约翰福音 6
Chinese Standard Bible (Simplified)
五饼二鱼
6 这些事以后,耶稣渡过加利利湖[a],也就是太巴列湖,到对岸去。 2 有一大群人,因为看到他在病人身上所行的神迹,就跟随他。
3 耶稣上了山,与他的门徒们在那里坐下。 4 那时犹太人的逾越节快到了。 5 耶稣举目观看,见一大群人向他走来,就对腓力说:“我们从哪里买饼给这些人吃呢?” 6 他说这话是要试试腓力,其实他自己已经知道要做什么了。
7 腓力回答:“就是两百个银币[b]的饼,也不够每个人吃一小块!”
8 他的一个门徒,就是西门彼得的弟弟安得烈,对耶稣说: 9 “这里有个孩子,带了五个大麦饼和两条鱼。可是对这么多人,这些算什么呢?”
10 耶稣说:“让他们坐下来。”
那地方草多,他们坐了下来;男人的数目约有五千。 11 耶稣就拿起饼来,祝谢以后,分给那些坐着的人[c],把鱼也如此分了,他们要多少就给多少。
12 大家吃饱了以后,耶稣就对他的门徒们说:“把剩下的碎块收拾起来,免得浪费。” 13 他们就把大家吃剩的那五个大麦饼的碎块收拾起来,装满了十二个篮子。
14 众人看见耶稣所行的神迹,就说:“这个人确实是那位要来到世上的先知!” 15 耶稣看出他们要来强迫他做王,就又独自退到山上去了。
在水面上行走
16 到了晚上,他的门徒们下到湖边。 17 他们上了船,开始渡过湖往迦百农去。原来天色已经黑了,而耶稣还没有来到他们那里。 18 当时,大风吹起,湖水翻腾。 19 他们已经划了约有四、五公里[d],看到耶稣在湖面上行走,逐渐向船靠近,他们就感到惧怕。
20 耶稣对他们说:“是我,不要怕!” 21 门徒们这才愿意接他上船。船立刻就到了他们所要去的地方。
生命的粮
22 第二天,留在湖对岸的众人,知道在那里除了一条小船之外[e],没有别的船;而且知道耶稣没有和他的门徒们一起上船,是门徒们自己去的。 23 有几条别的小船从太巴列城来,靠近主祝谢后众人吃饼的地方。 24 这样,众人一发现耶稣已经不在那里,连他的门徒们也不在那里,就上了船,往迦百农去找耶稣。
25 他们在湖的对岸找到了耶稣,就问他:“拉比,你是什么时候到这里来的?”
26 耶稣回答说:“我确确实实地告诉你们:你们找我,并不是因为看见了神迹,而是因为你们吃饼吃饱了。 27 不要为那会腐败的食物做工,而要为那存留到永生的食物做工。这食物就是人子要给你们的,因为人子是父神所印证的。”
28 他们问:“我们应该做什么,才算做神的工作呢?”
29 耶稣回答说:“信神所派来的那一位,就是做神的工作。”
30 他们就问:“那么,你行个什么神迹,好让我们看了就可以信你呢?你可以做什么呢? 31 我们的祖先在旷野吃了吗哪,正如经上所记:‘他把从天上来的粮赐给他们吃。’[f]”
32 耶稣对他们说:“我确确实实地告诉你们:那从天上来的粮不是摩西赐给你们的,而是我父把从天上来的真粮赐给了你们。 33 要知道,神的粮就是从天上降下来、赐生命给世人的那一位。”
34 他们就对耶稣说:“主啊,请你时常把这粮赐给我们!”
35 耶稣对他们说:“我就是生命的粮。到我这里来的人,绝不饥饿;信我的人,永不干渴。 36 但是我告诉过你们,你们虽然看到了我[g],还是不信。 37 凡是父赐给我的人,都会到我这里来,而到我这里来的人,我绝不丢弃[h], 38 因为我从天上降下来,不是要行自己的意思,而是要行那派我来者的意思。 39 那派我来者[i]的旨意,就是要我不失去他赐给我的任何人,而且要我在末日使他复活。 40 要知道,我父[j]的旨意正是:所有看见子而信他的人都得到永恒的生命,并且在末日,我将要使他复活。”
41 这时候,一些犹太人因为耶稣说‘我是从天上降下来的粮’,就私下议论他, 42 并说:“这不就是约瑟的儿子耶稣吗?我们不都认识他的父母吗?现在他怎么说‘我是从天上降下来的’呢?”
