路加福音 4
Chinese Union Version Modern Punctuation (Simplified)
耶稣受试探
4 耶稣被圣灵充满,从约旦河回来,圣灵将他引到旷野,四十天受魔鬼的试探。 2 那些日子没有吃什么,日子满了,他就饿了。 3 魔鬼对他说:“你若是神的儿子,可以吩咐这块石头变成食物!” 4 耶稣回答说:“经上记着说:‘人活着不是单靠食物,乃是靠神口里所出的一切话。’” 5 魔鬼又领他上了高山,霎时间把天下的万国都指给他看, 6 对他说:“这一切权柄、荣华我都要给你,因为这原是交付我的,我愿意给谁就给谁。 7 你若在我面前下拜,这都要归你。” 8 耶稣说:“经上记着说:‘当拜主你的神,单要侍奉他。’” 9 魔鬼又领他到耶路撒冷去,叫他站在殿顶[a]上,对他说:“你若是神的儿子,可以从这里跳下去! 10 因为经上记着说:‘主要为你吩咐他的使者保护你, 11 他们要用手托着你,免得你的脚碰在石头上。’” 12 耶稣对他说:“经上说:‘不可试探主你的神。’”
13 魔鬼用完了各样的试探,就暂时离开耶稣。
14 耶稣满有圣灵的能力,回到加利利,他的名声就传遍了四方。 15 他在各会堂里教训人,众人都称赞他。
耶稣在拿撒勒传道
16 耶稣来到拿撒勒,就是他长大的地方,在安息日,照他平常的规矩进了会堂,站起来要念圣经。 17 有人把先知以赛亚的书交给他,他就打开,找到一处写着说: 18 “主的灵在我身上,因为他用膏膏我,叫我传福音给贫穷的人,差遣我报告被掳的得释放、瞎眼的得看见,叫那受压制的得自由, 19 报告神悦纳人的禧年。” 20 于是把书卷起来,交还执事,就坐下。会堂里的人都定睛看他。 21 耶稣对他们说:“今天这经应验在你们耳中了。” 22 众人都称赞他,并稀奇他口中所出的恩言,又说:“这不是约瑟的儿子吗?” 23 耶稣对他们说:“你们必引这俗语向我说:‘医生,你医治自己吧!我们听见你在迦百农所行的事,也当行在你自己家乡里!’” 24 又说:“我实在告诉你们:没有先知在自己家乡被人悦纳的。
被撵出城
25 “我对你们说实话,当以利亚的时候,天闭塞了三年零六个月,遍地有大饥荒,那时以色列中有许多寡妇, 26 以利亚并没有奉差往她们一个人那里去,只奉差往西顿的撒勒法一个寡妇那里去。 27 先知以利沙的时候,以色列中有许多长大麻风的,但内中除了叙利亚国的乃缦,没有一个得洁净的。” 28 会堂里的人听见这话,都怒气满胸, 29 就起来撵他出城。他们的城造在山上。他们带他到山崖,要把他推下去。 30 他却从他们中间直行,过去了。
在迦百农赶逐污鬼
31 耶稣下到迦百农,就是加利利的一座城,在安息日教训众人。 32 他们很稀奇他的教训,因为他的话里有权柄。 33 在会堂里有一个人被污鬼的精气附着,大声喊叫说: 34 “唉!拿撒勒的耶稣,我们与你有什么相干?你来灭我们吗?我知道你是谁,乃是神的圣者!” 35 耶稣责备他说:“不要作声!从这人身上出来吧!”鬼把那人摔倒在众人中间,就出来了,却也没有害他。 36 众人都惊讶,彼此对问说:“这是什么道理呢?因为他用权柄能力吩咐污鬼,污鬼就出来。” 37 于是耶稣的名声传遍了周围地方。
医西门岳母
38 耶稣出了会堂,进了西门的家。西门的岳母害热病甚重,有人为她求耶稣。 39 耶稣站在她旁边,斥责那热病,热就退了。她立刻起来服侍他们。
40 日落的时候,凡有病人的,不论害什么病,都带到耶稣那里。耶稣按手在他们各人身上,医好他们。 41 又有鬼从好些人身上出来,喊着说:“你是神的儿子!”耶稣斥责他们,不许他们说话,因为他们知道他是基督。
42 天亮的时候,耶稣出来,走到旷野地方。众人去找他,到了他那里,要留住他,不要他离开他们。 43 但耶稣对他们说:“我也必须在别城传神国的福音,因我奉差原是为此。”
44 于是耶稣在加利利的各会堂传道。
Footnotes
- 路加福音 4:9 “顶”原文作“翅”。
Lucas 4
Reina-Valera 1960
Tentación de Jesús
(Mt. 4.1-11; Mr. 1.12-13)
4 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto 2 por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. 3 Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. 4 Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre,(A) sino de toda palabra de Dios. 5 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. 6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. 7 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. 8 Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.(B) 9 Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; 10 porque escrito está:
A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden;(C)
11 y,
En las manos te sostendrán,
Para que no tropieces con tu pie en piedra.(D)
12 Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.(E) 13 Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.
