²⁵ Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.^(A)

⁶³ El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida.

¹⁰ El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Jesús, la luz del mundo

¹² En otra ocasión, Jesús dijo: «Yo soy la luz del mundo;^(A) el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.»

¹⁰ siempre llevamos en el cuerpo, y por todas partes, la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nosotros. ¹¹ Porque nosotros, los que vivimos, siempre estamos entregados a la muerte por amor a Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo mortal.