43 耶稣就对他们说:“你们不要彼此议论了。 44 如果不是派我来的父引领他,没有人能到我这里来;到我这里来的,在末日我还要使他复活。 45 先知书上记着:‘他们都将成为神所教导的人。’[k]任何人听了并领会了从父而来的教导,就会到我这里来。 46 这并不是说,有谁看到父;只有从神而来的那一位,他才看到父。
47 “我确确实实地告诉你们:信我[l]的人,就有永恒的生命。 48 我就是生命的粮。 49 你们的祖先在旷野吃了吗哪,还是死了。 50 那从天上降下来、让人吃了而不死的粮,就在这里。 51 我就是从天上降下来的生命的粮。人如果吃了这粮,就将活着,直到永远。我要赐的粮就是我的肉身,是为了世人的生命所赐的[m]。”
52 于是那些犹太人彼此争论,说:“这个人怎么能把自己的肉身给我们吃呢?”
53 耶稣说:“我确确实实地告诉你们:如果你们不吃人子的肉,不喝人子的血,你们里面就没有生命。 54 吃我肉、喝我血的人,就有永恒的生命,在末日我还要使他复活; 55 因为我的肉是真食物,我的血是真饮物。 56 吃我肉、喝我血的人,住在我里面,我也住在他里面。 57 永生的父怎样差派了我,我又因父而活,照样,以我为食的人也将因我而活。 58 这才是从天上降下来的粮,不像吗哪。你们的[n]祖先吃过吗哪还是死了,而吃这粮的人就将活着,直到永远。”
59 这些话是耶稣在迦百农教导人的时候,在会堂里说的。
许多门徒离开耶稣
60 他的门徒当中有许多人听了,就说:“这话实在严厉,谁能听呢?”
61 耶稣自己里面知道他的门徒们为这话私下议论,就对他们说:“这话绊倒你们[o]吗? 62 所以,如果你们看见人子升到他原先所在的地方,你们会怎么样呢? 63 赐人生命的是灵[p],肉体没有什么用。我对你们说的话就是灵,就是生命。 64 然而你们当中有一些不信的人。”原来,耶稣从起初就知道哪些人不[q]信,也知道哪一个人要出卖他。 65 耶稣又说:“所以我告诉过你们:如果不是蒙父所赐,没有人能到我这里来。”
66 从此耶稣的门徒中有许多人离开回到背后的事上,不再与他同行。 67 耶稣就对十二使徒[r]说:“你们也不会想离开吧?”
68 西门彼得回答:“主啊,你有永恒生命的话语,我们还去归从谁呢? 69 我们已经相信,也知道你就是神的那位圣者。[s]”
70 耶稣对他们说:“我不是拣选了你们十二使徒吗?可是你们当中有一个是魔鬼。” 71 耶稣说的是加略人西门的儿子[t]犹大;这个人虽然是十二使徒中的一个,后来却要出卖耶稣。
Footnotes
- 约翰福音 6:1 湖——原文直译“海”。
- 约翰福音 6:7 两百个银币——原文为“200得拿利”。1得拿利=约1日工资的罗马银币。
- 约翰福音 6:11 分给那些坐着的人——有古抄本作“分给门徒们,门徒们又分给那些坐着的人”。
- 约翰福音 6:19 四、五公里——原文为“25-30视距”。1视距=185公尺。
- 约翰福音 6:22 除了一条小船之外——有古抄本作“除了耶稣的门徒们上的那一条小船之外”。
- 约翰福音 6:31 《出埃及记》16:4;《诗篇》78:24。
- 约翰福音 6:36 有古抄本没有“我”。
- 约翰福音 6:37 丢弃——原文直译“赶出去”。
- 约翰福音 6:39 有古抄本附“——父”。
- 约翰福音 6:40 我父——有古抄本作“那派我来者”。
- 约翰福音 6:45 《以赛亚书》54:13。
- 约翰福音 6:47 有古抄本没有“我”。
- 约翰福音 6:51 有古抄本没有“所赐的”。
- 约翰福音 6:58 有古抄本没有“吗哪。你们的”。
- 约翰福音 6:61 绊倒你们——或译作“使你们觉得反感”。
- 约翰福音 6:63 灵——或译作“圣灵”。
- 约翰福音 6:64 有古抄本没有“不”。
- 约翰福音 6:67 使徒——辅助词语。
- 约翰福音 6:69 你就是神的那位圣者。——有古抄本作“你就是基督,永生神的儿子。”
- 约翰福音 6:71 儿子——辅助词语。
Juan 6
Reina Valera Contemporánea
Alimentación de los cinco mil(A)
6 Después de esto, Jesús se dirigió al otro lado del lago de Galilea, el lago de Tiberias. 2 Y una gran multitud lo seguía, porque veía las señales que hacía en los enfermos. 3 Entonces Jesús subió a un monte, y se sentó allí con sus discípulos. 4 Ya estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos. 5 Cuando Jesús alzó la vista y vio que una gran multitud se acercaba a él, le dijo a Felipe: «¿Dónde compraremos pan, para que éstos coman?» 6 Pero decía esto para ponerlo a prueba, pues él ya sabía lo que estaba por hacer. 7 Felipe le respondió: «Ni doscientos denarios de pan bastarían para que cada uno de ellos recibiera un poco.» 8 Andrés, que era hermano de Simón Pedro y uno de sus discípulos, le dijo: 9 «Aquí está un niño, que tiene cinco panes de cebada y dos pescados pequeños; pero ¿qué es esto para tanta gente?» 10 Entonces Jesús dijo: «Hagan que la gente se recueste.» Había mucha hierba en aquel lugar, y se recostaron como cinco mil hombres. 11 Jesús tomó aquellos panes, y luego de dar gracias los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados. Esto mismo hizo con los pescados, y les dio cuanto querían. 12 Cuando quedaron saciados, les dijo a sus discípulos: «Recojan los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.» 13 Entonces ellos los recogieron, y con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada a los que habían comido, llenaron doce cestas. 14 Al ver aquellos hombres la señal que Jesús había hecho, dijeron: «Verdaderamente, éste es el profeta que había de venir al mundo.»
