马可福音 14
Chinese Standard Bible (Simplified)
阴谋杀害耶稣
14 过两天就是逾越节和除酵节了。祭司长们和经文士们在图谋怎样用诡计拘捕耶稣,把他杀掉。 2 不过他们说:“不可在节日期间,免得民众发生骚乱。”
在伯大尼被膏抹
3 耶稣在伯大尼,在麻风病人西门家里坐席的时候,有一个女人拿着一个玉瓶进来。瓶里盛着[a]极其贵重的纯哪哒香液。她打破玉瓶,把香液浇在耶稣的头上。 4 有些人心里很不满,说:“为什么要这样浪费香液呢? 5 这香液本来可以卖三百多个银币[b],分给穷人。”他们就责备那女人。
6 耶稣说:“由她吧!你们为什么为难她呢?她为我做了一件美好的事。 7 要知道,你们总是有穷人与你们在一起,只要你们愿意,随时可以为他们做好事。但你们不总是有我。 8 她尽她所能的做了。她是为我的安葬,预先膏抹了我的身体。 9 我确实地告诉你们:在全世界,福音无论传到什么地方,这女人所做的事也将被述说,做为对她的记念。”
10 那时候,加略人犹大,就是十二使徒[c]中的一个,到祭司长们那里去,要把耶稣交给他们。 11 他们听了就欢喜,并且许诺给他银钱。于是犹大就图谋怎样找机会把耶稣交出去。
预备逾越节的晚餐
12 除酵节的第一日,就是人们宰杀逾越节羔羊的那一天,耶稣的门徒们问他:“你要我们到哪里去预备,好让你吃逾越节的晚餐呢?”
13 于是耶稣差派了他的两个门徒,对他们说:“你们进城去,会有一个人提着一罐水迎面而来,你们就跟着他。 14 他进哪一家,你们就对那家的主人说:‘老师问:我的客房,就是我与我的门徒们一起吃逾越节晚餐的客房在哪里呢?’ 15 他会给你们看楼上一间预备好的大房间。你们就在那里为我们预备吧。” 16 两个门徒出去,进了城,所看到的正如耶稣对他们所说的。他们就预备了逾越节的晚餐。
在逾越节被出卖
17 到了晚上,耶稣与十二使徒一起来了。 18 他们坐着吃饭的时候,耶稣说:“我确实地告诉你们:你们当中有一个人要出卖我,他正与我一起吃饭。”
19 他们开始感到忧伤,就一个接一个地问耶稣:“不会是我吧?”
20 耶稣对他们说:“是你们十二使徒中的一个。他正与我一同在盘子里蘸饼。 21 人子确实要离去,正如经上指着他所写的,但是出卖人子的那个人有祸了。对他来说,没有出生倒好。”
第一次圣餐
22 在他们吃的时候,耶稣拿起饼来,祝福了,就掰开,递给门徒们,说:“你们领受[d]吧,这是我的身体。”
23 接着,他拿起杯来,祝谢了,递给门徒们。他们都喝了。 24 耶稣对他们说:“这是我的血,是为立约[e]的,为许多人所流的。 25 我确实地告诉你们:我绝不再喝这葡萄汁[f],直到我在神的国里喝新的那一天。” 26 他们唱了赞美诗[g],就出来,往橄榄山去了。
预言彼得不认主
27 耶稣对他们说:“你们都将被绊倒[h],因为经上记着:
‘我将击打牧人,
羊群就被分散。’[i]
28 但是我复活以后,要在你们之前到加利利去。”
29 彼得对耶稣说:“即使所有的人被绊倒[j],我还是不会。”
30 可是耶稣对他说:“我确实地告诉你:今天,就在今夜,鸡叫两遍以前,你会三次不认我。”
31 彼得却坚决[k]地说:“就算我必须与你同死,我也绝不会不认你。”所有的门徒也都这么说。
园中的祷告
32 他们来到一个名叫客西马尼的地方。耶稣对他的门徒们说:“我祷告的时候,你们坐在这里。” 33 他带了彼得、雅各和约翰一起去。这时候,他开始忧惧起来,极其难过, 34 对他们说:“我的灵魂很忧伤,几乎要死。你们留在这里,要警醒。” 35 耶稣稍往前走,俯伏在地,祷告说,如果有可能,让那时刻离开他。 36 他说:“阿爸!父啊!在你,没有不可能的事,请把这杯从我这里拿走吧!但不要照我的意愿,而要照你的意愿。”
37 耶稣回来,看见他们睡着了,就对彼得说:“西门,你睡着了?难道你不能警醒一个小时吗? 38 要警醒祷告,免得陷入试探。你们心灵虽然愿意,肉体却是软弱的。”
39 耶稣又去祷告,说了同样的话。 40 他又回来,看见他们在睡觉,因为他们的眼皮发沉,也不知道要回答耶稣什么。 41 耶稣第三次回来,对他们说:“你们还在睡觉、休息吗?已经够了,时候到了!看哪,人子被交在[l]罪人的手里了。 42 起来,我们走吧!看,那出卖我的人快到了!”
