谋害耶稣

14 再过两天就是逾越节和除酵节,祭司长和律法教师正暗暗地找机会拘捕、杀害耶稣。

他们说:“我们不能在节期那天下手,以免在百姓中引起骚乱。”

耶稣受膏

耶稣在伯大尼村患过麻风病的西门家里吃饭,有个女人带了一瓶极贵重的纯哪哒香膏进来,把玉瓶打破,将香膏倒在耶稣头上。 有些人生气地彼此议论说:“为什么这样浪费? 这瓶香膏可以卖三百多个银币[a]来周济穷人。”他们就责备那女人。

耶稣说:“随她吧!何必为难她呢?她在我身上做的是一件美事。 因为你们身边总会有穷人,你们随时都可以帮助他们,可是你们身边不会总有我。 她做了自己能做的。她是为我的安葬做准备,提前用香膏抹了我的身体。 我实在告诉你们,无论福音传到世界哪个角落,人们都会传扬这女人的事迹,纪念她。”

犹大出卖耶稣

10 十二门徒当中的加略人犹大去见祭司长,要把耶稣出卖给他们。 11 他们听了喜出望外,答应给他酬金。于是犹大伺机出卖耶稣。

最后的晚餐

12 除酵节的第一天,就是宰杀逾越节羔羊的那天,门徒问耶稣:“我们该到什么地方为你准备逾越节的晚餐呢?”

13 耶稣就派了两个门徒,并嘱咐他们:“你们进城会看到一个人带着一瓶水迎面而来,你们就跟着他。 14 他进哪一家,你们也跟着进去,对那家的主人说,‘我们的老师问你,祂的客房在哪里,祂要和门徒在里面吃逾越节的晚餐。’ 15 主人会带你们到楼上一间布置整齐的大房间,你们就在那里准备吧。”

16 两个门徒出去,进了城,所遇见的果然和耶稣所说的一样。他们预备了逾越节的晚餐。

17 傍晚时分,耶稣带着十二门徒来了。 18 用餐的时候,耶稣说:“我实在告诉你们,你们中间有一个人要出卖我,他现在正和我同桌吃饭。”

19 他们听了都感到不安,一个一个地问耶稣:“不是我吧?” 20 耶稣说:“是你们十二个人中的一个,他现在正和我一起在盘子里蘸饼吃。 21 人子一定会受害,正如圣经的记载,但出卖人子的人有祸了,他还不如不生在这世上!”

22 他们吃的时候,耶稣拿起饼来,祝谢后,便掰开,分给门徒,说:“拿去吃吧!这是我的身体。” 23 接着又拿起杯来,祝谢后,递给他们,他们都喝了。 24 耶稣说:“这是我为万人所流的立约之血。 25 我实在告诉你们,从今天起,一直到我在上帝的国喝新酒的那天之前,我不会再喝这葡萄酒。”

26 他们唱完诗歌,就出门去了橄榄山。

预言彼得不认主

27 耶稣对他们说:“你们都要背弃我,因为圣经上说,

“‘我要击打牧人,
羊群将四散。’

28 但我复活后,要先你们一步去加利利。”

29 彼得说:“即使所有人都背弃你,我也决不会背弃你!”

30 耶稣说:“我实在告诉你,就在今天晚上鸡叫两次以前,你会三次不认我。”

31 彼得郑重地说:“就算要我跟你一起死,我也不会不认你。”其他门徒也都这样说。

客西马尼园的祷告

32 他们到了客西马尼园,耶稣对门徒说:“你们坐在这里,我要去祷告。”

33 于是耶稣带着彼得、雅各和约翰向前走。祂觉得极其难过,非常伤痛, 34 说:“我心里非常忧伤,几乎要死,你们留在这里警醒。” 35 耶稣往前走了不远,俯伏在地祷告,如果可以,不要让那时刻临到祂。

36 祂说:“阿爸,父啊,你无所不能,求你撤去此杯。然而,愿你的旨意成就,而非我的意愿。”

37 祂回来,见他们都睡着了,就对彼得说:“西门,你在睡觉吗?你不能警醒一时吗? 38 你们要警醒祷告,免得陷入诱惑。你们的心灵虽然愿意,肉体却很软弱。”

39 耶稣又去祷告,所祈求的跟上次一样。 40 祂回来时见他们又睡着了,因为他们困得眼皮发沉,也不知道对祂说什么。 41 祂第三次祷告回来后,对他们说:“你们还在睡觉休息吗?够了,时候到了,看啊,人子要被出卖、交在罪人的手里了。 42 起来,我们走吧。看啊,出卖我的人已经来了!”

