约翰福音 12
Chinese New Version (Simplified)
马利亚用香膏膏主(A)
12 逾越节前六天,耶稣到了伯大尼,就是拉撒路所住的地方;耶稣曾经使这拉撒路从死人中复活。 2 有人在那里为耶稣预备了筵席。马大在那里侍候,拉撒路也和一些人与耶稣一同吃饭。 3 马利亚拿了半公斤珍贵纯正的哪哒香膏,抹耶稣的脚,又用自己的头发去擦;屋里就满了香膏的香气。 4 耶稣的一个门徒,就是那要出卖他的加略人犹大,说: 5 “为甚么不把这香膏卖三百银币,赒济穷人呢?” 6 他说这话,并不是因为他关怀穷人,而是因为他是个贼,又带着钱囊,常取其中所存的。 7 耶稣就说:“由她吧,这香膏是她留下来为我安葬的日子用的。 8 你们常常有穷人跟你们在一起,却不常有我。”
9 有一大群犹太人知道耶稣在那里,就都来了,然而他们不单是为了耶稣的缘故,也是要看看耶稣使他从死人中复活的拉撒路。 10 于是祭司长想把拉撒路也杀掉, 11 因为有许多犹太人为了拉撒路的缘故,离开他们,信了耶稣。
骑驴进耶路撒冷(B)
12 第二天,有一大群上来过节的人,听见耶稣要来耶路撒冷, 13 就拿着棕树枝出去迎接他,欢呼说:
“和散那,
奉主名来的以色列王,
是应当称颂的!”
14 耶稣找到一头小驴,就骑在上面,正如经上所记的:
15 “锡安的居民哪,不要惧怕;
看哪,你的王来了,
他骑着小驴来了。”
16 门徒起初不明白这些事,可是到耶稣得了荣耀以后,他们才想起这些话是指着他说的,并且人们果然向他这样行了。 17 那些和耶稣在一起,看见他叫拉撒路从坟墓出来,又使他从死人中复活的群众,都为这事作见证。 18 群众因为听见他行了这神迹,就去迎接他。 19 于是法利赛人彼此说:“你们看,你们都是徒劳无功,世人都去跟随他了!”
主被举起来就吸引万人
20 上去过节作礼拜的人中,有些是希腊人。 21 他们来到加利利的伯赛大人腓力那里,请求他,说:“先生,我们想见耶稣。” 22 腓力去告诉安得烈,安得烈就和腓力去告诉耶稣。 23 耶稣对他们说:“人子得荣耀的时候到了! 24 我实实在在告诉你们,一粒麦子若不落在地里死了,仍旧是一粒;如果死了,就结出许多果实来。 25 爱惜自己生命的,就丧掉生命;在这世上恨恶自己生命的,必会保全生命到永远。 26 如果有人服事我,就应当跟从我;我在哪里,服事我的人也会在哪里;如果有人服事我,我父必尊重他。
27 “我现在心里烦乱,我应该说甚么呢?说‘父啊,救我脱离这时刻’吗?然而我正是为了这个缘故来的,要面对这时刻。 28 父啊,愿你荣耀你的名!”当时有声音从天上来,说:“我已经荣耀了我的名,还要再荣耀。” 29 站在旁边的群众听见了,就说:“打雷了。”另外有人说:“有天使对他说话。” 30 耶稣说:“这声音不是为了我,而是为了你们发出的。 31 现在是这世界受审判的时候了,现在这世界的王要被赶出去。 32 我若从地上被举起来,就要吸引万人归向我。” 33 他说这话,是指着自己将要怎样死说的。 34 于是群众对他说:“我们从律法上知道基督是永远常存的,你怎么说‘人子必须被举起来’呢?这人子是谁呢?” 35 耶稣说:“光在你们中间的时间不多了。你们应当趁着有光的时候行走,免得黑暗追上你们。在黑暗中行走的人,不知道往哪里去。 36 你们应当趁着有光的时候信从这光,使你们成为光明的儿女。”
主的道要审判不信的人
耶稣说完了这些话,就离开他们隐藏起来。 37 耶稣在他们面前行了许多神迹,但是他们仍然不信他。 38 这是要应验以赛亚先知所说的话:
“主啊,我们所传的,有谁信呢?
