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Asá, rey de Judá (1 R 15.9-12)

14 1-5 Cuando Abiam murió, lo enterraron en la Ciudad de David. Asá, su hijo, reinó en su lugar, y en esa época Dios le permitió al pueblo disfrutar de diez años de paz.

Asá obedeció a Dios en todo, y mandó quitar de todas las ciudades de Judá los pequeños templos de las colinas, en los que el pueblo adoraba a dioses falsos; hizo pedazos los ídolos y las imágenes de la diosa Astarté. Además, le ordenó a toda la gente de Judá que adorara al Dios de sus antepasados y que siempre obedeciera su ley.

6-7 Asá aprovechó que había paz, y le dijo al pueblo:

«Dios nos ha permitido estar en paz con nuestros enemigos, pues hemos vuelto a obedecer sus mandamientos. ¡Ahora es el momento de reforzar la seguridad de nuestras ciudades! Vamos a construir murallas alrededor de ellas, y torres y puertas con buenos seguros».

El pueblo estuvo de acuerdo, y logró fortalecer las ciudades con gran éxito.

Guerra de Asá contra Zérah

8-9 Tiempo después, Zérah, que era de Etiopía, le declaró la guerra a Judá. Al frente de un ejército muy numeroso y de trescientos carros de combate, llegó hasta Maresá, muy cerca de Jerusalén.

Aunque Asá tenía un ejército de valientes soldados armados con escudos y lanzas, eran apenas trescientos mil soldados de la tribu de Judá, y doscientos ochenta mil de la tribu de Benjamín. 10 Sin embargo, Asá decidió enfrentarse a Zérah y a su ejército, y colocó a sus hombres en posición para la batalla en el valle de Sefata, que está muy cerca de Maresá. 11 Luego oró a Dios, diciendo:

«Dios nuestro, nos hemos atrevido a pelear contra este ejército tan grande, porque confiamos en ti y queremos honrarte. No hay nadie como tú para ayudar al débil y liberarlo del poderoso. Por eso te rogamos que nos ayudes. ¡Tú eres nuestro Dios! ¡Sabemos que nadie te puede vencer!»

12-13 Y efectivamente, Dios y su ejército acabaron con los etíopes. Zérah y su ejército salieron huyendo, pero los hombres de Judá los persiguieron hasta Guerar, y los mataron a todos sin dejar un solo etíope vivo. Luego se apoderaron de todas sus pertenencias.

14 Al ver esto, la gente de los poblados cercanos a Guerar tuvo mucho miedo de Dios. Y el ejército de Judá se aprovechó de eso para quitarle a esa gente sus abundantes riquezas. 15 Atacaron también los campamentos donde había ganado, y se apoderaron de muchísimas ovejas y camellos. Finalmente volvieron a Jerusalén.

14 Abías murió y fue sepultado en la Ciudad de David; su hijo Asá lo sucedió en el trono. Durante su reinado, el país disfrutó de diez años de paz.

Asá, rey de Judá(A)

Asá hizo lo que era bueno y agradable ante el Señor su Dios. Se deshizo de los altares de dioses extranjeros y de los altares paganos en las colinas, destrozó las piedras sagradas y derribó las imágenes de la diosa Aserá. Además, ordenó a los habitantes de Judá que adoraran al Señor, Dios de sus antepasados, y que obedecieran sus leyes y sus mandamientos. De este modo, Asá se deshizo de los altares paganos y de los altares de incienso que había en todas las ciudades de Judá y durante su reinado hubo tranquilidad. Asá construyó en Judá ciudades fortificadas, pues durante esos años el Señor le dio descanso; el país disfrutó de paz y no estuvo en guerra con nadie.

Asá dijo a los de Judá: «Reconstruyamos esas ciudades y levantemos a su alrededor murallas con torres, puertas y cerrojos. El país todavía es nuestro, porque hemos buscado al Señor nuestro Dios; como lo hemos buscado, él nos ha concedido estar en paz con nuestros vecinos». Y tuvieron mucho éxito en la reconstrucción de las ciudades.

