大衛對所羅門的叮囑

大衛臨終時,叮囑他兒子所羅門說: 「我要走世人都必走的那條路了。你要剛強,做大丈夫。 你要遵從你的上帝耶和華的話,遵行祂的道,照摩西的律法遵守上帝的律例、誡命、典章和法度。這樣,你無論做什麼、去哪裡都必亨通, 耶和華必履行給我的應許,祂對我說,『如果你的子孫謹慎自守,忠心地事奉我,你的王朝必世代相傳。』

「你知道洗魯雅的兒子約押怎樣對我,他殺了以色列的兩名元帥——尼珥的兒子押尼珥和益帖的兒子亞瑪撒。他在太平的時候把他們當作戰場的敵手殺害,腰帶和鞋子上沾滿了他們的血。 你要用智慧處置他,不可讓他安享天年。

「你要恩待基列人巴西萊的眾子,讓他們成為你的座上賓,因為我逃避你哥哥押沙龍的時候,他們曾接待我。

「別放過巴戶琳的便雅憫人基拉的兒子示每。我逃亡到瑪哈念的時候,他曾用惡毒的話咒罵我。後來他到約旦河迎接我的時候,我曾憑耶和華起誓不殺他。 但你不要放過他。你是個聰明人,應該知道怎樣處置他。你要讓他白頭落地,不得善終。」

10 大衛與祖先同眠後,葬在大衛城。 11 他做以色列王四十年,在希伯崙做王七年,在耶路撒冷做王三十三年。 12 所羅門繼承大衛的王位,國勢強盛。

所羅門鞏固王位

13 一天,哈姬的兒子亞多尼雅來見所羅門的母親拔示芭,拔示芭問他:「你是為平安而來嗎?」亞多尼雅說:「是為平安而來。」 14 又說:「我有事稟告。」拔示芭說:「你說吧。」 15 亞多尼雅說:「你知道,王位本該是我的,整個以色列原指望我做王。不料,王位歸了我兄弟,因為這是上帝的旨意。 16 現在我有一個請求,請你不要推辭。」拔示芭說:「你說吧。」 17 他說:「請你求所羅門王將那書念女子雅比莎賜我為妻,他不會拒絕你。」 18 拔示芭說:「好吧,我會為你向王請求。」

19 拔示芭就為亞多尼雅的事去見所羅門王,王離座迎接,向她下拜,然後坐回位上,命人在自己右邊為她擺設座位。 20 拔示芭說:「我有一件小事求你,請你不要推辭。」王說:「母親請說,我必不推辭。」 21 拔示芭說:「請將書念女子雅比莎賜給你哥哥亞多尼雅為妻。」

22 所羅門王回答說:「為何只為亞多尼雅求書念女子雅比莎呢?你也為他求整個國家吧!他是我哥哥,又有亞比亞他祭司和洗魯雅的兒子約押支持。」 23 所羅門王就憑耶和華起誓說:「亞多尼雅若不為他這樣的要求付出性命,願上帝重重地懲罰我。 24 耶和華讓我穩穩地坐在父親大衛的寶座上,照祂的應許為我建立了王朝,我憑永活的耶和華起誓,亞多尼雅今天必被處死。」 25 於是,所羅門王命令耶何耶大的兒子比拿雅殺死亞多尼雅。

26 王對亞比亞他祭司說:「你回亞拿突的老家去吧。你本是該死的,但我念你在我父大衛面前抬過主耶和華的約櫃,曾經與我父親患難與共,才饒你一命。」 27 所羅門就罷免了亞比亞他的職位,不許他再做耶和華的祭司。這事應驗了耶和華在示羅所說的有關以利家的預言。

28 約押雖然沒有支持押沙龍,但卻支持了亞多尼雅。他聽見風聲,就逃進聖幕,抓住祭壇的角。 29 有人把這消息告訴所羅門王,說約押已經逃進聖幕,躲在祭壇旁邊。所羅門就派耶何耶大的兒子比拿雅去殺他。 30 比拿雅來到耶和華的聖幕,對約押說:「王吩咐你出來!」約押卻回答說:「不,我要死在這裡。」比拿雅回去稟告王。