耶稣被捕

43 耶稣还在说话的时候,十二门徒之一的犹大已带了一群人拿着刀棍迎面而来。他们奉了祭司长、律法教师和长老之命来捉拿耶稣。 44 出卖耶稣的犹大预先和他们定了暗号,说:“我亲吻谁,谁就是耶稣,你们把祂抓起来,小心押走。”

45 犹大随即走到耶稣跟前说:“老师。”然后就亲吻耶稣。 46 其他人就下手捉拿耶稣。 47 站在旁边的一个门徒拔出刀朝大祭司的奴仆砍去,削掉了他一只耳朵。

48 耶稣问那群人:“你们像对付强盗一样拿着刀棍来抓我吗? 49 我天天和你们在一起,在圣殿里教导人,你们没有来抓我。你们现在这样做是要应验圣经的话。”

50 那时,门徒都撇下耶稣,各自逃命去了。 51 只有一个身上披着一块麻布的青年跟着耶稣。他们上去捉他, 52 他丢了那块麻布,赤身逃走了。

大祭司审问耶稣

53 他们把耶稣押到大祭司那里,众祭司长、长老和律法教师都来了。 54 那时彼得远远地跟着耶稣,一直来到大祭司的院子,与卫兵们坐在一起烤火。 55 祭司长和全公会的人正在寻找证据控告耶稣,要定祂死罪,只是找不到。 56 不少人作伪证控告祂,他们的证词却不一致。 57 后来,有几个人站起来作伪证说: 58 “我们听见祂说,‘我要拆毁这座人手建造的圣殿,三天内不靠人力另造一座。’” 59 即使这样,他们的证词也不一致。

60 最后,大祭司在众人面前站起来质问耶稣:“你不回答吗?这些人作证控告你的是什么呢?”

61 耶稣还是沉默不语,什么也不答。大祭司又问祂:“你是那当受称颂者的儿子基督吗?” 62 耶稣说:“我是!将来你们要看见人子坐在全能上帝的右边,驾着天上的云降临。”

63 大祭司便撕裂衣服,说:“我们还需要什么证人呢? 64 你们听见祂说亵渎的话了,你们看怎么办?”他们都判祂死罪。

65 有几个人向祂吐唾沫,蒙上祂的眼睛,挥拳打祂,嘲笑祂说:“你说预言吧!”卫兵押祂下去时,也打祂。

彼得三次不认耶稣

66 那时,彼得仍在院子里,大祭司的一个婢女走过来, 67 见彼得在烤火,打量了他一番,说:“你也是那个拿撒勒人耶稣的同伙。”

68 “我不知道也不明白你在说什么!”彼得一边否认,一边躲到外院去。那时,鸡叫了。

69 一会儿,那婢女又看见彼得,就对旁边的人说:“他是跟他们一伙的!” 70 彼得又加以否认。

再过了一会儿,旁观的人也指着彼得说:“你一定是跟他们一伙的,因为你也是加利利人!”

71 彼得又赌咒又发誓,说:“我根本不认识你们说的这个人。” 72 就在这时候,鸡又叫了。彼得突然想起耶稣曾对他说:“在鸡叫两次以前,你会三次不认我”,忍不住痛哭起来。

Footnotes

  1. 14:5 三百多个银币”相当于当时人们一年的工钱。

Planean matar a Jesús

(Mt 26:1-5; Lc 22:1-2; Jn 11:45-53)

14 Faltaban dos días para la fiesta de la Pascua y de los Panes sin Levadura. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley empezaron a buscar una manera de arrestar a Jesús mediante algún engaño y matarlo. Pero decían: «No lo hagamos durante la fiesta para que no haya un disturbio entre el pueblo».

Una mujer echa perfume sobre Jesús

(Mt 26:6-13; Jn 12:1-8)

Jesús estaba en Betania comiendo en la casa de un hombre llamado Simón el leproso. En eso llegó una mujer con un frasco de alabastro que contenía un costoso perfume en aceite hecho de nardo puro. Ella rompió el frasco y derramó el aceite sobre la cabeza de Jesús.

