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Y pronto comenzaron a llegar otros también: los que tenían algún tipo de problema o deudas, o los que simplemente estaban descontentos, hasta que David se encontró al frente de unos cuatrocientos hombres. Más tarde David fue a Mizpa de Moab a pedirle permiso al rey para que su padre y su madre vivieran allí bajo la protección real hasta que él supiera lo que Dios iba a hacer con él. Y los padres de David permanecieron en Moab durante todo el período en que David estuvo refugiado en la cueva.

Un día el profeta Gad le dijo a David que dejara la cueva y regresara a la tierra de Judá. Y David se fue al bosque de Jaret.

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