Génesis 47:13-26
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La administración de José
13 La escasez de alimentos fue cada vez mayor, de modo que toda la gente de Egipto y de Canaán estaba experimentando mucha hambre. 14 José reunió todo el dinero de Canaán y de Egipto a cambio del trigo que les vendía, e ingresó ese dinero en la tesorería del faraón. 15 Cuando a la gente se le terminó el dinero, fueron a José a suplicar que se les diera alimentos.
―Se nos ha terminado el dinero —dijeron—. Por favor, denos alimentos, porque si no moriremos de hambre.
16 ―Bueno —replicó José—, denme sus ganados y yo les daré alimentos en cambio.
17 Así que trajeron el ganado a José para cambiarlo por alimentos. Pronto todos los caballos, ovejas, vacas y burros que había en Egipto pasaron a ser del faraón.
18 Al año siguiente vino nuevamente el pueblo y le dijo:
―Señor, usted sabe que ya no tenemos dinero. Además, todo nuestro ganado ahora es suyo. Tan solo podemos pagarle con nuestros cuerpos y nuestras tierras. 19 ¿Por qué hemos de morir? Cómprenos a nosotros y a nuestras tierras, y seremos esclavos del faraón. Cómprenos a nosotros por alimentos para que vivamos y para que la tierra no quede deshabitada.
20 Entonces José compró toda la tierra de Egipto para el faraón. La verdad es que, debido al hambre, los egipcios vendieron sus tierras. De ese modo, todo el país pasó a poder del faraón. 21 Y todos los egipcios pasaron a ser esclavos del faraón. 22 La única tierra que no compró fue la de los sacerdotes, porque tenían ración de parte del faraón y no necesitaban venderla.
23 Entonces José dijo a la gente:
―Los he comprado a ustedes y a sus tierras para el faraón. Aquí está el trigo. Vayan y siembren la tierra. 24 Cuando llegue la cosecha, la quinta parte será para el faraón. Reserven cuatro partes para que se alimenten y tengan semilla para el año siguiente. Así tendrán alimento para ustedes y sus familias.
25 ―¡Usted nos ha salvado la vida! —le dijeron—. ¡Con todo gusto seremos esclavos del faraón!
26 Entonces José estableció esta ley en Egipto: la quinta parte de todas las cosechas es del faraón. Esta ley todavía se sigue aplicando. Las únicas tierras que no pasaron a ser propiedad del faraón fueron las de los sacerdotes.
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Génesis 47:27-31
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27 Los israelitas, pues, vivieron en la tierra de Gosén, en Egipto, consiguieron terrenos, prosperaron y tuvieron muchos hijos. 28 Jacob vivió diecisiete años en Egipto, y en total, vivió ciento cuarenta y siete años. 29 Cuando se le acercaba el momento de la muerte, llamó a su hijo José y le dijo:
―Júrame solemnemente que harás lo que te voy a pedir. ¡Si de veras me amas, por favor, no me entierres en Egipto! 30 Cuando yo haya muerto, sácame de Egipto y sepúltame junto a mis antepasados.
Y José se lo prometió.
31 ―¡Júrame que lo harás! —insistió Jacob.
Y José se lo juró. Luego, Israel se recostó sobre la cabecera de la cama.
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Génesis 48
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Bendición de Efraín y Manasés
48 Poco tiempo después de esto, José recibió la noticia de que su padre estaba enfermo. Entonces, tomó a sus dos hijos, Manasés y Efraín, y fue a visitarlo. 2 Cuando Jacob oyó que José había llegado, reunió todas sus fuerzas y se sentó en la cama y le dijo:
3 ―El Dios Todopoderoso se me apareció en Luz, en la tierra de Canaán. 4 Allí me dijo: “Haré de ti una nación grande, y esta tierra de Canaán será para ti y para los hijos de tus hijos, como posesión permanente”.
5 »A tus dos hijos, Efraín y Manasés, que te nacieron antes de que yo llegara a esta tierra, los adopto como hijos míos. Ellos recibirán parte de mi herencia tal como lo harán Rubén y Simeón. 6 Pero cualesquiera otros hijos que te nazcan serán tuyos, y heredarán de ti la porción de Efraín y Manasés. 7 Raquel, tu madre, murió cerca de Efrata, en la tierra de Canaán, cuando yo regresaba de Padán Aram. Entonces la sepulté allí junto al camino de Efrata, que es la misma ciudad de Belén.