主的膀臂向谁显露呢?”
39 他们不能相信,因为以赛亚又说:
40 “ 神使他们瞎了眼,硬了心,
免得他们眼睛看见,
心里明白而回转过来;
我就医好他们。”
41 以赛亚说这些话,是因为看见了他的荣耀,就指着他说的。 42 虽然这样,官长当中也有许多人信了耶稣。但是因为法利赛人的缘故,他们不敢公开承认,免得被赶出会堂; 43 因为他们爱来自人的荣耀,过于爱来自 神的荣耀。
44 耶稣大声说:“信我的,不单是信我,也是信那差我来的。 45 看见我的,就是看见那差我来的。 46 我是光,我到世上来,叫所有信我的不住在黑暗里。 47 人若听见我的话却不遵守的,我不审判他,因为我来不是要审判世人,而是要拯救世人。 48 弃绝我又不接受我的话的人,自有审判他的。我所讲的道在末日要定他的罪; 49 因为我没有凭着自己说话,而是差我来的父给了我命令,要我说甚么,讲甚么。 50 我知道他的命令就是永生。所以,我所讲的,正是父吩咐我要我讲的。”
Juan 12
Reina-Valera 1960
Jesús es ungido en Betania
(Mt. 26.6-13; Mr. 14.3-9)
12 Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos. 2 Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él. 3 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos;(A) y la casa se llenó del olor del perfume. 4 Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar: 5 ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres? 6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella. 7 Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto. 8 Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros,(B) mas a mí no siempre me tendréis.
El complot contra Lázaro
9 Gran multitud de los judíos supieron entonces que él estaba allí, y vinieron, no solamente por causa de Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien había resucitado de los muertos. 10 Pero los principales sacerdotes acordaron dar muerte también a Lázaro, 11 porque a causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús.
La entrada triunfal en Jerusalén
(Mt. 21.1-11; Mr. 11.1-11; Lc. 19.28-40)
12 El siguiente día, grandes multitudes que habían venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén, 13 tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna!(C) ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor,(D) el Rey de Israel! 14 Y halló Jesús un asnillo, y montó sobre él, como está escrito:
16 Estas cosas no las entendieron sus discípulos al principio; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él, y de que se las habían hecho. 17 Y daba testimonio la gente que estaba con él cuando llamó a Lázaro del sepulcro, y le resucitó de los muertos. 18 Por lo cual también había venido la gente a recibirle, porque había oído que él había hecho esta señal. 19 Pero los fariseos dijeron entre sí: Ya veis que no conseguís nada. Mirad, el mundo se va tras él.
Unos griegos buscan a Jesús
20 Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta. 21 Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, quisiéramos ver a Jesús. 22 Felipe fue y se lo dijo a Andrés; entonces Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús. 23 Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. 24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 25 El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.(F) 26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
Jesús anuncia su muerte
27 Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. 28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez. 29 Y la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado. 30 Respondió Jesús y dijo: No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros. 31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. 32 Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. 33 Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir. 34 Le respondió la gente: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre.(G) ¿Cómo, pues, dices tú que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre? 35 Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va. 36 Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.
Incredulidad de los judíos
Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos. 37 Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él; 38 para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo:
Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?
¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor?(H)
39 Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías:
40 Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón;
Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón,
Y se conviertan, y yo los sane.(I)
41 Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él. 42 Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. 43 Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.
Las palabras de Jesús juzgarán a los hombres
44 Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; 45 y el que me ve, ve al que me envió. 46 Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. 47 Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. 48 El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero. 49 Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. 50 Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.
Juan 12
Nueva Versión Internacional
María unge a Jesús en Betania
12 Seis días antes de la Pascua llegó Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien Jesús había resucitado. 2 Allí se dio una cena en honor de Jesús. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa con él. 3 María tomó entonces como medio litro[a] de nardo puro, que era un perfume muy caro, y lo derramó sobre los pies de Jesús, secándoselos luego con sus cabellos. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
4 Judas Iscariote, que era uno de sus discípulos y que más tarde lo traicionaría, objetó:
5 —¿Por qué no se vendió este perfume? Pudo haberse vendido por el salario de más de un año de trabajo[b] y dárselo a los pobres.
