Marcos 9
Palabra de Dios para Todos
9 Jesús les dijo:
—Les digo la verdad: algunos de los que están aquí no morirán sin antes ver el reino de Dios llegar con poder.
Jesús con Moisés y Elías
(Mt 17:1-13; Lc 9:28-36)
2 Seis días después, Jesús llevó a Pedro, a Santiago y a Juan a una montaña alta donde estaban solos. Allí, frente a ellos, Jesús se transformó. 3 Su ropa brilló y se puso más blanca que el blanco más puro. Estaba tan blanca como ningún lavandero en el mundo podría blanquearla. 4 Y se les aparecieron Moisés y Elías hablando con Jesús. 5 Pedro le dijo a Jesús:
—Maestro, qué bueno que estemos aquí. Permítenos hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
6 Pedro no sabía lo que estaba diciendo porque él y los otros dos seguidores estaban muy asustados. 7 Entonces una nube los envolvió y desde la nube se escuchó una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado. ¡Escúchenlo!» 8 De repente, miraron a todos lados pero ya no vieron a nadie, sólo Jesús estaba con ellos.
9 Cuando estaban bajando de la montaña, Jesús les ordenó que no contaran nada de lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
10 Ellos guardaron el secreto pero discutían entre ellos qué significaría eso de «resucitar de entre los muertos». 11 Luego le preguntaron a Jesús:
—¿Por qué los maestros de la ley dicen que Elías debe venir primero?[a]
12 Él les respondió:
—Sí, Elías viene primero para poner todo en orden. Pero, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser despreciado? 13 Pues les digo que Elías ya vino e hicieron lo que quisieron con él. Las Escrituras dicen que eso sucedería.
Jesús sana a un muchacho
(Mt 17:14-20; Lc 9:37-43a)
14 Cuando llegaron a donde estaban los otros seguidores, vieron que mucha gente los rodeaba y que estaban discutiendo con los maestros de la ley. 15 Tan pronto la gente vio a Jesús, quedó muy sorprendida y todos corrieron a saludarlo.
16 Jesús les preguntó:
—¿Qué están discutiendo con ellos?
17 Uno de entre la multitud le respondió:
—Maestro, te he traído a mi hijo porque está atormentado por un espíritu que no lo deja hablar. 18 Cuando se apodera de él, lo hace caer al suelo, escupe espuma por la boca, le rechinan los dientes y se queda rígido. Les pedí a tus seguidores que expulsaran al espíritu, pero no pudieron.
19 Cuando Jesús escuchó esto, dijo:
—¡Partida[b] de incrédulos! ¿Cuánto tiempo más tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho.
20 Trajeron al muchacho. Cuando el espíritu vio a Jesús, hizo que el muchacho empezara a convulsionar. El muchacho cayó al suelo, dio muchas vueltas y echó espuma por la boca. 21 Jesús le preguntó al papá:
—¿Cuánto tiempo ha estado así?
Él le respondió:
—Ha estado así desde que era niño. 22 Muchas veces lo ha tirado al fuego o al agua para matarlo. Por favor, si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos.
23 Jesús le dijo:
—No digas: “Si puedes hacer algo”, todo es posible para el que cree.
24 Enseguida el papá del muchacho gritó muy fuerte:
—¡Creo, ayúdame a creer aun más!
25 Cuando Jesús vio que se estaba reuniendo mucha gente, reprendió al espíritu maligno:
—Espíritu que has vuelto sordo y mudo a este muchacho, te ordeno que salgas de él y no vuelvas a entrar nunca más.
26 El espíritu gritó, tiró al muchacho al suelo, lo hizo convulsionar otra vez y salió de él. El muchacho estaba tan agotado que parecía un cadáver. Unos decían que estaba muerto. 27 Pero Jesús lo tomó de la mano y lo ayudó a ponerse de pie. El muchacho se levantó sin problemas. 28 Cuando Jesús entró en casa y estaba solo, sus seguidores le preguntaron en privado:
—¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?
29 Jesús les dijo:
—Esa clase de demonios sólo se pueden expulsar por medio de la oración.[c]
Jesús habla otra vez de su muerte
(Mt 17:22-23; Lc 9:43b-45)
30 Jesús y los seguidores salieron de allí y caminaron por toda la región de Galilea. Él no quería que la gente supiera dónde estaba. 31 Quería dedicarse a enseñarles a sus seguidores y les dijo: «El Hijo del hombre está a punto de ser entregado en manos de los hombres que lo van a matar; pero al tercer día, resucitará». 32 Pero ellos no entendieron esas palabras y les dio miedo preguntarle qué quería decir.