犹大亲吻的暗号
43 耶稣还在说话的时候,忽然十二使徒之一的犹大来了。有一群人拿着刀剑和棍棒与他一起来,他们是祭司长们、经文士们和长老们所派来的。 44 那出卖耶稣的人已经和他们定了一个暗号,说:“我如果亲吻谁,谁就是那个人。你们把他抓住,小心地带走。” 45 犹大一到,就上前对耶稣说:“拉比!”然后亲吻了他。 46 他们就下手拘捕了耶稣。 47 站在旁边的一个门徒拔出刀来,向大祭司的奴仆砍去,削掉了他的一个耳朵。
48 耶稣对他们说:“你们带着刀剑和棍棒出来抓我,就像对付强盗那样吗? 49 我天天在圣殿里教导人,和你们在一起,而你们不抓我。不过这是为要应验那些经文。” 50 这时候,所有的门徒都离开他逃跑了。
51 有一个年轻人,赤身披上一块细麻布,跟在耶稣后面。那些人[m]就抓住他, 52 可是他却丢下麻布,赤着身子逃跑了。
在议员面前受审
53 他们把耶稣带到大祭司那里。所有的祭司长、长老和经文士都聚在一起。 54 彼得远远地跟着耶稣,直到进了大祭司的院子里。他与差役们一起坐在火边取暖。
55 当时,祭司长们和全议会的人为了要处死耶稣,都在寻找证据来控告他。可是他们找不出什么。 56 许多人做伪证诬告他,可是这些证词互相矛盾。 57 有一些人站起来做伪证控告他,说: 58 “我们听他说过‘我要拆毁这座人手所造的圣所,三天内另建一座不是人手所造的。’” 59 可是他们这个证词也是互相矛盾的。
60 于是大祭司就起来站到中间问耶稣,说:“对这些人控告你的事,你什么都不回应吗?” 61 耶稣沉默不语,什么也不回答。大祭司又问他,说:“你是基督——那当受颂赞者的儿子吗?”
62 耶稣说:“我就是。而且你们将看见人子坐在全能者的右边,在天上的云彩中来临。[n]”
63 大祭司就撕裂自己的衣服,说:“难道我们还需要什么见证人吗? 64 你们都听见了这亵渎的话。你们怎么看?”
他们都判定他是该死的。 65 接着,有些人开始向他吐唾沫,蒙住他的脸,用拳头打他,对他说:“你说预言吧!”差役们也用手掌打他。
彼得不认主
66 彼得正在下边院子里的时候,大祭司的一个女仆过来了。 67 她看见彼得在取暖,就注视着他,说:“你也与那个拿撒勒人耶稣是一伙的。”
68 彼得却否认说:“我既不明白,也不知道你在说什么。”于是他就出去,到了门廊。这时候,鸡叫了[o]。
69 那女仆看见他,又开始对站在旁边的人说:“这个人是与他们一伙的。”
70 彼得再次否认。过了一会儿,站在旁边的人又对彼得说:“你真的是与他们一伙的,因为你也是加利利人[p]。”
71 他就开始赌咒并起誓说:“我不认识你们所讲的这个人。”
72 立时,鸡叫了第二遍。彼得想起耶稣对他说过的话:“鸡叫两遍以前,你会三次不认我”,他就忍不住痛哭起来。
Footnotes
- 马可福音 14:3 瓶里盛着——辅助词语。
- 马可福音 14:5 三百多个银币——原文为“300多得拿利”。1得拿利=约1日工资的罗马银币。
- 马可福音 14:10 使徒——辅助词语。
- 马可福音 14:22 有古抄本附“吃”。
- 马可福音 14:24 约——有古抄本作“新约”。
- 马可福音 14:25 葡萄汁——或译作“葡萄酒”;原文直译“葡萄树的产品”。
- 马可福音 14:26 赞美诗——那时代的逾越节晚餐时、晚餐后,所唱的赞美诗是《诗篇》113-118篇。
- 马可福音 14:27 你们都将被绊倒——有古抄本作“今天晚上,你们都将因我被绊倒”。
- 马可福音 14:27 《撒迦利亚书》13:7。
- 马可福音 14:29 被绊倒——或译作“放弃信仰”。
- 马可福音 14:31 坚决——有古抄本作“更加坚决”。
- 马可福音 14:41 被交在——或译作“被出卖到”。
- 马可福音 14:51 那些人——有古抄本作“一些年轻人”。
- 马可福音 14:62 《诗篇》110:1;《但以理书》7:13。
- 马可福音 14:68 有古抄本没有“这时候,鸡叫了”。
- 马可福音 14:70 有古抄本附“你的口音相像”。
Marcos 14
Reina-Valera 1960
El complot para prender a Jesús
(Mt. 26.1-5; Lc. 22.1-2; Jn. 11.45-53)
14 Dos días después era la pascua,(A) y la fiesta de los panes sin levadura; y buscaban los principales sacerdotes y los escribas cómo prenderle por engaño y matarle. 2 Y decían: No durante la fiesta para que no se haga alboroto del pueblo.