31 王說:「你就照他的話成全他吧,你要埋葬他,把他濫殺無辜的罪從我和我父親家清除。 32 耶和華要讓他血債血還。因為他背著我父親殺了兩名比他良善正直的人,即尼珥的兒子以色列元帥押尼珥和益帖的兒子猶大元帥亞瑪撒。 33 所以,殺這二人的血債必永遠歸到約押和他後代身上。願耶和華的平安永遠伴隨大衛和他的後代、他的家、他的國。」 34 耶何耶大的兒子比拿雅就去把約押殺死,葬在曠野約押自己的墓地。 35 王委派耶何耶大的兒子比拿雅替代約押為元帥,命撒督祭司代替亞比亞他。

36 王又派人將示每召來,對他說:「你要在耶路撒冷建屋居住,不得出城去其他地方。 37 你哪天越過汲淪溪,哪天必死無疑,你的死是咎由自取。」 38 示每說:「好,僕人必照我主我王說的做。」示每就一直住在耶路撒冷。 39 過了三年,示每的兩個僕人逃到迦特王瑪迦的兒子亞吉那裡。示每知道後, 40 就備上驢到迦特的亞吉那裡找他的僕人,並把他們帶了回來。

41 所羅門聽說示每從耶路撒冷前往迦特,已經返回, 42 就派人召來示每,問道:「我不是叫你憑耶和華起誓不離開耶路撒冷嗎?我警告過你,你哪天離開這裡,哪天必死無疑。當時你也同意。 43 現在你為何不守你向耶和華起的誓,不遵行我的命令?」 44 王又說:「你以前如何惡待我父大衛,你自己心裡明白,現在耶和華要追究你的罪行了。 45 但所羅門王必蒙祝福,大衛的王位在耶和華面前必永遠穩固。」

46 於是,王命令耶何耶大的兒子比拿雅殺死示每。這樣所羅門的江山得以穩固。

Últimas palabras de David

Y acercándose los días de su muerte, David(A) dio órdenes a su hijo Salomón: «Yo voy por el camino de todos en la tierra(B). Sé, pues, fuerte(C) y sé hombre. Guarda los mandatos del Señor tu Dios, andando en Sus caminos, guardando Sus estatutos, Sus mandamientos, Sus ordenanzas y Sus testimonios, conforme a lo que está escrito en la ley de Moisés(D), para que prosperes(E) en todo lo que hagas y dondequiera que vayas, para que el Señor cumpla la promesa que me hizo[a](F): “Si tus hijos guardan su camino(G), andando delante de Mí con fidelidad[b], con todo su corazón(H) y con toda su alma, no te faltará[c] hombre sobre el trono de Israel(I)”.

»También sabes lo que me hizo Joab, hijo de Sarvia(J), lo que hizo a los dos jefes de los ejércitos de Israel, a Abner, hijo de Ner, y a Amasa(K), hijo de Jeter(L), a los cuales mató; también derramó sangre de guerra en tiempo de paz. Y puso sangre de guerra en el cinturón que lo ceñía y en las sandalias que tenía en sus pies. Haz, pues, conforme a tu sabiduría, y no permitas que sus canas desciendan al Seol[d](M) en paz. Pero muestra bondad a los hijos de Barzilai el galaadita(N), y que estén entre los que comen a tu mesa(O); porque ellos me ayudaron[e](P) cuando huía de tu hermano Absalón.

»Mira, contigo está Simei, hijo de Gera, el benjamita de Bahurim(Q); él fue el que me maldijo con una terrible[f] maldición el día que yo iba a Mahanaim. Pero cuando descendió a mi encuentro en el Jordán, le juré por el Señor, diciendo: “No te mataré(R) a espada”. Pero ahora, no lo dejes sin castigo, porque eres hombre sabio. Sabrás lo que debes hacer con él y harás que desciendan sus canas con sangre al Seol(S)».