15 Cuando Jesús se dio cuenta de que iban a venir para apoderarse de él y hacerlo rey, volvió a retirarse al monte él solo.
Jesús camina sobre el agua(B)
16 Al anochecer sus discípulos bajaron al lago, 17 y en una barca comenzaron a cruzar el lago hacia Cafarnaún. Ya estaba oscuro, y Jesús no había venido a reunirse con ellos. 18 Y el lago se agitaba con un gran viento que soplaba. 19 Habrían remado unos veinticinco o treinta estadios, cuando vieron a Jesús caminar sobre el lago y acercarse a la barca. Y tuvieron miedo. 20 Pero él les dijo: «Yo soy; no teman.» 21 Entonces ellos gustosamente lo recibieron en la barca, y ésta llegó enseguida a la tierra adonde iban.
La gente busca a Jesús
22 Al día siguiente, la gente que estaba al otro lado del lago vio que allí no había habido más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que éstos se habían ido solos. 23 Pero otras barcas habían arribado de Tiberias, cerca del lugar donde habían comido el pan después de haber dado gracias el Señor. 24 Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, entraron en las barcas y fueron a Cafarnaún, para buscar a Jesús.
Jesús, el pan de vida
25 Cuando lo hallaron al otro lado del lago, le dijeron: «Rabí, ¿cuándo llegaste acá?» 26 Jesús les respondió: «De cierto, de cierto les digo que ustedes no me buscan por haber visto señales, sino porque comieron el pan y quedaron satisfechos. 27 Trabajen, pero no por la comida que perece, sino por la comida que permanece para vida eterna, la cual el Hijo del Hombre les dará; porque a éste señaló Dios el Padre.» 28 Entonces le dijeron: «¿Y qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?» 29 Jesús les respondió: «Ésta es la obra de Dios: que crean en aquel que él ha enviado.» 30 Le dijeron entonces: «Pero ¿qué señal haces tú, para que veamos y te creamos? ¿Qué es lo que haces? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto,(C) tal y como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer.”»(D) 32 Y Jesús les dijo: «De cierto, de cierto les digo, que no fue Moisés quien les dio el pan del cielo, sino que es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. 33 Y el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.» 34 Le dijeron: «Señor, danos siempre este pan.»
35 Jesús les dijo: «Yo soy el pan de vida. El que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. 36 Pero yo les he dicho que, aunque me han visto, no creen. 37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no lo echo fuera. 38 Porque no he descendido del cielo para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39 Y ésta es la voluntad del que me envió: Que de todo lo que él me dio, yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día final. 40 Y ésta es la voluntad de mi Padre: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo lo resucitaré en el día final.»
