Add parallel Print Page Options

Alimentación de los cinco mil

(Mt. 14.13-21; Mr. 6.30-44; Lc. 9.10-17)

Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos. Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos. Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos. Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman estos? Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer. Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco. Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? 10 Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones. 11 Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían. 12 Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. 13 Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido. 14 Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo.

15 Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo.

Jesús anda sobre el mar

(Mt. 14.22-27; Mr. 6.45-52)

16 Al anochecer, descendieron sus discípulos al mar, 17 y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos. 18 Y se levantaba el mar con un gran viento que soplaba. 19 Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo. 20 Mas él les dijo: Yo soy; no temáis. 21 Ellos entonces con gusto le recibieron en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra adonde iban.

La gente busca a Jesús

22 El día siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar vio que no había habido allí más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que estos se habían ido solos. 23 Pero otras barcas habían arribado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber dado gracias el Señor. 24 Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jesús.

Jesús, el pan de vida

25 Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá? 26 Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. 27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a este señaló Dios el Padre. 28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? 29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado. 30 Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto,(A) como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.(B) 32 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. 33 Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. 34 Le dijeron: Señor, danos siempre este pan.

35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. 36 Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis. 37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. 38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. 40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. 42 Y decían: ¿No es este Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice este: Del cielo he descendido? 43 Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros. 44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. 45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios.(C) Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí. 46 No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; este ha visto al Padre. 47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de vida. 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. 50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

52 Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede este darnos a comer su carne? 53 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 57 Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. 58 Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente. 59 Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum.

Palabras de vida eterna

60 Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? 61 Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? 62 ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero? 63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. 64 Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. 65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.

66 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. 67 Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? 68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69 Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.(D) 70 Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo? 71 Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque este era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.

Jesus alimenta 5000 homens

(Mt 14.13-21; Mc 6.30-44; Lc 9.10-17)

Depois disso, Jesus atravessou o mar da Galileia, também conhecido como mar de Tiberíades. Uma multidão enorme seguia-o, pois via os sinais que fazia curando os doentes. Assim, Jesus subiu ao monte e sentou-se com os discípulos à sua volta. Estava próxima a Páscoa, a festa anual judaica. Em breve viu que um grande grupo de pessoas subia também a colina à sua procura. Voltando-se para Filipe, perguntou: “Filipe, onde poderemos comprar pão para alimentarmos esta gente toda?” Estava a experimentá-lo, pois já sabia o que ia fazer.

Filipe respondeu-lhe: “Nem com duzentas moedas de prata[a] se comprava pão suficiente para dar um pedaço a cada pessoa.” Um dos discípulos, André, irmão de Simão Pedro, acrescentou: “Está aqui um rapaz com cinco pães de cevada e alguns peixes! Mas de que serve para uma multidão tão numerosa?”

10 “Digam a toda a gente que se sente”, ordenou Jesus. E todos se sentaram na colina relvada; só homens eram aproximadamente 5000. 11 Jesus, pegando nos pães, deu graças a Deus e distribuiu-os entre o povo. Depois fez o mesmo com os peixes. E toda a gente comeu até estar satisfeita. 12 “Agora juntem os sobejos”, disse Jesus aos discípulos, “para que nada se estrague.” 13 E encheram-se doze cestos, só de sobras.

14 Quando o povo se deu conta daquele grande sinal, exclamou: “Sem dúvida é este o Profeta cuja vinda temos esperado!” 15 Jesus percebeu que estavam a ponto de o levar para fazer dele o seu rei. Por isso, subiu o monte, ainda mais para o alto, ficando sozinho.

Jesus anda sobre a água

(Mt 14.22-36; Mc 6.45-52)

16 Ao cair da noite, os discípulos desceram à praia para o esperar. 17 Como estava escuro e Jesus ainda não tinha voltado, meteram-se no barco e remaram para Cafarnaum, do outro lado do lago. 18 Em breve, porém, se abateu um vendaval sobre eles, enquanto remavam, e o mar ficou bravo. 19 Encontravam-se a cinco ou seis quilómetros de terra quando viram Jesus a caminhar sobre o mar e perto do barco, e ficaram cheios de medo. 20 Mas ele disse-lhes: “Sou eu! Não tenham medo!” 21 Fizeram-no entrar e logo o barco chegou ao destino desejado.