El más importante
(Mt 18:1-5; Lc 9:46-48)
33 Después llegaron al pueblo de Capernaúm. Cuando ya estaban en la casa, Jesús les preguntó a sus seguidores:
—¿De qué hablaban ustedes en el camino?
34 Pero ellos se quedaron en silencio porque en el camino estaban discutiendo sobre quién era el más importante. 35 Jesús se sentó, reunió a los doce y les dijo:
—Si alguno quiere ser el número uno, entonces debe ocupar el último lugar y servir a todos.
36 Luego Jesús tomó a un niñito, lo puso frente a ellos y levantándolo en sus brazos, les dijo:
37 —El que recibe a uno de estos niños en mi nombre, también me recibe a mí. El que me recibe a mí, también recibe al que me envió.
El que no está en contra, está a favor
(Lc 9:49-50)
38 Juan le dijo:
—Maestro, vimos a alguien expulsando demonios en tu nombre y tratamos de impedírselo porque no era uno de nosotros.
39 Pero Jesús dijo:
—Nadie que haga un milagro en mi nombre va a ponerse después hablar mal de mí. 40 El que no está en contra nuestra, está con nosotros. 41 La verdad es que si alguien les da un vaso de agua porque ustedes son del Mesías, tendrá su recompensa.
Jesús advierte sobre el peligro de pecar
(Mt 18:6-9; Lc 17:1-2)
42 »Le va a ir muy mal al que haga pecar a uno de estos mis seguidores a quienes es fácil hacerles daño. Sería mejor que lo tiraran al mar con una gran piedra de molino colgada al cuello. 43 Y si tu mano te hace pecar, córtala. Es mejor perder una parte del cuerpo pero tener la vida eterna. Eso es mucho mejor que tener las dos manos e ir al infierno. En aquel lugar el fuego nunca termina. 44 [d] 45 Si tu pie te hace pecar, córtalo. Es mejor perder parte del cuerpo pero tener la vida eterna. Eso es mucho mejor que tener dos pies y ser echado al infierno. 46 [e] 47 Si tu ojo te hace pecar, sácatelo. Es mejor entrar con un solo ojo al reino de Dios que tener los dos ojos y ser echado al infierno. 48 Allí los gusanos que se comen el cuerpo no mueren nunca y el fuego jamás se apaga. 49 Dios les pondrá fuego a todos, como el que echa sal en la comida.[f] 50 La sal es buena pero si se daña no es posible arreglarla, así que sean bondadosos y vivan en paz unos con otros.
Footnotes
- 9:11 Ver Mal 4:5-6.
- 9:19 Partida Textualmente Generación.
- 9:29 Algunos manuscritos tienen con oración y ayuno.
- 9:44 Algunos manuscritos de Marcos incluyen el versículo 44, que es igual al 48.
- 9:46 Algunos manuscritos incluyen el versículo 46, que es igual al 48.
- 9:49 Textualmente Todos serán salados con fuego. Algunos manuscritos añaden: y todo sacrificio será salado. En el Antiguo Testamento se le ponía sal a los sacrificios. Este versículo puede significar que los seguidores de Jesús serán puestos a prueba mediante el sufrimiento y que ellos mismos se deben ofrecer a Dios como sacrificio.
Marcos 9
Reina-Valera 1960
9 También les dijo: De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder.
La transfiguración
(Mt. 17.1-13; Lc. 9.28-36)
2 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos.(A) 3 Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos. 4 Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con Jesús. 5 Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. 6 Porque no sabía lo que hablaba, pues estaban espantados. 7 Entonces vino una nube que les hizo sombra, y desde la nube una voz que decía: Este es mi Hijo amado;(B) a él oíd. 8 Y luego, cuando miraron, no vieron más a nadie consigo, sino a Jesús solo.
9 Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos. 10 Y guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos. 11 Y le preguntaron, diciendo: ¿Por qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?(C) 12 Respondiendo él, les dijo: Elías a la verdad vendrá primero, y restaurará todas las cosas; ¿y cómo está escrito del Hijo del Hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada? 13 Pero os digo que Elías ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como está escrito de él.
