马可福音 12
Chinese New Version (Traditional)
佃戶的比喻(A)
12 耶穌又用比喻對他們說:“有一個人栽種了一個葡萄園,四面圍上籬笆,挖了一個壓酒池,蓋了一座瞭望臺,然後租給佃戶,就遠行去了。 2 到了時候,園主派了一個僕人到佃戶那裡,向佃戶收取葡萄園一部分的果子。 3 佃戶抓住他,打了他,放他空手回去。 4 園主再派另外一個僕人到他們那裡,他們打傷了他的頭,並且侮辱他。 5 園主又派另一個去,他們就把他殺了。後來又派去許多僕人,有的給他們打了,有的給他們殺了。 6 還有一個,就是園主的愛子,最後園主派他到那裡去,說:‘他們必尊敬我的兒子。’ 7 那些佃戶卻彼此說:‘這是繼承產業的;來,我們殺了他,產業就是我們的了。’ 8 於是抓住他,把他殺了,扔在葡萄園外。 9 這樣,葡萄園的主人要怎麼辦呢?他要來除掉那些佃戶,把葡萄園租給別人。 10 你們沒有念過這段聖經嗎:
‘建築工人所棄的石頭,
成了房角的主要石頭;
11 這是主所作的,
在我們眼中看為希奇。’”
12 他們知道他這比喻是針對他們說的,就想要捉拿他,但因為害怕群眾,只好離開他走了。
以納稅的事問難耶穌(B)
13 後來,他們派了幾個法利賽人和希律黨的人到耶穌那裡去,要找他的把柄來陷害他。 14 他們來到了,就對他說:“老師,我們知道你為人誠實,不顧忌任何人,因為你不徇情面,只照著真理把 神的道教導人。請問納稅給凱撒可以不可以?我們該納不該納呢?” 15 耶穌看出他們的假意,就對他們說:“你們為甚麼試探我呢?拿一個銀幣來給我,讓我看看。” 16 他們就拿來了。耶穌問他們:“這是誰的像,誰的名號?”他們回答他:“凱撒的。” 17 耶穌說:“凱撒的應當歸給凱撒, 神的應當歸給 神。”他們就對他十分驚奇。
人復活後不娶不嫁(C)
18 撒都該人向來認為沒有復活的事,他們來到耶穌那裡,問他: 19 “老師,摩西曾寫給我們說:‘如果一個人死了,留下妻子,沒有兒女,他的弟弟就應當娶他的妻子,為哥哥立後。’ 20 從前有兄弟七人,頭一個娶了妻子,死了,沒有留下孩子; 21 第二個娶了她,也沒有留下孩子,就死了;第三個也是這樣。 22 那七個人都沒有留下孩子,最後那女人也死了。 23 到了復活的時候,他們都要復活,她是哪一個的妻子呢?因為七個人都娶過她。” 24 耶穌對他們說:“你們錯了,不正是因為你們不明白聖經,也不曉得 神的能力嗎? 25 因為人從死裡復活以後,也不娶,也不嫁,而是像天上的天使一樣。 26 關於死人復活的事,摩西的經卷中荊棘篇上, 神怎樣對他說:‘我是亞伯拉罕的 神,以撒的 神,雅各的 神’,你們沒有念過嗎? 27 他不是死人的 神,而是活人的 神。你們是大錯特錯了!”