22 Na manhã seguinte, de novo no outro lado, as multidões começaram a juntar-se na praia, pois sabiam que ele e os discípulos tinham atravessado juntos e que estes últimos tinham partido no barco, deixando-o em terra. 23 Encontravam-se ali perto várias embarcações pequenas de Tiberíades, perto do local onde tinham comido o pão pelo qual o Senhor tinha dado graças. 24 Quando o povo viu que nem Jesus nem os discípulos estavam ali, meteu-se nas embarcações e atravessou para Cafarnaum, a fim de o procurar.

Jesus, o pão da vida

25 Quando chegaram e o encontraram, disseram: “Mestre, quando chegaste aqui?”

26 Jesus retorquiu: “É realmente como vos digo: vieram ter comigo não porque viram sinais, mas porque vos alimentei e ficaram satisfeitos. 27 Mas não se devem preocupar tanto com coisas que se acabam, tal como o alimento. Trabalhem antes pelo alimento que dura para a vida eterna, que o Filho do Homem vos há de dar, pois disso mesmo o Pai o encarregou.”

28 Perguntaram-lhe então: “Que devemos fazer para obedecer à vontade de Deus?”

29 “A vontade de Deus é que creiam naquele que ele enviou.”

30 Eles responderam: “Que sinal fazes para que creiamos em ti? 31 Os nossos pais comeram do maná, no deserto, como dizem as Escrituras: ‘deu-lhes pão do céu, para se alimentarem.’ ”[b]

32 Jesus disse: “É realmente como vos digo: não foi Moisés quem lho deu, mas meu Pai. Mas agora ele oferece-vos o verdadeiro pão do céu. 33 O pão verdadeiro é aquele que foi enviado do céu por Deus e que dá a vida ao mundo.”

34 “Senhor, dá-nos sempre desse pão!”

35 “Eu sou o pão da vida. Quem vem a mim não terá fome. Quem crê em mim nunca terá sede. 36 O pior, como vos disse, é não acreditarem, mesmo depois de me terem visto. 37 Mas alguns virão ter comigo, aqueles que o Pai me deu, e a esses jamais mandarei embora. 38 Eu vim do céu para fazer a vontade de Deus, que me enviou, e não a minha. 39 E a vontade de Deus é esta: que eu não perca nem um só daqueles que ele me deu, antes os faça viver de novo para a vida eterna, no último dia. 40 Porque a vontade de meu Pai é que todo aquele que vê o Filho, e nele crê, tenha a vida eterna, para que lhe torne a dar vida no último dia.”

41 Então os judeus começaram a murmurar contra ele por dizer que era o pão do céu. 42 “O quê?”, interrogavam-se. “Ele não é outro senão Jesus, filho de José, cujo pai e a mãe conhecemos. Que é isto que diz agora, que veio do céu?”

43 Mas Jesus respondeu: “Não murmurem por eu ter dito isto. 44 Ninguém pode vir a mim se o Pai, que me enviou, o não atrair a mim, e no último dia os trarei a todos de novo para a vida. 45 Como dizem as Escrituras, ‘Todos eles serão ensinados por Deus.’[c] Aqueles que escutam o Pai e que dele aprendem serão atraídos para mim. 46 Aliás, ninguém realmente vê o Pai; só eu o vi.

47 É realmente como vos digo: quem crê em mim tem a vida eterna! 48 Eu sou o pão da vida! 49 Os vossos antepassados, no deserto, comeram o maná e morreram. 50 Mas aqui está o pão que veio do céu e que dá a vida a todo aquele que o come. 51 Eu sou o pão da vida que veio do céu. Quem comer deste pão viverá para sempre. A minha carne é esse pão que darei para dar vida à humanidade.”

52 Então os judeus começaram a discutir entre si acerca do que queriam dizer as suas palavras. “Como nos pode este homem dar a sua carne a comer?”

53 E Jesus repetiu: “É realmente como vos digo: a não ser que comam a carne do Filho do Homem e bebam o seu sangue, não têm vida em vocês mesmos. 54 Mas quem comer a minha carne e beber o meu sangue tem a vida eterna e eu o ressuscitarei no último dia. 55 Porque a minha carne é o alimento verdadeiro e o meu sangue é a bebida verdadeira. 56 Quem come a minha carne e bebe o meu sangue está em mim e eu nele. 57 Assim como eu vivo pelo Pai, que me enviou e vive eternamente, do mesmo modo, aqueles que se alimentam de mim por mim viverão. 58 Eu sou o pão vindo do céu; todo aquele que comer deste pão viverá para sempre e não morrerá. Não é o caso dos vossos antepassados que comeram o maná e morreram.”

