Éxodo 2:11-3:12
Nueva Versión Internacional
Huida de Moisés a Madián
11 Un día, cuando Moisés ya había crecido, fue a ver a sus hermanos de sangre y pudo observar sus penurias. De pronto, vio que un egipcio golpeaba a uno de sus hermanos, es decir, a un hebreo. 12 Miró entonces a uno y otro lado y, al no ver a nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. 13 Al día siguiente volvió a salir y, al ver que dos hebreos peleaban entre sí, preguntó al culpable:
—¿Por qué golpeas a tu compañero?
14 —¿Y quién te nombró gobernante y juez sobre nosotros? —respondió aquel—. ¿Acaso quieres matarme a mí como mataste al egipcio?
Esto causó temor en Moisés, pues pensó: «¡Ya se supo lo que hice!».
15 Y en efecto, el faraón se enteró de lo sucedido y trató de matar a Moisés; pero Moisés huyó del faraón y se fue a la tierra de Madián, donde se asentó junto a un pozo. 16 El sacerdote de Madián tenía siete hijas, las cuales solían ir a sacar agua para llenar los abrevaderos y dar de beber a las ovejas de su padre. 17 Pero los pastores llegaron y las echaron de allí. Moisés intervino en favor de ellas: las puso a salvo de los pastores y dio de beber a sus ovejas.
18 Cuando las muchachas volvieron a la casa de Reuel,[a] su padre, este les preguntó:
—¿Por qué volvieron hoy tan temprano?
19 —Porque un egipcio nos libró de los pastores —respondieron—. ¡Hasta nos sacó el agua del pozo y dio de beber al rebaño!
20 —¿Y dónde está ese hombre? —contestó—. ¿Por qué lo dejaron solo? ¡Invítenlo a comer!
21 Moisés convino en quedarse a vivir en casa de aquel hombre, quien le dio por esposa a su hija Séfora. 22 Ella tuvo un hijo, al cual Moisés llamó Guersón,[b] pues razonó: «Soy un extranjero en tierra extraña».
23 Mucho tiempo después murió el rey de Egipto. Los israelitas, sin embargo, seguían lamentando su condición de esclavos y clamaban pidiendo ayuda. Sus gritos desesperados llegaron a oídos de Dios, 24 quien al oír sus quejidos se acordó del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob. 25 Fue así como Dios se fijó en los israelitas y los tomó en cuenta.
Moisés y la zarza ardiente
3 Un día, Moisés estaba cuidando el rebaño de Jetro, su suegro, que era sacerdote de Madián, y llevó las ovejas hasta el otro extremo del desierto hasta llegar a Horeb, la montaña de Dios. 2 Estando allí, el ángel del Señor se le apareció entre las llamas de una zarza ardiente. Moisés notó que la zarza estaba envuelta en llamas, pero que no se consumía, 3 así que pensó: «¡Qué increíble! Voy a ver por qué no se consume la zarza».
4 Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:
—¡Moisés, Moisés!
—Aquí estoy —respondió.
5 —No te acerques más —le dijo Dios—. Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa. 6 Yo soy el Dios de tu padre. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Al oír esto, Moisés se cubrió el rostro, pues tuvo miedo de mirar a Dios.
7 Pero el Señor siguió diciendo:
—Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse de sus capataces y conozco bien sus penurias. 8 Así que he descendido para librarlos del poder de los egipcios y sacarlos de ese país, para llevarlos a una tierra buena y espaciosa, tierra donde abundan la leche y la miel. Me refiero al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. 9 Han llegado a mis oídos los gritos desesperados de los israelitas y he visto también cómo los oprimen los egipcios. 10 Así que disponte a partir. Voy a enviarte al faraón para que saques de Egipto a los israelitas, que son mi pueblo.
11 Pero Moisés dijo a Dios:
—¿Y quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los israelitas?
12 —Yo estaré contigo —respondió Dios—. Y te voy a dar una señal de que soy yo quien te envía: Cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, todos ustedes me adorarán[c] en esta montaña.
Footnotes
- 2:18 También llamado Jetro. Véase 3:1.
- 2:22 En hebreo, Guersón suena como la frase que significa extranjero allí.
- 3:12 me adorarán. Lit. me servirán. Aquí y en el resto de este libro, el texto hebreo usa el mismo verbo servir para indicar el servicio al faraón como esclavos, y el servir a Dios rindiéndole culto y adoración.
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