最重要的誡命(D)
28 有一個經學家,聽到他們的辯論,覺得耶穌回答得好,就來問他:“誡命中哪一條是第一重要的呢?” 29 耶穌回答:“第一重要的是:‘以色列啊,你要聽!主我們的 神是獨一的主。 30 你要全心、全性、全意、全力,愛主你的 神。’ 31 其次是:‘要愛人如己。’再沒有別的誡命比這兩條更重要的了。” 32 那經學家對耶穌說:“老師,是的,你說的很對, 神是獨一的,除了他以外再沒有別的 神。 33 我們要用全心、全意、全力去愛他,並且要愛人如己,這就比一切燔祭和各樣祭物好得多了。” 34 耶穌見他回答得有智慧,就對他說:“你距離 神的國不遠了。”從此再也沒有人敢問他了。
大衛稱基督為主(E)
35 耶穌在殿裡教訓人,說:“經學家怎麼說基督是大衛的子孫呢? 36 大衛自己被聖靈感動卻說:
‘主對我的主說:
你坐在我的右邊,
等我把你的仇敵放在你的腳下(有些抄本作“等我使你的仇敵作你的腳凳”)。’
37 大衛自己既然稱他為主,他又怎麼會是大衛的子孫呢?”群眾都喜歡聽他。
耶穌叫人提防經學家(F)
38 耶穌教導人的時候,說:“你們要提防經學家,他們喜歡穿長袍走來走去,喜歡人在市中心向他們問安, 39 又喜歡會堂裡的高位,筵席上的首座。 40 他們吞沒了寡婦的房產,又假裝作冗長的禱告。這些人必受更重的刑罰。”
窮寡婦的奉獻(G)
41 耶穌面對銀庫坐著,看著大家怎樣把錢投入庫中。許多有錢的人投入很多的錢。 42 後來,有一個窮寡婦來投入了兩個小錢,就是一個銅錢。 43 耶穌把門徒叫過來,對他們說:“我實在告訴你們,這窮寡婦投入庫裡的,比眾人投的更多。 44 因為他們都是把自己剩餘的投入,這寡婦是自己不足,卻把她一切所有的,就是全部養生的,都投進去了。”
Marcos 12
Reina Valera Actualizada
Parábola de los labradores malvados
12 Entonces comenzó a hablarles en parábolas:
—Un hombre plantó una viña. La rodeó con una cerca, cavó un lagar, edificó una torre[a], la arrendó a unos labradores y se fue lejos. 2 A su debido tiempo envió un siervo a los labradores para recibir de los labradores una parte del fruto de la viña. 3 Pero ellos lo tomaron, lo hirieron y lo enviaron con las manos vacías. 4 Volvió a enviarles otro siervo, pero a ese lo hirieron en la cabeza y lo afrentaron. 5 Y envió otro, y a este lo mataron. Envió a muchos otros, pero ellos herían a unos y mataban a otros.
6 »Teniendo todavía un hijo suyo amado, por último, también lo envió a ellos diciendo: “Tendrán respeto a mi hijo”. 7 Pero aquellos labradores dijeron entre sí: “Este es el heredero. Vengan, matémosle, y la heredad será nuestra”. 8 Y lo prendieron, lo mataron y lo echaron fuera de la viña.
9 »¿Qué, pues, hará el señor de la viña? Vendrá, destruirá a los labradores y les dará la viña a otros. 10 ¿No han leído esta Escritura:
La piedra que desecharon los edificadores, esta fue hecha cabeza de ángulo.
11 De parte del Señor sucedió esto,
y es maravilloso en nuestros ojos?[b].
12 Ellos procuraban prenderle, pero temían a la multitud porque sabían que en aquella parábola se había referido a ellos. Y dejándole, se fueron.
Pregunta sobre el tributo al César
13 Entonces enviaron a él algunos de los fariseos y de los herodianos para que lo sorprendieran en alguna palabra. 14 Y viniendo le dijeron:
—Maestro, sabemos que eres hombre de verdad y que no te cuidas de nadie porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo al César o no? ¿Daremos o no daremos?
15 Entonces él, como entendió la hipocresía de ellos, les dijo:
—¿Por qué me prueban? Tráiganme una moneda romana[c] para que la vea.
16 Se la trajeron, y él les dijo:
—¿De quién es esta imagen y esta inscripción?
Le dijeron:
—Del César.
17 Entonces Jesús les dijo:
—Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.
Y se maravillaban de él.
Pregunta acerca de la resurrección
18 Entonces vinieron a él unos saduceos, quienes dicen que no hay resurrección, y le preguntaron diciendo:
19 —Maestro, Moisés nos escribió que si el hermano de alguno muere y deja mujer y no deja hijos, su hermano tome la mujer y levante descendencia a su hermano[d]. 20 Había siete hermanos. El primero tomó mujer, y murió sin dejar descendencia. 21 La tomó el segundo y murió sin dejar descendencia. El tercero, de la misma manera. 22 Así los siete no dejaron descendencia. Después de todos, murió también la mujer. 23 En la resurrección, cuando resuciten, puesto que los siete la tuvieron por mujer, ¿de cuál de ellos será mujer?
