Números 22:41-24:9
Dios Habla Hoy
41 A la mañana siguiente, Balac buscó a Balaam y lo hizo subir a Bamot-baal, desde donde pudo ver los alrededores del campamento de los israelitas. 23 1 Entonces Balaam le dijo:
—Constrúyeme aquí siete altares, y prepárame siete becerros y siete carneros.
2 Balac hizo lo que Balaam le dijo, y entre los dos sacrificaron un becerro y un carnero en cada altar.
3 Luego Balaam le dijo a Balac:
—Quédate junto al sacrificio, mientras voy a ver si el Señor viene a encontrarse conmigo. Luego te comunicaré lo que él me dé a conocer.
Balaam bendice a Israel
Y Balaam se fue a una colina desierta, 4 donde Dios se le apareció. Balaam le dijo:
—He preparado siete altares, y en cada uno he ofrecido un becerro y un carnero.
5 Entonces el Señor puso en labios de Balaam lo que tenía que decir, y le dijo:
—Regresa a donde está Balac y dile lo mismo que yo te he dicho.
6 Balaam regresó y encontró a Balac de pie, junto al sacrificio, en compañía de todos los jefes moabitas. 7 Entonces Balaam pronunció esta profecía:
«Desde las montañas del oriente, desde Aram,
me hizo venir Balac, rey de Moab.
“Ven —me dijo—, maldíceme a Israel,
deséale el mal al pueblo de Jacob.”
8 Pero, ¿cómo maldecir al que Dios no maldice?
¿Cómo desear el mal, si el Señor no lo hace?
9 Desde estas altas rocas puedo verlo,
desde estas colinas lo miro:
es un pueblo que vive apartado,
distinto de los otros pueblos.
10 Son como el polvo; ¿quién puede contarlos?
¿Quién puede saber su número?
¡Ojalá muera yo como esos hombres justos,
y sea mi fin como el de ellos!»
11 Entonces Balac le reclamó a Balaam:
—¿Qué estás haciendo? Yo te traje para que maldijeras a mis enemigos, y tú te has puesto a bendecirlos.
12 Y Balaam contestó:
—Habíamos quedado en que yo diría solamente lo que el Señor pusiera en mis labios.
13 Pero Balac insistió:
—Ven conmigo a otra parte, desde donde sólo podrás ver los alrededores del campamento, pero no el campamento completo. Maldícemelos desde allí.
14 Y Balac llevó a Balaam al campo de Sofim, en la cumbre del monte Pisgá, donde construyó siete altares y sacrificó en cada uno un becerro y un carnero. 15 Allí Balaam dijo a Balac:
—Quédate aquí, junto al sacrificio, mientras yo voy a encontrarme con Dios.
16 El Señor salió al encuentro de Balaam y puso en sus labios lo que tenía que decir. Además le dijo:
—Regresa a donde está Balac y dile lo mismo que yo te he dicho.
17 Balaam regresó y encontró a Balac de pie, junto al sacrificio, en compañía de los jefes moabitas. Y Balac le preguntó:
—¿Qué te dijo el Señor?
18 Entonces Balaam pronunció esta profecía:
«Balac, hijo de Sipor,
escúchame con atención.
19 Dios no es como los mortales:
no miente ni cambia de opinión.
Cuando él dice una cosa, la realiza.
Cuando hace una promesa, la cumple.
20 Yo tengo órdenes de bendecir;
si Dios bendice, yo no puedo contradecirlo.
21 Nadie ha visto engaño ni maldad
en Israel, el pueblo de Jacob.
El Señor su Dios está con ellos,
y ellos lo aclaman como rey.
22 Dios, que los sacó de Egipto, es para ellos
lo que son para el búfalo sus cuernos.
23 Contra Jacob no valen maleficios;
contra Israel no sirven brujerías.
Ahora es preciso decir a Israel:
“¡Cuántas maravillas ha hecho Dios contigo!”
24 Este pueblo se levanta
amenazante como un león,
y no descansará hasta devorar su presa
y beber la sangre de sus víctimas.»
25 Balac dijo entonces a Balaam:
—¡Ya que no puedes maldecir a este pueblo, por lo menos no lo bendigas!
26 A lo cual respondió Balaam:
—¿No te había dicho ya, que yo sólo puedo hacer lo que el Señor me ordene?
27 Entonces Balac le dijo:
—Ven, que te voy a llevar a otra parte. Puede ser que a Dios no le disguste que maldigas a Israel desde allí.
28 Y así Balac se llevó a Balaam a la cumbre del monte Peor, desde donde se ve todo el desierto. 29 Allí Balaam le dijo a Balac:
—Constrúyeme aquí siete altares y prepárame siete becerros y siete carneros.
30 Balac hizo lo que Balaam le dijo, y en cada altar sacrificó un becerro y un carnero. 24 1 Pero como Balaam vio que al Señor le parecía bien bendecir a Israel, ya no fue a recibir profecías de parte de él, como lo había hecho las otras veces, sino que volvió la mirada hacia el desierto. 2 Y al ver Balaam a Israel acampado por tribus, el espíritu de Dios se apoderó de él; 3 entonces Balaam pronunció esta profecía:
«Mensaje de Balaam, hijo de Beor,
hombre de mirada penetrante,
4 que al caer en éxtasis ve con más claridad,
que recibe mensajes y tiene visiones
de parte del Dios todopoderoso.
5 ¡Jacob, qué bellas son tus tiendas!
¡Qué bello, Israel, tu campamento!
6 Parecen largas filas de palmeras,
jardines junto a un río,
áloes plantados por el Señor,
¡cedros a la orilla del agua!
7 Israel tendrá agua en abundancia
para beber y regar sus sembrados.
Su rey dominará a Agag;
su poder real será muy grande.
8 Dios, que los sacó de Egipto, es para ellos
lo que son para el búfalo sus cuernos.
Israel devorará a las naciones enemigas;
les romperá los huesos,
y los herirá con sus flechas.
9 Cuando se acuesta a descansar, parece un león:
nadie se atreve a despertarlo.
¡Bendito sea el que te bendiga,
y maldito el que te maldiga!»
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.