Jesús sana a un muchacho endemoniado
(Mt. 17.14-21; Lc. 9.37-43)
14 Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. 15 Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. 16 Él les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos? 17 Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti a mi hijo, que tiene un espíritu mudo, 18 el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron. 19 Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo. 20 Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. 21 Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. 22 Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. 23 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. 24 E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. 25 Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. 26 Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. 27 Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó. 28 Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? 29 Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.
Jesús anuncia otra vez su muerte
(Mt. 17.22-23; Lc. 9.43-45)
30 Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese. 31 Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día. 32 Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle.
¿Quién es el mayor?
(Mt. 18.1-5; Lc. 9.46-48)
33 Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino? 34 Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor.(D) 35 Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos.(E) 36 Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo: 37 El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió.(F)
El que no es contra nosotros, por nosotros es
(Lc. 9.49-50)
38 Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía. 39 Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. 40 Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.(G) 41 Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.(H)
Ocasiones de caer
(Mt. 18.6-9; Lc. 17.1-2)
42 Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar. 43 Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado,(I) 44 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 45 Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, 46 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 47 Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno,(J) 48 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.(K) 49 Porque todos serán salados con fuego, y todo sacrificio será salado con sal. 50 Buena es la sal; mas si la sal se hace insípida, ¿con qué la sazonaréis?(L) Tened sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con los otros.
Marcos 9
Nueva Versión Internacional
9 Y añadió:
—Les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto el reino de Dios llegar con poder.
La transfiguración(A)(B)
2 Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y los llevó a una montaña alta, donde estaban solos. Allí se transfiguró en presencia de ellos; 3 su ropa se volvió de un blanco resplandeciente como nadie en el mundo podría blanquearla. 4 Y se les aparecieron Elías y Moisés, los cuales conversaban con Jesús. 5 Tomando la palabra, Pedro dijo a Jesús:
—Rabí, ¡qué bien que estemos aquí! Podemos levantar tres albergues: uno para ti, otro para Moisés y otro para Elías.
6 No sabía qué decir, porque todos estaban asustados. 7 Entonces apareció una nube que los envolvió de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado. ¡Escúchenlo!».
8 De repente, cuando miraron a su alrededor, ya no vieron a nadie más que a Jesús.
9 Mientras bajaban de la montaña, Jesús ordenó que no contaran a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre se levantara de entre los muertos. 10 Guardaron el secreto, pero discutían entre ellos qué significaría eso de «levantarse de entre los muertos».
11 —¿Por qué dicen los maestros de la Ley que Elías tiene que venir primero? —le preguntaron.
12 —Sin duda Elías ha de venir primero para restaurar todas las cosas —respondió Jesús—. Entonces, ¿cómo es que está escrito que el Hijo del hombre tiene que sufrir mucho y ser rechazado? 13 Pues bien, les digo que Elías ya ha venido, y le hicieron todo lo que quisieron, tal como está escrito de él.
Jesús sana a un muchacho endemoniado(C)
14 Cuando llegaron adonde estaban los otros discípulos, vieron[a] que a su alrededor había mucha gente y que los maestros de la Ley discutían con ellos. 15 Tan pronto como la gente vio a Jesús, todos se sorprendieron y corrieron a saludarlo.
16 —¿Qué están discutiendo con ellos? —preguntó.
17 —Maestro —respondió un hombre de entre la multitud—, te he traído a mi hijo, pues está poseído por un espíritu que le ha quitado el habla. 18 Cada vez que se apodera de él, lo derriba. Echa espumarajos, cruje los dientes y se queda rígido. Pedí a tus discípulos que lo expulsaran, pero no lo lograron.
19 —¡Ah, generación incrédula! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho.
20 Así que se lo llevaron. Tan pronto como vio a Jesús, el espíritu sacudió de tal modo al muchacho que este cayó al suelo y comenzó a revolcarse echando espumarajos.
21 —¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto? —le preguntó Jesús al padre.
—Desde que era niño —contestó—. 22 Muchas veces lo ha echado al fuego y al agua para matarlo. Si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos.
23 Jesús dijo:
—¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible.
24 —¡Sí, creo! —exclamó de inmediato el padre del muchacho—. ¡Ayúdame en mi falta de fe!
25 Al ver Jesús que se agolpaba mucha gente, reprendió al espíritu maligno.
—Espíritu sordo y mudo —dijo—, te mando que salgas y que jamás vuelvas a entrar en él.