Jesús es ungido en Betania
(Mt. 26.6-13; Jn. 12.1-8)
3 Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.(B) 4 Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? 5 Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella. 6 Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho. 7 Siempre tendréis a los pobres con vosotros,(C) y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis. 8 Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. 9 De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que esta ha hecho, para memoria de ella.
Judas ofrece entregar a Jesús
(Mt. 26.14-16; Lc. 22.3-6)
10 Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregárselo. 11 Ellos, al oírlo, se alegraron, y prometieron darle dinero. Y Judas buscaba oportunidad para entregarle.
Institución de la Cena del Señor
(Mt. 26.17-29; Lc. 22.7-23; Jn. 13.21-30; 1 Co. 11.23-26)
12 El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos a preparar para que comas la pascua? 13 Y envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle, 14 y donde entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? 15 Y él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad para nosotros allí. 16 Fueron sus discípulos y entraron en la ciudad, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua.
17 Y cuando llegó la noche, vino él con los doce. 18 Y cuando se sentaron a la mesa, mientras comían, dijo Jesús: De cierto os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar. 19 Entonces ellos comenzaron a entristecerse, y a decirle uno por uno: ¿Seré yo? Y el otro: ¿Seré yo? 20 Él, respondiendo, les dijo: Es uno de los doce, el que moja conmigo en el plato. 21 A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él,(D) mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.
22 Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo. 23 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos. 24 Y les dijo: Esto es mi sangre(E) del nuevo pacto,(F) que por muchos es derramada. 25 De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios.
Jesús anuncia la negación de Pedro
(Mt. 26.30-35; Lc. 22.31-34; Jn. 13.36-38)
26 Cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos. 27 Entonces Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas.(G) 28 Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.(H) 29 Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen, yo no. 30 Y le dijo Jesús: De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces. 31 Mas él con mayor insistencia decía: Si me fuere necesario morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo.
Jesús ora en Getsemaní
(Mt. 26.36-46; Lc. 22.39-46)
32 Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. 33 Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. 34 Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad. 35 Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. 36 Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. 37 Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? 38 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. 39 Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras. 40 Al volver, otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle. 41 Vino la tercera vez, y les dijo: Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores. 42 Levantaos, vamos; he aquí, se acerca el que me entrega.
Arresto de Jesús
(Mt. 26.47-56; Lc. 22.47-53; Jn. 18.2-11)
43 Luego, hablando él aún, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de los ancianos. 44 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ese es; prendedle, y llevadle con seguridad. 45 Y cuando vino, se acercó luego a él, y le dijo: Maestro, Maestro. Y le besó. 46 Entonces ellos le echaron mano, y le prendieron. 47 Pero uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja. 48 Y respondiendo Jesús, les dijo: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? 49 Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo,(I) y no me prendisteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras. 50 Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.
El joven que huyó
51 Pero cierto joven le seguía, cubierto el cuerpo con una sábana; y le prendieron; 52 mas él, dejando la sábana, huyó desnudo.