6 Dijo esto no porque se interesara por los pobres, sino porque era un ladrón y, como tenía a su cargo la bolsa del dinero, acostumbraba a robarse lo que echaban en ella.
7 —Déjala en paz —respondió Jesús—. Ella ha estado guardando este perfume para el día de mi sepultura.[c] 8 A los pobres siempre los tendrán con ustedes, pero a mí no siempre me tendrán.
9 Mientras tanto, muchos de los judíos se enteraron de que Jesús estaba allí y fueron a ver no solo a Jesús, sino también a Lázaro, a quien Jesús había resucitado. 10 Entonces los jefes de los sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, 11 pues por su causa muchos se apartaban de los judíos y creían en Jesús.
La entrada triunfal(A)
12 Al día siguiente, muchos de los que habían ido a la fiesta se enteraron de que Jesús se dirigía a Jerusalén. 13 Tomaron ramas de palma y salieron a recibirlo mientras gritaban a voz en cuello:
—¡Hosanna![d]
—¡Bendito el que viene en el nombre del Señor![e]
—¡Bendito el Rey de Israel!
14 Jesús encontró un burrito y se montó en él, como dice la Escritura:
15 «No temas, oh hija de Sión;
mira, que aquí viene tu rey,
montado sobre un burrito».[f]
16 Al principio, sus discípulos no entendieron lo que sucedía. Solo después de que Jesús fue glorificado se dieron cuenta de que se había cumplido en él lo que de él ya estaba escrito.
17 La gente que había estado con Jesús cuando él llamó a Lázaro del sepulcro y lo resucitó de entre los muertos seguía difundiendo la noticia. 18 Muchos de los que se habían enterado de la señal milagrosa realizada por Jesús salían a su encuentro. 19 Por eso los fariseos comentaban entre sí: «Como pueden ver, así no hemos logrado nada. ¡Miren cómo lo sigue todo el mundo!».
Jesús predice su muerte
20 Entre los que habían subido a adorar en la fiesta había algunos griegos. 21 Estos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le pidieron:
—Señor, queremos ver a Jesús.
22 Felipe fue a decírselo a Andrés y ambos fueron a decírselo a Jesús.
23 —Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado —afirmó Jesús—. 24 Les aseguro que, si la semilla de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto. 25 El que ama su vida la pierde; en cambio, el que aborrece su vida en este mundo la conserva para la vida eterna. 26 Quien quiera servirme debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará.
27 »Ahora mi alma está angustiada, ¿y acaso voy a decir: “Padre, sálvame de esta hora difícil”? ¡Si precisamente para afrontarla he venido! 28 ¡Padre, glorifica tu nombre!
Se oyó entonces, desde el cielo, una voz que decía: «Ya lo he glorificado y volveré a glorificarlo». 29 La multitud que estaba allí y que oyó la voz decía que había sido un trueno; otros decían que un ángel le había hablado.
30 —Esa voz no vino por mí, sino por ustedes —dijo Jesús—. 31 El juicio de este mundo ha llegado ya y el príncipe de este mundo va a ser expulsado. 32 Pero yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.
33 Con esto daba Jesús a entender de qué manera iba a morir.
34 —De la Ley hemos sabido —le respondió la gente—, que el Cristo permanecerá para siempre; ¿cómo, pues, dices que el Hijo del hombre tiene que ser levantado? ¿Quién es ese Hijo del hombre?
35 —Ustedes van a tener la luz solo un poco más de tiempo —les dijo Jesús—. Caminen mientras tengan la luz, antes de que los envuelva la oscuridad. El que camina en la oscuridad no sabe a dónde va. 36 Mientras tengan la luz, crean en ella para que sean hijos de la luz.
Cuando terminó de hablar, Jesús se fue y se escondió de ellos.