Jesús principia su ministerio
(Mt. 4.12-17; Mr. 1.14-15)
14 Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. 15 Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos.
Jesús en Nazaret
(Mt. 13.53-58; Mr. 6.1-6)
16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo[a] entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. 17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
18 El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
19 A predicar el año agradable del Señor.(F)
20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. 22 Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es este el hijo de José? 23 Él les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que se han hecho en Capernaum, haz también aquí en tu tierra. 24 Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra.(G) 25 Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra;(H) 26 pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón.(I) 27 Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio.(J) 28 Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira; 29 y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle. 30 Mas él pasó por en medio de ellos, y se fue.
Un hombre que tenía un espíritu inmundo
(Mr. 1.21-28)
31 Descendió Jesús a Capernaum, ciudad de Galilea; y les enseñaba en los días de reposo.[b] 32 Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad.(K) 33 Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz, 34 diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios. 35 Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno. 36 Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen? 37 Y su fama se difundía por todos los lugares de los contornos.
Jesús sana a la suegra de Pedro
(Mt. 8.14-15; Mr. 1.29-31)
38 Entonces Jesús se levantó y salió de la sinagoga, y entró en casa de Simón. La suegra de Simón tenía una gran fiebre; y le rogaron por ella. 39 E inclinándose hacia ella, reprendió a la fiebre; y la fiebre la dejó, y levantándose ella al instante, les servía.
Muchos sanados al ponerse el sol
(Mt. 8.16-17; Mr. 1.32-34)
40 Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. 41 También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo.
Jesús recorre Galilea predicando
(Mr. 1.35-39)
42 Cuando ya era de día, salió y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían para que no se fuera de ellos. 43 Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado. 44 Y predicaba en las sinagogas de Galilea.
Footnotes
- Lucas 4:16 Aquí equivale a sábado.
- Lucas 4:31 Aquí equivale a sábado.
Lucas 4
Nueva Versión Internacional
Tentación de Jesús(A)
4 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto. 2 Allí estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo. No comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre.
3 —Si eres el Hijo de Dios —propuso el diablo—, ordénale a esta piedra que se convierta en pan.
4 Jesús respondió:
—Escrito está: “No solo de pan vive el hombre”.[a]
5 Entonces el diablo lo llevó a un lugar alto y le mostró en un instante todos los reinos del mundo.
6 —Sobre estos reinos y todo su esplendor —le dijo—, te daré la autoridad, porque a mí me ha sido entregada y puedo dársela a quien yo quiera. 7 Así que, si me adoras, todo será tuyo.
8 Jesús contestó:
—Escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él”.[b]
9 Luego el diablo lo llevó a Jerusalén e hizo que se pusiera de pie sobre la parte más alta del Templo y le dijo:
—Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo desde aquí. 10 Pues escrito está:
»“Ordenará que sus ángeles te protejan con sumo cuidado.
11 En sus manos te sostendrán
para que no tropieces con piedra alguna”.[c]
12 —Está dicho: “No pongas a prueba al Señor tu Dios”[d] —respondió Jesús.