Jesús ante el concilio
(Mt. 26.57-68; Lc. 22.54-55,63-71; Jn. 18.12-14,19-24)
53 Trajeron, pues, a Jesús al sumo sacerdote; y se reunieron todos los principales sacerdotes y los ancianos y los escribas. 54 Y Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; y estaba sentado con los alguaciles, calentándose al fuego. 55 Y los principales sacerdotes y todo el concilio buscaban testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte; pero no lo hallaban. 56 Porque muchos decían falso testimonio contra él, mas sus testimonios no concordaban. 57 Entonces levantándose unos, dieron falso testimonio contra él, diciendo: 58 Nosotros le hemos oído decir: Yo derribaré este templo hecho a mano, y en tres días edificaré otro hecho sin mano.(J) 59 Pero ni aun así concordaban en el testimonio. 60 Entonces el sumo sacerdote, levantándose en medio, preguntó a Jesús, diciendo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti? 61 Mas él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito? 62 Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.(K) 63 Entonces el sumo sacerdote, rasgando su vestidura, dijo: ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? 64 Habéis oído la blasfemia; ¿qué os parece? Y todos ellos le condenaron, declarándole ser digno de muerte.(L) 65 Y algunos comenzaron a escupirle, y a cubrirle el rostro y a darle de puñetazos, y a decirle: Profetiza. Y los alguaciles le daban de bofetadas.
Pedro niega a Jesús
(Mt. 26.69-75; Lc. 22.55-62; Jn. 18.15-18,25-27)
66 Estando Pedro abajo, en el patio, vino una de las criadas del sumo sacerdote; 67 y cuando vio a Pedro que se calentaba, mirándole, dijo: Tú también estabas con Jesús el nazareno. 68 Mas él negó, diciendo: No le conozco, ni sé lo que dices. Y salió a la entrada; y cantó el gallo. 69 Y la criada, viéndole otra vez, comenzó a decir a los que estaban allí: Este es de ellos. 70 Pero él negó otra vez. Y poco después, los que estaban allí dijeron otra vez a Pedro: Verdaderamente tú eres de ellos; porque eres galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de ellos. 71 Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre de quien habláis. 72 Y el gallo cantó la segunda vez. Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba.
Marcos 14
Dios Habla Hoy
Conspiración para arrestar a Jesús(A)
14 Faltaban dos días para la fiesta de la Pascua, cuando se come el pan sin levadura. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley buscaban la manera de arrestar a Jesús por medio de algún engaño, y matarlo. 2 Pues algunos decían:
—No durante la fiesta, para que la gente no se alborote.
Una mujer derrama perfume sobre Jesús(B)
3 Jesús había ido a Betania, a casa de Simón, al que llamaban el leproso. Mientras estaba sentado a la mesa, llegó una mujer que llevaba un frasco de alabastro lleno de perfume de nardo puro, de mucho valor. Rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús. 4 Algunos de los presentes se enojaron, y se dijeron unos a otros:
—¿Por qué se ha desperdiciado este perfume? 5 Podía haberse vendido por el equivalente al salario de trescientos días, para ayudar a los pobres.
Y criticaban a aquella mujer.
6 Pero Jesús dijo:
—Déjenla; ¿por qué la molestan? Ha hecho una obra buena conmigo. 7 Pues a los pobres siempre los tendrán entre ustedes, y pueden hacerles bien cuando quieran; pero a mí no siempre me van a tener. 8 Esta mujer ha hecho lo que ha podido: ha perfumado mi cuerpo de antemano para mi entierro. 9 Les aseguro que en cualquier lugar del mundo donde se anuncie la buena noticia, se hablará también de lo que hizo esta mujer, y así será recordada.
Judas traiciona a Jesús(C)
10 Judas Iscariote, uno de los doce discípulos, fue a ver a los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús. 11 Al oírlo, se alegraron y prometieron darle dinero a Judas, que comenzó a buscar el momento más oportuno de entregar a Jesús.
La Cena del Señor(D)
12 El primer día de la fiesta en que se comía el pan sin levadura, cuando se sacrificaba el cordero de Pascua, los discípulos de Jesús le preguntaron:
—¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?
13 Entonces envió a dos de sus discípulos, diciéndoles:
—Vayan a la ciudad. Allí encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo, 14 y donde entre, digan al dueño de la casa: “El Maestro pregunta: ¿Cuál es el cuarto donde voy a comer con mis discípulos la cena de Pascua?” 15 Él les mostrará en el piso alto un cuarto grande, arreglado y ya listo para la cena. Prepárennos allí lo necesario.
16 Los discípulos salieron y fueron a la ciudad. Lo encontraron todo como Jesús les había dicho, y prepararon la cena de Pascua.
17 Al anochecer llegó Jesús con los doce discípulos. 18 Mientras estaban a la mesa, comiendo, Jesús les dijo:
—Les aseguro que uno de ustedes, que está comiendo conmigo, me va a traicionar.
19 Ellos se pusieron tristes, y comenzaron a preguntarle uno por uno:
—¿Acaso seré yo?
