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Sufrimientos a causa del sitio

¡Cómo se ha ennegrecido el oro,
cómo ha cambiado el oro puro!
Esparcidas están las piedras sagradas
por las esquinas[a] de todas las calles(A).
Los hijos preciados de Sión,
que valían su peso en oro puro,
¡cómo son tenidos por vasijas de barro,
obra de manos de alfarero(B)!
Aun los chacales dan las ubres,
dan de mamar a sus crías(C);
pero la hija de mi pueblo se ha vuelto cruel(D)
como los avestruces(E) en el desierto.
La lengua del niño de pecho se le pega
al paladar por la sed(F);
los pequeños piden pan(G),
pero no hay quien lo reparta.
Los que comían manjares
andan desolados por las calles(H);
los que se criaron entre púrpura[b]
abrazan estercoleros[c].
La iniquidad de la hija de mi pueblo
es mayor que el pecado de Sodoma(I),
que fue derribada(J) en un instante
sin que manos actuaran contra[d] ella.
Sus consagrados[e] eran más puros que la nieve(K),
más blancos que la leche,
más rojizos de cuerpo[f] que los corales,
como el zafiro(L) su apariencia.
Más negro que el hollín es su aspecto,
no se les reconoce por las calles;
se ha pegado su piel a sus huesos(M),
se ha marchitado, se ha vuelto como madera(N).
Más dichosos son los que mueren[g] a espada
que los que mueren[h] de hambre,
que se consumen[i](O), extenuados,
por falta de los frutos de los[j] campos(P).
10 Las manos de mujeres compasivas
cocieron a sus propios hijos(Q),
que les sirvieron de comida(R)
a causa de la destrucción de la hija de mi pueblo.
11 El Señor ha cumplido su furor,
ha derramado su ardiente ira;
y ha encendido un fuego(S) en Sión
que ha consumido sus cimientos(T).
12 No creyeron los reyes de la tierra,
ni ninguno de los habitantes del mundo(U),
que pudieran entrar el adversario y el enemigo
por las puertas de Jerusalén(V).
13 A causa de los pecados de sus profetas
y de las iniquidades de sus sacerdotes,
quienes derramaron en medio de ella
la sangre(W) de los justos(X),
14 vagaron ciegos por las calles(Y),
manchados de sangre(Z),
sin que nadie pudiera tocar sus vestidos(AA).
15 ¡Apartaos! ¡Inmundos! gritaban de sí mismos[k](AB).
¡Apartaos, apartaos, no toquéis!
Así que huyeron y vagaron(AC);
entre las naciones se decía[l]:
No seguirán residiendo entre nosotros.
16 La presencia del Señor los dispersó,
no volverá a mirarlos.
No honraron a[m] los sacerdotes(AD),
ni tuvieron piedad de los ancianos.
17 Aun nuestros ojos desfallecían,
buscar ayuda[n] fue inútil(AE).
En nuestro velar hemos aguardado[o](AF)
a una nación incapaz de salvar.
18 Ponían trampas a nuestros pasos(AG)
para que no anduviéramos por nuestras calles.
Se acercó nuestro fin,
se cumplieron nuestros días,
porque había llegado nuestro fin(AH).
19 Nuestros perseguidores eran más veloces
que las águilas del cielo;
por los montes nos persiguieron,
en el desierto nos tendieron emboscadas(AI).
20 El aliento de nuestras vidas[p](AJ), el ungido del Señor(AK),
fue atrapado en sus fosos,
aquel de quien habíamos dicho(AL): A su sombra(AM)
viviremos entre las naciones.
21 Regocíjate y alégrate, hija de Edom(AN),
la que habitas en la tierra de Uz;
también a ti pasará la copa(AO),
te embriagarás y te desnudarás.
22 Se ha completado el castigo de tu iniquidad, hija de Sión:
no volverá Él a desterrarte(AP);
mas castigará tu iniquidad, hija de Edom;
pondrá al descubierto tus pecados(AQ).