13 Así que el diablo, habiendo agotado todo recurso de tentación, lo dejó hasta otra oportunidad.
Rechazan a Jesús en Nazaret
14 Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu y se extendió su fama por toda aquella región. 15 Enseñaba en las sinagogas y todos lo admiraban.
16 Fue a Nazaret, donde se había criado, y un sábado entró en la sinagoga, como era su costumbre. Se levantó para hacer la lectura 17 y le entregaron el libro del profeta Isaías. Al desenrollarlo, encontró el lugar donde estaba escrito:
18 «El Espíritu del Señor está sobre mí,
por cuanto me ha ungido
para anunciar buenas noticias a los pobres.
Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos
y dar vista a los ciegos,
a poner en libertad a los oprimidos,
19 a pregonar el año del favor del Señor».[e]
20 Luego enrolló el libro, se lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos los que estaban en la sinagoga lo miraban detenidamente 21 y él comenzó a hablarles: «Hoy se cumple esta Escritura en presencia de ustedes».
22 Todos dieron su aprobación, impresionados por las hermosas palabras[f] que salían de su boca. «¿No es este el hijo de José?», se preguntaban.
23 Jesús continuó: «Seguramente ustedes me van a citar el proverbio: “¡Médico, cúrate a ti mismo! Haz aquí en tu tierra lo que hemos oído que hiciste en Capernaúm”. 24 Pues bien, les aseguro que a ningún profeta lo aceptan en su propia tierra. 25 No cabe duda de que en tiempos de Elías, cuando el cielo se cerró por tres años y medio, de manera que hubo una gran hambre en toda la tierra, muchas viudas vivían en Israel. 26 Sin embargo, Elías no fue enviado a ninguna de ellas, sino a una viuda de Sarepta, en los alrededores de Sidón. 27 Así mismo, había en Israel muchos con alguna enfermedad de la piel en tiempos del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue sanado, sino Naamán el sirio».
28 Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron. 29 Se levantaron, lo expulsaron del pueblo y lo llevaron hasta la cumbre de la colina sobre la que estaba construido el pueblo, para tirarlo por el precipicio. 30 Pero él pasó por en medio de ellos y se fue.
Jesús expulsa a un espíritu maligno(B)
31 Jesús bajó a Capernaúm, un pueblo de Galilea, y el día sábado enseñaba a la gente. 32 Estaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad.
33 Había en la sinagoga un hombre que estaba poseído por un espíritu maligno, quien gritó con todas sus fuerzas:
34 —¡Ah! ¿Por qué te entrometes, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios!
35 —¡Cállate! —lo reprendió Jesús—. ¡Sal de ese hombre!
Entonces el demonio derribó al hombre en medio de la gente y salió de él sin hacerle ningún daño.
36 Todos se asustaron y se decían unos a otros: «¿Qué clase de palabra es esta? ¡Con autoridad y poder da órdenes a los espíritus malignos y salen!». 37 Y su fama se extendió por todo aquel lugar.
Jesús sana a muchos enfermos(C)(D)
38 Cuando Jesús salió de la sinagoga, fue a casa de Simón, cuya suegra estaba enferma con una fiebre muy alta. Pidieron a Jesús que la ayudara, 39 así que se inclinó sobre ella, reprendió a la fiebre y esta se le quitó. Ella se levantó enseguida y comenzó a servirles.
40 Al ponerse el sol, la gente llevó a Jesús todos los que padecían de diversas enfermedades; él puso las manos sobre cada uno de ellos y los sanó. 41 Además, de muchas personas salían demonios que gritaban: «¡Tú eres el Hijo de Dios!». Pero él los reprendía y no los dejaba hablar porque sabían que él era el Cristo.
42 Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar solitario. La gente andaba buscándolo y, cuando llegaron adonde él estaba, procuraban detenerlo para que no se fuera. 43 Pero él les dijo: «Es preciso que anuncie también a los demás pueblos las buenas noticias del reino de Dios, porque para esto fui enviado».
44 Y siguió predicando en las sinagogas de Judea.[g]
Lucas 4
Dios Habla Hoy
El diablo pone a prueba a Jesús(A)
4 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del río Jordán, y el Espíritu lo llevó al desierto. 2 Allí estuvo cuarenta días, y el diablo lo puso a prueba. No comió nada durante esos días, así que después sintió hambre. 3 El diablo entonces le dijo:
—Si de veras eres Hijo de Dios, ordena a esta piedra que se convierta en pan.