10 Y durmió David con sus padres y fue sepultado(T) en la ciudad de David(U). 11 Los días que David reinó sobre Israel fueron cuarenta años: siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres años reinó en Jerusalén(V). 12 Salomón se sentó en el trono de David su padre y su reino se afianzó en gran manera(W).

Salomón consolida su reino

13 Entonces Adonías, hijo de Haguit, vino a Betsabé, madre de Salomón; y ella le dijo: «¿Vienes en paz(X)?». «En paz», respondió él. 14 Y añadió: «Tengo algo que decirle[g]». Y ella dijo: «Habla». 15 «Usted sabe», dijo él, «que el reino era mío(Y) y que todo Israel esperaba que yo fuera rey[h](Z); pero el reino ha cambiado de manos y ha venido a ser de mi hermano(AA), porque por voluntad del Señor era suyo(AB). 16 Ahora yo le hago una petición, no me la niegue[i]». «Habla», le dijo ella. 17 Él entonces dijo: «Le ruego que hable al rey Salomón, pues él no se lo negará, para que me dé por mujer a Abisag la sunamita(AC)». 18 «Muy bien», dijo Betsabé, «hablaré por ti al rey».

19 Betsabé fue al rey Salomón para hablarle por Adonías. El rey se levantó a recibirla, se inclinó delante de ella, y se sentó en su trono; hizo colocar un trono para la madre del rey(AD) y ella se sentó a su diestra(AE). 20 Entonces ella dijo: «Te hago una pequeña petición; no me la niegues(AF)». «Pide, madre mía, porque no te la negaré», le dijo el rey. 21 Y ella dijo: «Que se dé a Abisag la sunamita(AG) por mujer a tu hermano Adonías». 22 El rey Salomón respondió a su madre: «¿Por qué pides a Abisag la sunamita para Adonías? Pide para él también el reino(AH), pues es mi hermano mayor(AI), y con él están el sacerdote Abiatar y Joab, hijo de Sarvia(AJ)».

23 Y el rey Salomón juró por el Señor, diciendo: «Así me haga Dios y aun más, si Adonías no ha hablado esta palabra contra su propia vida[j](AK). 24 Ahora pues, vive el Señor que me ha confirmado y me ha puesto en el trono de mi padre David, y que me ha hecho una casa[k](AL) como había prometido, que hoy mismo Adonías morirá». 25 El rey Salomón envió a[l] Benaía, hijo de Joiada(AM), y este atacó a Adonías[m] y lo mató[n].

26 Entonces dijo el rey al sacerdote Abiatar: «Vete a Anatot(AN), a tu campo, porque mereces morir[o](AO); pero no te daré muerte en esta ocasión[p] porque llevaste el arca del Señor Dios[q] delante de mi padre David(AP), y porque fuiste afligido con todas las cosas con que mi padre fue afligido(AQ)». 27 Así Salomón privó[r] a Abiatar de ser sacerdote del Señor, para que se cumpliera la palabra que el Señor había hablado acerca de la casa de Elí(AR) en Silo.

28 Cuando las noticias llegaron a Joab, porque Joab había seguido a Adonías(AS), aunque no había seguido a Absalón(AT), Joab huyó a la tienda del Señor y se agarró de los cuernos del altar(AU). 29 Y se le informó al rey Salomón que Joab había huido a la tienda del Señor, y que estaba junto al altar. Entonces Salomón envió a Benaía, hijo de Joiada(AV), diciendo: «Ve y atácalo(AW)».