24 Entonces Jesús les dijo:
—¿No es por esto que están equivocados, porque no conocen las Escrituras ni tampoco el poder de Dios? 25 Porque cuando resuciten de entre los muertos no se casarán ni se darán en casamiento sino que son como los ángeles que están en los cielos. 26 Y con respecto a si resucitan los muertos, ¿no han leído en el libro de Moisés, cómo le habló Dios desde la zarza diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?[e]. 27 Dios no es Dios de muertos sino de vivos. Ustedes se equivocan mucho.
El gran mandamiento
28 Se le acercó uno de los escribas al oírlos discutir y, dándose cuenta de que Jesús había respondido bien, le preguntó:
—¿Cuál es el primer mandamiento de todos?
29 Jesús le respondió:
—El primero es: Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor uno es. 30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas[f]. 31 El segundo es este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo[g]. No hay otro mandamiento mayor que estos dos.
32 Entonces el escriba le dijo:
—Bien, Maestro. Has dicho la verdad: Dios es uno, y no hay otro aparte de él[h], 33 y amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento[i] y con todas las fuerzas[j], y amar al prójimo como a uno mismo[k], vale más que todos los holocaustos y sacrificios.
34 Y viendo Jesús que había respondido sabiamente, le dijo:
—No estás lejos del reino de Dios.
Ya nadie se atrevía a hacerle más preguntas.
Jesús, hijo y Señor de David
35 Mientras estaba enseñando en el templo, Jesús respondiendo decía:
—¿Cómo es que dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? 36 David mismo dijo mediante el Espíritu Santo:
Dijo el Señor a mi Señor:
“Siéntate a mi diestra,
hasta que ponga a tus enemigos
debajo de tus pies”[l].
37 David mismo le llama “Señor”; ¿cómo es, pues, su hijo?
Y la gran multitud lo escuchaba con gusto.
Jesús denuncia a los escribas
38 Y en su enseñanza decía:
—Guárdense de los escribas, a quienes les gusta andar con ropas largas, que aman las salutaciones en las plazas, 39 las primeras sillas en las sinagogas y los primeros asientos en los banquetes. 40 Estos, que devoran las casas de las viudas y como pretexto hacen largas oraciones, recibirán mayor condenación.
La ofrenda de la viuda pobre
41 Estando Jesús sentado frente al arca del tesoro, observaba cómo el pueblo echaba dinero en el arca. Muchos ricos echaban mucho, 42 y una viuda pobre vino y echó dos monedas pequeñas de poco valor. 43 Él llamó a sus discípulos y les dijo:
—De cierto les digo que esta viuda pobre echó más que todos los que echaron en el arca. 44 Porque todos han echado de su abundancia; pero esta, de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento.
Footnotes
- Marcos 12:1 Cf. Isa. 5:1, 2.
- Marcos 12:11 Sal. 118:22, 23.
- Marcos 12:15 Lit., un denario; equivalía al salario de un día para un obrero o soldado.
- Marcos 12:19 Gén. 38:8; Deut. 25:5.
- Marcos 12:26 Éxo. 3:2, 6
- Marcos 12:30 Algunos mss. antiguos añaden este es el principal mandamiento; la cita es de Deut. 6:4, 5.
- Marcos 12:31 Lev. 19:18.
- Marcos 12:32 Deut. 4:35; Isa. 45:21.
- Marcos 12:33 Algunos mss. antiguos incluyen y toda el alma.
- Marcos 12:33 Deut. 6:4, 5.
- Marcos 12:33 Lev. 19:18.
- Marcos 12:36 Sal. 110:1.
Marcos 12
Reina-Valera 1960
Los labradores malvados
(Mt. 21.33-46; Lc. 20.9-19)
12 Entonces comenzó Jesús a decirles por parábolas: Un hombre plantó una viña,(A) la cercó de vallado, cavó un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos. 2 Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que recibiese de estos del fruto de la viña. 3 Mas ellos, tomándole, le golpearon, y le enviaron con las manos vacías. 4 Volvió a enviarles otro siervo; pero apedreándole, le hirieron en la cabeza, y también le enviaron afrentado. 5 Volvió a enviar otro, y a este mataron; y a otros muchos, golpeando a unos y matando a otros. 6 Por último, teniendo aún un hijo suyo, amado, lo envió también a ellos, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. 7 Mas aquellos labradores dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y la heredad será nuestra. 8 Y tomándole, le mataron, y le echaron fuera de la viña. 9 ¿Qué, pues, hará el señor de la viña? Vendrá, y destruirá a los labradores, y dará su viña a otros. 10 ¿Ni aun esta escritura habéis leído:
La piedra que desecharon los edificadores
Ha venido a ser cabeza del ángulo;
11 El Señor ha hecho esto,
Y es cosa maravillosa a nuestros ojos(B)?