20 Jesús les contestó:
—Es uno de los doce, que está mojando el pan en el mismo plato que yo. 21 El Hijo del hombre ha de recorrer el camino que dicen las Escrituras; pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Hubiera sido mejor para él no haber nacido.
22 Mientras comían, Jesús tomó en sus manos el pan y, habiendo pronunciado la bendición, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo:
—Tomen, esto es mi cuerpo.
23 Luego tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, se la pasó a ellos, y todos bebieron. 24 Les dijo:
—Esto es mi sangre, con la que se confirma la alianza, sangre que es derramada en favor de muchos. 25 Les aseguro que no volveré a beber del producto de la vid, hasta el día en que beba el vino nuevo en el reino de Dios.
Jesús anuncia que Pedro lo negará(E)
26 Después de cantar los salmos, se fueron al Monte de los Olivos. 27 Jesús les dijo:
—Todos ustedes van a perder su fe en mí. Así lo dicen las Escrituras: “Mataré al pastor, y las ovejas se dispersarán.” 28 Pero cuando yo resucite, los volveré a reunir en Galilea.
29 Pedro le dijo:
—Aunque todos pierdan su fe, yo no.
30 Jesús le contestó:
—Te aseguro que esta misma noche, antes que cante el gallo por segunda vez, me negarás tres veces.
31 Pero él insistía:
—Aunque tenga que morir contigo, no te negaré.
Y todos decían lo mismo.
Jesús ora en Getsemaní(F)
32 Luego fueron a un lugar llamado Getsemaní. Jesús dijo a sus discípulos:
—Siéntense aquí, mientras yo voy a orar.
33 Y se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, y comenzó a sentirse muy afligido y angustiado. 34 Les dijo:
—Siento en mi alma una tristeza de muerte. Quédense ustedes aquí, y permanezcan despiertos.
35 En seguida Jesús se fue un poco más adelante, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y pidió a Dios que, de ser posible, no le llegara ese momento. 36 En su oración decía: «Abbá, Padre, para ti todo es posible: líbrame de este trago amargo; pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.»
37 Luego volvió a donde ellos estaban, y los encontró dormidos. Le dijo a Pedro:
—Simón, ¿estás durmiendo? ¿Ni siquiera una hora pudiste mantenerte despierto? 38 Manténganse despiertos y oren, para que no caigan en tentación. Ustedes tienen buena voluntad, pero son débiles.
39 Se fue otra vez, y oró repitiendo las mismas palabras. 40 Cuando volvió, encontró otra vez dormidos a los discípulos, porque sus ojos se les cerraban de sueño. Y no sabían qué contestarle. 41 Volvió por tercera vez, y les dijo:
—¿Siguen ustedes durmiendo y descansando? Ya basta, ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. 42 Levántense, vámonos; ya se acerca el que me traiciona.
Arrestan a Jesús(G)
43 Todavía estaba hablando Jesús cuando Judas, uno de los doce discípulos, llegó acompañado de mucha gente armada con espadas y con palos. Iban de parte de los jefes de los sacerdotes, de los maestros de la ley y de los ancianos. 44 Judas, el traidor, les había dado una contraseña, diciéndoles: «Al que yo bese, ése es; arréstenlo y llévenselo bien sujeto.» 45 Así que se acercó a Jesús y le dijo:
—¡Maestro!
Y lo besó. 46 Entonces le echaron mano a Jesús y lo arrestaron.
47 Pero uno de los que estaban allí sacó su espada y le cortó una oreja al criado del sumo sacerdote. 48 Y Jesús preguntó a la gente:
—¿Por qué han venido ustedes con espadas y con palos a arrestarme, como si yo fuera un bandido? 49 Todos los días he estado entre ustedes enseñando en el templo, y nunca me arrestaron. Pero esto sucede para que se cumplan las Escrituras.
50 Todos los discípulos dejaron solo a Jesús, y huyeron. 51 Pero un joven lo seguía, cubierto sólo con una sábana. A éste lo agarraron, 52 pero él soltó la sábana y escapó desnudo.
Jesús ante la Junta Suprema(H)
53 Llevaron entonces a Jesús ante el sumo sacerdote, y se juntaron todos los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley. 54 Pedro lo siguió de lejos hasta dentro del patio de la casa del sumo sacerdote, y se quedó sentado con los guardianes del templo, calentándose junto al fuego.