59 Estas coisas ele disse enquanto ensinava na sinagoga em Cafarnaum.

Muitos discípulos abandonam Jesus

60 Muitos dos seus discípulos diziam: “Isto é muito difícil de compreender. Quem é que pode aceitar estas coisas?”

61 Jesus sabia que os seus discípulos se queixavam e disse-lhes: “Estas coisas chocam-vos? 62 Então o que pensarão quando me virem, a mim, o Filho do Homem, voltar de novo para o céu? 63 Só o Espírito Santo dá a vida eterna. Pelo poder humano jamais se receberá este dom. As palavras que eu vos disse são espírito e vida. 64 Alguns de vocês, porém, não creem em mim.” Pois Jesus sabia, desde o princípio, quem não cria e quem o ia trair. 65 “Era isto que eu queria dizer quando revelei que ninguém pode vir a mim a não ser que o Pai o traga.”

66 Nesta altura muitos dos seus discípulos afastaram-se e abandonaram-no. 67 Jesus voltou-se para os doze e perguntou-lhes: “Também se querem ir embora?”

68 Simão Pedro respondeu: “Mestre, para quem iremos nós? Só tu tens as palavras que dão a vida eterna! 69 Nós acreditamos nelas e sabemos que és o Santo de Deus.”

70 Então Jesus informou: “Escolhi-vos a todos, mas um é um diabo.” 71 Falava-lhes de Judas, filho de Simão Iscariotes, um dos doze, que o iria trair.

Footnotes

  1. 6.7 Literalmente, duzentos denários.
  2. 6.31 Êx 16.4; Ne 9.15; Sl 78.24-25.
  3. 6.45 Is 54.13.

Jesús alimenta a cinco mil personas(A)

Algún tiempo después, Jesús se fue a la otra orilla del lago de Galilea o de Tiberíades. Y mucha gente lo seguía porque veían las señales que hacía en los enfermos. Entonces subió Jesús a una colina y se sentó con sus discípulos. Faltaba muy poco tiempo para la fiesta judía de la Pascua.

Cuando Jesús alzó la vista y vio una gran multitud que venía hacia él, dijo a Felipe:

—¿Dónde vamos a comprar pan para que coma esta gente?

Esto lo dijo solo para ponerlo a prueba, porque él ya sabía lo que iba a hacer.

—Ni con el salario de más de seis meses de trabajo[a] podríamos comprar suficiente pan para darle un pedazo a cada uno —respondió Felipe.

Otro de sus discípulos, Andrés, que era hermano de Simón Pedro, le dijo:

—Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?

10 —Hagan que se sienten todos —ordenó Jesús.

En ese lugar había mucha hierba, así que se sentaron. Los varones adultos eran como cinco mil. 11 Jesús tomó entonces los panes, dio gracias y distribuyó a los que estaban sentados todo lo que quisieron. Lo mismo hizo con los pescados.

12 Una vez que quedaron satisfechos, dijo a sus discípulos:

—Recojan los pedazos que sobraron, para que no se desperdicie nada.

13 Así que recogieron los pedazos que habían sobrado de los cinco panes de cebada y llenaron doce canastas.

14 Al ver la señal milagrosa que Jesús había realizado, la gente comenzó a decir: «En verdad este es el profeta que había de venir al mundo». 15 Pero Jesús, dándose cuenta de que querían llevárselo a la fuerza y declararlo rey, se retiró de nuevo a la montaña él solo.

Jesús camina sobre el agua(B)

16 Cuando ya anochecía, sus discípulos bajaron al lago, 17 subieron a una barca y comenzaron a cruzar el lago en dirección a Capernaúm. Para entonces ya había oscurecido y Jesús todavía no se les había unido. 18 Por causa del fuerte viento que soplaba, el lago estaba agitado. 19 Habrían remado unos cinco o seis kilómetros[b] cuando vieron que Jesús se acercaba a la barca, caminando sobre el agua, y se asustaron. 20 Pero él les dijo: «Soy yo. No tengan miedo». 21 Así que se dispusieron a recibirlo a bordo y enseguida la barca llegó a la playa, lugar al que se dirigían.

