos de Aarón fueron Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. Nadab y Abiú murieron antes que su padre y no tuvieron hijos, así que Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio. Con la ayuda de Sadoc, descendiente de Eleazar, y de Ajimélec, descendiente de Itamar, David organizó a los sacerdotes por turnos para el desempeño de sus funciones. Como había más jefes entre los descendientes de Eleazar que entre los de Itamar, los organizaron así: dieciséis jefes de las familias patriarcales de los descendientes de Eleazar y ocho jefes de los descendientes de Itamar. La distribución se hizo por sorteo, pues tanto los descendientes de Eleazar como los de Itamar tenían oficiales del santuario y oficiales de Dios.

El cronista Semaías, hijo de Natanael, que era levita, registró sus nombres en presencia del rey y de los oficiales, del sacerdote Sadoc, de Ajimélec, hijo de Abiatar, de los jefes de las familias patriarcales de los sacerdotes y de los levitas. La suerte se echó dos veces por la familia de Eleazar y una vez por la familia de Itamar.

La primera suerte le tocó a Joyarib;

la segunda, a Jedaías;

la tercera, a Jarín;

la cuarta, a Seorín;

la quinta, a Malquías;

la sexta, a Mijamín;

10 la séptima, a Cos;

la octava, a Abías;

11 la novena, a Jesúa;

la décima, a Secanías;

12 la undécima, a Eliasib;

la duodécima, a Yaquín;

13 la decimotercera, a Hupá;

la decimocuarta, a Jesebab;

14 la decimoquinta, a Bilgá;

la decimosexta, a Imer;

15 la decimoséptima, a Hezir;

la decimoctava, a Afsés;

16 la decimonovena, a Petaías;

la vigésima, a Ezequiel;

17 la vigesimoprimera, a Jaquín;

la vigesimosegunda, a Gamul;

18 la vigesimotercera, a Delaías;

la vigesimocuarta, a Maazías.

19 Así fue como se organizaron los turnos para el servicio en el Templo del Señor, tal como el Señor, Dios de Israel, lo había ordenado por medio de Aarón, antepasado de ellos.

El resto de los levitas

20 La siguiente es la lista del resto de los descendientes de Leví:

de los descendientes de Amirán, Subael;

de los descendientes de Subael, Jehedías;

21 de los descendientes de Rejabías, Isías, el hijo mayor;

22 de los descendientes de Izar, Selomot;

de los descendientes de Selomot, Yajat;

23 de los hijos de Hebrón:

el primero,[h] Jerías; el segundo, Amarías; el tercero, Jahaziel, y el cuarto, Jecamán;

24 de los descendientes de Uziel, Micaías;

de los descendientes de Micaías, Samir;

25 Isías, hermano de Micaías;

de los descendientes de Isías, Zacarías;

26 de los descendientes de Merari, Majlí y Musí;

Benó, hijo de Jazías.

27 De entre los descendientes de Merari:

de Jazías: Benó, Soján, Zacur e Ibrí;

28 de Majlí: Eleazar, quien no tuvo hijos;

29 de Quis: su hijo Jeramel;

30 y los hijos de Musí: Majlí, Éder y Jerimot.

Estos eran los hijos de los levitas por sus familias patriarcales.

31 Al igual que a sus hermanos los descendientes de Aarón, también a ellos los repartieron por sorteo en presencia del rey David y de Sadoc, de Ajimélec y de los jefes de las familias patriarcales de los sacerdotes y de los levitas. A las familias de los hermanos mayores las trataron de la misma manera que a las de los hermanos menores.