55 Los jefes de los sacerdotes y toda la Junta Suprema buscaban alguna prueba para condenar a muerte a Jesús; pero no la encontraban. 56 Porque aunque muchos presentaban falsos testimonios contra él, se contradecían unos a otros. 57 Algunos se levantaron y lo acusaron falsamente, diciendo:
58 —Nosotros lo hemos oído decir: “Yo voy a destruir este templo que hicieron los hombres, y en tres días levantaré otro no hecho por los hombres.”
59 Pero ni aun así estaban de acuerdo en lo que decían.
60 Entonces el sumo sacerdote se levantó en medio de todos, y preguntó a Jesús:
—¿No contestas nada? ¿Qué es esto que están diciendo contra ti?
61 Pero Jesús se quedó callado, sin contestar nada. El sumo sacerdote volvió a preguntarle:
—¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Dios bendito?
62 Jesús le dijo:
—Sí, yo soy. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo.
63 Entonces el sumo sacerdote se rasgó las ropas en señal de indignación, y dijo:
—¿Qué necesidad tenemos de más testigos? 64 Ustedes lo han oído decir palabras ofensivas contra Dios. ¿Qué les parece?
Todos estuvieron de acuerdo en que era culpable y debía morir.
65 Algunos comenzaron a escupirlo, y a taparle los ojos y golpearlo, diciéndole:
—¡Adivina quién te pegó!
Y los guardianes del templo le pegaron en la cara.
Pedro niega conocer a Jesús(I)
66 Pedro estaba abajo, en el patio. En esto llegó una de las sirvientas del sumo sacerdote; 67 y al ver a Pedro, que se estaba calentando junto al fuego, se quedó mirándolo y le dijo:
—Tú también andabas con Jesús, el de Nazaret.
68 Pedro lo negó, diciendo:
—No lo conozco, ni sé de qué estás hablando.
Y salió fuera, a la entrada. Entonces cantó un gallo. 69 La sirvienta vio otra vez a Pedro y comenzó a decir a los demás:
—Éste es uno de ellos.
70 Pero él volvió a negarlo. Poco después, los que estaban allí dijeron de nuevo a Pedro:
—Seguro que tú eres uno de ellos, pues también eres de Galilea.
71 Entonces Pedro comenzó a jurar y perjurar, diciendo:
—¡No conozco a ese hombre de quien ustedes están hablando!
72 En aquel mismo momento cantó el gallo por segunda vez, y Pedro se acordó de que Jesús le había dicho: «Antes que cante el gallo por segunda vez, me negarás tres veces.» Y se echó a llorar.
Marcos 14
Traducción en lenguaje actual
Un plan contra Jesús
14 Faltaban dos días para que se celebrara la fiesta de la Pascua. A esta fiesta también se le llamaba fiesta de los panes sin levadura. En esos días, los sacerdotes principales y los maestros de la Ley buscaban la manera de engañar a Jesús, para poder arrestarlo y matarlo. 2 Decían entre ellos: «Vamos a hacerlo, pero no durante la fiesta, no sea que la gente se alborote y se ponga en contra de nosotros.»
Una mujer derrama perfume sobre Jesús
3 Jesús estaba en el pueblo de Betania, en casa de Simón, el que había tenido lepra. Mientras Jesús comía, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro. Se acercó a él, rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús.
4 Algunos de los que estaban allí se enojaron y dijeron: «¡Qué desperdicio tan grande! 5 Ese perfume se hubiera podido vender por trescientas monedas de plata, y con el dinero podríamos haber ayudado a muchos pobres.»
Y se pusieron a criticar a la mujer, 6 pero Jesús les dijo:
«¡Déjenla tranquila! ¿Por qué la molestan? Ella hizo por mí algo bueno. 7 Cerca de ustedes siempre habrá gente pobre, y podrán ayudarla cuando lo deseen. Pero muy pronto ya no estaré con ustedes. 8 Esta mujer hizo lo único que podía hacer: derramó perfume sobre mi cabeza, sin saber que estaba preparando mi cuerpo para mi entierro. 9 Les aseguro que esto que ella hizo, se recordará en todos los lugares donde se anuncien las buenas noticias de Dios.»
Judas traiciona a Jesús
10 Judas Iscariote, uno de los doce discípulos, fue a ver a los sacerdotes principales y les prometió ayudarlos para arrestar a Jesús. 11 Ellos se alegraron al oír esto, y le ofrecieron dinero. Y desde ese momento, Judas buscaba una buena oportunidad para entregarles a Jesús.
Una cena inolvidable
12 En el primer día de la fiesta de los panes sin levadura se sacrificaba el cordero de la Pascua. Ese día, los discípulos le preguntaron a Jesús:
—¿Dónde quieres que preparemos la cena de la Pascua?