Los judíos siguen en su incredulidad
37 A pesar de haber hecho Jesús todas estas señales en presencia de ellos, todavía no creían en él. 38 Así se cumplió lo dicho por el profeta Isaías:
«Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje
y a quién se ha revelado el brazo del Señor?».[g]
39 Por eso no podían creer, pues también había dicho Isaías:
40 «Les ha cegado los ojos
y endurecido el corazón,
para que no vean con los ojos
ni entiendan con el corazón
ni se arrepientan; y yo los sane».[h]
41 Esto lo dijo Isaías porque vio la gloria de Jesús y habló de él.
42 Sin embargo, muchos de ellos, incluso muchos de los jefes, creyeron en él, pero no lo confesaban porque temían que los fariseos los expulsaran de la sinagoga. 43 Preferían recibir honores de los hombres más que de parte de Dios.
44 «El que cree en mí —clamó Jesús con voz fuerte—, cree no solo en mí, sino en el que me envió. 45 Y el que me ve a mí ve al que me envió. 46 Yo soy la luz que ha venido al mundo para que todo el que crea en mí no viva en oscuridad.
47 »Si alguno escucha mis palabras, pero no las obedece, no seré yo quien lo juzgue; pues no vine a condenar al mundo, sino a salvarlo. 48 El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue. La palabra que yo he proclamado lo condenará en el día final. 49 Yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió me ordenó qué decir y cómo decirlo. 50 Y sé muy bien que su mandato es vida eterna. Así que todo lo que digo es lo que el Padre me ha ordenado decir».
Footnotes
- 12:3 medio litro. Lit. una litra. La litra era una medida del Imperio Romano equivalente aprox. a 327 g o 0.5 l.
- 12:5 el salario … trabajo. Lit. trescientos denarios.
- 12:7 Jesús—. Ella … sepultura. Var. Jesús—, para que guarde [es decir, se acuerde de] esto el día de mi sepultura.
- 12:13 Expresión hebrea que significa «¡Salva!», y que llegó a ser una exclamación de alabanza.
- 12:13 Sal 118:25,26.
- 12:15 Zac 9:9.
- 12:38 Is 53:1.
- 12:40 Is 6:10.
Juan 12
Dios Habla Hoy
Una mujer derrama perfume sobre Jesús
12 Seis días antes de la Pascua, Jesús fue a Betania, donde vivía Lázaro, a quien él había resucitado. 2 Allí hicieron una cena en honor de Jesús; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa comiendo con él. 3 María trajo unos trescientos gramos de perfume de nardo puro, muy caro, y perfumó los pies de Jesús; luego se los secó con sus cabellos. Y toda la casa se llenó del aroma del perfume. 4 Entonces Judas Iscariote, que era aquel de los discípulos que iba a traicionar a Jesús, dijo:
5 —¿Por qué no se ha vendido este perfume por el equivalente al salario de trescientos días, para ayudar a los pobres?
6 Pero Judas no dijo esto porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía a su cargo la bolsa del dinero, robaba de lo que echaban en ella. 7 Jesús le dijo:
—Déjala, pues lo estaba guardando para el día de mi entierro. 8 A los pobres siempre los tendrán entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán.
Conspiración contra Lázaro
9 Muchos de los judíos se enteraron de que Jesús estaba en Betania, y fueron allá, no sólo para ver a Jesús sino también a Lázaro, a quien Jesús había resucitado. 10 Entonces los jefes de los sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, 11 porque por causa suya muchos judíos se estaban separando de ellos para creer en Jesús.
Jesús entra en Jerusalén(A)
12 Mucha gente había ido a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Al día siguiente, supieron que Jesús iba a llegar a la ciudad. 13 Entonces cortaron hojas de palmera y salieron a recibirlo, gritando:
—¡Hosana! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!
14 Jesús encontró un burro y montó en él, como se dice en la Escritura:
15 «No tengas miedo, ciudad de Sión;
mira, tu Rey viene
montado en un burrito.»
16 Al principio, sus discípulos no entendieron estas cosas; pero después, cuando Jesús fue glorificado, se acordaron de que todo esto que le habían hecho estaba en la Escritura y se refería a él.