30 Benaía entró en la tienda del Señor y le dijo: «Así ha dicho el rey: “Sal de ahí”». Pero él dijo: «No, pues moriré aquí». Benaía llevó la respuesta[s] al rey: «Así Joab habló y así me respondió». 31 Y el rey le dijo: «Haz como él ha dicho(AX); atácalo, mátalo y entiérralo, para que quites de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab derramó sin causa(AY). 32 El Señor hará volver su sangre sobre su propia cabeza(AZ), porque él atacó a dos hombres más justos y mejores que él y los mató(BA) a espada sin que mi padre David lo supiera: a Abner(BB), hijo de Ner, jefe del ejército de Israel, y a Amasa(BC), hijo de Jeter, jefe del ejército de Judá. 33 Su sangre, pues, recaerá sobre la cabeza de Joab y sobre la cabeza de su descendencia[t] para siempre(BD); pero para David y su descendencia[u], para su casa y su trono, haya paz de parte del Señor para siempre».

34 Entonces subió Benaía, hijo de Joiada, lo atacó y lo mató(BE); y fue sepultado en su casa en el desierto(BF). 35 En su lugar el rey nombró sobre el ejército a Benaía, hijo de Joiada(BG), y el rey nombró al sacerdote Sadoc(BH) en lugar de Abiatar(BI).

36 Después el rey envió a llamar a Simei(BJ), y le dijo: «Edifícate una casa en Jerusalén, vive ahí y no salgas de allí a ninguna parte. 37 Porque el día que salgas y pases el torrente Cedrón(BK), ten por cierto que sin duda morirás; tu sangre recaerá[v] sobre tu cabeza(BL)». 38 Entonces Simei dijo al rey: «La palabra es buena; como ha dicho el rey mi señor, así lo hará su siervo». Y vivió Simei en Jerusalén muchos días.

39 Pero aconteció que después de tres años, dos de los siervos de Simei huyeron a donde Aquis, hijo de Maaca, rey de Gat(BM). Le avisaron a Simei: «Tus siervos están en Gat». 40 Simei se levantó, ensilló su asno y fue a Gat a ver a Aquis para buscar a sus siervos. Fue, pues, Simei y trajo sus siervos de Gat. 41 Pero informaron a Salomón que Simei había ido de Jerusalén hasta Gat y había vuelto.

42 Entonces el rey envió a llamar a Simei y le dijo: «¿No te hice jurar por el Señor y te advertí seriamente: “El día que salgas y vayas a cualquier parte, ten por seguro que ciertamente morirás”? Y tú me dijiste: “La palabra que he oído es buena”. 43 ¿Por qué, entonces, no guardaste el juramento del Señor y el mandamiento que te impuse?». 44 Dijo además el rey a Simei: «Tú sabes todo el mal que hiciste a mi padre David(BN), que tú reconoces en tu corazón[w]; el Señor, pues, hará recaer tu mal sobre tu propia cabeza(BO). 45 Pero el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme delante del Señor para siempre(BP)». 46 Entonces el rey mandó a Benaía, hijo de Joiada, y este salió y atacó a Simei[x] y lo mató[y]. Así fue confirmado el reino en las manos de Salomón(BQ).

Footnotes

  1. 2:4 Lit. su palabra que habló de mí.
  2. 2:4 O verdad.
  3. 2:4 Lit. diciendo: no te será cortado.
  4. 2:6 I.e. región de los muertos.
  5. 2:7 Lit. se me acercaron.
  6. 2:8 O dolorosa.
  7. 2:14 Lit. palabra para ti.
  8. 2:15 Lit. ponía su rostro en mí para reinar.
  9. 2:16 Lit. no hagas (hará) volver mi (tu) rostro, y así en los vers. 17 y 20.
  10. 2:23 Lit. alma.
  11. 2:24 I.e. una dinastía.
  12. 2:25 Lit. envió por mano de.
  13. 2:25 Lit. él.
  14. 2:25 Lit. y murió.
  15. 2:26 Lit. eres hombre de muerte.
  16. 2:26 Lit. este día.
  17. 2:26 Heb. YHWH, generalmente traducido Señor.
  18. 2:27 Lit. expulsó.
  19. 2:30 Lit. palabra.
  20. 2:33 Lit. simiente.
  21. 2:33 Lit. simiente.
  22. 2:37 Lit. será.
  23. 2:44 Lit. que tu corazón reconoce.
  24. 2:46 Lit. él.
  25. 2:46 Lit. y murió.