Footnotes

  1. 21:15 El texto hebreo dice Ornán, una variante de Arauna; también en vv. 18-28.
  2. 21:25 Es decir, aprox. 7 kg.
  3. 22:9 En hebreo, Salomón suena como la palabra que significa paz.
  4. 22:14 Es decir, aprox. 3,400 t.
  5. 22:14 Es decir, aprox. 34 000 t.
  6. 23:5 que he ordenado hacer. Lit. que yo hice.
  7. 23:10 Ziza (un ms. hebreo, LXX y Vulgata; véase v. 11); Ziná (TM).
  8. 24:23 Hebrón: el primero (dos mss. hebreos; véanse mss. de LXX y 1Cr 23:19); TM no incluye esta frase.

David censa al pueblo

(2 S. 24.1-25)

21 Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel. Y dijo David a Joab y a los príncipes del pueblo: Id, haced censo de Israel desde Beerseba hasta Dan, e informadme sobre el número de ellos para que yo lo sepa. Y dijo Joab: Añada Jehová a su pueblo cien veces más, rey señor mío; ¿no son todos estos siervos de mi señor? ¿Para qué procura mi señor esto, que será para pecado a Israel? Mas la orden del rey pudo más que Joab. Salió, por tanto, Joab, y recorrió todo Israel, y volvió a Jerusalén y dio la cuenta del número del pueblo a David. Y había en todo Israel un millón cien mil que sacaban espada, y de Judá cuatrocientos setenta mil hombres que sacaban espada. Entre estos no fueron contados los levitas, ni los hijos de Benjamín, porque la orden del rey era abominable a Joab.

Asimismo esto desagradó a Dios, e hirió a Israel. Entonces dijo David a Dios: He pecado gravemente al hacer esto; te ruego que quites la iniquidad de tu siervo, porque he hecho muy locamente. Y habló Jehová a Gad, vidente de David, diciendo: 10 Ve y habla a David, y dile: Así ha dicho Jehová: Tres cosas te propongo; escoge de ellas una que yo haga contigo. 11 Y viniendo Gad a David, le dijo: Así ha dicho Jehová: 12 Escoge para ti: o tres años de hambre, o por tres meses ser derrotado delante de tus enemigos con la espada de tus adversarios, o por tres días la espada de Jehová, esto es, la peste en la tierra, y que el ángel de Jehová haga destrucción en todos los términos de Israel. Mira, pues, qué responderé al que me ha enviado. 13 Entonces David dijo a Gad: Estoy en grande angustia. Ruego que yo caiga en la mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas en extremo; pero que no caiga en manos de hombres.

14 Así Jehová envió una peste en Israel, y murieron de Israel setenta mil hombres. 15 Y envió Jehová el ángel a Jerusalén para destruirla; pero cuando él estaba destruyendo, miró Jehová y se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía: Basta ya; detén tu mano. El ángel de Jehová estaba junto a la era de Ornán jebuseo. 16 Y alzando David sus ojos, vio al ángel de Jehová, que estaba entre el cielo y la tierra, con una espada desnuda en su mano, extendida contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio. 17 Y dijo David a Dios: ¿No soy yo el que hizo contar el pueblo? Yo mismo soy el que pequé, y ciertamente he hecho mal; pero estas ovejas, ¿qué han hecho? Jehová Dios mío, sea ahora tu mano contra mí, y contra la casa de mi padre, y no venga la peste sobre tu pueblo.

18 Y el ángel de Jehová ordenó a Gad que dijese a David que subiese y construyese un altar a Jehová en la era de Ornán jebuseo. 19 Entonces David subió, conforme a la palabra que Gad le había dicho en nombre de Jehová. 20 Y volviéndose Ornán, vio al ángel, por lo que se escondieron cuatro hijos suyos que con él estaban. Y Ornán trillaba el trigo. 21 Y viniendo David a Ornán, miró Ornán, y vio a David; y saliendo de la era, se postró en tierra ante David. 22 Entonces dijo David a Ornán: Dame este lugar de la era, para que edifique un altar a Jehová; dámelo por su cabal precio, para que cese la mortandad en el pueblo. 23 Y Ornán respondió a David: Tómala para ti, y haga mi señor el rey lo que bien le parezca; y aun los bueyes daré para el holocausto, y los trillos para leña, y trigo para la ofrenda; yo lo doy todo. 24 Entonces el rey David dijo a Ornán: No, sino que efectivamente la compraré por su justo precio; porque no tomaré para Jehová lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto que nada me cueste. 25 Y dio David a Ornán por aquel lugar el peso de seiscientos siclos de oro. 26 Y edificó allí David un altar a Jehová, en el que ofreció holocaustos y ofrendas de paz, e invocó a Jehová, quien le respondió por fuego desde los cielos en el altar del holocausto. 27 Entonces Jehová habló al ángel, y este volvió su espada a la vaina.