17 La gente que estaba con Jesús cuando él llamó a Lázaro de la tumba y lo resucitó, contaba lo que había visto. 18 Por eso, la gente salió al encuentro de Jesús, porque supieron de la señal milagrosa que había hecho. 19 Pero los fariseos se decían unos a otros:
—Ya ven ustedes que así no vamos a conseguir nada. Miren, ¡todo el mundo se va con él!
Unos griegos buscan a Jesús
20 Entre la gente que había ido a Jerusalén a adorar durante la fiesta, había algunos griegos. 21 Éstos se acercaron a Felipe, que era de Betsaida, un pueblo de Galilea, y le rogaron:
—Señor, queremos ver a Jesús.
22 Felipe fue y se lo dijo a Andrés, y los dos fueron a contárselo a Jesús. 23 Jesús les dijo entonces:
—Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. 24 Les aseguro que si el grano de trigo al caer en tierra no muere, queda él solo; pero si muere, da abundante cosecha. 25 El que ama su vida, la perderá; pero el que desprecia su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna. 26 Si alguno quiere servirme, que me siga; y donde yo esté, allí estará también el que me sirva. Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará.
Jesús anuncia su muerte
27 »¡Siento en este momento una angustia terrible! ¿Y qué voy a decir? ¿Diré: “Padre, líbrame de esta angustia”? ¡Pero precisamente para esto he venido! 28 Padre, glorifica tu nombre.
Entonces se oyó una voz del cielo, que decía: «Ya lo he glorificado, y lo voy a glorificar otra vez.»
29 La gente que estaba allí escuchando, decía que había sido un trueno; pero algunos afirmaban:
—Un ángel le ha hablado.
30 Jesús les dijo:
—No fue por mí por quien se oyó esta voz, sino por ustedes. 31 Éste es el momento en que el mundo va a ser juzgado, y ahora será expulsado el que manda en este mundo. 32 Pero cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo.
33 Con esto daba a entender de qué forma había de morir. 34 La gente le contestó:
—Por la ley sabemos que el Mesías vivirá para siempre. ¿Cómo, pues, dices tú que el Hijo del hombre tiene que ser levantado? ¿Quién es ese Hijo del hombre?
35 Jesús les dijo:
—Todavía estará entre ustedes la luz, pero solamente por un poco de tiempo. Anden, pues, mientras tienen esta luz, para que no les sorprenda la oscuridad; porque el que anda en oscuridad, no sabe por dónde va. 36 Crean en la luz mientras todavía la tienen, para que pertenezcan a la luz.
Después de decir estas cosas, Jesús se fue y se escondió de ellos.
Por qué los judíos no creían en Jesús
37 A pesar de que Jesús había hecho tan grandes señales milagrosas delante de ellos, no creían en él; 38 pues tenía que cumplirse lo que escribió el profeta Isaías:
«Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje?
¿A quién ha revelado el Señor su poder?»
39 Así que no podían creer, pues también escribió Isaías:
40 «Dios les ha cerrado los ojos
y ha entorpecido su mente,
para que no puedan ver
ni puedan entender;
para que no se vuelvan a mí,
y yo no los sane.»
41 Isaías dijo esto porque había visto la gloria de Jesús, y hablaba de él.
42 Sin embargo, muchos de los judíos creyeron en Jesús, incluso algunos de los más importantes. Pero no lo decían en público por miedo a los fariseos, para que no los expulsaran de las sinagogas. 43 Preferían la gloria que dan los hombres a la gloria que da Dios.
Las palabras de Jesús juzgarán a la gente
44 Jesús dijo con voz fuerte: «El que cree en mí, no cree solamente en mí, sino también en el Padre, que me ha enviado. 45 Y el que me ve a mí, ve también al que me ha enviado. 46 Yo, que soy la luz, he venido al mundo para que los que creen en mí no se queden en la oscuridad. 47 Pero a aquel que oye mis palabras y no las obedece, no soy yo quien lo condena; porque yo no vine para condenar al mundo, sino para salvarlo. 48 El que me desprecia y no hace caso de mis palabras, ya tiene quien lo condene: las palabras que yo he dicho lo condenarán en el día último. 49 Porque yo no hablo por mi cuenta; el Padre, que me ha enviado, me ha ordenado lo que debo decir y enseñar. 50 Y sé que el mandato de mi Padre es para vida eterna. Así pues, lo que yo digo, lo digo como el Padre me ha ordenado.»