Últimas instrucciones de David(A)

David ya estaba próximo a morir, así que dio estas instrucciones a su hijo Salomón:

«Yo estoy a punto de ir por el camino que todo mortal transita. ¡Cobra ánimo y pórtate como hombre! Cumple las órdenes del Señor tu Dios; sigue sus caminos y cumple sus estatutos, mandamientos, ordenanzas y mandatos, los cuales están escritos en la Ley de Moisés. Así prosperarás en todo lo que hagas y por dondequiera que vayas, y el Señor cumplirá esta promesa que me hizo: “Si tus descendientes cuidan su conducta y me son fieles con toda el alma y de todo corazón, nunca faltará un sucesor tuyo en el trono de Israel”.

»Ahora bien, tú mismo sabes lo que me hizo Joab hijo de Sarvia: derramó sangre en tiempo de paz como si estuviera en guerra. Mató a Abner, hijo de Ner, y a Amasá, hijo de Jéter, los dos comandantes de los ejércitos israelitas, manchándose así su cinturón y sus sandalias. Por tanto, usa la cabeza y no lo dejes llegar a viejo y morir en paz.[a]

»En cambio, sé bondadoso con los hijos de Barzilay de Galaad y permíteles comer en tu mesa, pues ellos me ampararon cuando huía de tu hermano Absalón.

»También encárgate de Simí, hijo de Guerá, ese benjamita de Bajurín que me lanzó terribles maldiciones cuando me dirigía a Majanayin. Es cierto que, cuando fue al Jordán a recibirme, le juré por el Señor que no lo condenaría a muerte. Sin embargo, no tienes ya por qué perdonarle la vida. Tú eres inteligente y sabrás qué hacer con él; aunque ya está viejo, hazlo sufrir una muerte sangrienta».[b]

10 David murió y fue sepultado en la ciudad que lleva su nombre. 11 Había reinado siete años en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén, así que en total reinó en Israel cuarenta años. 12 Lo sucedió en el trono su hijo Salomón y así se consolidó firmemente su reino.

Salomón consolida el reino

13 Adonías, hijo de Jaguit, fue a ver a Betsabé, madre de Salomón, y Betsabé le preguntó:

—¿Vienes en son de paz?

—Sí —respondió él—; 14 tengo algo que comunicarle.

—Habla —contestó ella.

15 —Como usted sabe —dijo Adonías—, el reino me pertenecía y todos los israelitas esperaban que yo llegara a ser rey. Pero ahora el reino ha pasado a mi hermano, que lo ha recibido por voluntad del Señor. 16 Pues bien, tengo una petición que hacerle; por favor, no me la niegue.

—Continúa —dijo ella.

17 —Por favor, pídale usted al rey Salomón que me dé como esposa a Abisag la sunamita; a usted no se lo negará.

18 —Muy bien —contestó Betsabé—, hablaré al rey en tu favor.

19 Betsabé fue a ver al rey Salomón para interceder en favor de Adonías. El rey se puso de pie para recibirla y se inclinó ante ella; luego se sentó en su trono y mandó que pusieran otro trono para su madre y ella se sentó a la derecha del rey.

20 —Quiero pedirte un pequeño favor —dijo ella—. Te ruego que no me lo niegues.

—Dime de qué se trata, madre mía. A ti no puedo negarte nada.

21 Ella continuó:

—Concédele a tu hermano Adonías casarse con Abisag la sunamita.

22 —Pero ¿cómo puedes pedirme semejante cosa? —respondió el rey a su madre—. Es mi hermano mayor, y cuenta con el apoyo del sacerdote Abiatar y de Joab, hijo de Sarvia. ¡Realmente me estás pidiendo que le ceda el trono!

23 Dicho esto, el rey Salomón juró por el Señor: «¡Que Dios me castigue sin piedad si no hago que Adonías pague con su vida por esa petición! 24 El Señor me ha establecido firmemente en el trono de mi padre y conforme a su promesa me ha dado una dinastía. Por tanto, tan cierto como que él vive, ¡hoy mismo Adonías morirá!».