4 Jesús le contestó:
—La Escritura dice: “No sólo de pan vivirá el hombre.”
5 Luego el diablo lo levantó y, mostrándole en un momento todos los países del mundo, 6 le dijo:
—Yo te daré todo este poder y la grandeza de estos países. Porque yo lo he recibido, y se lo daré al que quiera dárselo. 7 Si te arrodillas y me adoras, todo será tuyo.
8 Jesús le contestó:
—La Escritura dice: “Adora al Señor tu Dios, y sírvele sólo a él.”
9 Después el diablo lo llevó a la ciudad de Jerusalén, lo subió a la parte más alta del templo y le dijo:
—Si de veras eres Hijo de Dios, tírate abajo desde aquí; 10 porque la Escritura dice:
“Dios mandará que sus ángeles
te cuiden y te protejan.
11 Te levantarán con sus manos,
para que no tropieces con piedra alguna.”
12 Jesús le contestó:
—También dice la Escritura: “No pongas a prueba al Señor tu Dios.”
13 Cuando ya el diablo no encontró otra forma de poner a prueba a Jesús, se alejó de él por algún tiempo.
Jesús comienza su actividad en Galilea(B)
14 Jesús volvió a Galilea lleno del poder del Espíritu Santo, y se hablaba de él por toda la tierra de alrededor. 15 Enseñaba en la sinagoga de cada lugar, y todos le alababan.
Jesús en Nazaret(C)
16 Jesús fue a Nazaret, el pueblo donde se había criado. El sábado entró en la sinagoga, como era su costumbre, y se puso de pie para leer las Escrituras. 17 Le dieron a leer el libro del profeta Isaías, y al abrirlo encontró el lugar donde estaba escrito:
18 «El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha consagrado
para llevar la buena noticia a los pobres;
me ha enviado a anunciar libertad a los presos
y dar vista a los ciegos;
a poner en libertad a los oprimidos;
19 a anunciar el año favorable del Señor.»
20 Luego Jesús cerró el libro, lo dio al ayudante de la sinagoga y se sentó. Todos los que estaban allí tenían la vista fija en él. 21 Él comenzó a hablar, diciendo:
—Hoy mismo se ha cumplido la Escritura que ustedes acaban de oír.
22 Todos hablaban bien de Jesús y estaban admirados de las cosas tan bellas que decía. Se preguntaban:
—¿No es éste el hijo de José?
23 Jesús les respondió:
—Seguramente ustedes me dirán este refrán: “Médico, cúrate a ti mismo.” Y además me dirán: “Lo que oímos que hiciste en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu propia tierra.”
24 Y siguió diciendo:
—Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra. 25 Verdaderamente, había muchas viudas en Israel en tiempos del profeta Elías, cuando no llovió durante tres años y medio y hubo mucha hambre en todo el país; 26 pero Elías no fue enviado a ninguna de las viudas israelitas, sino a una de Sarepta, cerca de la ciudad de Sidón. 27 También había en Israel muchos enfermos de lepra en tiempos del profeta Eliseo, pero no fue sanado ninguno de ellos, sino Naamán, que era de Siria.
28 Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se enojaron mucho. 29 Se levantaron y echaron del pueblo a Jesús, llevándolo a lo alto del monte sobre el cual el pueblo estaba construido, para arrojarlo abajo desde allí. 30 Pero Jesús pasó por en medio de ellos y se fue.
Un hombre que tenía un espíritu impuro(D)
31 Jesús fue a Cafarnaúm, un pueblo de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. 32 Y la gente se admiraba de cómo les enseñaba, porque hablaba con plena autoridad.
33 En la sinagoga había un hombre que tenía un demonio o espíritu impuro, el cual gritó con fuerza:
34 —¡Déjanos! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo te conozco, y sé que eres el Santo de Dios.
35 Jesús reprendió a aquel demonio, diciéndole:
—¡Cállate y deja a este hombre!