Algunos de los que estaban allí se enojaron y se dijeron entre ellos:

—¿Por qué desperdiciar el perfume en aceite de esa manera? Podría haberlo vendido por el equivalente a casi un año de salario[a] y dar el dinero a los pobres.

Todos la criticaban.

Pero Jesús dijo:

—¡Déjenla en paz! ¿Por qué la molestan? Ella ha hecho algo maravilloso para mí. Pues siempre tendrán a los pobres con ustedes[b] y los pueden ayudar en cualquier momento; pero no siempre me tendrán a mí. Ella hizo lo que podía: derramó de antemano aceite sobre mi cuerpo preparándolo para mi entierro. Les digo la verdad: en cualquier parte del mundo donde se anuncie la buena noticia, se contará también lo que ella ha hecho, para que la gente la recuerde.

Judas traiciona a Jesús

(Mt 26:14-16; Lc 22:3-6)

10 Después, Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús. 11 Ellos se alegraron al oírle y le prometieron dinero a cambio. Así que Judas empezó a buscar una oportunidad para traicionar a Jesús.

Preparación de la cena de la Pascua

(Mt 26:17-25; Lc 22:7-14, 21-23; Jn 13:21-30)

12 Era el primer día de la fiesta de los Panes sin Levadura, cuando se sacrificaba al cordero para la Pascua. Los seguidores le dijeron a Jesús:

—¿Dónde quieres que hagamos los preparativos para celebrar la cena de la Pascua?

13 Jesús entonces envió a dos de sus seguidores, diciéndoles:

—Vayan a la ciudad y encontrarán a un hombre llevando un cántaro de agua. Síganlo, 14 y donde él entre díganle al dueño de la casa: “El Maestro pregunta: ¿Dónde está el cuarto donde voy a comer la Pascua con mis seguidores?” 15 Entonces el dueño les mostrará un cuarto grande en el piso de arriba, arreglado y listo. Preparen la cena allí para nosotros.

16 Los seguidores salieron hacia la ciudad, encontraron todo tal como Jesús les había dicho y prepararon la cena de la Pascua.

17 Al anochecer llegó Jesús con los doce. 18 Mientras estaban a la mesa cenando, Jesús dijo:

—Les digo la verdad: uno de ustedes que come conmigo ahora, me traicionará. Es uno de los que están cenando conmigo ahora.

19 Ellos se sintieron muy tristes al oír esas palabras y cada uno dijo:

—De seguro no seré yo.

20 Jesús continuó diciendo:

—Es uno de ustedes doce. El que moja su pan en el mismo plato que yo. 21 El Hijo del hombre tiene que morir tal como está escrito. Pero, ¡pobre de aquel que traicione y entregue al Hijo del hombre! Más le valdría no haber nacido.

La Cena del Señor

(Mt 26:26-30; Lc 22:15-20; 1 Co 11:23-25)

22 Mientras comían, Jesús tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió, se lo dio a ellos y dijo:

—Tomen este pan, es mi cuerpo.

23 Luego Jesús tomó la copa, dio gracias, se la entregó a los seguidores y todos bebieron de ella, 24 y dijo:

—Esto es mi sangre que establece el nuevo pacto, la cual es derramada por muchos. 25 Les digo la verdad: no volveré a beber vino hasta el día en que beba vino nuevo en el reino de Dios.

26 Después cantaron una canción de alabanza y se fueron al monte de los Olivos.

Se anuncia la negación de Pedro

(Mt 26:31-35; Lc 22:31-34; Jn 13:36-38)

27 (A)Allí Jesús les dijo:

—Todos ustedes perderán la fe, porque así está escrito:

“Mataré al pastor
    y todas las ovejas serán dispersadas”.[c]

28 Pero después de que yo resucite, iré delante de ustedes a Galilea.

29 Pedro le dijo:

—Aunque todos los demás pierdan la fe, yo no perderé mi fe.

30 Jesús le respondió:

—Te digo la verdad: hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante por la segunda vez, me negarás tres veces.

31 Pero Pedro insistió:

—Aun si tengo que morir contigo, no te negaré.

Y todos los demás decían lo mismo.