25 Enseguida el rey Salomón dio a Benaías, hijo de Joyadá, la orden de matar a Adonías.

26 Al sacerdote Abiatar, el rey mismo ordenó: «Regresa a tus tierras en Anatot. Mereces la muerte, pero por el momento no voy a quitarte la vida, pues compartiste con David mi padre todas sus penurias y en su presencia llevaste el arca del Señor y Dios». 27 Fue así como, al destituir Salomón a Abiatar del sacerdocio del Señor, se cumplió la palabra que el Señor había pronunciado en Siló contra la familia de Elí.

28 Joab había conspirado con Adonías, aunque no con Absalón, así que al oír que Adonías había muerto, fue a refugiarse en la Tienda del Señor, agarrándose de los cuernos del altar. 29 Cuando dijeron a Salomón que Joab había huido a la Tienda del Señor y que estaba junto al altar, el rey ordenó a Benaías, hijo de Joyadá, que fuera a matarlo. 30 Benaías fue a la Tienda del Señor y dijo a Joab:

—El rey te ordena que salgas.

—¡No! —respondió Joab—. ¡De aquí solo me sacarán muerto!

Benaías fue y contó al rey lo que había dicho Joab.

31 —¡Pues dale gusto! —ordenó el rey—. ¡Mátalo y entiérralo! De ese modo me absolverás a mí y a mi familia de la sangre inocente que derramó Joab. 32 El Señor hará recaer sobre su cabeza la sangre que derramó, porque a espaldas de mi padre atacó Joab a Abner, hijo de Ner, que era comandante del ejército de Israel, y a Amasá, hijo de Jéter, que era comandante del ejército de Judá. Así mató a filo de espada a dos hombres que eran mejores y más justos que él. 33 ¡Que la culpa de esas muertes recaiga para siempre sobre la cabeza de Joab y de sus descendientes! ¡Pero que la paz del Señor permanezca para siempre con David y sus descendientes, con su linaje y su trono!

34 Benaías, hijo de Joyadá, fue y mató a Joab e hizo que lo sepultaran en su hacienda de la estepa. 35 Entonces el rey puso a Benaías, hijo de Joyadá, sobre el ejército en lugar de Joab y al sacerdote Sadoc lo puso en lugar de Abiatar. 36 Luego mandó llamar a Simí y le dijo:

—Constrúyete una casa en Jerusalén y quédate allí. No salgas a ninguna parte, 37 porque el día que salgas y cruces el arroyo de Cedrón podrás darte por muerto. Y la culpa será tuya.

38 —De acuerdo —respondió Simí al rey—. Yo estoy para servir a mi señor el rey y acataré sus órdenes.

Simí permaneció en Jerusalén por un buen tiempo, 39 pero tres años más tarde dos de sus esclavos escaparon a Gat, donde reinaba Aquis, hijo de Macá. Cuando avisaron a Simí que sus esclavos estaban en Gat, 40 aparejó su asno y se fue allá a buscarlos y traerlos de vuelta.

41 Al oír Salomón que Simí había ido de Jerusalén a Gat y había regresado, 42 lo mandó llamar y dijo:

—Yo te hice jurar por el Señor y te advertí: “El día que salgas a cualquier lugar, podrás darte por muerto”. Y tú dijiste que estabas de acuerdo y que obedecerías. 43 ¿Por qué, pues, no cumpliste con tu juramento al Señor ni obedeciste la orden que te di?

44 El rey también dijo a Simí:

—Tú bien sabes cuánto daño le hiciste a mi padre David; ahora el Señor se vengará de ti por tu maldad. 45 En cambio, yo seré bendecido y el trono de David permanecerá firme para siempre en presencia del Señor.

46 Acto seguido, el rey dio la orden a Benaías, hijo de Joyadá, y este fue y mató a Simí.

Así se consolidó el reino en manos de Salomón.