26 El espíritu, dando un alarido y sacudiendo violentamente al muchacho, salió de él. Este quedó como muerto, tanto que muchos decían: «Ya se murió». 27 Pero Jesús lo tomó de la mano y lo levantó, y el muchacho se puso de pie.
28 Cuando Jesús entró en casa, sus discípulos le preguntaron en privado:
—¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?
29 —Esta clase de demonios solo puede ser expulsada a fuerza de oración[b] —respondió Jesús.
30 Dejaron aquel lugar y pasaron por Galilea. Pero Jesús no quería que nadie lo supiera, 31 porque estaba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres. Lo matarán y a los tres días de muerto resucitará».
32 Pero ellos no entendían lo que quería decir con esto y tenían miedo de preguntarle.
¿Quién es el más importante?(D)
33 Llegaron a Capernaúm. Cuando ya estaba en casa, Jesús preguntó:
—¿Qué venían discutiendo por el camino?
34 Pero ellos se quedaron callados, porque en el camino habían discutido entre sí quién era el más importante.
35 Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo:
—Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.
36 Luego tomó a un niño y lo puso en medio de ellos. Abrazándolo, dijo:
37 —El que recibe en mi nombre a un niño como este me recibe a mí, y el que me recibe a mí no solo me recibe a mí, sino al que me envió.
El que no está contra nosotros está a favor de nosotros(E)
38 —Maestro —dijo Juan—, vimos a un hombre que expulsaba demonios en tu nombre y se lo impedimos, porque no es de los nuestros.[c]
39 —No se lo impidan —respondió Jesús—. Nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. 40 El que no está contra nosotros está a favor de nosotros. 41 Les aseguro que cualquiera que les dé un vaso de agua en mi nombre por ser ustedes de Cristo no perderá su recompensa.
El hacer pecar
42 »Pero si alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojaran al mar. 43 Y si tu mano te hace pecar, córtatela. Más te vale entrar en la vida manco que ir con las dos manos al infierno,[d] donde el fuego nunca se apaga. 44 [e] 45 Y si tu pie te hace pecar, córtatelo. Más te vale entrar en la vida cojo que ser arrojado con los dos pies al infierno. 46 [f] 47 Y si tu ojo te hace pecar, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos al infierno, 48 donde
»“no morirá el gusano que los devora
ni su fuego se apagará”.[g]
49 La sal con que todos serán sazonados es el fuego.
50 »La sal es buena, pero si deja de ser salada, ¿cómo le pueden volver a dar sabor? Que no falte la sal entre ustedes, para que puedan vivir en paz unos con otros».
Footnotes
- 9:14 Cuando llegaron … vieron. Var. Cuando llegó … vio.
- 9:29 oración. Var. oración y ayuno.
- 9:38 no es de los nuestros. Lit. no nos sigue.
- 9:43 al infierno. Lit. a la Gehenna; también en vv. 45 y 47.
- 9:44 Algunos manuscritos agregan lo siguiente: apaga, 44 donde “su gusano no muere, y el fuego no se apaga”. Véase 9:48.
- 9:46 Algunos manuscritos agregan lo siguiente: infierno, 46 donde “su gusano no muere, y el fuego no se apaga”. Véase 9:48.
- 9:48 Is 66:24.
Mark 9
New International Version
9 And he said to them, “Truly I tell you, some who are standing here will not taste death before they see that the kingdom of God has come(A) with power.”(B)
The Transfiguration(C)(D)
2 After six days Jesus took Peter, James and John(E) with him and led them up a high mountain, where they were all alone. There he was transfigured before them. 3 His clothes became dazzling white,(F) whiter than anyone in the world could bleach them. 4 And there appeared before them Elijah and Moses, who were talking with Jesus.
5 Peter said to Jesus, “Rabbi,(G) it is good for us to be here. Let us put up three shelters—one for you, one for Moses and one for Elijah.” 6 (He did not know what to say, they were so frightened.)
7 Then a cloud appeared and covered them, and a voice came from the cloud:(H) “This is my Son, whom I love. Listen to him!”(I)
8 Suddenly, when they looked around, they no longer saw anyone with them except Jesus.
9 As they were coming down the mountain, Jesus gave them orders not to tell anyone(J) what they had seen until the Son of Man(K) had risen from the dead. 10 They kept the matter to themselves, discussing what “rising from the dead” meant.