Footnotes

  1. Lamentaciones 4:1 Lit., la cabeza
  2. Lamentaciones 4:5 O, carmesí
  3. Lamentaciones 4:5 O, cenizales
  4. Lamentaciones 4:6 O, se restregaran sobre
  5. Lamentaciones 4:7 O, nazareos
  6. Lamentaciones 4:7 Lit., huesos
  7. Lamentaciones 4:9 Lit., traspasados
  8. Lamentaciones 4:9 Lit., traspasados
  9. Lamentaciones 4:9 Lit., se desvanecen
  10. Lamentaciones 4:9 Lit., mis
  11. Lamentaciones 4:15 O, les gritaban
  12. Lamentaciones 4:15 Lit., dijeron
  13. Lamentaciones 4:16 Lit., No alzaron los rostros de
  14. Lamentaciones 4:17 Lit., nuestra ayuda
  15. Lamentaciones 4:17 Lit., velado
  16. Lamentaciones 4:20 Lit., narices

¡Cómo se ha empañado el oro!
    ¡Cómo perdió su brillo el oro fino!
¡Esparcidas por todas las esquinas
    están las piedras del santuario!

Los habitantes de Sión, tan estimados,
    los que valían su peso en oro,
ahora son tratados como ollas de barro
    hechas por un simple alfarero.

Hasta las hembras de los chacales dan la teta
    y amamantan a sus cachorros,
pero la capital de mi pueblo es cruel,
    cruel como un avestruz del desierto.

Tienen tanta sed los niños de pecho
    que la lengua se les pega al paladar.
Piden los niños pan,
    pero no hay nadie que se lo dé.

Los que antes comían en abundancia,
    ahora mueren de hambre por las calles.
Los que crecieron en medio de lujos,
    ahora viven en los muladares.

La maldad de la capital de mi pueblo
    es mayor que el pecado de Sodoma,
la cual fue destruida en un instante
    sin que nadie la atacara.

Más blancos que la nieve eran sus hombres escogidos,
    más blancos que la leche;
su cuerpo, más rojizo que el coral;
    su porte, hermoso como el zafiro.

Pero ahora se ven más sombríos que las tinieblas;
    nadie en la calle podría reconocerlos.
La piel se les pega a los huesos,
    ¡la tienen seca como leña!

Mejor les fue a los que murieron en batalla
    que a los que murieron de hambre,
porque éstos murieron lentamente
    al faltarles los frutos de la tierra.

10 Con sus propias manos,
    mujeres de buen corazón cocieron a sus hijos;
sus propios hijos les sirvieron de comida
    al ser destruida la capital de mi pueblo.

11 El Señor agotó su enojo,
    dio rienda suelta al ardor de su furia;
le prendió fuego a Sión
    y destruyó hasta sus cimientos.

12 Jamás creyeron los reyes de la tierra,
    todos los que reinaban en el mundo,
que el enemigo, el adversario,
    entraría por las puertas de Jerusalén.

13 ¡Y todo por el pecado de sus profetas,
    por la maldad de sus sacerdotes,
que dentro de la ciudad misma
    derramaron sangre inocente!

14 Caminan inseguros, como ciegos,
    por las calles de la ciudad;
tan sucios están de sangre
    que nadie se atreve a tocarles la ropa.

15 «¡Apártense, apártense —les gritan—;
    son gente impura, no los toquen!»
«Son vagabundos en fuga —dicen los paganos—,
    no pueden seguir viviendo aquí.»

16 La presencia del Señor los dispersó,
    y no volvió a dirigirles la mirada.
No hubo respeto para los sacerdotes
    ni compasión para los ancianos.

17 Con los ojos cansados, pero atentos,
    en vano esperamos ayuda.
Pendientes estamos de la llegada
    de un pueblo que no puede salvar.

18 Vigilan todos nuestros pasos;
    no podemos salir a la calle.
Nuestro fin está cerca, nos ha llegado la hora;
    ¡ha llegado nuestro fin!