22 Al día siguiente, la multitud que estaba aún en el otro lado del lago se dio cuenta de que los discípulos habían embarcado solos. Lo supieron porque allí había estado una sola barca y Jesús no había entrado en ella con sus discípulos. 23 Sin embargo, algunas barcas de Tiberíades se aproximaron al lugar donde la gente había comido el pan después de haber dado gracias el Señor. 24 En cuanto la multitud se dio cuenta de que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, subieron a las barcas y se fueron a Capernaúm a buscar a Jesús.

Jesús, el pan de vida

25 Cuando lo encontraron al otro lado del lago, le preguntaron:

—Rabí, ¿cuándo llegaste acá?

26 Jesús respondió con firmeza:

—Les aseguro que ustedes me buscan no porque han visto señales, sino porque comieron pan hasta llenarse. 27 Trabajen, pero no por la comida que es perecedera, sino por la que permanece para vida eterna, la cual les dará el Hijo del hombre. Dios el Padre ha puesto sobre él su sello de aprobación.

28 —¿Qué tenemos que hacer para realizar las obras que Dios exige? —le preguntaron.

29 —Esto es lo que Dios quiere que hagan: que crean en aquel a quien él envió —respondió Jesús.

30 —¿Y qué señal milagrosa harás para que la veamos y te creamos? ¿Qué puedes hacer? —insistieron ellos—. 31 Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”.[c]

32 —Les aseguro que no fue Moisés el que les dio a ustedes el pan del cielo —afirmó Jesús—. El que da el verdadero pan del cielo es mi Padre. 33 El pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.

34 —Señor —le pidieron—, danos siempre ese pan.

35 —Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que a mí viene nunca pasará hambre y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed. 36 Pero como ya les dije, a pesar de que ustedes me han visto, no creen. 37 Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y el que a mí viene no lo rechazo. 38 Porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la del que me envió. 39 Y esta es la voluntad del que me envió: que yo no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el día final. 40 Porque la voluntad de mi Padre es que todo el que ve al Hijo y crea en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.

41 Entonces los judíos comenzaron a murmurar contra él, porque dijo: «Yo soy el pan que bajó del cielo». 42 Y se decían: «¿Acaso no es este Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo es que sale diciendo: “Yo bajé del cielo”?».

43 —Dejen de murmurar —respondió Jesús—. 44 Nadie puede venir a mí, si no lo trae el Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final. 45 En los Profetas está escrito: “A todos los instruirá Dios”.[d] En efecto, todo el que escucha al Padre y aprende de él viene a mí. 46 Al Padre nadie lo ha visto, excepto el que viene de Dios; solo él ha visto al Padre. 47 Les aseguro que el que cree tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de vida. 49 Los antepasados de ustedes comieron el maná en el desierto; sin embargo, murieron. 50 Pero este es el pan que baja del cielo; el que come de él no muere. 51 Yo soy el pan vivo que bajó del cielo. Si alguno come de este pan, vivirá para siempre. Este pan es mi carne y lo daré para que el mundo viva.

52 Los judíos comenzaron a disputar acaloradamente entre sí: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?».

53 —Les aseguro —afirmó Jesús— que, si no comen la carne del Hijo del hombre ni beben su sangre, no tienen realmente vida. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. 55 Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. 57 Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, también el que come de mí vivirá por mí. 58 Este es el pan que bajó del cielo. Los antepasados de ustedes comieron maná y murieron, pero el que come de este pan vivirá para siempre.

59 Todo esto lo dijo Jesús mientras enseñaba en la sinagoga de Capernaúm.

Muchos discípulos abandonan a Jesús

60 Al escucharlo, muchos de sus discípulos exclamaron: «Esta enseñanza es muy difícil; ¿quién puede aceptarla?».

61 Jesús, muy consciente de que sus discípulos murmuraban por lo que había dicho, les reprochó:

—¿Esto les causa tropiezo? 62 ¿Qué tal si vieran al Hijo del hombre subir adonde antes estaba? 63 El Espíritu da vida; la carne no vale para nada. Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida. 64 Sin embargo, hay algunos de ustedes que no creen.

Es que Jesús conocía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que iba a traicionarlo. Así que añadió:

65 —Por esto les dije que nadie puede venir a mí, a menos que se lo haya concedido el Padre.