Entonces el demonio arrojó al hombre al suelo delante de todos, y salió de él sin hacerle ningún daño. 36 Todos se asustaron, y se decían unos a otros:
—¿Qué palabras son éstas? Con toda autoridad y poder este hombre ordena a los espíritus impuros que salgan, ¡y ellos salen!
37 Y se hablaba de Jesús por todos los lugares de la región.
Jesús sana a la suegra de Simón(E)
38 Jesús salió de la sinagoga y entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba enferma, con mucha fiebre, y rogaron por ella a Jesús. 39 Jesús se inclinó sobre ella y reprendió a la fiebre, y la fiebre se le quitó. Al momento, ella se levantó y comenzó a atenderlos.
Jesús sana a muchos enfermos(F)
40 Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diferentes enfermedades los llevaron a Jesús; y él puso las manos sobre cada uno de ellos, y los sanó. 41 De muchos enfermos también salieron demonios, que gritaban:
—¡Tú eres el Hijo de Dios!
Pero Jesús reprendía a los demonios y no los dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías.
Jesús anuncia el mensaje en las sinagogas(G)
42 Al amanecer, Jesús salió fuera de la ciudad, a un lugar solitario. Pero la gente lo buscó, y llegaron a donde él estaba. Querían detenerlo, para que no se fuera, 43 pero Jesús les dijo:
—También tengo que anunciar la buena noticia del reino de Dios a los otros pueblos, porque para esto fui enviado.
44 Así iba Jesús anunciando el mensaje en las sinagogas del país de los judíos.
Lucas 4
Traducción en lenguaje actual
Jesús vence al diablo
4 El Espíritu de Dios llenó a Jesús con su poder. Y cuando Jesús se alejó del río Jordán, el Espíritu lo guió al desierto.
2 Allí, durante cuarenta días, el diablo trató de hacerlo caer en sus trampas, y en todo ese tiempo Jesús no comió nada.[a] Cuando pasaron los cuarenta días, Jesús sintió hambre.
3 Entonces el diablo le dijo:
—Si en verdad eres el Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan.
4 Jesús le contestó:
—La Biblia dice: “No sólo de pan vive la gente”.
5 Después el diablo llevó a Jesús a un lugar alto. Desde allí, en un momento, le mostró todos los países más ricos y poderosos del mundo, 6 y le dijo:
—Todos estos países me los dieron a mí, y puedo dárselos a quien yo quiera. 7 Yo te haré dueño de todos ellos, si te arrodillas delante de mí y me adoras.
8 Jesús le respondió:
—La Biblia dice: “Adoren a Dios, y obedézcanlo sólo a él.”
9 Finalmente, el diablo llevó a Jesús a la ciudad de Jerusalén, hasta la parte más alta del templo, y allí le dijo:
—Si en verdad eres el Hijo de Dios, tírate desde aquí, 10 pues la Biblia dice:
“Dios mandará a sus ángeles
para que te cuiden.
11 Ellos te sostendrán,
para que no te lastimes los pies
contra ninguna piedra.”
12 Jesús le contestó:
—La Biblia también dice: “Nunca trates de hacer caer a Dios en una trampa.”
13 El diablo le puso a Jesús todas las trampas posibles, y como ya no encontró más qué decir, se alejó de él por algún tiempo.
Jesús comienza su trabajo
14-15 Jesús regresó a la región de Galilea lleno del poder del Espíritu de Dios. Iba de lugar en lugar enseñando en las sinagogas, y toda la gente hablaba bien de él. Y así Jesús pronto llegó a ser muy conocido en toda la región. 16 Después volvió a Nazaret, el pueblo donde había crecido.
Un sábado, como era su costumbre, fue a la sinagoga. Cuando se levantó a leer, 17 le dieron el libro del profeta Isaías. Jesús lo abrió y leyó:
18 «El Espíritu de Dios está sobre mí,
porque me eligió y me envió
para dar buenas noticias a los pobres,
para anunciar libertad a los prisioneros,
para devolverles la vista a los ciegos,
para rescatar a los que son maltratados
19 y para anunciar a todos que:
“¡Éste es el tiempo que Dios eligió
para darnos salvación!”»