Jesús ora solo

(Mt 26:36-46; Lc 22:39-46)

32 Después fueron a un lugar llamado Getsemaní, y Jesús les dijo a sus seguidores:

—Siéntense aquí mientras voy a orar.

33 Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan. Comenzó a sentirse afligido y a angustiarse mucho. 34 Les dijo:

—¡Mi tristeza es tan grande que me siento morir! Quédense aquí y manténganse despiertos.

35 Caminó un poco, se postró rostro en tierra y oró que, de ser posible, no tuviera que pasar por ese momento difícil, 36 diciendo: «Querido padre[d], para ti todo es posible. Líbrame de esta copa, pero no hagas lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».

37 Luego Jesús regresó, los encontró durmiendo y le dijo a Pedro:

—¿Simón, estás dormido? ¿No pudiste estar despierto por una hora? 38 Permanezcan alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto a hacer lo correcto, pero el cuerpo es débil.

39 De nuevo Jesús se alejó para orar y dijo las mismas palabras. 40 Luego regresó a donde estaban los seguidores y los encontró durmiendo porque sus ojos se les cerraban de tanto sueño. No supieron qué responderle.

41 Jesús salió a orar y regresó por tercera vez, y les dijo:

—¿Todavía están durmiendo y descansando? ¡Ya basta! Ha llegado el momento en que el Hijo del hombre será entregado en manos de pecadores. 42 ¡Levántense y vámonos! ¡Miren, aquí viene el que me va a traicionar!

Arresto de Jesús

(Mt 26:47-56; Lc 22:47-53; Jn 18:3-12)

43 Mientras Jesús todavía estaba hablando, apareció de repente Judas, uno de los doce. Junto con él había mucha gente armada con espadas y garrotes. Todos ellos habían sido enviados por los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos líderes. 44 El que lo traicionaba les había dado una señal, diciéndoles: «Al que yo salude con un beso, ese es. Arréstenlo y llévenselo preso». 45 Así que Judas se acercó a Jesús y le dijo:

—¡Maestro!

Y le dio un beso en la mejilla. 46 Entonces agarraron a Jesús y lo arrestaron. 47 Pero uno de los que estaban junto a Jesús sacó la espada y le cortó la oreja a uno de los siervos del sumo sacerdote. 48 Jesús les dijo:

—¿Es que yo soy un bandido para que ustedes vengan a llevarme preso con espadas y garrotes? 49 Yo he estado todos los días con ustedes enseñándoles en el área del templo y nunca me arrestaron. Pero esto sucede para que se cumpla lo que está en las Escrituras.

50 Entonces, todos sus seguidores lo abandonaron y huyeron. 51 Un joven vestido sólo con una sábana siguió a Jesús y también trataron de arrestarlo. 52 Pero el joven soltó la sábana y huyó desnudo.

Jesús ante el Consejo

(Mt 26:57-68; Lc 22:54-55, 63-71; Jn 18:13-14, 19-24)

53 Luego llevaron a Jesús ante el sumo sacerdote. Se reunieron allí todos los jefes de los sacerdotes, los ancianos líderes y los maestros de la ley. 54 Pedro siguió a Jesús a cierta distancia, entró al patio de la casa del sumo sacerdote y se sentó con los guardias cerca del fuego, para calentarse.

55 Los jefes de los sacerdotes y todos los miembros del Consejo buscaban alguna excusa para condenar a muerte a Jesús, pero no lograban encontrar ninguna. 56 Porque muchos dieron testimonios falsos contra Jesús, pero no coincidían. 57 Entonces se levantaron algunos y dieron contra él este falso testimonio:

58 —Lo escuchamos decir: “Voy a destruir este templo que los hombres han construido y en tres días voy a construir otro sin ayuda de ningún ser humano”.

59 Pero este testimonio tampoco coincidía con los otros. 60 Luego el sumo sacerdote se levantó y frente a todos le preguntó a Jesús:

—¿Acaso no vas a responder nada? ¿Qué significa lo que estos testifican en tu contra?

61 Pero Jesús se quedó callado, sin responder nada. De nuevo el sumo sacerdote le preguntó:

—¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Dios Bendito?

62 Y Jesús le dijo:

—Sí, lo soy. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso y lo verán venir en las nubes del cielo.