66 Desde entonces muchos de sus discípulos le volvieron la espalda y ya no andaban con él. 67 Así que Jesús preguntó a los doce:

—¿También ustedes quieren marcharse?

68 —Señor —contestó Simón Pedro—, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69 Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios.[e]

70 —¿No los he escogido yo a ustedes doce? —respondió Jesús—. No obstante, uno de ustedes es un diablo.

71 Se refería a Judas, hijo de Simón Iscariote, uno de los doce, quien lo iba a traicionar.

Footnotes

  1. 6:7 el salario … trabajo. Lit. doscientos denarios.
  2. 6:19 cinco o seis kilómetros. Lit. veinticinco o treinta estadios.
  3. 6:31 Éx 16:4; Neh 9:15; Sal 78:24,25.
  4. 6:45 Is 54:13.
  5. 6:69 el Santo de Dios. Var. el Cristo, el hijo del Dios viviente.

Jesus Feeds the Five Thousand(A)

Some time after this, Jesus crossed to the far shore of the Sea of Galilee (that is, the Sea of Tiberias), and a great crowd of people followed him because they saw the signs(B) he had performed by healing the sick. Then Jesus went up on a mountainside(C) and sat down with his disciples. The Jewish Passover Festival(D) was near.

When Jesus looked up and saw a great crowd coming toward him, he said to Philip,(E) “Where shall we buy bread for these people to eat?” He asked this only to test him, for he already had in mind what he was going to do.

Philip answered him, “It would take more than half a year’s wages[a] to buy enough bread for each one to have a bite!”

Another of his disciples, Andrew, Simon Peter’s brother,(F) spoke up, “Here is a boy with five small barley loaves and two small fish, but how far will they go among so many?”(G)

10 Jesus said, “Have the people sit down.” There was plenty of grass in that place, and they sat down (about five thousand men were there). 11 Jesus then took the loaves, gave thanks,(H) and distributed to those who were seated as much as they wanted. He did the same with the fish.

12 When they had all had enough to eat, he said to his disciples, “Gather the pieces that are left over. Let nothing be wasted.” 13 So they gathered them and filled twelve baskets with the pieces of the five barley loaves left over by those who had eaten.

14 After the people saw the sign(I) Jesus performed, they began to say, “Surely this is the Prophet who is to come into the world.”(J) 15 Jesus, knowing that they intended to come and make him king(K) by force, withdrew again to a mountain by himself.(L)

Jesus Walks on the Water(M)

16 When evening came, his disciples went down to the lake, 17 where they got into a boat and set off across the lake for Capernaum. By now it was dark, and Jesus had not yet joined them. 18 A strong wind was blowing and the waters grew rough. 19 When they had rowed about three or four miles,[b] they saw Jesus approaching the boat, walking on the water;(N) and they were frightened. 20 But he said to them, “It is I; don’t be afraid.”(O) 21 Then they were willing to take him into the boat, and immediately the boat reached the shore where they were heading.

22 The next day the crowd that had stayed on the opposite shore of the lake(P) realized that only one boat had been there, and that Jesus had not entered it with his disciples, but that they had gone away alone.(Q) 23 Then some boats from Tiberias(R) landed near the place where the people had eaten the bread after the Lord had given thanks.(S) 24 Once the crowd realized that neither Jesus nor his disciples were there, they got into the boats and went to Capernaum in search of Jesus.

Jesus the Bread of Life

25 When they found him on the other side of the lake, they asked him, “Rabbi,(T) when did you get here?”

26 Jesus answered, “Very truly I tell you, you are looking for me,(U) not because you saw the signs(V) I performed but because you ate the loaves and had your fill. 27 Do not work for food that spoils, but for food that endures(W) to eternal life,(X) which the Son of Man(Y) will give you. For on him God the Father has placed his seal(Z) of approval.”

28 Then they asked him, “What must we do to do the works God requires?”

29 Jesus answered, “The work of God is this: to believe(AA) in the one he has sent.”(AB)

30 So they asked him, “What sign(AC) then will you give that we may see it and believe you?(AD) What will you do? 31 Our ancestors ate the manna(AE) in the wilderness; as it is written: ‘He gave them bread from heaven to eat.’[c](AF)

32 Jesus said to them, “Very truly I tell you, it is not Moses who has given you the bread from heaven, but it is my Father who gives you the true bread from heaven. 33 For the bread of God is the bread that comes down from heaven(AG) and gives life to the world.”