13-14 Jesús les dijo a dos de ellos:
—Vayan a Jerusalén; allí verán a un hombre que lleva un jarrón de agua. Síganlo hasta la casa donde entre, y díganle al dueño de la casa: “El Maestro quiere saber dónde está la sala en la que va a comer con sus discípulos en la noche de la Pascua.” 15 Él les mostrará una sala grande y arreglada en el piso de arriba. Preparen allí todo.
16 Los dos discípulos fueron a la ciudad y encontraron todo tal como Jesús les había dicho, y prepararon la cena de la Pascua.
17 Al anochecer, Jesús y los doce discípulos fueron al salón. 18 Mientras cenaban, Jesús dijo:
—El que va a entregarme a mis enemigos, está aquí cenando conmigo.
19 Los discípulos se pusieron muy tristes, y cada uno le dijo:
—No estarás acusándome a mí, ¿verdad?
20 Jesús respondió:
—Es uno de ustedes, y ahora mismo está mojando su pan en el mismo plato que yo. 21 La Biblia dice claramente que yo, el Hijo del hombre, tengo que morir. Sin embargo, al que me traiciona va a pasarle algo muy terrible. ¡Más le valdría no haber nacido!
22 Mientras estaban comiendo, Jesús tomó un pan y dio gracias a Dios. Luego lo partió, lo dio a sus discípulos y les dijo:
«Tomen, esto es mi cuerpo.»
23 Después tomó una copa llena de vino y dio gracias a Dios. Luego la pasó a los discípulos, y todos bebieron de ella. 24 Jesús les dijo:
«Esto es mi sangre, y con ella Dios hace un trato con todos ustedes. Esta sangre servirá para que muchos puedan ser salvos. 25 Será la última vez que yo beba este vino con ustedes. Pero cuando estemos juntos otra vez en el reino de Dios, entonces beberemos del vino nuevo.»
Pedro promete no dejar a Jesús
26 Después cantaron un himno y se fueron al Monte de los Olivos, 27 y cuando llegaron, Jesús dijo a sus discípulos:
—Todos ustedes van a perder su confianza en mí. Porque la Biblia dice:
“Mataré a mi mejor amigo,
y así mi pueblo se dispersará.”
28 »Pero después de que Dios me devuelva la vida, iré a Galilea antes que ustedes.
29 Entonces Pedro le dijo:
—Aunque todos te abandonen, yo no te abandonaré.
30 Jesús le respondió:
—Pedro, no estés muy seguro de eso; antes de que el gallo cante dos veces, tú habrás dicho tres veces que no me conoces.
31 Pero Pedro insistió:
—Aunque tenga que morir, nunca diré que no te conozco.
Los demás discípulos decían lo mismo.
Jesús ora con mucha tristeza
32 Jesús y sus discípulos fueron a un lugar llamado Getsemaní, y él les dijo: «Quédense aquí mientras yo voy a orar.»
33 Jesús invitó a Pedro, a Santiago y a Juan, para que lo acompañaran. Empezó a sentirse muy, pero muy triste, 34 y les dijo a los tres: «Estoy muy triste, y siento que me voy a morir; quédense aquí y no se duerman.»
35-36 Jesús se alejó un poco de ellos, se arrodilló y oró a Dios: «¡Padre!, ¡papá!, si fuera posible, no me dejes sufrir. Para ti todo es posible. ¡Cómo deseo que me libres de este sufrimiento! Pero que no suceda lo que yo quiero, sino lo que quieras tú.»
37 Jesús regresó a donde estaban los tres discípulos, y los encontró durmiendo. Entonces le dijo a Pedro:
«Simón, ¿te has quedado dormido? ¿No pudiste quedarte despierto ni una hora? 38 No se duerman; oren para que puedan resistir la prueba que se acerca. Ustedes quieren hacer lo bueno, pero no pueden hacerlo con sus propias fuerzas.»
39 Jesús se apartó otra vez, y repitió la misma oración. 40 Cuando regresó a donde estaban los tres discípulos, otra vez los encontró dormidos, pues estaban muy cansados. Jesús los despertó, pero ellos no sabían qué decir. 41 Luego fue a orar por tercera vez, y cuando volvió les dijo: «¿Siguen descansando y durmiendo? ¡Levántense! Ya vienen los hombres malvados para arrestarme a mí, el Hijo del hombre. 42 Levántense y vengan conmigo, que allí viene el que me va a entregar.»