63 El sumo sacerdote se rasgó la ropa y dijo:

—¿Para qué necesitamos más testigos? 64 ¡Ustedes acaban de escuchar semejante ofensa contra Dios! ¿Qué les parece?

Y todos lo condenaron a muerte. 65 Algunos le escupieron, le vendaron los ojos y le dieron puñetazos diciendo:

—¡Demuéstranos que eres profeta, dinos quién te pegó!

Luego los guardias se lo llevaron y lo golpearon.

La negación de Pedro

(Mt 26:69-75; Lc 22:56-62; Jn 18:15-18, 25-27)

66 Mientras Pedro estaba todavía en el patio de la casa del sumo sacerdote, una de las siervas de la casa se acercó 67 y vio a Pedro calentándose. La muchacha le dijo:

—Tú también estabas con Jesús de Nazaret.

68 Pero Pedro lo negó:

—No lo conozco y no sé de qué estás hablando.

Y se fue a la entrada del patio.[e] 69 La sierva volvió a ver a Pedro y dijo de nuevo a los que estaban allí:

—Este hombre es uno de ellos.

70 Pero Pedro volvió a negarlo. Al rato los que estaban allí le dijeron a Pedro:

—Seguro que eres uno de ellos porque tú eres de Galilea.

71 Entonces él comenzó a maldecir y a jurar:

—¡No conozco a ese hombre del que están hablando!

72 Enseguida cantó el gallo por segunda vez y Pedro recordó las palabras de Jesús: «Antes de que el gallo cante por segunda vez, me negarás tres veces», y se echó a llorar.

Footnotes

  1. 14:5 equivalente […] de salario Textualmente 300 denarios (monedas de plata). Un denario, moneda romana, era el pago promedio por un día de trabajo.
  2. 14:7 Ver Dt 15:11.
  3. 14:27 Cita de Zac 13:7.
  4. 14:36 Querido padre Textualmente Abba una palabra en idioma arameo. Los niños llamaban Abba a su papá.
  5. 14:68 Algunos manuscritos añaden: y se oyó cantar a un gallo.

El complot para prender a Jesús

(Mt. 26.1-5; Lc. 22.1-2; Jn. 11.45-53)

14 Dos días después era la pascua,(A) y la fiesta de los panes sin levadura; y buscaban los principales sacerdotes y los escribas cómo prenderle por engaño y matarle. Y decían: No durante la fiesta para que no se haga alboroto del pueblo.

Jesús es ungido en Betania

(Mt. 26.6-13; Jn. 12.1-8)

Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.(B) Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella. Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho. Siempre tendréis a los pobres con vosotros,(C) y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis. Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que esta ha hecho, para memoria de ella.

Judas ofrece entregar a Jesús

(Mt. 26.14-16; Lc. 22.3-6)

10 Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregárselo. 11 Ellos, al oírlo, se alegraron, y prometieron darle dinero. Y Judas buscaba oportunidad para entregarle.

Institución de la Cena del Señor

(Mt. 26.17-29; Lc. 22.7-23; Jn. 13.21-30; 1 Co. 11.23-26)

12 El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos a preparar para que comas la pascua? 13 Y envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle, 14 y donde entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? 15 Y él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad para nosotros allí. 16 Fueron sus discípulos y entraron en la ciudad, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua.

17 Y cuando llegó la noche, vino él con los doce. 18 Y cuando se sentaron a la mesa, mientras comían, dijo Jesús: De cierto os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar. 19 Entonces ellos comenzaron a entristecerse, y a decirle uno por uno: ¿Seré yo? Y el otro: ¿Seré yo? 20 Él, respondiendo, les dijo: Es uno de los doce, el que moja conmigo en el plato. 21 A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él,(D) mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.

22 Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo. 23 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos. 24 Y les dijo: Esto es mi sangre(E) del nuevo pacto,(F) que por muchos es derramada. 25 De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios.

Jesús anuncia la negación de Pedro

(Mt. 26.30-35; Lc. 22.31-34; Jn. 13.36-38)

26 Cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos. 27 Entonces Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas.(G) 28 Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.(H) 29 Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen, yo no. 30 Y le dijo Jesús: De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces. 31 Mas él con mayor insistencia decía: Si me fuere necesario morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo.