Footnotes

  1. 2:6 no … en paz. Lit. no dejes que sus canas bajen en paz al Seol.
  2. 2:9 aunque … sangrienta. Lit. haz que sus canas bajen con sangre al Seol.

Mandato de David a Salomón

Llegaron los días en que David había de morir, y ordenó a Salomón su hijo, diciendo: Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre. Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas; para que confirme Jehová la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel.

Ya sabes tú lo que me ha hecho Joab hijo de Sarvia, lo que hizo a dos generales del ejército de Israel, a Abner(A) hijo de Ner y a Amasa(B) hijo de Jeter, a los cuales él mató, derramando en tiempo de paz la sangre de guerra, y poniendo sangre de guerra en el talabarte que tenía sobre sus lomos, y en los zapatos que tenía en sus pies. Tú, pues, harás conforme a tu sabiduría; no dejarás descender sus canas al Seol en paz. Mas a los hijos de Barzilai(C) galaadita harás misericordia, que sean de los convidados a tu mesa; porque ellos vinieron de esta manera a mí, cuando iba huyendo de Absalón tu hermano. También tienes contigo a Simei hijo de Gera, hijo de Benjamín, de Bahurim, el cual me maldijo con una maldición fuerte el día que yo iba a Mahanaim.(D) Mas él mismo descendió a recibirme al Jordán, y yo le juré por Jehová diciendo: Yo no te mataré a espada.(E) Pero ahora no lo absolverás; pues hombre sabio eres, y sabes cómo debes hacer con él; y harás descender sus canas con sangre al Seol.

Muerte de David

(1 Cr. 29.26-30)

10 Y durmió David con sus padres, y fue sepultado en su ciudad. 11 Los días que reinó David sobre Israel fueron cuarenta años; siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres años reinó en Jerusalén.(F) 12 Y se sentó Salomón en el trono de David su padre,(G) y su reino fue firme en gran manera.

Salomón afirma su reino

13 Entonces Adonías hijo de Haguit vino a Betsabé madre de Salomón; y ella le dijo: ¿Es tu venida de paz? Él respondió: Sí, de paz. 14 En seguida dijo: Una palabra tengo que decirte. Y ella dijo: Di. 15 Él dijo: Tú sabes que el reino era mío, y que todo Israel había puesto en mí su rostro para que yo reinara; mas el reino fue traspasado, y vino a ser de mi hermano, porque por Jehová era suyo. 16 Ahora yo te hago una petición; no me la niegues. Y ella le dijo: Habla. 17 Él entonces dijo: Yo te ruego que hables al rey Salomón (porque él no te lo negará), para que me dé a Abisag sunamita por mujer. 18 Y Betsabé dijo: Bien; yo hablaré por ti al rey.

19 Vino Betsabé al rey Salomón para hablarle por Adonías. Y el rey se levantó a recibirla, y se inclinó ante ella, y volvió a sentarse en su trono, e hizo traer una silla para su madre, la cual se sentó a su diestra. 20 Y ella dijo: Una pequeña petición pretendo de ti; no me la niegues. Y el rey le dijo: Pide, madre mía, que yo no te la negaré. 21 Y ella dijo: Dése Abisag sunamita por mujer a tu hermano Adonías. 22 El rey Salomón respondió y dijo a su madre: ¿Por qué pides a Abisag sunamita para Adonías? Demanda también para él el reino; porque él es mi hermano mayor, y ya tiene también al sacerdote Abiatar, y a Joab hijo de Sarvia. 23 Y el rey Salomón juró por Jehová, diciendo: Así me haga Dios y aun me añada, que contra su vida ha hablado Adonías estas palabras. 24 Ahora, pues, vive Jehová, quien me ha confirmado y me ha puesto sobre el trono de David mi padre, y quien me ha hecho casa, como me había dicho, que Adonías morirá hoy. 25 Entonces el rey Salomón envió por mano de Benaía hijo de Joiada, el cual arremetió contra él, y murió.