Los enemigos apresan a Jesús
43 Todavía estaba hablando Jesús cuando llegó Judas, uno de los doce discípulos. Con él venían muchos hombres armados con cuchillos y palos. Los sacerdotes principales, los maestros de la Ley y los líderes judíos los habían enviado. 44 Judas ya les había dicho: «Al que yo bese, ése es Jesús. Arréstenlo y llévenselo bien atado.»
45 Judas se acercó a Jesús y le dijo: «¡Maestro!» Y lo besó.
46 Los hombres arrestaron a Jesús. 47 Pero uno de los que estaban allí sacó su espada, y le cortó una oreja al sirviente del jefe de los sacerdotes.
48 Luego Jesús preguntó a la gente:
—¿Por qué han venido con cuchillos y palos, como si fuera yo un criminal? 49 Todos los días estuve enseñando en el templo, y allí nunca me apresaron. Pero todo esto debe suceder así, para que se cumpla lo que dice la Biblia.
50 En ese momento, todos los discípulos abandonaron a Jesús y huyeron. 51 Uno de ellos era un joven que estaba cubierto sólo con una sábana. Cuando los soldados lo apresaron, 52 él dejó tirada la sábana y escapó desnudo.
El juicio contra Jesús
53-54 Pedro siguió a Jesús desde lejos, y llegó hasta el patio del palacio del jefe de los sacerdotes. Allí se sentó con los guardias junto al fuego, para calentarse.
Mientras tanto, los que habían arrestado a Jesús lo llevaron ante el jefe de los sacerdotes. Allí estaban reunidos los sacerdotes principales, los líderes judíos y los maestros de la Ley.
55 Los sacerdotes principales y todos los miembros de la Junta Suprema buscaban a alguien que acusara a Jesús, para poder condenarlo a muerte; pero no lo encontraban. 56 Muchos vinieron con mentiras en contra de Jesús, pero se contradecían entre ellos. 57 Algunos se pusieron en pie y mintieron diciendo: 58 «Nosotros oímos a Jesús decir que él iba a destruir este templo que nosotros hicimos. Él mismo dijo que en tres días iba a construir otro templo, sin la ayuda de nadie.» 59 Pero ni en eso se ponían de acuerdo los que acusaban a Jesús.
60 Entonces el jefe de los sacerdotes se puso de pie y le preguntó a Jesús:
—¿Oíste bien de qué te acusan? ¿Qué puedes decir para defenderte?
61 Pero Jesús no respondió nada, sino que se quedó callado.
El jefe de los sacerdotes volvió a preguntarle:
—¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Dios que todos adoran?
62 Jesús le respondió:
—Así es. Y ustedes verán cuando yo, el Hijo del hombre, venga en las nubes del cielo con el poder y la autoridad que me da el Dios todopoderoso.
63-64 Al escuchar esto, el jefe de los sacerdotes se rasgó la ropa en demostración de enojo, y dijo:
—¿Qué les parece? ¿Qué deciden? Dice que él es Dios. ¡Ya no necesitamos más pruebas!
Y todos estuvieron de acuerdo en que Jesús debía morir. 65 Algunos empezaron a escupir a Jesús. Le tapaban los ojos, lo golpeaban y le decían: «¡Adivina quién te pegó!»
Luego, los soldados del templo se hicieron cargo de Jesús y lo recibieron a bofetadas.
Pedro niega que conoce a Jesús
66 Mientras pasaba todo esto, Pedro estaba en el patio del palacio. De pronto llegó una sirvienta del jefe de los sacerdotes, 67 y vio a Pedro calentándose junto al fuego; lo miró fijamente y le dijo:
—Tú siempre estabas con Jesús, el hombre de Nazaret.
68 Pedro respondió:
—Eso no es cierto; ¡no sé de qué me hablas!
Y se fue a la entrada del patio. En ese momento el gallo cantó. 69 Un poco más tarde, la sirvienta volvió a ver a Pedro, y dijo a los que estaban allí:
—Este hombre es uno de los seguidores de Jesús.
70 Pedro volvió a negarlo.
Un poco más tarde, algunos de los que estaban por allí le dijeron a Pedro:
—Estamos seguros de que tú eres uno de los seguidores de Jesús; tú también eres de la región de Galilea.
71 Pedro les contestó con más fuerza:
—¡Ya les dije que no conozco a ese hombre! ¡Que Dios me castigue si no estoy diciendo la verdad!
72 En ese momento, el gallo cantó por segunda vez, y Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: «Antes de que el gallo cante dos veces, tú habrás dicho tres veces que no me conoces.» Y Pedro se puso a llorar con mucha tristeza.
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