Jesús ora en Getsemaní

(Mt. 26.36-46; Lc. 22.39-46)

32 Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. 33 Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. 34 Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad. 35 Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. 36 Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. 37 Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? 38 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. 39 Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras. 40 Al volver, otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle. 41 Vino la tercera vez, y les dijo: Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores. 42 Levantaos, vamos; he aquí, se acerca el que me entrega.

Arresto de Jesús

(Mt. 26.47-56; Lc. 22.47-53; Jn. 18.2-11)

43 Luego, hablando él aún, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de los ancianos. 44 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ese es; prendedle, y llevadle con seguridad. 45 Y cuando vino, se acercó luego a él, y le dijo: Maestro, Maestro. Y le besó. 46 Entonces ellos le echaron mano, y le prendieron. 47 Pero uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja. 48 Y respondiendo Jesús, les dijo: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? 49 Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo,(I) y no me prendisteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras. 50 Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.

El joven que huyó

51 Pero cierto joven le seguía, cubierto el cuerpo con una sábana; y le prendieron; 52 mas él, dejando la sábana, huyó desnudo.

Jesús ante el concilio

(Mt. 26.57-68; Lc. 22.54-55,63-71; Jn. 18.12-14,19-24)

53 Trajeron, pues, a Jesús al sumo sacerdote; y se reunieron todos los principales sacerdotes y los ancianos y los escribas. 54 Y Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; y estaba sentado con los alguaciles, calentándose al fuego. 55 Y los principales sacerdotes y todo el concilio buscaban testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte; pero no lo hallaban. 56 Porque muchos decían falso testimonio contra él, mas sus testimonios no concordaban. 57 Entonces levantándose unos, dieron falso testimonio contra él, diciendo: 58 Nosotros le hemos oído decir: Yo derribaré este templo hecho a mano, y en tres días edificaré otro hecho sin mano.(J) 59 Pero ni aun así concordaban en el testimonio. 60 Entonces el sumo sacerdote, levantándose en medio, preguntó a Jesús, diciendo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti? 61 Mas él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito? 62 Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.(K) 63 Entonces el sumo sacerdote, rasgando su vestidura, dijo: ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? 64 Habéis oído la blasfemia; ¿qué os parece? Y todos ellos le condenaron, declarándole ser digno de muerte.(L) 65 Y algunos comenzaron a escupirle, y a cubrirle el rostro y a darle de puñetazos, y a decirle: Profetiza. Y los alguaciles le daban de bofetadas.

Pedro niega a Jesús

(Mt. 26.69-75; Lc. 22.55-62; Jn. 18.15-18,25-27)

66 Estando Pedro abajo, en el patio, vino una de las criadas del sumo sacerdote; 67 y cuando vio a Pedro que se calentaba, mirándole, dijo: Tú también estabas con Jesús el nazareno. 68 Mas él negó, diciendo: No le conozco, ni sé lo que dices. Y salió a la entrada; y cantó el gallo. 69 Y la criada, viéndole otra vez, comenzó a decir a los que estaban allí: Este es de ellos. 70 Pero él negó otra vez. Y poco después, los que estaban allí dijeron otra vez a Pedro: Verdaderamente tú eres de ellos; porque eres galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de ellos. 71 Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre de quien habláis. 72 Y el gallo cantó la segunda vez. Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba.

Conspiración para arrestar a Jesús(A)

14 Faltaban dos días para la fiesta de la Pascua, cuando se come el pan sin levadura. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley buscaban la manera de arrestar a Jesús por medio de algún engaño, y matarlo. Pues algunos decían:

—No durante la fiesta, para que la gente no se alborote.

Una mujer derrama perfume sobre Jesús(B)

Jesús había ido a Betania, a casa de Simón, al que llamaban el leproso. Mientras estaba sentado a la mesa, llegó una mujer que llevaba un frasco de alabastro lleno de perfume de nardo puro, de mucho valor. Rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús. Algunos de los presentes se enojaron, y se dijeron unos a otros:

—¿Por qué se ha desperdiciado este perfume? Podía haberse vendido por el equivalente al salario de trescientos días, para ayudar a los pobres.

Y criticaban a aquella mujer.

Pero Jesús dijo:

—Déjenla; ¿por qué la molestan? Ha hecho una obra buena conmigo. Pues a los pobres siempre los tendrán entre ustedes, y pueden hacerles bien cuando quieran; pero a mí no siempre me van a tener. Esta mujer ha hecho lo que ha podido: ha perfumado mi cuerpo de antemano para mi entierro. Les aseguro que en cualquier lugar del mundo donde se anuncie la buena noticia, se hablará también de lo que hizo esta mujer, y así será recordada.

