Add parallel Print Page Options

你们看,父赐给我们的是怎样的爱,就是让我们可以称为 神的儿女,我们也真是他的儿女。因此,世人不认识我们,是因为他们不认识父。 亲爱的,现在我们是 神的儿女,将来怎样,还没有显明;然而我们知道:主若显现,我们必要像他,因为我们必要看见他本来是怎样的。 凡对他存着这盼望的,就洁净自己,像他一样的洁净。

凡是犯罪的,就是作了不法的事;罪就是不法。 你们知道主曾经显现,为要除掉罪,他自己却没有罪。 凡是住在他里面的,就不犯罪;凡犯罪的,是未曾见过他,也不认识他。 孩子们,不要受人欺骗,行义的才是义人,正如主是公义的。 犯罪的是出于魔鬼,因为魔鬼从起初就犯罪。因此, 神的儿子显现了,是要除灭魔鬼的作为。 凡是从 神生的,就不犯罪,因为 神的生命(“ 神的生命”原文作“种子”)在他里面;他也不能犯罪,因为他是从 神生的。 10 这样,谁是 神的儿女,谁是魔鬼的儿女,就很明显了。凡不行义的,就不是出于 神,不爱弟兄的,也是这样。

应当彼此相爱

11 我们应当彼此相爱,因为这是你们从起初听见的信息。 12 不要像该隐,他是属于那恶者的,他又杀了自己的弟弟。为甚么杀他呢?因为他自己的行为是恶的,弟弟的行为是义的。 13 弟兄们,世人若恨你们,不要希奇。 14 我们因为爱弟兄,就知道我们已经出死入生了;不爱弟兄的,仍然住在死中。 15 凡恨弟兄的,就是杀人的。你们知道,杀人的在他里面没有永生。 16 主为我们舍命,这样,我们就知道甚么是爱;我们也应当为弟兄舍命。 17 凡有世上财物的,看见弟兄穷乏,却硬着心肠不理,他怎能说他心里有 神的爱呢? 18 孩子们,我们爱人,不要只在言语和舌头上,总要在行动和真诚上表现出来。

在 神面前可以坦然无惧

19-20 这样,我们就知道我们是属于真理的。即使我们的心责备我们,在 神面前我们也可以心安理得,因为他比我们的心大,他知道一切。 21 亲爱的,我们的心若不责备我们,在 神面前我们就可以坦然无惧了。 22 凡我们所求的,就必从他得着,因为我们遵守他的命令,作他所喜悦的事。 23  神的命令,就是要我们信他的儿子耶稣基督的名,并且照着他的吩咐彼此相爱。 24 凡是遵守 神命令的,就住在 神里面, 神也住在他里面。凭着 神所赐给我们的圣灵,我们就可以知道 神住在我们里面。

Somos hijos de Dios

Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce a Dios. Mis estimados hermanos, ahora somos hijos de Dios pero todavía no sabemos lo que seremos en el futuro. Lo que sí sabemos, es que cuando Cristo regrese seremos como él, pues lo veremos tal y como él es. Y todo el que tenga esta esperanza puesta en él, se purifica a sí mismo, así como Cristo es puro.

Todo el que peca viola la ley de Dios porque pecar es vivir en contra de la ley de Dios. Ustedes saben que Jesucristo vino para quitar nuestros pecados, y en él no hay ningún pecado. Todo el que permanece en él no sigue pecando. Todo el que sigue pecando, nunca lo ha visto y ni siquiera lo ha conocido.

Hijitos, no dejen que nadie los engañe. El que practica el bien es justo, así como Jesucristo es justo. El que sigue pecando es del diablo, pues el diablo siempre ha pecado, por eso el Hijo de Dios vino para destruir las obras que hace el diablo. Ninguno que sea hijo de Dios continúa en el pecado, pues tiene la nueva vida[a] que Dios le dio y por esto no puede seguir pecando. 10 Hay una forma de saber quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo: el que no pone en práctica la justicia y no ama a su hermano, no es de Dios.

Debemos amarnos unos a otros

11 Este es el mensaje que han escuchado desde el principio: que debemos amarnos unos a otros. 12 No debemos ser como Caín[b], quien era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué razón lo mató? Porque los actos de Caín eran malos, mientras que los de su hermano eran justos.