8 En eso, Jacob vio a los hijos de José, y le preguntó:
―¿Y quiénes son estos?
9 José le respondió:
―Son mis hijos, los cuales Dios me ha dado aquí en Egipto.
―Acércamelos, para que los bendiga —dijo Israel.
10 Debido a su avanzada edad, Israel no podía ver bien. Por eso, José le acercó sus hijos. Entonces Israel los besó y abrazó.
11 Israel entonces le dijo a José:
―Jamás pensé que te volvería a ver. Sin embargo Dios me ha permitido ver a tus hijos también.
12-13 José tomó a sus hijos de la mano, se inclinó delante de su padre, e hizo que los muchachos se postraran delante de su abuelo: Efraín a la izquierda de Israel y Manasés a su derecha. 14 Sin embargo, Israel cruzó los brazos y los extendió para ponerlos en la cabeza de los muchachos, de modo que su mano derecha estaba sobre la cabeza de Efraín y su izquierda sobre la cabeza de Manasés, el mayor. Hizo esto intencionalmente.
15 Entonces bendijo a José, diciéndole:
―Quiera Dios, el Dios de mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me pastoreó toda la vida, bendecir a estos muchachos. 16 Él es el Ángel que me ha librado de todo mal. Que estos muchachos hagan perpetua la memoria de mi nombre y la de mis padres Abraham e Isaac, y que lleguen a ser una nación grande.
17 Pero José, al ver que su padre había puesto su mano derecha sobre la cabeza de Efraín, se molestó. Entonces agarró la mano de su padre y se la quitó de encima de la cabeza de Efraín y se la puso sobre la cabeza de Manasés, y le dijo:
18 ―¡No hagas esto, padre mío! Por favor, pon tu mano derecha sobre mi hijo Manasés, pues él es el mayor.
19 Pero su padre se rehusó a hacerlo.
―Yo sé lo que estoy haciendo, hijo mío —le dijo—. Manasés también será una nación grande, pero su hermano menor será más importante, y de él saldrán muchos pueblos.
20 Así, pues, aquel día Jacob les dio a los muchachos la siguiente bendición:
―Que el pueblo de Israel use el siguiente dicho como bendición: “Dios te haga próspero como Efraín y Manasés”.
Y puso a Efraín antes que a Manasés. 21 Entonces Israel le dijo a José:
―Estoy para morir; pero Dios estará con ustedes y los hará volver a Canaán, la tierra de sus antepasados. 22 A ti te doy la tierra escogida de Siquén, pues estás por encima de tus hermanos. Esa tierra se la quité a los amorreos, luchando fieramente contra ellos.
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Génesis 49:1-27
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Jacob bendice a sus hijos
49 Jacob llamó a todos sus hijos, y les dijo:
―Reúnanse a mi alrededor, pues voy a decirles que les va a suceder en los días venideros. 2 Óiganme, hijos de Jacob, escuchen a Israel su padre.
3 »Rubén, tú eres mi hijo mayor, el hijo de mi vigorosa juventud. Eres el primero en rango y en dignidad, 4 pero a partir de hoy, ya no serás el primero, porque me deshonraste al dormir con una de mis mujeres. Eres impetuoso como las fieras ondas del mar.
5 »Simeón y Leví son hermanos; usan sus armas para matar con violencia. 6 No quiero participar de sus planes malvados, ni estar en sus reuniones. En su ira asesinaron hombres y por diversión desjarretaron toros. 7 ¡Maldita sea su ira! ¡Maldita sea también su violencia y crueldad! Haré que sus descendientes sean esparcidos por todo el país de Israel.
8 »Judá, tus hermanos te alabarán. Vencerás a tus enemigos. Los hijos de tu padre se inclinarán delante de ti. 9 Judá es como un cachorro de león que se levanta después de comer a su presa. Se pone al acecho como un león o como una leona, ¿quién se atreverá a molestarlo? 10 El cetro estará en las manos de Judá, y el bastón de gobernante estará en sus pies, hasta que llegue el rey por excelencia, a quien todos los pueblos obedecerán. 11 Atará su burrito en la vid más selecta y lavará su ropa en vino. 12 Sus ojos son más oscuros que el vino y sus dientes más blancos que la leche.
13 »Zabulón habitará en las costas del mar, servirá de puerto para los navíos, y sus fronteras se extenderán hasta Sidón.