Judas traiciona a Jesús(C)

10 Judas Iscariote, uno de los doce discípulos, fue a ver a los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús. 11 Al oírlo, se alegraron y prometieron darle dinero a Judas, que comenzó a buscar el momento más oportuno de entregar a Jesús.

La Cena del Señor(D)

12 El primer día de la fiesta en que se comía el pan sin levadura, cuando se sacrificaba el cordero de Pascua, los discípulos de Jesús le preguntaron:

—¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?

13 Entonces envió a dos de sus discípulos, diciéndoles:

—Vayan a la ciudad. Allí encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo, 14 y donde entre, digan al dueño de la casa: “El Maestro pregunta: ¿Cuál es el cuarto donde voy a comer con mis discípulos la cena de Pascua?” 15 Él les mostrará en el piso alto un cuarto grande, arreglado y ya listo para la cena. Prepárennos allí lo necesario.

16 Los discípulos salieron y fueron a la ciudad. Lo encontraron todo como Jesús les había dicho, y prepararon la cena de Pascua.

17 Al anochecer llegó Jesús con los doce discípulos. 18 Mientras estaban a la mesa, comiendo, Jesús les dijo:

—Les aseguro que uno de ustedes, que está comiendo conmigo, me va a traicionar.

19 Ellos se pusieron tristes, y comenzaron a preguntarle uno por uno:

—¿Acaso seré yo?

20 Jesús les contestó:

—Es uno de los doce, que está mojando el pan en el mismo plato que yo. 21 El Hijo del hombre ha de recorrer el camino que dicen las Escrituras; pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Hubiera sido mejor para él no haber nacido.

22 Mientras comían, Jesús tomó en sus manos el pan y, habiendo pronunciado la bendición, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo:

—Tomen, esto es mi cuerpo.

23 Luego tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, se la pasó a ellos, y todos bebieron. 24 Les dijo:

—Esto es mi sangre, con la que se confirma la alianza, sangre que es derramada en favor de muchos. 25 Les aseguro que no volveré a beber del producto de la vid, hasta el día en que beba el vino nuevo en el reino de Dios.

Jesús anuncia que Pedro lo negará(E)

26 Después de cantar los salmos, se fueron al Monte de los Olivos. 27 Jesús les dijo:

—Todos ustedes van a perder su fe en mí. Así lo dicen las Escrituras: “Mataré al pastor, y las ovejas se dispersarán.” 28 Pero cuando yo resucite, los volveré a reunir en Galilea.

29 Pedro le dijo:

—Aunque todos pierdan su fe, yo no.

30 Jesús le contestó:

—Te aseguro que esta misma noche, antes que cante el gallo por segunda vez, me negarás tres veces.

31 Pero él insistía:

—Aunque tenga que morir contigo, no te negaré.

Y todos decían lo mismo.

Jesús ora en Getsemaní(F)

32 Luego fueron a un lugar llamado Getsemaní. Jesús dijo a sus discípulos:

—Siéntense aquí, mientras yo voy a orar.

33 Y se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, y comenzó a sentirse muy afligido y angustiado. 34 Les dijo:

—Siento en mi alma una tristeza de muerte. Quédense ustedes aquí, y permanezcan despiertos.

35 En seguida Jesús se fue un poco más adelante, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y pidió a Dios que, de ser posible, no le llegara ese momento. 36 En su oración decía: «Abbá, Padre, para ti todo es posible: líbrame de este trago amargo; pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.»

37 Luego volvió a donde ellos estaban, y los encontró dormidos. Le dijo a Pedro:

—Simón, ¿estás durmiendo? ¿Ni siquiera una hora pudiste mantenerte despierto? 38 Manténganse despiertos y oren, para que no caigan en tentación. Ustedes tienen buena voluntad, pero son débiles.

39 Se fue otra vez, y oró repitiendo las mismas palabras. 40 Cuando volvió, encontró otra vez dormidos a los discípulos, porque sus ojos se les cerraban de sueño. Y no sabían qué contestarle. 41 Volvió por tercera vez, y les dijo:

—¿Siguen ustedes durmiendo y descansando? Ya basta, ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. 42 Levántense, vámonos; ya se acerca el que me traiciona.