13 Hermanos, no se sorprendan si la gente del mundo los odia. 14 Sabemos que hemos dejado la muerte y pasado a la vida porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama, todavía está muerto. 15 Todo el que no ama a su hermano es un asesino,[c] y ustedes saben que ningún asesino tiene la vida eterna.

16 Sabemos lo que es el verdadero amor porque Cristo dio su vida por nosotros. Entonces nosotros también debemos dar la vida por nuestros hermanos. 17 Pero si alguien es rico, y ve a su hermano en necesidad y no siente el deseo de ayudarlo, ¿cómo puede vivir el amor de Dios en él? 18 Hijitos, nuestro amor no debe ser sólo de palabras, pues el verdadero amor se demuestra con hechos.

19 Así es como sabemos que pertenecemos a la verdad y que tendremos paz con Dios 20 incluso si nuestra conciencia nos hace sentir culpables, porque Dios es más grande que nuestros sentimientos, y lo sabe todo. 21 Estimados hermanos, si no nos sentimos culpables de estar haciendo lo malo, entonces podremos acercarnos a Dios sin miedo. 22 Recibiremos de él cualquier cosa que le pidamos porque obedecemos sus mandamientos y estamos haciendo lo que a él le agrada. 23 Este es su mandamiento: que pongamos nuestra fe en su hijo Jesucristo y que nos amemos unos a otros así como Jesús ordenó. 24 El que obedece sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él. ¿Cómo sabemos que Dios vive en nosotros? Por el Espíritu que él nos dio.

Footnotes

  1. 3:9 nueva vida Textualmente su semilla.
  2. 3:12 Caín Hijo de Adán y Eva. Caín estaba celoso de su hermano Abel y por eso lo mató. Ver Gn 4:1-16.
  3. 3:15 Todo […] un asesino El que odia a su hermano en Cristo, lo ha matado en su mente. Jesús enseñó a sus seguidores sobre este pecado. Ver Mt 5:21-26.

Hijos de Dios

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;(A) por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.

Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados,(B) y no hay pecado en él. Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

11 Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.(C) 12 No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano.(D) ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. 13 Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece. 14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida,(E) en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. 15 Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. 16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? 18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.

19 Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él; 20 pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas. 21 Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; 22 y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él. 23 Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.(F) 24 Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.

¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente, porque no lo conoció a él. Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser. Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. Todo el que tiene esta esperanza en Cristo se purifica a sí mismo, así como él es puro.

Todo el que comete pecado quebranta la ley; de hecho, el pecado es transgresión de la ley. Pero ustedes saben que Jesucristo se manifestó para quitar nuestros pecados. Y él no tiene pecado. Todo el que permanece en él no practica el pecado. Todo el que practica el pecado no lo ha visto ni lo ha conocido.

Queridos hijos, que nadie los engañe. El que practica la justicia es justo, así como él es justo. El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo. Ninguno que haya nacido de Dios practica el pecado, porque la semilla de Dios permanece en él; no puede seguir pecando, porque ha nacido de Dios. 10 Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es hijo de Dios, como tampoco lo es el que no ama a su hermano.

Amémonos los unos a los otros

11 Este es el mensaje que han oído desde el principio: que nos amemos los unos a los otros. 12 No seamos como Caín que, por ser del maligno, asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo hizo? Porque sus propias obras eran malas y las de su hermano, justas. 13 Hermanos, no se extrañen si el mundo los odia. 14 Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte. 15 Todo el que odia a su hermano es un asesino y ustedes saben que en ningún asesino permanece la vida eterna.

16 En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos. 17 Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él? 18 Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.

19 En esto sabremos que somos de la verdad y nos sentiremos seguros delante de él: 20 aunque nuestro corazón nos condene, Dios es más grande que nuestro corazón y lo sabe todo. 21 Queridos hermanos, si el corazón no nos condena y tenemos confianza delante de Dios, 22 recibimos todo lo que pedimos, porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. 23 Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo y que nos amemos los unos a los otros, pues así lo ha dispuesto. 24 El que obedece sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él. ¿Cómo sabemos que él permanece en nosotros? Por el Espíritu que nos dio.