El lugar para el templo

28 Viendo David que Jehová le había oído en la era de Ornán jebuseo, ofreció sacrificios allí. 29 Y el tabernáculo de Jehová que Moisés había hecho en el desierto, y el altar del holocausto, estaban entonces en el lugar alto de Gabaón; 30 pero David no pudo ir allá a consultar a Dios, porque estaba atemorizado a causa de la espada del ángel de Jehová.

22 Y dijo David: Aquí estará la casa de Jehová Dios, y aquí el altar del holocausto para Israel.

Preparativos para el templo

Después mandó David que se reuniese a los extranjeros que había en la tierra de Israel, y señaló de entre ellos canteros que labrasen piedras para edificar la casa de Dios. Asimismo preparó David mucho hierro para la clavazón de las puertas, y para las junturas; y mucho bronce sin peso, y madera de cedro sin cuenta. Porque los sidonios y tirios habían traído a David abundancia de madera de cedro. Y dijo David: Salomón mi hijo es muchacho y de tierna edad, y la casa que se ha de edificar a Jehová ha de ser magnífica por excelencia, para renombre y honra en todas las tierras; ahora, pues, yo le prepararé lo necesario. Y David antes de su muerte hizo preparativos en gran abundancia.

Llamó entonces David a Salomón su hijo, y le mandó que edificase casa a Jehová Dios de Israel. Y dijo David a Salomón: Hijo mío, en mi corazón tuve el edificar templo al nombre de Jehová mi Dios. Mas vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Tú has derramado mucha sangre, y has hecho grandes guerras; no edificarás casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante de mí. He aquí te nacerá un hijo, el cual será varón de paz, porque yo le daré paz de todos sus enemigos en derredor; por tanto, su nombre será Salomón,[a] y yo daré paz y reposo sobre Israel en sus días. 10 Él edificará casa a mi nombre, y él me será a mí por hijo, y yo le seré por padre; y afirmaré el trono de su reino sobre Israel para siempre.(A) 11 Ahora pues, hijo mío, Jehová esté contigo, y seas prosperado, y edifiques casa a Jehová tu Dios, como él ha dicho de ti. 12 Y Jehová te dé entendimiento y prudencia, para que cuando gobiernes a Israel, guardes la ley de Jehová tu Dios. 13 Entonces serás prosperado, si cuidares de poner por obra los estatutos y decretos que Jehová mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes.(B) 14 He aquí, yo con grandes esfuerzos he preparado para la casa de Jehová cien mil talentos de oro, y un millón de talentos de plata, y bronce y hierro sin medida, porque es mucho. Asimismo he preparado madera y piedra, a lo cual tú añadirás. 15 Tú tienes contigo muchos obreros, canteros, albañiles, carpinteros, y todo hombre experto en toda obra. 16 Del oro, de la plata, del bronce y del hierro, no hay cuenta. Levántate, y manos a la obra; y Jehová esté contigo.

17 Asimismo mandó David a todos los principales de Israel que ayudasen a Salomón su hijo, diciendo: 18 ¿No está con vosotros Jehová vuestro Dios, el cual os ha dado paz por todas partes? Porque él ha entregado en mi mano a los moradores de la tierra, y la tierra ha sido sometida delante de Jehová, y delante de su pueblo. 19 Poned, pues, ahora vuestros corazones y vuestros ánimos en buscar a Jehová vuestro Dios; y levantaos, y edificad el santuario de Jehová Dios, para traer el arca del pacto de Jehová, y los utensilios consagrados a Dios, a la casa edificada al nombre de Jehová.