26 Y el rey dijo al sacerdote Abiatar: Vete a Anatot, a tus heredades, pues eres digno de muerte; pero no te mataré hoy, por cuanto has llevado el arca de Jehová el Señor delante de David mi padre,(H) y además has sido afligido en todas las cosas en que fue afligido mi padre.(I) 27 Así echó Salomón a Abiatar del sacerdocio de Jehová, para que se cumpliese la palabra de Jehová que había dicho sobre la casa de Elí en Silo.(J)

28 Y vino la noticia a Joab; porque también Joab se había adherido a Adonías, si bien no se había adherido a Absalón. Y huyó Joab al tabernáculo de Jehová, y se asió de los cuernos del altar. 29 Y se le hizo saber a Salomón que Joab había huido al tabernáculo de Jehová, y que estaba junto al altar. Entonces envió Salomón a Benaía hijo de Joiada, diciendo: Ve, y arremete contra él. 30 Y entró Benaía al tabernáculo de Jehová, y le dijo: El rey ha dicho que salgas. Y él dijo: No, sino que aquí moriré. Y Benaía volvió con esta respuesta al rey, diciendo: Así dijo Joab, y así me respondió. 31 Y el rey le dijo: Haz como él ha dicho; mátale y entiérrale, y quita de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab ha derramado injustamente. 32 Y Jehová hará volver su sangre sobre su cabeza; porque él ha dado muerte a dos varones más justos y mejores que él, a los cuales mató a espada sin que mi padre David supiese nada: a Abner hijo de Ner, general del ejército de Israel, y a Amasa hijo de Jeter, general del ejército de Judá. 33 La sangre, pues, de ellos recaerá sobre la cabeza de Joab, y sobre la cabeza de su descendencia para siempre; mas sobre David y sobre su descendencia, y sobre su casa y sobre su trono, habrá perpetuamente paz de parte de Jehová. 34 Entonces Benaía hijo de Joiada subió y arremetió contra él, y lo mató; y fue sepultado en su casa en el desierto. 35 Y el rey puso en su lugar a Benaía hijo de Joiada sobre el ejército, y a Sadoc puso el rey por sacerdote en lugar de Abiatar.

36 Después envió el rey e hizo venir a Simei, y le dijo: Edifícate una casa en Jerusalén y mora ahí, y no salgas de allí a una parte ni a otra; 37 porque sabe de cierto que el día que salieres y pasares el torrente de Cedrón, sin duda morirás, y tu sangre será sobre tu cabeza. 38 Y Simei dijo al rey: La palabra es buena; como el rey mi señor ha dicho, así lo hará tu siervo. Y habitó Simei en Jerusalén muchos días.

39 Pero pasados tres años, aconteció que dos siervos de Simei huyeron a Aquis hijo de Maaca, rey de Gat. Y dieron aviso a Simei, diciendo: He aquí que tus siervos están en Gat. 40 Entonces Simei se levantó y ensilló su asno y fue a Aquis en Gat, para buscar a sus siervos. Fue, pues, Simei, y trajo sus siervos de Gat. 41 Luego fue dicho a Salomón que Simei había ido de Jerusalén hasta Gat, y que había vuelto. 42 Entonces el rey envió e hizo venir a Simei, y le dijo: ¿No te hice jurar yo por Jehová, y te protesté diciendo: El día que salieres y fueres acá o allá, sabe de cierto que morirás? Y tú me dijiste: La palabra es buena, yo la obedezco. 43 ¿Por qué, pues, no guardaste el juramento de Jehová, y el mandamiento que yo te impuse? 44 Dijo además el rey a Simei: Tú sabes todo el mal, el cual tu corazón bien sabe, que cometiste contra mi padre David; Jehová, pues, ha hecho volver el mal sobre tu cabeza. 45 Y el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme perpetuamente delante de Jehová. 46 Entonces el rey mandó a Benaía hijo de Joiada, el cual salió y lo hirió, y murió.

Y el reino fue confirmado en la mano de Salomón.