12 Y procuraban prenderle, porque entendían que decía contra ellos aquella parábola; pero temían a la multitud, y dejándole, se fueron.
La cuestión del tributo
(Mt. 22.15-22; Lc. 20.20-26)
13 Y le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos, para que le sorprendiesen en alguna palabra. 14 Viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos? 15 Mas él, percibiendo la hipocresía de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis? Traedme la moneda para que la vea. 16 Ellos se la trajeron; y les dijo: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Ellos le dijeron: De César. 17 Respondiendo Jesús, les dijo: Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaron de él.
La pregunta sobre la resurrección
(Mt. 22.23-33; Lc. 20.27-40)
18 Entonces vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección,(C) y le preguntaron, diciendo: 19 Maestro, Moisés nos escribió(D) que si el hermano de alguno muriere y dejare esposa, pero no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano. 20 Hubo siete hermanos; el primero tomó esposa, y murió sin dejar descendencia. 21 Y el segundo se casó con ella, y murió, y tampoco dejó descendencia; y el tercero, de la misma manera. 22 Y así los siete, y no dejaron descendencia; y después de todos murió también la mujer. 23 En la resurrección, pues, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será ella mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer?
24 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: ¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios? 25 Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos. 26 Pero respecto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?(E) 27 Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis.
El gran mandamiento
(Mt. 22.34-40)
28 Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó:(F) ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? 29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. 30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas.(G) Este es el principal mandamiento. 31 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.(H) No hay otro mandamiento mayor que estos. 32 Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él;(I) 33 y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.(J) 34 Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle.
¿De quién es hijo el Cristo?
(Mt. 22.41-46; Lc. 20.41-44)
35 Enseñando Jesús en el templo, decía: ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? 36 Porque el mismo David dijo por el Espíritu Santo:
Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi diestra,
Hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies.(K)
37 David mismo le llama Señor; ¿cómo, pues, es su hijo? Y gran multitud del pueblo le oía de buena gana.
Jesús acusa a los escribas
(Mt. 23.1-36; Lc. 11.37-54; 20.45-47)
38 Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, que gustan de andar con largas ropas, y aman las salutaciones en las plazas, 39 y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; 40 que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor condenación.
La ofrenda de la viuda
(Lc. 21.1-4)
41 Estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. 42 Y vino una viuda pobre, y echó dos blancas, o sea un cuadrante. 43 Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca; 44 porque todos han echado de lo que les sobra; pero esta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.
Marcos 12
Nueva Versión Internacional
Parábola de los labradores malvados(A)
12 Entonces comenzó Jesús a hablarles en parábolas: «Un hombre plantó un viñedo. Lo cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Luego arrendó el viñedo a unos labradores y se fue de viaje. 2 Llegada la cosecha, mandó un siervo a los labradores para recibir de ellos parte de la cosecha. 3 Pero ellos lo agarraron, lo golpearon y lo despidieron con las manos vacías. 4 Entonces les mandó otro siervo; a este le rompieron la cabeza y lo humillaron. 5 Mandó a otro y a este lo mataron. Mandó a otros muchos, a unos los golpearon, a otros los mataron.
6 »Le quedaba todavía uno, su hijo amado. Por último lo mandó a él, pensando: “¡A mi hijo sí lo respetarán!”. 7 Pero aquellos labradores se dijeron unos a otros: “Este es el heredero. Matémoslo y la herencia será nuestra”. 8 Así que le echaron mano y lo mataron, y lo arrojaron fuera del viñedo.
9 »¿Qué hará el dueño? Volverá, acabará con los labradores y dará el viñedo a otros. 10 ¿No han leído ustedes esta Escritura:
»“La piedra que desecharon los constructores
ha llegado a ser la piedra angular.
11 Esto ha sido obra del Señor
y nos deja maravillados”?».[a]
12 Cayendo en cuenta de que la parábola iba dirigida contra ellos, buscaban la manera de arrestarlo. Pero temían a la multitud; así que lo dejaron y se fueron.