Distribución y deberes de los levitas

23 Siendo, pues, David ya viejo y lleno de días, hizo a Salomón su hijo rey sobre Israel.(C)

Y juntando a todos los principales de Israel, y a los sacerdotes y levitas, fueron contados los levitas de treinta años arriba; y fue el número de ellos por sus cabezas, contados uno por uno, treinta y ocho mil. De estos, veinticuatro mil para dirigir la obra de la casa de Jehová, y seis mil para gobernadores y jueces. Además, cuatro mil porteros, y cuatro mil para alabar a Jehová, dijo David, con los instrumentos que he hecho para tributar alabanzas. Y los repartió David en grupos conforme a los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari.

Los hijos de Gersón: Laadán y Simei. Los hijos de Laadán, tres: Jehiel el primero, después Zetam y Joel. Los hijos de Simei, tres: Selomit, Haziel y Harán. Estos fueron los jefes de las familias de Laadán. 10 Y los hijos de Simei: Jahat, Zina, Jeús y Bería. Estos cuatro fueron los hijos de Simei. 11 Jahat era el primero, y Zina el segundo; pero Jeús y Bería no tuvieron muchos hijos, por lo cual fueron contados como una familia.

12 Los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel, ellos cuatro. 13 Los hijos de Amram: Aarón y Moisés. Y Aarón fue apartado para ser dedicado a las cosas más santas, él y sus hijos para siempre, para que quemasen incienso delante de Jehová, y le ministrasen y bendijesen en su nombre, para siempre.(D) 14 Y los hijos de Moisés varón de Dios fueron contados en la tribu de Leví. 15 Los hijos de Moisés fueron Gersón y Eliezer. 16 Hijo de Gersón fue Sebuel el jefe. 17 E hijo de Eliezer fue Rehabías el jefe. Y Eliezer no tuvo otros hijos; mas los hijos de Rehabías fueron muchos. 18 Hijo de Izhar fue Selomit el jefe. 19 Los hijos de Hebrón: Jerías el jefe, Amarías el segundo, Jahaziel el tercero, y Jecamán el cuarto. 20 Los hijos de Uziel: Micaía el jefe, e Isías el segundo.

21 Los hijos de Merari: Mahli y Musi. Los hijos de Mahli: Eleazar y Cis. 22 Y murió Eleazar sin hijos; pero tuvo hijas, y los hijos de Cis, sus parientes, las tomaron por mujeres. 23 Los hijos de Musi: Mahli, Edar y Jeremot, ellos tres.

24 Estos son los hijos de Leví en las familias de sus padres, jefes de familias según el censo de ellos, contados por sus nombres, por sus cabezas, de veinte años arriba, los cuales trabajaban en el ministerio de la casa de Jehová. 25 Porque David dijo: Jehová Dios de Israel ha dado paz a su pueblo Israel, y él habitará en Jerusalén para siempre. 26 Y también los levitas no tendrán que llevar más el tabernáculo y todos los utensilios para su ministerio.(E) 27 Así que, conforme a las postreras palabras de David, se hizo la cuenta de los hijos de Leví de veinte años arriba. 28 Y estaban bajo las órdenes de los hijos de Aarón para ministrar en la casa de Jehová, en los atrios, en las cámaras, y en la purificación de toda cosa santificada, y en la demás obra del ministerio de la casa de Dios. 29 Asimismo para los panes de la proposición, para la flor de harina para el sacrificio, para las hojuelas sin levadura, para lo preparado en sartén, para lo tostado, y para toda medida y cuenta; 30 y para asistir cada mañana todos los días a dar gracias y tributar alabanzas a Jehová, y asimismo por la tarde; 31 y para ofrecer todos los holocaustos a Jehová los días de reposo,[b] lunas nuevas y fiestas solemnes, según su número y de acuerdo con su rito, continuamente delante de Jehová; 32 y para que tuviesen la guarda del tabernáculo de reunión, y la guarda del santuario, bajo las órdenes de los hijos de Aarón sus hermanos, en el ministerio de la casa de Jehová.(F)