34 “Sir,” they said, “always give us this bread.”(AH)

35 Then Jesus declared, “I am(AI) the bread of life.(AJ) Whoever comes to me will never go hungry, and whoever believes(AK) in me will never be thirsty.(AL) 36 But as I told you, you have seen me and still you do not believe. 37 All those the Father gives me(AM) will come to me, and whoever comes to me I will never drive away. 38 For I have come down from heaven(AN) not to do my will but to do the will(AO) of him who sent me.(AP) 39 And this is the will of him who sent me, that I shall lose none of all those he has given me,(AQ) but raise them up at the last day.(AR) 40 For my Father’s will is that everyone who looks to the Son(AS) and believes in him shall have eternal life,(AT) and I will raise them up at the last day.”

41 At this the Jews there began to grumble about him because he said, “I am the bread that came down from heaven.” 42 They said, “Is this not Jesus, the son of Joseph,(AU) whose father and mother we know?(AV) How can he now say, ‘I came down from heaven’?”(AW)

43 “Stop grumbling among yourselves,” Jesus answered. 44 “No one can come to me unless the Father who sent me draws them,(AX) and I will raise them up at the last day. 45 It is written in the Prophets: ‘They will all be taught by God.’[d](AY) Everyone who has heard the Father and learned from him comes to me. 46 No one has seen the Father except the one who is from God;(AZ) only he has seen the Father. 47 Very truly I tell you, the one who believes has eternal life.(BA) 48 I am the bread of life.(BB) 49 Your ancestors ate the manna in the wilderness, yet they died.(BC) 50 But here is the bread that comes down from heaven,(BD) which anyone may eat and not die. 51 I am the living bread(BE) that came down from heaven.(BF) Whoever eats this bread will live forever. This bread is my flesh, which I will give for the life of the world.”(BG)

52 Then the Jews(BH) began to argue sharply among themselves,(BI) “How can this man give us his flesh to eat?”

53 Jesus said to them, “Very truly I tell you, unless you eat the flesh(BJ) of the Son of Man(BK) and drink his blood,(BL) you have no life in you. 54 Whoever eats my flesh and drinks my blood has eternal life, and I will raise them up at the last day.(BM) 55 For my flesh is real food and my blood is real drink. 56 Whoever eats my flesh and drinks my blood remains in me, and I in them.(BN) 57 Just as the living Father sent me(BO) and I live because of the Father, so the one who feeds on me will live because of me. 58 This is the bread that came down from heaven. Your ancestors ate manna and died, but whoever feeds on this bread will live forever.”(BP) 59 He said this while teaching in the synagogue in Capernaum.

Many Disciples Desert Jesus

60 On hearing it, many of his disciples(BQ) said, “This is a hard teaching. Who can accept it?”(BR)

61 Aware that his disciples were grumbling about this, Jesus said to them, “Does this offend you?(BS) 62 Then what if you see the Son of Man(BT) ascend to where he was before!(BU) 63 The Spirit gives life;(BV) the flesh counts for nothing. The words I have spoken to you—they are full of the Spirit[e] and life. 64 Yet there are some of you who do not believe.” For Jesus had known(BW) from the beginning which of them did not believe and who would betray him.(BX) 65 He went on to say, “This is why I told you that no one can come to me unless the Father has enabled them.”(BY)

66 From this time many of his disciples(BZ) turned back and no longer followed him.

67 “You do not want to leave too, do you?” Jesus asked the Twelve.(CA)

68 Simon Peter answered him,(CB) “Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.(CC) 69 We have come to believe and to know that you are the Holy One of God.”(CD)

70 Then Jesus replied, “Have I not chosen you,(CE) the Twelve? Yet one of you is a devil!”(CF) 71 (He meant Judas, the son of Simon Iscariot,(CG) who, though one of the Twelve, was later to betray him.)(CH)

Footnotes

  1. John 6:7 Greek take two hundred denarii
  2. John 6:19 Or about 5 or 6 kilometers
  3. John 6:31 Exodus 16:4; Neh. 9:15; Psalm 78:24,25
  4. John 6:45 Isaiah 54:13
  5. John 6:63 Or are Spirit; or are spirit