19 Más veloces que las águilas del cielo
    son nuestros perseguidores;
nos persiguen por los montes,
    ¡nos ponen trampas en el desierto!

20 Preso ha caído el escogido del Señor,
    el que daba aliento a nuestra vida,
el rey de quien decíamos:
    «A su sombra viviremos entre los pueblos.»

21 ¡Ríete, alégrate, nación de Edom;
    tú que reinas en la región de Us!
¡También a ti te llegará el trago amargo,
    y quedarás borracha y desnuda!

22 Tu castigo ha terminado, ciudad de Sión;
    el Señor no volverá a desterrarte.
Pero castigará tu maldad, nación de Edom,
    y pondrá al descubierto tus pecados.

[a]How the gold has lost its luster,
    the fine gold become dull!
The sacred gems are scattered
    at every street corner.(A)

How the precious children of Zion,(B)
    once worth their weight in gold,
are now considered as pots of clay,
    the work of a potter’s hands!

Even jackals offer their breasts
    to nurse their young,
but my people have become heartless
    like ostriches in the desert.(C)

Because of thirst(D) the infant’s tongue
    sticks to the roof of its mouth;(E)
the children beg for bread,
    but no one gives it to them.(F)

Those who once ate delicacies
    are destitute in the streets.
Those brought up in royal purple(G)
    now lie on ash heaps.(H)

The punishment of my people
    is greater than that of Sodom,(I)
which was overthrown in a moment
    without a hand turned to help her.

Their princes were brighter than snow
    and whiter than milk,
their bodies more ruddy than rubies,
    their appearance like lapis lazuli.

But now they are blacker(J) than soot;
    they are not recognized in the streets.
Their skin has shriveled on their bones;(K)
    it has become as dry as a stick.

Those killed by the sword are better off
    than those who die of famine;(L)
racked with hunger, they waste away
    for lack of food from the field.(M)

10 With their own hands compassionate women
    have cooked their own children,(N)
who became their food
    when my people were destroyed.

11 The Lord has given full vent to his wrath;(O)
    he has poured out(P) his fierce anger.(Q)
He kindled a fire(R) in Zion
    that consumed her foundations.(S)

12 The kings of the earth did not believe,
    nor did any of the peoples of the world,
that enemies and foes could enter
    the gates of Jerusalem.(T)

13 But it happened because of the sins of her prophets
    and the iniquities of her priests,(U)
who shed within her
    the blood(V) of the righteous.

14 Now they grope through the streets
    as if they were blind.(W)
They are so defiled with blood(X)
    that no one dares to touch their garments.

15 “Go away! You are unclean!” people cry to them.
    “Away! Away! Don’t touch us!”
When they flee and wander(Y) about,
    people among the nations say,
    “They can stay here no longer.”(Z)

16 The Lord himself has scattered them;
    he no longer watches over them.(AA)
The priests are shown no honor,
    the elders(AB) no favor.(AC)

17 Moreover, our eyes failed,
    looking in vain(AD) for help;(AE)
from our towers we watched
    for a nation(AF) that could not save us.

18 People stalked us at every step,
    so we could not walk in our streets.
Our end was near, our days were numbered,
    for our end had come.(AG)

19 Our pursuers were swifter
    than eagles(AH) in the sky;
they chased us(AI) over the mountains
    and lay in wait for us in the desert.(AJ)

20 The Lord’s anointed,(AK) our very life breath,
    was caught in their traps.(AL)
We thought that under his shadow(AM)
    we would live among the nations.

21 Rejoice and be glad, Daughter Edom,
    you who live in the land of Uz.(AN)
But to you also the cup(AO) will be passed;
    you will be drunk and stripped naked.(AP)

22 Your punishment will end, Daughter Zion;(AQ)
    he will not prolong your exile.
But he will punish your sin, Daughter Edom,
    and expose your wickedness.(AR)

Footnotes

  1. Lamentations 4:1 This chapter is an acrostic poem, the verses of which begin with the successive letters of the Hebrew alphabet.