24 También los hijos de Aarón fueron distribuidos en grupos. Los hijos de Aarón: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. Mas como Nadab y Abiú murieron antes que su padre,(G) y no tuvieron hijos, Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio. Y David, con Sadoc de los hijos de Eleazar, y Ahimelec de los hijos de Itamar, los repartió por sus turnos en el ministerio. Y de los hijos de Eleazar había más varones principales que de los hijos de Itamar; y los repartieron así: De los hijos de Eleazar, dieciséis cabezas de casas paternas; y de los hijos de Itamar, por sus casas paternas, ocho. Los repartieron, pues, por suerte los unos con los otros; porque de los hijos de Eleazar y de los hijos de Itamar hubo príncipes del santuario, y príncipes de la casa de Dios. Y el escriba Semaías hijo de Natanael, de los levitas, escribió sus nombres en presencia del rey y de los príncipes, y delante de Sadoc el sacerdote, de Ahimelec hijo de Abiatar y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y levitas, designando por suerte una casa paterna para Eleazar, y otra para Itamar.

La primera suerte tocó a Joiarib, la segunda a Jedaías, la tercera a Harim, la cuarta a Seorim, la quinta a Malquías, la sexta a Mijamín, 10 la séptima a Cos, la octava a Abías, 11 la novena a Jesúa, la décima a Secanías, 12 la undécima a Eliasib, la duodécima a Jaquim, 13 la decimatercera a Hupa, la decimacuarta a Jesebeab, 14 la decimaquinta a Bilga, la decimasexta a Imer, 15 la decimaséptima a Hezir, la decimaoctava a Afses, 16 la decimanovena a Petaías, la vigésima a Hezequiel, 17 la vigesimaprimera a Jaquín, la vigesimasegunda a Gamul, 18 la vigesimatercera a Delaía, la vigesimacuarta a Maazías. 19 Estos fueron distribuidos para su ministerio, para que entrasen en la casa de Jehová, según les fue ordenado por Aarón su padre, de la manera que le había mandado Jehová el Dios de Israel.

20 Y de los hijos de Leví que quedaron: Subael, de los hijos de Amram; y de los hijos de Subael, Jehedías. 21 Y de los hijos de Rehabías, Isías el jefe. 22 De los izharitas, Selomot; e hijo de Selomot, Jahat. 23 De los hijos de Hebrón: Jerías el jefe, el segundo Amarías, el tercero Jahaziel, el cuarto Jecamán. 24 Hijo de Uziel, Micaía; e hijo de Micaía, Samir. 25 Hermano de Micaía, Isías; e hijo de Isías, Zacarías. 26 Los hijos de Merari: Mahli y Musi; hijo de Jaazías, Beno. 27 Los hijos de Merari por Jaazías: Beno, Soham, Zacur e Ibri. 28 Y de Mahli, Eleazar, quien no tuvo hijos. 29 Hijo de Cis, Jerameel. 30 Los hijos de Musi: Mahli, Edar y Jerimot. Estos fueron los hijos de los levitas conforme a sus casas paternas. 31 Estos también echaron suertes, como sus hermanos los hijos de Aarón, delante del rey David, y de Sadoc y de Ahimelec, y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y levitas; el principal de los padres igualmente que el menor de sus hermanos.

Footnotes

  1. 1 Crónicas 22:9 Esto es, Pacífico.
  2. 1 Crónicas 23:31 Aquí equivale a sábado.