14 »Isacar es fuerte bestia de carga que descansa entre las alforjas. 15 Cuando vea la hermosura del paisaje, lo agradable de la tierra, con gusto agachará su hombro para la tarea y se convertirá en un esclavo.
16 »Dan gobernará su pueblo como cualquier tribu de Israel. 17 Será serpiente en el sendero, que muerde los talones del caballo para que caiga el jinete.
18 »¡Señor, esperaré tu ayuda!
19 »Un ejército atacará a Gad, pero él lo atacará por atrás.
20 »Aser producirá manjares deliciosos que serán dignos del rey.
21 »Neftalí es una gacela libre, que tendrá preciosas crías.
22 »José es un árbol fructífero, es como un árbol junto a una fuente, y sus ramas pasan sobre el muro. 23 Gente mala le causa amargura, lo atacan sin piedad y le lanzan flechas. 24 Pero su arma se mantuvo firme, sus brazos fueron fortalecidos por el Dios poderoso de Jacob, por el que es el Pastor y la Roca de Israel. 25 ¡Que el Dios de tus padres, el Todopoderoso, te bendiga con bendiciones celestiales y con bendiciones del profundo mar, con bendiciones de los pechos y bendiciones de la matriz. 26 Las bendiciones de tu padre son más grandes que las bendiciones de mis padres. Estas bendiciones reposarán sobre la cabeza de José hasta el fin de las montañas eternas, por cuanto él es el más importante de sus hermanos.
27 »Benjamin es como un lobo feroz, que por la mañana devora a su presa, y al atardecer reparte lo que sobra».
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Génesis 49:28-50:14
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28 Estas fueron las bendiciones que Israel pronunció sobre sus doce hijos.
Muerte de Jacob
29-30 Además les dijo:
―Ya voy a morir. Deben sepultarme con mis padres en la tierra de Canaán, en la cueva del campo de Macpela, frente a Mamré, el campo que Abraham le compró a Efrón el hitita, como propiedad para sepulturas. 31 Allí fueron sepultados Abraham y su esposa Sara. También fueron sepultados allí Isaac y su esposa Rebeca; y allí también sepulté a Lea. 32 Es la cueva que mi abuelo Abraham les compró a los hijos de Het.
33 Cuando Jacob terminó de dar estas instrucciones a sus hijos, se acostó nuevamente, exhaló su último suspiro, y murió.
50 José, entonces, se puso a llorar, abrazó a su padre y lo besó. 2 Luego les dijo a los médicos que estaban a su servicio que embalsamaran el cuerpo de su padre. Y los médicos egipcios obedecieron. 3 Esperaron los cuarenta días establecidos para los embalsamados, los egipcios hicieron duelo nacional durante setenta días.
4 Cuando terminó el duelo, José se acercó a los funcionarios de la casa del faraón y les dijo:
―Díganle a su majestad 5 que mi padre me hizo jurar que llevaría su cuerpo de regreso a la tierra de Canaán, para sepultarlo allá. Díganle a su majestad que me permita ir a sepultar a mi padre. Asegúrenle que volveré pronto.
6 El faraón estuvo de acuerdo:
―Vé y sepulta a tu padre, tal como se lo prometiste.
7-8 Entonces José fue a enterrar a su padre. Con él fueron su familia, sus hermanos y el resto de la familia de Jacob. En Gosén sólo dejaron a los niños, las ovejas y las vacas. Además, los acompañaron un gran número de funcionarios y consejeros del faraón, y los hombres importantes de Egipto. 9 De modo que muchos carros y caballos, y gente de a pie acompañaron a José.
10 Cuando llegaron a la era de Hatad, que está al otro lado del Jordán, tuvieron un servicio fúnebre grande y solemne. Allí José guardó siete días de luto por su padre. 11 Los cananeos que vivían en esa región vieron que los egipcios lloraban amargamente en la era de Hatad, le pusieron a ese lugar el nombre de Abel Misrayin, pues dijeron: «Los egipcios están haciendo duelo por alguien importante».
12-13 De modo que, de acuerdo con las órdenes de Israel, sus hijos llevaron su cuerpo a la tierra de Canaán y lo sepultaron en la cueva de Macpela, la cueva que Abraham había comprado en el campo de Efrón el hitita, cerca de Mamré.
14 José regresó luego a Egipto, junto con todos los que lo habían acompañado al funeral de su padre.
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