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Confianza en la protección de Dios

Al músico principal; sobre Neginot. Salmo de David.

61 Oye, oh Dios, mi clamor;
A mi oración atiende.
Desde el confín de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmaye.
Llévame a la roca inaccesible para mí;
Porque tú eres mi refugio,
Y torre fuerte delante del enemigo.

Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre;
Estaré seguro bajo el amparo de tus alas.
Selah
Porque tú, oh Dios, has oído mis votos;
Me has dado la herencia que otorgas a los que temen tu nombre.

Añade días a los días del rey,
Que sus años alcancen varias generaciones.
Que reine para siempre delante de Dios;
Que la misericordia y la verdad lo guarden.

Así cantaré tu nombre para siempre,
Cumpliendo mis votos cada día.

Dios, el único refugio

Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.

62 Solamente en Dios descansa mi alma;
De él viene mi salvación.
Solamente él es mi roca y mi salvación;
Es mi refugio, no resbalaré mucho.
¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre,
Tratando todos vosotros de aplastarle
Como pared que se desploma y como cerca que se derrumba?
Solamente consultan para arrojarle de su altura.
Aman la mentira;
Con su boca bendicen, pero maldicen en su corazón.
Selah
Alma mía, reposa solamente en Dios,
Porque de él procede mi esperanza.
Solamente él es mi roca y mi salvación.
Es mi refugio, no resbalaré.
En Dios está mi salvación y mi gloria;
En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.

Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos;
Derramad delante de él vuestro corazón;
Dios es nuestro refugio.
Selah
Por cierto, como un soplo son los hijos de los hombres, mentira los hijos de los notables;
Pesándolos a todos juntos en la balanza,
Serán más leves que un soplo.
10 No confiéis en la violencia,
Ni en la rapiña; no os envanezcáis:
Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas.

11 Una cosa ha dicho Dios;
Dos veces la he oído yo:
Que de Dios es el poder,
12 Y tuya, oh Señor, es la misericordia;
Porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.

Dios, satisfacción del alma

Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá.

63 Oh Dios, mi Dios eres tú;
De madrugada te buscaré;
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
Cual tierra seca y árida donde no hay aguas,
Como te contemplaba en el santuario,
Para ver tu poder y tu gloria.
Porque mejor es tu misericordia que la vida;
Mis labios te alabarán.
Así te bendeciré durante toda mi vida;
En tu nombre alzaré mis manos.

Como de meollo y de enjundia será saciada mi alma,
Y con labios de júbilo te alabará mi boca,
Cuando me acuerdo de ti en mi lecho,
Cuando medito en ti en las vigilias de la noche.
Porque has sido mi socorro,
Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
Está mi alma apegada a ti;
Tu diestra me sostiene.

Pero los que buscan mi vida para destruirla,
Caerán en las honduras de la tierra.
10 Los destruirán a filo de espada;
Serán pasto de los chacales.
11 Pero el rey se alegrará en Dios;
Será alabado cualquiera que jura por él;
Porque la boca de los que hablan mentira será cerrada.

Plegaria pidiendo protección contra enemigos ocultos

Al músico principal. Salmo de David.

64 Escucha, oh Dios, la voz de mi lamento;
Guarda mi vida del terror del enemigo.
Escóndeme de la conjuración de los malvados,
De la conspiración de los que hacen iniquidad,
Que afilan como espada su lengua;
Lanzan cual saetas sus palabras amargas,
Para asaetear a escondidas al inocente;
Le tiran de improviso y nada temen.
Obstinados en su inicuo designio,
Calculan para tender lazos ocultos,
Y dicen: ¿Quién podrá verlo?
Inventan maldades y ocultan sus intenciones,
Pues la mente y el corazón del hombre son un abismo.
Mas Dios los herirá con saeta;
De repente serán heridos.
Sus propias lenguas los harán caer;
Se asombrarán todos los que los vean.
Entonces temerán todos los hombres,
Y anunciarán la obra de Dios,
Y comprenderán sus acciones.

10 Se alegrará el justo en Jehová, y confiará en él;
Y se gloriarán todos los rectos de corazón.

La generosidad de Dios en la naturaleza

Al músico principal. Salmo. Cántico de David.

65 A ti es debida la alabanza en Sión, oh Dios,
Y a ti se cumplirán los votos.
Tú oyes la oración;
A ti vendrá toda carne, a causa de sus culpas.
Las iniquidades prevalecen contra mí;
Mas nuestras rebeliones tú las perdonas.
Bienaventurado el que tú escoges y atraes a ti,
Para que habite en tus atrios;
Seremos saciados del bien de tu casa,
De la santidad de tu templo.

Con portentos de justicia nos respondes,
Oh Dios de nuestra salvación,
Esperanza de todos los términos de la tierra,
Y de los más remotos confines del mar.
Tú, el que afianza los montes con su poder,
Ceñido de valentía;
El que sosiega el estruendo de los mares, el bramido de sus olas,
Y el tumulto de las naciones.
Por tanto, los habitantes de los confines de la tierra se sobrecogen ante sus señales portentosas.
Tú haces alegrar las puertas de la aurora y del ocaso.

Cuidas de la tierra, y la riegas;
En gran manera la enriqueces;
Con el río de Dios, lleno de aguas,
Preparas el grano de ellos, cuando así la dispones.
10 Haces que se empapen sus surcos,
Igualas sus terrones;
La ablandas con lluvias,
Bendices sus renuevos.
11 Tú coronas el año con tus bienes,
Y tus nubes destilan abundancia.
12 Destilan sobre los pastos del páramo,
Y los collados se ciñen de alegría.
13 Se cubren de manadas los llanos,
Y los valles se cubren de mieses;
Dan voces de júbilo, y aun cantan.

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