20 Jesús cerró el libro, lo devolvió al encargado y se sentó. Todos los que estaban en la sinagoga se quedaron mirándolo. 21 Entonces Jesús les dijo: «Hoy se ha cumplido ante ustedes esto que he leído.»
22 Todos hablaban bien de Jesús, pues se admiraban de lo agradables que eran sus enseñanzas. La gente preguntaba:
—¿No es éste el hijo de José?
23 Jesús les respondía:
—Sin duda ustedes me recitarán este dicho: “¡Médico, primero cúrate a ti mismo!”
»Ustedes saben todo lo que he hecho en Cafarnaúm, y por eso ahora me pedirán que haga aquí lo mismo. 24 Pero les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su propio pueblo. 25 Hace muchos años, cuando aún vivía el profeta Elías, no llovió durante tres años y medio, y la gente se moría de hambre. 26 Y aunque había en Israel muchas viudas, Dios no envió a Elías para ayudarlas a todas, sino solamente a una viuda del pueblo de Sarepta, cerca de la ciudad de Sidón. 27 En ese tiempo, también había en Israel muchas personas enfermas de lepra, pero Eliseo sanó solamente a Naamán, que era del país de Siria.
28 Al oír eso, los que estaban en la sinagoga se enojaron muchísimo. 29 Entonces sacaron de allí a Jesús, y lo llevaron a lo alto de la colina donde estaba el pueblo, pues querían arrojarlo por el precipicio. 30 Pero Jesús pasó en medio de ellos, y se fue de Nazaret.
El hombre con un espíritu malo
31 Jesús se fue al pueblo de Cafarnaúm, en la región de Galilea. Allí se puso a enseñar un día sábado. 32 Todos estaban admirados de sus enseñanzas, porque les hablaba con autoridad.
33 En la sinagoga había un hombre que tenía un espíritu malo. El espíritu le gritó a Jesús:
34 —¡Jesús de Nazaret! ¿Qué quieres hacer con nosotros? ¿Acaso vienes a destruirnos? Yo sé quién eres tú. ¡Eres el Hijo de Dios![b]
35 Jesús reprendió al espíritu malo y le dijo:
—¡Cállate, y sal de este hombre!
Delante de todos, el espíritu malo arrojó al hombre al suelo, y salió de él sin hacerle daño.
36 La gente se asombró mucho, y decía: «¿Qué clase de poder tiene este hombre? Con autoridad y poder les ordena a los espíritus malos que salgan, ¡y ellos lo obedecen!»
37 En toda aquella región se hablaba de Jesús y de lo que él hacía.
Jesús sana a mucha gente
38 Jesús salió de la sinagoga y fue a la casa de Simón.
Cuando entró en la casa, le contaron que la suegra de Simón estaba enferma, y que tenía mucha fiebre. 39 Jesús fue a verla, y ordenó que la fiebre se le quitara. La fiebre se le quitó, y la suegra de Simón se levantó y les dio de comer a los que estaban en la casa.
40 Al anochecer, la gente le llevó a Jesús muchas personas con diferentes enfermedades. Jesús puso sus manos sobre los enfermos, y los sanó. 41 Los demonios que salían de la gente gritaban:
—¡Tú eres el Hijo de Dios!
Pero Jesús reprendía a los demonios y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que él era el Mesías.
Jesús anuncia las buenas noticias
42 Al amanecer, Jesús salió de la ciudad y fue a un lugar solitario. Sin embargo, la gente lo buscaba y le pedía que no se fuera del pueblo. 43 Pero Jesús les dijo: «Dios me ha enviado a anunciar a todos las buenas noticias de su reino. Por eso debo ir a otros poblados.»
44 Entonces Jesús fue a las sinagogas de todo el país, y allí anunciaba las buenas noticias.
Footnotes
- Lucas 4:2 No comió nada: En ciertas ocasiones especiales, los judíos dejaban de tomar alimentos como muestra de su amor y de su servicio a Dios.
- Lucas 4:34 Hijo de Dios: lit. Santo de Dios. Esta expresión tiene su base en la relación especial de Jesús como Hijo de Dios.
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