Juan 12
Traducción en lenguaje actual
Una mujer perfuma los pies de Jesús
12 Seis días antes de que se celebrara la fiesta de la Pascua, Jesús fue al pueblo de Betania. Allí vivía Lázaro, el hombre a quien Jesús había resucitado.
2 En ese pueblo, unos amigos de Jesús hicieron una cena para él. Lázaro estaba sentado a la mesa con Jesús, y su hermana Marta servía la comida. 3 María, su otra hermana, tomó una botella de un perfume muy caro[a] y perfumó los pies de Jesús. Después los secó con sus cabellos, y toda la casa se llenó con el olor del perfume.
4 Pero uno de los discípulos, que se llamaba Judas Iscariote, y que después traicionaría a Jesús, dijo:
5 —¡Mejor se hubiera vendido este perfume! Nos habrían dado el dinero de trescientos días de trabajo, y con él podríamos haber ayudado a los pobres.
6-8 Entonces Jesús le dijo a Judas:
—¡Déjala tranquila! Ella estaba guardando ese perfume para el día de mi entierro.[b] En cuanto a los pobres, siempre los tendrán cerca de ustedes, pero a mí no siempre me tendrán.
En realidad, a Judas no le importaban los pobres; dijo eso porque era un ladrón. Como él era el encargado de cuidar el dinero de Jesús y de los discípulos, a veces se lo robaba.
El plan para matar a Lázaro
9 Muchos de los judíos que vivían en Jerusalén se enteraron de que Jesús estaba en Betania; así que fueron allá, no sólo para verlo sino para ver también a Lázaro, a quien Jesús había resucitado.
10 Cuando los sacerdotes principales se enteraron de esto, planearon matar también a Lázaro, 11 pues por su culpa muchos judíos ya no querían nada con los sacerdotes, y se habían vuelto seguidores de Jesús.
Jesús entra en Jerusalén
12 Mucha gente había ido a la ciudad de Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Al día siguiente, cuando algunos escucharon que Jesús iba a llegar a la ciudad, 13 cortaron ramas de palmera y salieron a encontrarlo, gritando:
«¡Sálvanos, Dios nuestro!
¡Bendito el que viene de parte de Dios!
¡Bendito sea el Rey de Israel!»
14 Jesús, por su parte, se montó en un burrito que encontró en el camino. Así cumplió con lo que anunciaba la Biblia:
15 «¡No tengan miedo
habitantes de Jerusalén!
»¡Ya viene su Rey!
¡Viene montado en un burrito!»
16-19 Los que estuvieron presentes en Betania, cuando Jesús resucitó a Lázaro, habían contado en Jerusalén este milagro. Por eso la gente salió al encuentro de Jesús. Pero los fariseos se decían unos a otros: «Miren, ¡todos lo siguen! No vamos a poder hacer nada.»
Al principio, los discípulos de Jesús no entendían lo que estaba pasando; pero después de que Jesús murió y resucitó, se acordaron de que todo lo que le habían hecho a Jesús ya estaba anunciado en la Biblia.
Jesús anuncia su muerte
20 Entre las personas que habían ido a Jerusalén para la fiesta de la Pascua, había unos griegos.[c] 21 Ellos fueron a un pueblo de Galilea para ver a Felipe, uno de los discípulos de Jesús, y le dijeron:
—Señor, queremos ver a Jesús.
Felipe, que era de Betsaida, 22 fue a contárselo a Andrés, y los dos fueron a decírselo a Jesús. 23 Él les dijo:
—Ha llegado el momento de que todos sepan de verdad quién es el Hijo del hombre. 24 Ustedes saben que el grano de trigo no produce nada, a menos que caiga en la tierra y muera. Y si muere, da una cosecha abundante. 25 Si ustedes consideran que su vida es más importante que obedecerme, no tendrán vida eterna. Pero si consideran que su vida en este mundo no es importante, y me obedecen, entonces tendrán vida eterna. 26 Si alguno de ustedes quiere servirme, tiene que obedecerme. Donde yo esté, ahí también estarán los que me sirven, y mi Padre los premiará.