41 Los judíos murmuraban acerca de él, porque había dicho: «Yo soy el pan que descendió del cielo.» 42 Y decían: «¿Acaso no es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? Entonces ¿cómo puede decir: “Del cielo he descendido”?» 43 Jesús les respondió: «No estén murmurando entre ustedes. 44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no lo trae. Y yo lo resucitaré en el día final. 45 En los profetas está escrito: “Y todos serán enseñados por Dios.”(E) Así que, todo aquel que ha oído al Padre, y ha aprendido de él, viene a mí. 46 No es que alguno haya visto al Padre, sino el que vino de Dios; éste sí ha visto al Padre. 47 De cierto, de cierto les digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de vida. 49 Los padres de ustedes comieron el maná en el desierto, y murieron. 50 Éste es el pan que desciende del cielo, para que el que coma de él, no muera. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual daré por la vida del mundo.»
52 Los judíos discutían entre sí, y decían: «¿Y cómo puede éste darnos a comer su carne?» 53 Jesús les dijo: «De cierto, de cierto les digo: Si no comen la carne del Hijo del Hombre, y beben su sangre, no tienen vida en ustedes. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día final. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. 57 Así como el Padre viviente me envió, y yo vivo por el Padre, así también el que me come también vivirá por mí. 58 Éste es el pan que descendió del cielo. No es como el pan que comieron los padres de ustedes, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.» 59 Jesús dijo estas cosas en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.
Palabras de vida eterna
60 Al oír esto, muchos de sus discípulos dijeron: «Dura es esta palabra; ¿quién puede escucharla?» 61 Jesús, al darse cuenta de que sus discípulos murmuraban acerca de esto, les dijo: «¿Esto les resulta escandaloso? 62 ¿Pues qué pasaría si vieran al Hijo del Hombre ascender adonde antes estaba? 63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida. 64 Pero hay algunos de ustedes que no creen.» Y es que Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién lo entregaría, 65 así que dijo: «Por eso les he dicho que ninguno puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.»
66 A partir de entonces muchos de sus discípulos dejaron de seguirlo, y ya no andaban con él. 67 Entonces, Jesús dijo a los doce: «¿También ustedes quieren irse?» 68 Simón Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69 Y nosotros hemos creído, y sabemos, que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.»(F) 70 Jesús les respondió: «¿Y acaso no los he escogido yo a ustedes doce, y uno de ustedes es un diablo?» 71 Y se refería Jesús a Judas Iscariote, hijo de Simón, porque éste era uno de los doce, y era el que lo iba a entregar.
Juan 6
Reina-Valera 1960
Alimentación de los cinco mil
(Mt. 14.13-21; Mr. 6.30-44; Lc. 9.10-17)
6 Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. 2 Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos. 3 Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos. 4 Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos. 5 Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman estos? 6 Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer. 7 Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco. 8 Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: 9 Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? 10 Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones. 11 Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían. 12 Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. 13 Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido. 14 Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.
15 Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo.
Jesús anda sobre el mar
(Mt. 14.22-27; Mr. 6.45-52)
16 Al anochecer, descendieron sus discípulos al mar, 17 y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos. 18 Y se levantaba el mar con un gran viento que soplaba. 19 Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo. 20 Mas él les dijo: Yo soy; no temáis. 21 Ellos entonces con gusto le recibieron en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra adonde iban.
La gente busca a Jesús
22 El día siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar vio que no había habido allí más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que estos se habían ido solos. 23 Pero otras barcas habían arribado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber dado gracias el Señor. 24 Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jesús.
Jesús, el pan de vida
25 Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá? 26 Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. 27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a este señaló Dios el Padre. 28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? 29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado. 30 Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto,(A) como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.(B) 32 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. 33 Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. 34 Le dijeron: Señor, danos siempre este pan.
35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. 36 Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis. 37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. 38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. 40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. 42 Y decían: ¿No es este Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice este: Del cielo he descendido? 43 Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros. 44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. 45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios.(C) Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí. 46 No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; este ha visto al Padre. 47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de vida. 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. 50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
52 Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede este darnos a comer su carne? 53 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 57 Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. 58 Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente. 59 Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum.
Palabras de vida eterna
60 Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? 61 Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? 62 ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero? 63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. 64 Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. 65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.
66 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. 67 Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? 68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69 Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.(D) 70 Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo? 71 Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque este era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.
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