El gran mandamiento

34 (A)Pero al oír los fariseos que Jesús había dejado callados a los saduceos(B), se agruparon; 35 y uno de ellos, intérprete de la ley[a](C), para ponerle a prueba[b] le preguntó: 36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley? 37 Y Él le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente(D). 38 Este es el grande y el primer mandamiento. 39 Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo(E). 40 De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas(F).

Jesús, Hijo y Señor de David

41 (G)Estando reunidos los fariseos, Jesús les hizo una pregunta, 42 diciendo: ¿Cuál es vuestra opinión sobre el Cristo[c]? ¿De quién es hijo? Ellos le dijeron*: De David(H). 43 Él les dijo*: Entonces, ¿cómo es que David en el Espíritu[d](I) le llama «Señor», diciendo:

44 «Dijo el Señor a mi Señor:
siéntate a mi diestra,
hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies(J)”»?

45 Pues si David le llama «Señor», ¿cómo es Él su hijo? 46 Y nadie pudo contestarle ni una palabra(K), ni ninguno desde ese día se atrevió a hacerle más preguntas.

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Footnotes

  1. Mateo 22:35 I.e., un experto en la ley de Moisés
  2. Mateo 22:35 O, tentándole
  3. Mateo 22:42 I.e., el Mesías
  4. Mateo 22:43 O, por inspiración

El gran mandamiento

(Mr. 12.28-34)

34 Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. 35 Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle,(A) diciendo: 36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.(B) 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.(C) 40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

¿De quién es hijo el Cristo?

(Mr. 12.35-37; Lc. 20.41-44)

41 Y estando juntos los fariseos, Jesús les preguntó, 42 diciendo: ¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? Le dijeron: De David. 43 Él les dijo: ¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo:

44 Dijo el Señor a mi Señor:

Siéntate a mi derecha,

Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?(D)

45 Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo? 46 Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más.

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El mandamiento más importante(A)

34 Los fariseos se reunieron al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos. 35 Uno de ellos, experto en la Ley, le tendió una trampa con esta pregunta:

36 —Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?

37 —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”[a] —respondió Jesús—. 38 Este es el primero y el más importante de los mandamientos. 39 El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.[b] 40 De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.

¿De quién es hijo el Cristo?(B)

41 Mientras estaban reunidos los fariseos, Jesús preguntó:

42 —¿Qué piensan ustedes acerca del Cristo? ¿De quién es descendiente?

—De David —respondieron ellos.

Jesús les dijo:

43 —Entonces, ¿cómo es que David, hablando por el Espíritu, lo llama “Señor”? Él afirma:

44 »“Dijo el Señor a mi Señor:
    ‘Siéntate a mi derecha,
hasta que ponga a tus enemigos
    debajo de tus pies’ ”.[c]

45 Si David lo llama “Señor”, ¿cómo puede entonces ser su descendiente?».

46 Nadie pudo responderle ni una sola palabra y desde ese día ninguno se atrevía a hacerle más preguntas.

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