27 »En este momento estoy sufriendo mucho, y me encuentro confundido. Quisiera decirle a mi Padre que no me deje sufrir así. Pero no lo haré, porque yo vine al mundo precisamente para hacer lo que él me mandó. 28 Más bien diré: “Padre, muéstrale al mundo tu poder.”
Al momento, desde el cielo se oyó una voz que decía: «Ya he mostrado mi poder, y volveré a mostrarlo.»
29 Los que estaban allí decían que habían oído un trueno. Otros decían: «Un ángel le ha hablado a Jesús.» 30 Pero Jesús les dijo:
«La voz que ustedes oyeron tiene como propósito ayudarlos a confiar en mí. 31 Ahora es cuando la gente de este mundo va a ser juzgada; y el que manda en este mundo, que es el diablo, será echado fuera. 32 Pero, cuando me cuelguen de la cruz, haré que todos crean en mí.»
33 Cuando Jesús dijo que lo colgarían de la cruz, se refería al modo en que iba a morir.
34 La gente le preguntó:
—¿Por qué dices tú que al Hijo del hombre lo van a colgar de una cruz? ¿Quién es este Hijo del hombre? La Biblia dice que el Mesías vivirá para siempre.
35-36 Jesús les contestó:
—Yo estaré con ustedes poco tiempo. Crean en mí mientras aún estoy aquí. Creer en mí significa caminar mientras todavía hay luz, para no ser sorprendido por la noche, porque el que camina en la oscuridad no sabe por dónde va.
Después de decir esto, Jesús se apartó de todos y se fue a un lugar donde no lo pudieran encontrar.
La gente no creía en Jesús
37 Jesús había hecho muchos milagros delante de esa gente, pero aun así la gente no creía en él. 38 Esto sucedió porque tenía que cumplirse lo que había escrito el profeta Isaías:
«Dios mío, ¿quién ha creído
en nuestro mensaje?
¿A quién le has mostrado tu poder?»
39 Por eso no podían creer, pues Isaías también escribió:
40 «Dios los ha hecho tercos,
y no los deja entender,
para que no se arrepientan
ni crean en él,
ni se salven.»
41 Isaías escribió esto porque anticipadamente vio el poder y la fama que Jesús habría de tener. 42 Sin embargo, muchos judíos y algunos de sus líderes creyeron en Jesús, pero no se lo decían a nadie, porque tenían miedo de que los fariseos los expulsaran de la sinagoga. 43 Ellos preferían quedar bien con la gente y no con Dios.
Jesús vino a salvar al mundo
44 Jesús dijo con voz fuerte:
«Si alguien cree en mí, también cree en Dios, que me envió. 45 Y si alguien me ve a mí, también ha visto al que me envió. 46 Yo soy la luz que ha venido para alumbrar este mundo. El que cree en mí no vivirá en la oscuridad.
47 »Yo no vine para juzgar a los que oyen mis enseñanzas y no las obedecen. No vine para condenar a la gente de este mundo, sino para salvarla. 48 El que me rechaza y no obedece mis enseñanzas, será condenado por esas mismas enseñanzas cuando llegue el fin.
49 Porque yo no hablo por mi propia cuenta, sino que mi Padre me envió y me dijo todo lo que debo enseñar. 50 Y sé que los que obedecen los mandamientos de mi Padre tendrán vida eterna. Por eso les he dicho todo lo que mi Padre me ordenó enseñarles.»
Footnotes
- Juan 12:3 Perfume muy caro: El texto griego indica que la botella contenía unos 350 gramos de perfume de nardo puro. Este perfume se hacía de una planta del mismo nombre, y se traía de la India.
- Juan 12:6 En la antigüedad, cuando se iba a enterrar a alguien, se cubría todo el cuerpo del muerto con vendas empapadas en perfume.
- Juan 12:20 Griegos: Probablemente se trataba de personas que no eran judías, pero que practicaban la religión judía.
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