El pago de impuestos al césar(B)
13 Luego enviaron a Jesús algunos de los fariseos y los partidarios del rey Herodes para tenderle una trampa con sus mismas palabras. 14 Al llegar dijeron:
—Maestro, sabemos que eres un hombre íntegro. No te dejas influir por nadie porque no te fijas en las apariencias, sino que enseñas el camino de Dios de acuerdo con la verdad. ¿Está permitido pagar impuestos al césar o no? ¿Debemos pagar o no?
15 Pero Jesús, sabiendo que fingían, respondió:
—¿Por qué me tienden trampas? Tráiganme una moneda romana[b] para verla.
16 Le llevaron la moneda y él les preguntó:
—¿De quién es esta imagen y esta inscripción?
—Del césar —contestaron.
17 Y Jesús les dijo:
—Denle, pues, al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios.
Y quedaron admirados de él.
El matrimonio en la resurrección(C)
18 Entonces los saduceos, que dicen que no hay resurrección, fueron a verlo y le plantearon un problema:
19 —Maestro, Moisés nos enseñó en sus escritos que si un hombre muere y deja a la viuda sin hijos, el hermano de ese hombre tiene que casarse con la viuda para que su hermano tenga descendencia. 20 Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin dejar descendencia. 21 El segundo se casó con la viuda, pero también murió sin dejar descendencia. Lo mismo le pasó al tercero. 22 En fin, ninguno de los siete dejó descendencia. Por último, murió también la mujer. 23 En la resurrección, ¿de cuál será esposa esta mujer, ya que los siete estuvieron casados con ella?
24 —¿Acaso no andan ustedes equivocados? —respondió Jesús—. ¡Es que desconocen las Escrituras y el poder de Dios! 25 Cuando resuciten los muertos, no se casarán ni serán dados en casamiento, sino que serán como los ángeles que están en el cielo. 26 Pero en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no han leído en el libro de Moisés, en el pasaje sobre la zarza, cómo Dios le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”?[c] 27 Él no es Dios de muertos, sino de vivos. ¡Ustedes andan muy equivocados!
El mandamiento más importante(D)
28 Uno de los maestros de la Ley se acercó y los oyó discutiendo. Al ver lo bien que Jesús había contestado, preguntó:
—De todos los mandamientos, ¿cuál es el más importante?
29 Jesús contestó:
—El más importante es: “Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor.[d] 30 Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”.[e] 31 El segundo es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.[f] No hay otro mandamiento más importante que estos.
32 —Bien dicho, Maestro —respondió el maestro de la Ley—. Tienes razón al decir que Dios es uno solo y que no hay otro fuera de él. 33 Amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más importante que todos los holocaustos y sacrificios.
34 Al ver Jesús que había respondido con inteligencia, le dijo:
—No estás lejos del reino de Dios.
Y desde entonces nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
¿De quién es hijo el Cristo?(E)(F)
35 Mientras enseñaba en el Templo, Jesús les propuso:
—¿Cómo es que los maestros de la Ley dicen que el Cristo es descendiente de David? 36 David mismo, hablando por el Espíritu Santo, declaró:
»“Dijo el Señor a mi Señor:
‘Siéntate a mi derecha,
hasta que ponga a tus enemigos
debajo de tus pies’ ”.[g]
37 Si David mismo lo llama “Señor”, ¿cómo puede entonces ser su descendiente?
La muchedumbre lo escuchaba con agrado.
38 Como parte de su enseñanza Jesús decía:
—Tengan cuidado de los maestros de la Ley. Les gusta pasearse con ropas ostentosas y que los saluden en las plazas, 39 ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes. 40 Se apoderan de los bienes de las viudas y a la vez hacen largas plegarias para impresionar a los demás. Estos recibirán peor castigo.
La ofrenda de la viuda(G)
41 Jesús se sentó frente al lugar donde se depositaban las ofrendas, y estuvo observando cómo la gente echaba sus monedas en las alcancías del Templo. Muchos ricos echaban grandes cantidades. 42 Pero una viuda pobre llegó y echó dos moneditas de muy poco valor.[h]
43 Jesús llamó a sus discípulos y dijo: «Les aseguro que esta viuda pobre ha echado en el tesoro más que todos los demás. 44 Porque todos ellos dieron de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento».
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