11 And they asked him, “Why do the teachers of the law say that Elijah must come first?”
12 Jesus replied, “To be sure, Elijah does come first, and restores all things. Why then is it written that the Son of Man(L) must suffer much(M) and be rejected?(N) 13 But I tell you, Elijah has come,(O) and they have done to him everything they wished, just as it is written about him.”
Jesus Heals a Boy Possessed by an Impure Spirit(P)
14 When they came to the other disciples, they saw a large crowd around them and the teachers of the law arguing with them. 15 As soon as all the people saw Jesus, they were overwhelmed with wonder and ran to greet him.
16 “What are you arguing with them about?” he asked.
17 A man in the crowd answered, “Teacher, I brought you my son, who is possessed by a spirit that has robbed him of speech. 18 Whenever it seizes him, it throws him to the ground. He foams at the mouth, gnashes his teeth and becomes rigid. I asked your disciples to drive out the spirit, but they could not.”
19 “You unbelieving generation,” Jesus replied, “how long shall I stay with you? How long shall I put up with you? Bring the boy to me.”
20 So they brought him. When the spirit saw Jesus, it immediately threw the boy into a convulsion. He fell to the ground and rolled around, foaming at the mouth.(Q)
21 Jesus asked the boy’s father, “How long has he been like this?”
“From childhood,” he answered. 22 “It has often thrown him into fire or water to kill him. But if you can do anything, take pity on us and help us.”
23 “‘If you can’?” said Jesus. “Everything is possible for one who believes.”(R)
24 Immediately the boy’s father exclaimed, “I do believe; help me overcome my unbelief!”
25 When Jesus saw that a crowd was running to the scene,(S) he rebuked the impure spirit. “You deaf and mute spirit,” he said, “I command you, come out of him and never enter him again.”
26 The spirit shrieked, convulsed him violently and came out. The boy looked so much like a corpse that many said, “He’s dead.” 27 But Jesus took him by the hand and lifted him to his feet, and he stood up.
28 After Jesus had gone indoors, his disciples asked him privately,(T) “Why couldn’t we drive it out?”
29 He replied, “This kind can come out only by prayer.[a]”
Jesus Predicts His Death a Second Time(U)
30 They left that place and passed through Galilee. Jesus did not want anyone to know where they were, 31 because he was teaching his disciples. He said to them, “The Son of Man(V) is going to be delivered into the hands of men. They will kill him,(W) and after three days(X) he will rise.”(Y) 32 But they did not understand what he meant(Z) and were afraid to ask him about it.
33 They came to Capernaum.(AA) When he was in the house,(AB) he asked them, “What were you arguing about on the road?” 34 But they kept quiet because on the way they had argued about who was the greatest.(AC)
35 Sitting down, Jesus called the Twelve and said, “Anyone who wants to be first must be the very last, and the servant of all.”(AD)
36 He took a little child whom he placed among them. Taking the child in his arms,(AE) he said to them, 37 “Whoever welcomes one of these little children in my name welcomes me; and whoever welcomes me does not welcome me but the one who sent me.”(AF)
Whoever Is Not Against Us Is for Us(AG)
38 “Teacher,” said John, “we saw someone driving out demons in your name and we told him to stop, because he was not one of us.”(AH)
39 “Do not stop him,” Jesus said. “For no one who does a miracle in my name can in the next moment say anything bad about me, 40 for whoever is not against us is for us.(AI) 41 Truly I tell you, anyone who gives you a cup of water in my name because you belong to the Messiah will certainly not lose their reward.(AJ)
Causing to Stumble
42 “If anyone causes one of these little ones—those who believe in me—to stumble,(AK) it would be better for them if a large millstone were hung around their neck and they were thrown into the sea.(AL) 43 If your hand causes you to stumble,(AM) cut it off. It is better for you to enter life maimed than with two hands to go into hell,(AN) where the fire never goes out.(AO) [44] [b] 45 And if your foot causes you to stumble,(AP) cut it off. It is better for you to enter life crippled than to have two feet and be thrown into hell.(AQ) [46] [c] 47 And if your eye causes you to stumble,(AR) pluck it out. It is better for you to enter the kingdom of God with one eye than to have two eyes and be thrown into hell,(AS) 48 where
49 Everyone will be salted(AU) with fire.
50 “Salt is good, but if it loses its saltiness, how can you make it salty again?(AV) Have salt among yourselves,(AW) and be at peace with each other.”(AX)
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