Arrestan a Jesús(G)

43 Todavía estaba hablando Jesús cuando Judas, uno de los doce discípulos, llegó acompañado de mucha gente armada con espadas y con palos. Iban de parte de los jefes de los sacerdotes, de los maestros de la ley y de los ancianos. 44 Judas, el traidor, les había dado una contraseña, diciéndoles: «Al que yo bese, ése es; arréstenlo y llévenselo bien sujeto.» 45 Así que se acercó a Jesús y le dijo:

—¡Maestro!

Y lo besó. 46 Entonces le echaron mano a Jesús y lo arrestaron.

47 Pero uno de los que estaban allí sacó su espada y le cortó una oreja al criado del sumo sacerdote. 48 Y Jesús preguntó a la gente:

—¿Por qué han venido ustedes con espadas y con palos a arrestarme, como si yo fuera un bandido? 49 Todos los días he estado entre ustedes enseñando en el templo, y nunca me arrestaron. Pero esto sucede para que se cumplan las Escrituras.

50 Todos los discípulos dejaron solo a Jesús, y huyeron. 51 Pero un joven lo seguía, cubierto sólo con una sábana. A éste lo agarraron, 52 pero él soltó la sábana y escapó desnudo.

Jesús ante la Junta Suprema(H)

53 Llevaron entonces a Jesús ante el sumo sacerdote, y se juntaron todos los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley. 54 Pedro lo siguió de lejos hasta dentro del patio de la casa del sumo sacerdote, y se quedó sentado con los guardianes del templo, calentándose junto al fuego.

55 Los jefes de los sacerdotes y toda la Junta Suprema buscaban alguna prueba para condenar a muerte a Jesús; pero no la encontraban. 56 Porque aunque muchos presentaban falsos testimonios contra él, se contradecían unos a otros. 57 Algunos se levantaron y lo acusaron falsamente, diciendo:

58 —Nosotros lo hemos oído decir: “Yo voy a destruir este templo que hicieron los hombres, y en tres días levantaré otro no hecho por los hombres.”

59 Pero ni aun así estaban de acuerdo en lo que decían.

60 Entonces el sumo sacerdote se levantó en medio de todos, y preguntó a Jesús:

—¿No contestas nada? ¿Qué es esto que están diciendo contra ti?

61 Pero Jesús se quedó callado, sin contestar nada. El sumo sacerdote volvió a preguntarle:

—¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Dios bendito?

62 Jesús le dijo:

—Sí, yo soy. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo.

63 Entonces el sumo sacerdote se rasgó las ropas en señal de indignación, y dijo:

—¿Qué necesidad tenemos de más testigos? 64 Ustedes lo han oído decir palabras ofensivas contra Dios. ¿Qué les parece?

Todos estuvieron de acuerdo en que era culpable y debía morir.

65 Algunos comenzaron a escupirlo, y a taparle los ojos y golpearlo, diciéndole:

—¡Adivina quién te pegó!

Y los guardianes del templo le pegaron en la cara.

Pedro niega conocer a Jesús(I)

66 Pedro estaba abajo, en el patio. En esto llegó una de las sirvientas del sumo sacerdote; 67 y al ver a Pedro, que se estaba calentando junto al fuego, se quedó mirándolo y le dijo:

—Tú también andabas con Jesús, el de Nazaret.

68 Pedro lo negó, diciendo:

—No lo conozco, ni sé de qué estás hablando.

Y salió fuera, a la entrada. Entonces cantó un gallo. 69 La sirvienta vio otra vez a Pedro y comenzó a decir a los demás:

—Éste es uno de ellos.

70 Pero él volvió a negarlo. Poco después, los que estaban allí dijeron de nuevo a Pedro:

—Seguro que tú eres uno de ellos, pues también eres de Galilea.

71 Entonces Pedro comenzó a jurar y perjurar, diciendo:

—¡No conozco a ese hombre de quien ustedes están hablando!

72 En aquel mismo momento cantó el gallo por segunda vez, y Pedro se acordó de que Jesús le había dicho: «Antes que cante el gallo por segunda vez, me negarás tres veces.» Y se echó a llorar.