Asá contaba con un ejército de trescientos mil soldados de Judá, los cuales portaban lanzas y escudos grandes; además, con doscientos ochenta mil benjamitas que portaban arcos y escudos pequeños. Todos ellos eran guerreros valientes.

Zera el cusita marchó contra ellos al frente de un ejército de un millón de soldados y trescientos carros de guerra y llegó hasta Maresá. 10 Asá le salió al encuentro en el valle de Sefata y tomó posiciones cerca de Maresá.

11 Allí Asá invocó al Señor su Dios y dijo: «Señor, solo tú puedes ayudar al débil contra el poderoso. ¡Ayúdanos, Señor y Dios nuestro, porque en ti confiamos y en tu nombre hemos venido contra esta multitud! ¡Tú, Señor, eres nuestro Dios! ¡No permitas que ningún mortal se alce contra ti!».

12 El Señor derrotó a los cusitas cuando estos lucharon contra Asá y Judá. Los cusitas huyeron, 13 pero Asá y su ejército los persiguieron hasta Guerar. Allí cayeron los cusitas y ni uno de ellos quedó con vida, porque el Señor y su ejército los aniquilaron. Los de Judá se llevaron un enorme botín. 14 Luego, atacaron todas las ciudades que había alrededor de Guerar, las cuales estaban llenas de pánico ante el Señor, y las saquearon, pues había en ellas un gran botín. 15 Además, atacaron los campamentos, donde había mucho ganado, y se llevaron una gran cantidad de ovejas y camellos. Después de eso, regresaron a Jerusalén.

14 [a]And Abijah rested with his ancestors and was buried in the City of David. Asa his son succeeded him as king, and in his days the country was at peace for ten years.

Asa King of Judah(A)

Asa did what was good and right in the eyes of the Lord his God.(B) He removed the foreign altars(C) and the high places, smashed the sacred stones(D) and cut down the Asherah poles.[b](E) He commanded Judah to seek the Lord,(F) the God of their ancestors, and to obey his laws and commands. He removed the high places(G) and incense altars(H) in every town in Judah, and the kingdom was at peace under him. He built up the fortified cities of Judah, since the land was at peace. No one was at war with him during those years, for the Lord gave him rest.(I)

“Let us build up these towns,” he said to Judah, “and put walls around them, with towers, gates and bars. The land is still ours, because we have sought the Lord our God; we sought him and he has given us rest(J) on every side.” So they built and prospered.

Asa had an army of three hundred thousand(K) men from Judah, equipped with large shields and with spears, and two hundred and eighty thousand from Benjamin, armed with small shields and with bows. All these were brave fighting men.

Zerah the Cushite(L) marched out against them with an army of thousands upon thousands and three hundred chariots, and came as far as Mareshah.(M) 10 Asa went out to meet him, and they took up battle positions in the Valley of Zephathah near Mareshah.

11 Then Asa called(N) to the Lord his God and said, “Lord, there is no one like you to help the powerless against the mighty. Help us,(O) Lord our God, for we rely(P) on you, and in your name(Q) we have come against this vast army. Lord, you are our God; do not let mere mortals prevail(R) against you.”

12 The Lord struck down(S) the Cushites before Asa and Judah. The Cushites fled, 13 and Asa and his army pursued them as far as Gerar.(T) Such a great number of Cushites fell that they could not recover; they were crushed(U) before the Lord and his forces. The men of Judah carried off a large amount of plunder.(V) 14 They destroyed all the villages around Gerar, for the terror(W) of the Lord had fallen on them. They looted all these villages, since there was much plunder there. 15 They also attacked the camps of the herders and carried off droves of sheep and goats and camels. Then they returned to Jerusalem.

Footnotes

  1. 2 Chronicles 14:1 In Hebrew texts 14:1 is numbered 13:23, and 14:2-15 is numbered 14:1-14.
  2. 2 Chronicles 14:3 That is, wooden symbols of the goddess Asherah; here and elsewhere in 2 Chronicles